Wednesday, January 25, 2017

Llamamiento del PCI (Maoísta) denunciando las acciones cada vez más violentas de las fuerzas armadas del Estado central y de los estados federales durante el último año







PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ ESPECIAL DE ZONA DE DANDAKARANYA-OFICINA DE PROPAGANDA
[El Comité Central de nuestro Partido hizo un llamamiento para organizar una semana de protestas del 5 al 11 de octubre de 2016. Con tal motivo, nuestra oficina de propaganda ha hecho público este folleto. En él se denuncian las acciones cada vez más violentas de las fuerzas armadas del Estado central y de los estados federales durante el último año.]

¡ORGANICEMOS ENÉRGICAS PROTESTAS CONTRA LAS MASACRES QUE SE SUCEDEN EN DANDAKARANYA POR CUENTA DE LAS OPERACIONES GREEN HUNT Y MISIÓN-2016! ¡ALCEMOS NUESTRAS VOCES CONTRA EL PROYECTO DE ATAQUES AÉREOS EN BASTAR! ¡APOYEMOS LOS GOBIERNOS POPULARES REVOLUCIONARIOS QUE ESTÁN DESARROLLANDO UN AUTÉNTICO MODELO DE DESARROLLO POPULAR!

Dandakaranya arde bajo las llamas de la feroz represión desencadenada por los gobiernos central y federales. La campaña fascista Misión-2016, junto con la Operación Green Hunt, está provocando una auténtica masacre con sus mortíferos ataques en la jungla, los campos de labor, ríos, colinas y caminos. La vida de los indígenas adivasis y no adivasis del pueblo de Dandakaranya se ha visto privada de paz durante el día y del sueño por las noches. No pasa un solo día sin que se oiga el sonido de las botas de los militares del gobierno. En vez de las canciones Rela[1] y del rítmico tañido de los tambores, ahora se escucha el sonido de los disparos y de la explosión de las minas. Los enfrentamientos, pero sobre todo los montajes de supuestos enfrentamientos, se han convertido en moneda corriente no sólo en las aldeas sino también en calles, casas y portales. Se ha prohibido a los moradores de la jungla entrar en ella. El Estado considera que la garrota, el arco y las flechas, el hacha y otras armas tradicionales, incluso un simple bastón, son armamento de guerra. A quienes se descubre portando esas “armas”, se les encarcela en aplicación de la Ley de Armas. Cada dos o tres kilómetros, sobre todo en las zonas donde están proyectadas la construcción de grandes plantas industriales, explotaciones mineras o presas, y como medidas de seguridad adicionales sobre el terreno, se están creando cuarteles de fuerzas paramilitares o comisarías de policía. Por los bosques pululan enjambres de policías. Los gobiernos de Modi, Ramansingh y Fadnavees han desplegado unos 150 mil soldados en el territorio de Dandakaranya, que atacan las aldeas a diario. Además de la policía estatal, de las fuerzas especiales y de la fuerzas de comandos, integran también ese contingente la Fuerza de Policía de la Reserva Central [CRPF, en sus siglas en inglés], la Fuerza Central de Seguridad Industrial [CISF], la Policía de Fronteras Indo-Tibetana [ITBP], las Fuerzas de Seguridad de Fronteras [BSF] y otras fuerzas paramilitares. Decenas de vehículos aéreos no tripulados [UAV, en sus siglas en inglés], fabricados en EEUU e Israel, sobrevuelan de continuo las cabezas de las gentes de Dandakaranya, de las fuerzas del Ejército Guerrillero de Liberación Popular [PLGA] y de los militantes maoístas. So capa de supuestos enfrentamientos, se suceden los asesinatos indiscriminados y las matanzas. Helicópteros militares, como los MI-17 de los comandos Garud de la Fuerzas Aéreas indias, recorren impacientes los cielos de Dandakaranya a la espera de recibir órdenes para efectuar ataques aéreos.

Los gobiernos central y federales no consideran otros intereses que no sean los de las grandes empresas nacionales y extranjeras, sometidas a los vaivenes de la crisis económica y financiera, y es por ello que en sus agendas tienen carácter prioritario las políticas de liberalización, privatización y globalización. “Hecho en la India”, “Hecho en Chhattisgarh”, “India Digital” y otros lemas por el estilo salen de esa agenda. Estos gobiernos, al asumir el modelo de desarrollo de las grandes empresas, favorable a la explotación de tipo neocolonial, pretenden entregar a TATA, Jindal, ESSAR, Necco Jaiswal Vedantha, Mithal, Reliance y a otras muchas compañías nacionales y extranjeras semejantes, las tierras, los bosques, los ríos y los recursos naturales del subsuelo que pertenecen a los campesinos y a las comunidades tribales del país. Con tal propósito han firmado numerosos Memoranda de Entendimiento. Por ello, las clases dominantes desean a toda costa liquidar los Janathana Sarkars [“gobiernos populares”], a sus dirigentes, al PCI (Maoísta), que los dirige, al Ejército Guerrillero de Liberación Popular y a todo el movimiento revolucionario de Dandakaranya. Con la eliminación del movimiento revolucionario desean acabar con las luchas militantes en contra de los desplazamientos.

