Sunday, April 24, 2016

Acercamiento a la actualidad de la Revolución Naxalita en la India



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La deslocalización de los sectores industriales occidentales provocada por la expansión de las fuerzas productivas capitalistas han convertido las zonas geográficas del sur de China, el Sudeste asiático y el Subcontinente indio en los principales focos de trabajo industrial del mundo. Estamos hablando de una serie de países que en términos de población superan conjuntamente los dos mil millones de personas y donde las capas proletarias y campesinas sobrepasan el 80% del total de la sociedad. De ese 80% se estima que alrededor de un 60% está sumido en la más absoluta miseria a merced de las enfermedades y la muerte con una media de ingresos de menos de medio euro al día. (1)
 
Frente a unos países Occidentales donde el conflicto capital-trabajo se ha desdibujado por la aparición del sector servicios y el Estado del Bienestar estaríamos hablando de una amplia región del mundo que engloba a un tercio de la población mundial con una gran potencialidad revolucionaria. Son países con una alta exportación de productos manufacturados fabricados por enormes masas de mano de obra barata sumida en la explotación y la semi-esclavitud. Extensas zonas de tejido industrial del mundo donde el trabajo forzado y la extracción de plusvalía se pueden identificar exactamente con las descripciones y análisis que hizo Marx del capitalismo en la Inglaterra del siglo XIX.
 
A lo largo de la Guerra Fría ya se pudo vislumbrar la tremenda fuerza de poder obrero que reside en la región y que logró numerosos episodios emancipatorios organizados. Referirnos en primer lugar a la República Popular China, la República Socialista de Vietnam y la República Democrática y Popular de Laos. Tres países que si bien ya no entran dentro de la definición de socialismo al estilo soviético siguen apostando hoy en día por un fuerte reformismo de mercado. En un segundo plano situaríamos al resto de expresiones de lucha obrera materializadas en guerrillas en su mayoría de carácter maoísta que participaron en los procesos de descolonización de sus respectivos países. Malasia, Filipinas, Indonesia, Bangladesh, Sri Lanka o Myanmar son algunos de los ejemplos de procesos revolucionarios que no llegaron a cuajar pero que contribuyeron enormemente a la independencia y a la lucha por las conquistas sociales en la región. Hoy día siguen existiendo restos de estos partidos, movimientos y guerrillas que siguen apostando por la organización obrera y la guerra popular en este foco de poder global pero de momento solo tres están consiguiendo concretar su propuesta revolucionaria. Hablamos del Partido Comunista Filipino (2), el amalgama de Partidos Comunistas de Nepal  con sus virajes reformistas (3) y los Naxalitas en la India.
 
Los Naxalitas llevan librando una batalla contra el Viejo Estado de la India desde la insurgencia de Naxalbari (Bengala Occidental) en 1967. Actualmente quién se eleva como referente político organizado del levantamiento popular es el Partido Comunista de la India (Maoísta), fundado en 2004 fruto de la unión de numerosos movimientos y guerrillas que comparten la causa revolucionaria naxalita. No podemos olvidar la complejidad política por el amalgama de siglas que tiene la cuestión india además de la dificultad de acceso a la información en un territorio tan amplio, diverso y relativamente incomunicado como es Asia meridional. Se estima que en el conflicto bélico participan unas 180 guerrillas entre revolucionarios de inspiración marxista, grupos terroristas reaccionarios o pro-gubernamentales , milicias indígenas y grupos religiosos.
 
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La insurgencia naxalita tiene presencia en 14 de las 28 provincias de la India. El propio gobierno ha reconocido que de 602 distritos hay 182 que están bajo control total de los comunistas en los cuáles no entran ningún tipo de fuerzas del orden del Estado. Aunque sí que es cierto que la mayoría de las provincias donde los Naxalitas tienen presencia responden a un perfil agrario o de grandes extensiones de selva (Andhra Pradesh, Asma, Bengala Occidental, Bihar, Chhattisgarh, Gujarat, Jharkhand, Kerala, Madhya Pradesh, Maharashtra, Orissa,Uttar Pradesh, Uttaranchal y Tamil Nadu) estaríamos hablando de una región de cientos de millones de habitantes donde se está gestando una nueva forma de poder bajo la organización de clase y las tesis del marxismo en su corriente maoísta. En los últimos años la expansión de la idea revolucionaria naxalita está llegando a las zonas puramente industriales en la periferia de las grandes ciudades. En Bombay, Jammu, Nueva Delhi, Pune y Raipur ya existe movimiento organizado que combina las acciones propagandísticas de concienciación con la guerrilla aislada contra los poderes del Estado.
 