Día tras día, la guerra multidimensional se va intensificando en interés de los imperialistas y de las grandes empresas y con su total colaboración y acuerdo.

En el curso de su visita de mayo de 2015, Modi anunció cuatro proyectos de explotación de los recursos naturales de Bastar con una inversión prevista de 25 mil millones de rupias. Junto al Ministro Principal Ramasingh, se reunió con representantes de las compañías multinacionales en Naya Raipur y dijo: “Hay grandes extensiones de jungla y gran cantidad de agua y de recursos minerales en Chhattisgarh. Proporcionaremos todos los servicios e infraestructuras básicos para la explotación de dichos recursos. Hay que apoyar la marca “Hecho en Chhattisgarh”. Nos libraremos del peligro maoísta en breve”. Se creó un grupo especial para la erradicación de las actividades maoístas en el Departamento de Seguridad Interior de la Oficina del Primer Ministro. Ajith Dobal, Consejero de Seguridad Nacional, K. Vijaykumar, Consejero Especial del Primer Ministro sobre actividades de los naxalitas, los Directores Generales de las fuerzas paramilitares, así como funcionarios de los servicios centrales de inteligencia, han efectuados frecuentes visitas a Raipur y Jagadalpur y han elaborado diversos planes para acabar con el movimiento revolucionario. Desde septiembre de 2015, Ajith Dobal, K. Vijaykumar y Durga Prasad, Director General de la CRPF, han visitado Raipur, Jagadalpur, Dantewada, Bijapur y Sukma, en Chhattisgarh, y Nagpur y Gadchiroli, en Maharashtra.

Tras la visita de Ajith Dobal la primera semana de octubre de 2015 y la de Vijaykumar la segunda, se tomó la decisión, en una reunión en Raipur de altos funcionarios de la Policía y de las Fuerzas Aéreas, de efectuar ataques aéreos contra los maoístas. Inmediatamente después, las Fuerzas de Operaciones Especiales de Chhattisgarh [STF], los Greyhounds de Telangana, los Comandos COBRA y los Comandos Garud de las Fuerzas Aéreas realizaron ejercicios conjuntos de tiro con tres helicópteros en la zona de Karregutta, que se encuentra en la jurisdicción de la comisaría de policía de Tallagudem, en el distrito de Bijapur, junto a la frontera del estado de Telangana, por el lado del río Godavari. El entonces Director General de Operaciones Antinaxalitas, Rk. Vij, anunció ejercicios similares en Raipur. Altos oficiales de las Fuerzas Aéreas y funcionarios de la Policía indicaron, sin embargo, que cuando sean atacados por los maoístas, los Comando Garud responderán. Lo que significa que en cualquier momento y en cualquier lugar se producirán bombardeos. El hecho de que el 90% de los muertos por ataques aéreos de EEUU y de sus amigos en Afganistán, Iraq y Siria sean civiles, pone de manifiesto el riesgo que corre la población de Dandakaranya.

Tuvo lugar también una reunión de los Ministros Principales de los 10 estados afectados por las actividades maoístas. En ella se dio forma definitiva a la nueva política elaborada para la aniquilación del maoísmo. En la reunión nacional de los Directores Generales de la Policía, presidida por Modi y celebrada la tercera semana de diciembre en Baloj, en el estado de Gujarat, el principal punto en el orden de día fue la liquidación del movimiento maoísta. Se adoptaron decisiones en tal sentido. Se elaboró un plan reaccionario para acabar con el movimiento revolucionario en Dandakaranya antes de finales de 2016 con el nombre de “Misión-2016”.

En el marco de dicho plan se han incrementado las ejecuciones so capa de supuestos enfrentamientos, los asesinatos de guerrilleros, los ataques contra aldeas, las detenciones, la tortura, los encarcelamientos en condiciones infrahumanas, las violaciones colectivas de mujeres, la quema de casas, el pillaje, la destrucción de propiedades y cosechas, los ataques contra los mercadillos semanales, la propaganda hostil contra el movimiento revolucionario, los montajes de supuestas rendiciones, las sanciones a periódicos y los ataques a demócratas y a periodistas.
Viles asesinatos so pretexto de supuestos enfrentamientos
La aniquilación física de un ser humano es la forma más extrema de violencia. Ese tipo de violencia se está llevando a cabo bajo la apariencia de supuestos enfrentamientos. La mayoría de tales montajes tiene por víctimas a personas corrientes, a activistas de las organizaciones de masas, revolucionarios y personas que llevan una vida normal después de haber abandonado el movimiento. Los secuestran desarmados y los asesinan. Se trata de una práctica que se ha vuelto habitual. El hecho de que se produzcan falsos enfrentamientos que afectan a personas desarmadas no significa que, cuando se trata de guerrilleros armados, sean enfrentamientos reales. La ley dice que la policía debe usar sus armas sólo en defensa propia y que, de hacerlo, debe disparar sólo por debajo de la cadera y en situaciones que no podrían evitarse de otro modo. La policía dice siempre que sólo dispara en defensa propia. Pero, en realidad, la policía, gracias a la información de que dispone por vía de soplones y de las fuerzas paramilitares, se adentra en la jungla furtivamente con el objetivo concreto de ejecutar guerrilleros. A los guerrilleros se les dispara sin previo aviso. Se bombardean los campamentos indiscriminadamente. A los heridos se les secuestra, tortura inmisericordemente y asesina. Las mujeres son violadas y asesinadas. Todos los llamados “enfrentamientos” son, sin duda, asesinatos policiales.

El 29 de julio de 2015, 400 policías y paramilitares atacaron la aldea de Nehadi, en el sector de Darbha, y abrieron fuego indiscriminados sobre los artistas de Chetana Natya Manch, que se encontraban preparando las celebraciones del Día de los Mártires. En el curso del tiroteo murió el artista Hemula Podiyal. Luego metieron a 19 miembros del grupo en una casa y trataron de incendiarla. Los artistas lograron salir de la casa y la policía los detuvo.

El 19 de septiembre de 2015, los maoístas desarmados Sonadhar y Lakshman fueron secuestrados y asesinados junto al secretario comunal Muchaki Ghasiram. Sonadhar y Lakshman, que trabajaban en el sector de Darbha, en Dandakaranya, se dirigían en tareas revolucionarias a la aldea de Bojaguda, en la frontera entre Chhattisgarh y Odissa. Dicha aldea está bajo la jurisdicción de la comisaría de policía de Madhili, en el distrito de Malkangiri. Un destacamento conjunto de los dos estados les sorprendió y les infligió terribles torturas a la entrada de la aldea. Colgaron sus cuerpos boca abajo, les asestaron decenas de bayonetazos, les cortaron la lengua y las manos y los mataron.

El 21 de septiembre de 2015, la policía detuvo a Birusu Aathram, de la aldea de Gattepalli, en la comarca de Etapalli, cerca de Perimili, en el distrito de Gadchiroli, mientras se dirigía a su casa en motocicleta. Le dispararon en una mano y luego se la vendaron. Le amenazaron con represalias si decía algo, incluso a su mujer, y le metieron 10 mil rupias en el bolsillo. Ese mismo día la policía hirió a otro campesino en la comarca de Kurkeda, que ha quedado inválido.

El 26 de septiembre de 2015 fue asesinado un dirigente tribal, Pottavi Mangu, de la aldea de Pumbad, en la zona de Ganguluru, en el distrito de Bijapur. En un primer momento la policía atacó la aldea y abrió fuego indiscriminadamente. Como resultado, murió un muchacho de 15 años llamado Rukni. La policía depositó en cadáver en medio de un camino y se emboscó. Cuando Mangu, presidente del Janathana Sarkar, fue a recuperar el cuerpo, le detuvieron. La policía le infligió indecibles torturas. Le dispararon a las manos, le cortaron la lengua y, finalmente, le mataron.

En la primera semana de noviembre, el joven Doddi Arjun fue asesinado en la zona de Jegurugonda.

El 2 de noviembre de 2015, Bhaman, de la aldea de Koddeli, dependiente de la comisaría de Orcha, en el distrito de Narayanpur, fue detenido por policías mientras trabajaba en el campo. Le torturaron durante 15 días y luego le asesinaron, a pesar de que han pretendido hacer pasar su muerte por un suicidio.

En la aldea de Arlampalli, en la jurisdicción de la comisaría de Dornapal, en el distrito de Sukma, los jóvenes Dudi Bheema, Vetti Lachu y Sodi Mooya fueron asesinados el 3 de noviembre de 2015. Algunas gentes se cruzaron con la policía mientras se dirigían al campo a trabajar. Mooya vio cómo detenían a Bheema y a Lachu y les golpeaban. Intentó huir pero la policía lo mató de un disparo por la espalda. A Bheema y Lachu, testigos del crimen, les hicieron acarrear el cadáver. Más tarde, también a ellos dos los mataron, en un intento de eliminar testigos. Los parientes de Dudi Bheema, Dudi Hidime, Dudi Debe y Dude Jogi dan fe de haber visto cómo los asesinaron inmisericordemente.

El 27 de noviembre de 2015, las fuerzas armadas gubernamentales atacaron numerosas aldeas en la zona de Maad. En el curso de estas operaciones, secuestraron a Motu en la aldea de Alveda y a Rengu, en Vedamametta, y los mataron.