La estrategia del PCI(M) ha estado marcada por la acumulación de fuerzas en el Ejército Popular Guerrillero (EPG), su brazo militar,  con el desarrollo de la lucha armada y la luchas de dos líneas frente a la burguesía por un lado, y las posibles derivas reformistas y revisionistas del Partido por otro. De todas formas la participación de grupos no marxistas en el EPG es habitual, así como la presencia de numerosos miembros de capas sociales no estrictamente proletarias u obreras como el campesinado; la pequeña-mediana burguesía, el estudiantado e incluso grupos religiosos. Todos ellos, eso sí, deben responder a la bandera del pensamiento Mao Tse-Tung y tener voluntad de combatir el orden de clases y el sistema de castas. A raíz de esta doctrina se han producido numerosos enfrentamientos armados entre el EPG y representantes políticos del Frente de Izquierdas, coalición liderada por el Partido Comunista de la India originario que como tantos otros sufrieron una clara derechización en la segunda mitad del siglo XX, sustituyendo la organización popular por el electoralismo.
 
La izquierda moderada parlamentaria de la India ha lanzado y criminalizado la insurgencia naxalita en numerosas ocasiones por su actitud radical violenta hacia las fuerzas socialdemócratas del país. Los Naxalitas, por su parte, consideran al Frente de Izquierdas tan nocivo como los propios poderes de la burguesía ya que  consideran que engañan al pueblo trabajador indio bajo la bandera del falso marxismo. Un ejemplo de las acusaciones de los Naxalitas está en el apoyo del Frente de Izquierdas a las Zonas Económicas Especiales.
 
Precisamente es en las Zonas Económicas Especiales donde se ha situado uno de los focos principales de lucha obrera y campesina de la India  en los últimos diez años. Estaríamos hablando de extensas áreas de territorio con un carácter tributario especial donde las empresas, casi en su totalidad extranjeras, disfrutan de privilegios fiscales y económicos lejos de la regulación de un Estado que pueda garantizar derechos laborales o sociales. El gobierno indio prevé aumentar exponencialmente la productividad y atraer empresas y capitales a través de estas medidas que favorecen la explotación de su propio pueblo. El PCI(M), al contrario que  el Frente de Izquierdas parlamentario, se ha opuesto de manera tajante a estas políticas que legitiman la opresión de la clase trabajadora india.
 
Pese al esfuerzo contrarrevolucionario de los poderes del actual Estado burgués de la India, tanto en su forma fascista como en su forma reformista, los Naxalitas siguen hoy día avanzando posiciones por todo el país construyendo un edificio revolucionario de amplias y fuertes bases. La propia CIA está viendo como el grupo terrorista paramilitar Salwa Judum que creó hacia 2005 está fracasando y retirando posiciones de muchos de los territorios donde la conciencia obrera avanza firme. Las actividades terroristas unidas a las fuertes campañas propagandísticas han desembocado en un permanente Estado policial en las regiones colindantes al conflicto por miedo del gobierno a la pérdida de más territorio.
 
Veremos en un futuro si las aspiraciones revolucionarias de los Naxalitas se materializan en algún tipo de Estado obrero o socialista (si no la India al completo una parte de sus regiones), o por el contrario acaban en intento frustrado como tantas otras experiencias guerrilleras del Sudeste asiático.
 
Arturo César Fernández-Le Gal
@ACF_LEGAL
 
Anexos
 
(2) José María Sisón, Fundador, Presidente del Partido Comunista de las Filipinas.Fragmentos de su discurso en el foro auspiciado por la Asociación de Estudiantes Iraníes el 21 de Febrero de 1995, en Utrecht, Los Países Bajos http://fusilablealamanecer.blogspot.com.es/2014/01/la-revolucion-en-filipinas-y-la-vuelta.html, http://revolucioncultural-p.blogspot.com.es/2012/09/reportaje-de-una-guerra-popular-partido.html 
 
 
Sitios de interés (recomendación del vídeo a continuación):

Charla: “la insurrección en la India, una revolución silenciada”:



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