Sannaru Kachalam, de 38 años, de la aldea de Madamanar, dependiente de la comisaría de Dhanora, en el distrito de Narayanpur, fue detenido en su casa delante de su mujer y de sus tres hijos el 17 de diciembre de 2015. Al día siguiente le mataron cerca de la aldea de Kejjum, bajo jurisdicción de la comisaría de Vayanar, en el distrito de Kondagaon. La policía dijo que se había producido un enfrentamiento en el que resultó muerto el comandante [guerrillero] del Comando Operativo Local de Benuru, sobre quien pesaba una recompensa de 800 mil rupias. Efectivamente, Sannaru era un lugareño de la aldea de Adewada, en el distrito de Bijapur. Se unió al Comando y trabajó hasta 2007 como comandante del Comando Operativo Local de Benuru. Posteriormente dejó el movimiento y comenzó a llevar una vida normal como campesino. Al poco tiempo se trasladó a la aldea de Madamanar donde, a petición de los vecinos, ejercía funciones de sacerdote. La policía lo asesinó.

A Lakmu, un joven de la aldea de Koppem, adscrita a la comisaría de Pakhnar, en el distrito de Bastar, y a Sinu, de la aldea de Badangpal, les sacaron de sus casas el 25 de diciembre y los acribillaron en Bondametta, bajo jurisdicción de la comisaría de Darbha.

El primer día del año 2016, la policía atacó el mercado semanal de Kuthul, en la zona de Maad, en el distrito de Narayanpur. Dos guerrilleros desarmados, Munna y Lakku, fueron detenidos y asesinados ante la multitud. A Lakku, que trató de esconderse en un árbol, le mataron a tiros allí mismo.

A Jaith Korram, de la aldea de Vedama, y a Boti Kasyap, de Kuduri, ambas en el distrito de Kondagaon, los secuestró el Grupo de Reserva del Distrito [DRG] en el mercado semanal de Kuduri. Al día siguiente aparecieron muertos. La policía inventó la historia de que había dado muerte a dos guerrilleros, al desbaratar una emboscada maoísta contra la policía. Kalluri, Inspector General de la Policía de Bastar, declaró que había recompensas de 500 mil y 300 mil rupias, respectivamente, por la captura de ambos fallecidos.
El 11 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Sendra, en la frontera de Chhattisgarh con Maharashtra, y detuvo al joven Vinod. Todo el pueblo fue testigo de su asesinato.

El 15 de enero de 2016, todo el pueblo de la aldea de Jojod, en el distrito de Bijapur, estaba trabajando en tareas de sostenimiento de tierras, al hilo de la campaña lanzada por el movimiento revolucionario, cuando fueron atacados. Oyam Munna, Majji Budhram, Madakam Pandu y la niña de 14 años Oyam Tulasi murieron en el tiroteo indiscriminado. Otras dos muchachas resultaron gravemente heridas en este incidente. Mientras la familia de una de ellas la llevaba al médico, la policía la arrestó y la encarceló. Los padres de la otra chica, Oyam Mothi, temiendo que corriera la misma suerte, no la llevaron al hospital. Los médicos del Ejército Guerrillero de Liberación Popular hicieron lo que pudieron, pero en vano. Expiró el 9 de febrero. El número de fallecidos en este incidente ascendió a 5.

El 18 de enero de 2016, una joven, Jareena, de la aldea de Thummirgunda, en la zona de Kutru, distrito de Bijapur, fue detenida, torturada, violada en grupo y asesinada un día más tarde. Kalluri anunció que una comandante [guerrillera] había muerto en un enfrentamiento. Es verdad que Jareena había formado parte de un pelotón guerrillero antiguamente. Sin embargo, el Partido, por motivos que no vienen al caso, la había enviado a su casa, donde llevaba una vida normal cuando la policía cometió esta atrocidad.

El 27 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Lakhpalli, dependiente de la comisaría de Kattekalyan, en el distrito de Dantewada. Allí detuvo y asesinó a los miembros de las organizaciones de masas Balsingh, Kanki y Maasa.
En el distrito de Sukma, en la zona bajo control de la comisaría de Polempalli, fueron detenidas, violadas y asesinadas Vanjam Santhi y Sariyam Pojje, de la aldea de Paalemadugu.

También en enero, Sodi Soval, de la aldea de Eekum, en la jurisdicción de la comisaría de Basaguda del distrito de Bijapur, fue secuestrado y asesinado. Igual suerte corrieron Madakam Raju y Madakam Maada, jóvenes de las aldeas de Singaram e Ithampara, respectivamente, dependientes de la comisaría de Gollapalli, en el distrito de Sukma.

El 31 de enero de 2016, Kunjami Linga, dirigente de la organización de masas de la aldea de Chinthaguppa, fue detenido en su casa y asesinado delante de todo el pueblo. Se informó de que en un enfrentamiento había muerto un maoísta por cuya captura existía una recompensa de 800 mil rupias.

El presidente del Janathana Sarkar de Singaram, Kursam Dharmanna, y uno de sus miembros, Vatre Rajal, fueron detenidos en la aldea de Vanjalvaaya, dependiente de la comisaría de Gollapalli, en el distrito de Sukma. Fueron brutalmente torturados y asesinados.

El 5 de febrero de 2016, Adama Kasyap, campesino de la aldea de Tundera, en la jurisdicción de la comisaría de Mardum, distrito de Bastar, fue detenido en su casa y asesinado. Ya le habían detenido previamente bajo la falsa acusación de haber participado en actividades maoístas. Había estado encarcelado en Jagadalpur los últimos dos años y medio. Sólo hacía una semana que se encontraba en libertad cuando la policía lo mató. Soni Sodi denunció por escrito ante el Tribunal Superior este falso enfrentamiento. De vuelta a su casa, la atacaron con ácido, desfigurándole el rostro.

Las fuerzas conjuntas de Chhattisgarh y Maharashtra atacaron la aldea de Kokkera, dependiente de la comisaría Parsegarh, en el distrito de Bijapur, el 13 de febrero de 2016, abriendo fuego indiscriminado sobre los aldeanos que se encontraban pescando en una charca. Resultaron muertos Pallo Sukku, Podiyam Sukhram, Kumma Somal.

Baldev Korram era un joven de 25 años de la aldea de Kodenar, en el distrito de Kondagaon. Estuvo en las filas del Ejército Guerrillero de Liberación Popular durante cinco años y lo abandonó el 12 de febrero de 2016. El 17 de febrero, la policía lo detuvo en su propia casa. Los miembros de su familia rogaron a los policías que “que no lo mataran, que lo encarcelaran”, pero de nada sirvió. Al día siguiente lo asesinaron. La policía informó de la muerte de un naxalita sobre quien pesaba una recompensa de 500 mil rupias, en la aldea de Heeramandala, en un enfrentamiento con maoístas.

Sudram era el presidente del Janathana Sarkar de Kuduru. Había nacido en la aldea de Chahapadar, en el concejo de Kuduru, dependiente de la comisaría de policía de Mardapal, en el distrito de Kondagaon. Le fueron a buscar a su casa el 25 de marzo y le mataron al día siguiente. El cuento fue el de siempre: se trataba de un maoísta sobre quien pesaba una recompensa de 300 mil rupias.

El 22 de abril de 2016, a Baman, miembro del Ejército Guerrillero de Liberación Popular, y Munnal, miembro de la milicia de la aldea de Kummanthog, en la zona de Kangerghati, les dispararon sin previo aviso mientras bebían de un pozo. Ambos resultaron muertos.

A Sodi Pandu, un campesino de apenas 15 años de la aldea de Kummanthog, en la región del sur de Bastar, lo detuvo la policía el 23 de abril de 2016, le pusieron un uniforme de guerrillero y lo asesinaron cerca de su aldea.

En la zona dependiente de la comisaría de policía de Kattekalyan, en el distrito de Dantewada, se produjo un tiroteo indiscriminado el 7 de mayo de 2016 cerca de la aldea de Marjum. Podiyam Vijja y Madakam Mangal, miembros ambos de la milicia, murieron en este incidente.

El 10 de mayo de 2016, Podiyam Deva y Thathi Sukku, de la aldea de Kannaiguda, en el distrito de Sukma, dependiente de la comisaría de policía de Maraiguda, se encontraban recogiendo hojas de ébano cuando la policía abrió fuego contra ello, matándolos a ambos. El hermano pequeño de uno de ellos había sido miembro del Ejército Guerrillero de Liberación Popular y se había rendido en 2014. Más tarde, empezó a trabajar como adjunto de la policía. Dijo a los medios de comunicación que su hermano mayor no era maoísta, que era un simple campesino, padre de cinco hijos. Aseguró que la policía le había matado. ¿Quién prestó atención a sus palabras?

Hapka Manor y Thathi Pande formaban una pareja que dejó el movimiento en 2013 y llevaba una vida normal. La policía los detuvo en la aldea de Karnar, en el distrito de Bijapur, el 17 de mayo de 2016, y les sometió a terribles torturas. A Pande la violaron en grupo. El 21 de mayo los asesinaron, informándose de la muerte de dos maoístas en un enfrentamiento entre las aldeas de Reddi y Jargoyiyaa, dependientes de la comisaría de policía de Gangaluru, en el distrito de Bijapur.

Sukhram, militante de una organización de masas, de la aldea de Mudenar, en la zona de Kattelkayan, en el distrito de Dantewada, fue detenido y posteriormente asesinado el 23 de mayo de 2016.

El asesinato de Madakam Idime, de la aldea de Gompadu, ha sido ampliamente difundido. Madakam Idime, una mujer adivasi normal y corriente, fue secuestrada por la policía mientras molía arroz el 13 de junio de 2016. La llevaron a la jungla, la violaron brutalmente y luego la acribillaron. La ataviaron de guerrillera y la policía dijo, posteriormente, que una maoísta había muerto en un enfrentamiento. Gracias al esfuerzo de las gentes de la localidad y al denuedo de unos cuantos activistas sociales y demócratas como Soni Sori, este incidente ha trascendido.

Tres jóvenes de la aldea de Badesatti, dependiente de la comisaría de policía de Gadiras, en el distrito de Sukma, fueron detenidos y asesinados por la policía el 27 de junio de 2016.

La policía asesinó a un comandante de la milicia, Emula Seethu, de la aldea de Palnar en el distrito de Bijapur, el 5 de julio de 2016.

Ukkas, Raju, Akshman y Suduru, militantes del Ejército Guerrillero de Liberación Popular, fueron asesinados por la policía el 10 de julio de 2016 gracias a la complicidad de un traidor que les conocía y les había citado en cierto lugar. La policía emboscó y mató a los cuatro camaradas. Otros lograron huir.

El 15 de julio de 2016 fue asesinado Udde Budhram, campesino de la aldea de Sunchikunta, dependiente de la comisaría de policía de Pasagarh, en el distrito de Bijapur.

La policía rodeó la aldea de Gaganpalli, en la jurisdicción de la comisaría de Kunta, perteneciente al distrito de Sukma, y dio muerte a dos vecinos.
En la zona bajo jurisdicción de la comisaría de Palanpalli, en el mismo distrito, el 26 de julio de 2016 fue asesinado un aldeano.

El 12 de agosto, la policía difundió un nuevo montaje. Geetha Moonda, Undam Sannu y Phagu acababan de dejar el movimiento revolucionario y se dirigían a sus aldeas natales en Jharkhand. De camino, fueron abordados por la policía y asesinados. Los familiares de Geetha fueron desde Poosulakka, en el distrito de Bijapur, a recabar información de la policía. Les enseñaron el cuerpo pero no se lo entregaron. La policía era consciente de que si les entregaba el cadáver, podría destaparse que fue un asesinato y no un enfrentamiento real, así como las torturas policiales. El incidente de Madakam Idime aún coleaba en el recuerdo de las gentes cuando mataron a Geetha.

Un tal Arjun, anciano de 70 años, vecino del pueblo de Chandmetta, en el distrito de Jagadalpur, fue cruelmente asesinado el 16 de agosto de 2016. Para encubrir el crimen la policía informó de que se trataba de un comandante de la milicia. Eesa Khandelwal, activista dedicada a prestar asistencia legal, condenó duramente la actuación policial. Declaró que Arjun había sido detenido hacía un año en un mercadillo y que tenía 30 años. Le habían puesto en libertad hacía poco tiempo y le mataron en un falso enfrentamiento.

El 21 de agosto la policía detuvo a un joven en la zona boscosa de Errabore, en la demarcación de Kunta, lo asesinaron y, más tarde, anunciaron que había muerto en un enfrentamiento.

En la zona boscosa de Bejji, en el distrito de Sukma, fue asesinado el 24 de agosto en un falso enfrentamiento, a manos del ejército gubernamental, el aldeano Ponem Podiya. Para encubrir su vil asesinato pusieron un arma junto a su cadáver. Dijeron que era un maoísta buscado y sobre el que pesaban múltiples acusaciones.
Incremento de los ataques contra nuestras fuerzas armadas
En la tercera fase de la Operación Green Hunt se ha producido un gran incremento de los ataques contra las fuerzas guerrilleras. Las policías de Chhattisgarh y Telangana atacaron conjuntamente la aldea de Lankapalli, en el distrito de Bijapur, el 12 de junio de 2015. En el curso de los combates alcanzaron el martirio los camaradas Madakam Deve, Kuhdam Jogi y Vivek.

En la zona de Darbha, la policía asaltó el 29 de julio numerosas aldeas con el propósito de impedir la celebración del Día de los Mártires. En el tiroteo mataron a los camaradas Muchaki Nandal y Podiyami Ongal.

El 3 de septiembre de 2015 los camaradas Pramod Pottavi y Ranju Majji alcanzaron el martirio en la jungla de Chimmirikal, en la zona de Dhanora, distrito de Gadchiroli, en un ataque de los comandos C-60. Conforme a la ley, los cuerpos de los fallecidos deben entregarse a sus deudos. Sin embargo, en no pocas ocasiones se acosa a los adivasis de Dandakaranya cuando van a recuperar los cuerpos de sus familiares y amigos. Hay muchas familias que no pueden permitirse el lujo de gastar miles de rupias para enterrar a sus seres queridos.

El 15 de septiembre, los greyhounds detuvieron en el bosque de Thadvai, en el distrito de Warangal, en la frontera de Dandakaranya, a los camaradas Shruthi y Vidyasagar. Les sometieron a torturas inimaginables y luego los asesinaron. A la camarada Shruthi, además, la violaron.

El 7 de octubre, la policía atacó a un pelotón de la guerrilla cerca de la aldea de Chandametta, en las montañas de Thulasi Dongri, en la zona de Darbha. En el enfrentamiento resultó muerto el miembro del Ejército Guerrillero de Liberación Popular Dudi Piso.

El 13 de noviembre de 2015, murieron los camaradas Rainu, Vachami Rainu, Vachami Rukni, Madakam Junki y Emula Minulu en un ataque policial contra un pelotón de la guerrilla cerca de la aldea de Tudem, de la parte de Bhairamgarh. Rukni y Junki, que habían resultado heridos, fueron torturados y asesinados.

Los camaradas Modakam Mookal y Jogi murieron en un ataque de la policía contra un pelotón guerrillero en la aldea de Dabbakunta, en el distrito de Sukma, el 19 de noviembre de 2015.

Un pelotón de la guerrilla se encontraba cerca de la aldea de Nangalguda, en la zona de Darbha, el 22 de noviembre de 2015, cuando el ejército lo atacó. En el enfrentamiento murieron los camaradas Raame, Maase, Sanni y Pande. Algunas camaradas que resultaron heridas fueron torturadas, violadas y asesinadas.

El 6 de enero de 2016, el camarada Kudiyam Kamala murió en un ataque de la policía cerca de la aldea de Gottum, en la zona de Madded, demarcación de Bastar occidental.

El 11 de enero de 2016, la policía atacó a una agrupación guerrillera en la zona del parque nacional del distrito de Bijapur. Hemula Lachi fue herido, detenido, brutalmente torturado y asesinado.

El 1 de marzo de 2016, cientos de policías atacaron a las fuerzas guerrilleras cerca de la aldea de Bottem. En este ataque alcanzaron el martirio los camaradas Gottimukkala Ramesh, Yusuf Bi, Kiske Kamulu, Naroti Sanko, Srajana, Dhansari Saarakka, Kunjam Rame, Pdam Raju y Deve. Algunos de ellos cayeron vivos en manos de la policía, que los torturó salvajemente y asesinó.

El 20 de marzo de 2016, los comandos C-60 llevaron a cabo un ataque cerca de la aldea de Karka, en la demarcación de Etepalli, y mataron a los camaradas Harathi Pudo y Nirmala Dumma. A Harathi, que resultó gravemente herida, la capturaron y luego la asesinaron.

El 29 de marzo de 2016, 700 policías cercaron y atacaron a la guerrilla en el bosque entre Thirka y Sulenga, en el distrito de Narayanpur. En el curso del ataque murieron los camaradas Korram Sonaru, Gaando y Janaki Halami. A ésta última la apresaron herida y luego la mataron.

El 19 de abril de 2016, comandos de las fuerzas gubernamentales abrieron fuego indiscriminado sobre un pelotón guerrillero mientras nuestras fuerzas discutían sobre los problemas del pueblo con las gentes de la aldea de Kudukellu, en la circunscripción de Bhamragarh. En el tiroteo la camarada jefe Saritha Kovasi resultó herida y detenida. Los brutales comandos C-60 la mataron más tarde sin piedad.

Una miembro del Comité de Zona local, la camarada Rajitha Usendi, y otro camarada, se encontraban refugiados en la casa de un campesino adivasi en la aldea de Orrekassa, en la demarcación de Dhanora, el 9 de mayo de 2016. El propietario de la casa les traicionó y avisó a la policía, que los rodeó en un gran despliegue y comenzó a acribillar la vivienda desde vehículos blindados. La policía les conminó a rendirse pero los camaradas se negaron. Finalmente, la policía incendió la casa en la que los guerrilleros oponían una tenaz resistencia. A la camarada Rajitha la quemaron viva y el otro camarada logró escapar.

El 19 de mayo de 2016, la policía tendió una emboscada a un pelotón de la guerrilla en la zona de Anthagarh, en el distrito de Kanker. En ella murió el camarada Manjula.

Los comandos C-60 acribillaron a un pelotón guerrillero en la zona boscosa de la aldea de Veesamondi, en la comarca de Etapalli, el 29 de junio de 2016. En el tiroteo resulto muerto el joven camarada Samayya.

El camarada Manila Madakam alcanzó el martirio en un tiroteo con la policía en el bosque de Kohka, en la demarcación de Dhanora, el 28 de julio de 2016, mientras los revolucionarios se encontraban en plenos preparativos de la Semana en Memoria de los Mártires.

En un ataque de la policía el 17 de agosto en los alrededores de la aldea de Dabbakunna, en la zona de Dantewada, cuatro camaradas alcanzaron el martirio: el comandante Joga Podiyam, el vicecomandante Maanu Kovasi, el médico Rambathi y otro camarada más.

Los policías no sólo violan a las guerrilleras cuando las consiguen capturar vivas, sino que se dedican a ultrajar los cuerpos de nuestras camaradas muertas, muestra de sadismo que, según parece, les procura placer. El colmo de estas prácticas consiste en fotografiar y realizar videos de los cuerpos desnudos de nuestras camaradas, que luego cuelgan en Internet. Estos hechos repugnantes salieron a la luz cuando se registraron los teléfonos de policías muertos en los ataques del Ejército Guerrillero de Liberación Popular.
Innumerables muertes
Además de los asesinatos de personas desarmadas y de las matanzas de miembros de la guerrilla que la policía pretende hacer pasar por enfrentamientos, están también los casos de asesinatos sobre los que la policía guarda silencio.

El 4 de enero de 2016, la policía atacó la aldea de Kunna y apaleó indiscriminadamente a más de treinta personas, hombres y mujeres. Un joven, Laalu Sodi, murió como consecuencia de los golpes.

En la zona de Ganguluru, en la frontera del distrito de Bijapur, las fuerzas armadas gubernamentales atacaron los concejos de Pidiya, Doddi Thuknar, Handry y Gampur entre los días 16 y el 20 de febrero de 2016. Un niño inocente de apenas 8 años, Sodi Sannu, que se encontraba jugando delante de su casa en la aldea de Harra, en el concejo de Pidiya, fue tiroteado durante el ataque. La policía secuestró el cadáver del niño y lo enterró en la jungla en un intento de encubrir su sevicia. Cuando las mujeres fueron a reclamar el cuerpo, la policía les dijo: “No se produjeron disparos. ¿De dónde vamos a sacar el cuerpo? Si seguís insistiendo, os meteremos en la cárcel”. La prensa conocía el suceso, pero no lo hizo público debido a la censura no declarada impuesta sobre ella. En el mismo incidente, mataron a tiros a Kuhdam Gangal, que trabajaba en la jungla, y dejaron tirado allí mismo su cuerpo. A los cinco días los vecinos encontraron el cadáver.

El 11 de abril la policía disparó contra siete jóvenes que habían salido de caza cerca de Kandkipara, en Badegudra, en el distrito de Jagadalpur. En el tiroteo resultó herido el guarda Kartam Pandu. La policía lo arrestó y con él a las otras seis personas, todos ellos aterrorizados por el tiroteo. A Kartam Pandu le acusaron de ser miembro de la 24ª sección [de la guerrilla] y de enfrentarse con armas a la policía. Les culparon de la emboscada acaecida el 30 de marzo en Mailawada. A Pandu lo hospitalizaron y a los otros seis los encarcelaron. Supuestamente, Pandu se dio a la fuga del hospital. Otro de los detenidos con Pandu se llama Kartam Ungal. Cuando se produjo su arresto, su mujer, Oore, se encontraba en las últimas semanas de gestación. Trató de ver a su marido. Los policías se lo impidieron, golpeándola brutalmente con las culatas de sus fusiles, lo que afectó gravemente a su salud. Pocos días después dio a luz a un niño. Deseosa de que su marido lo conociera, se fue a la cárcel con el bebé. El mucho tiempo que hubo de esperar, así como la mala alimentación deterioraron su salud. Finalmente consiguió ver a su marido gracias a la intervención de activistas de una organización de derechos humanos, pero murió poco después. Éste es también un crimen de la policía.

La crueldad de la policía no terminó ahí. Los miembros de la familia de Ungal presentaron un recurso ante los tribunales para que se le permitiera participar en las exequias de su mujer. El tribunal falló a su favor, lo que obligaba a la policía a llevarlo a Kandkipara. Antes de llegar, sin embargo, lo devolvieron a la cárcel con el cuento de que los maoístas habían tratado de liberarlo.

A su vez, la policía informó de que un miembro de la 24ª sección [de la guerrilla] había resultado herido en un enfrentamiento en Kandkipara, en Badegudra, el 11 de abril. El herido fue ingresado en el hospital de Jagadalpur donde le extrajeron una bala de la pierna. Tras la operación, el herido se esfumó. La policía dijo que se había dado a la fuga. ¿Cómo puede fugarse una persona en situación de detención preventiva, recién operado de un disparo en la pierna y que aún no puede andar? Es, sin duda, otro montaje policial. Pandu, a quien la policía acusó de ser miembro de un pelotón [de la guerrilla], era un guarda a quien le gustaba cazar. Aquel día había salido de caza y estaba colocando trampas. Le dispararon, dijeron que se había tratado de un enfrentamiento y luego le hicieron desaparecer para encubrir el montaje. 

Durante la segunda semana de junio, un chófer de la oficina de recaudación de impuestos del distrito de Sukma fue asesinado. Sin mediar investigación alguna, la policía culpó a los maoístas, que nada tienen que ver con ello. Con toda seguridad, por la secuencia de los hechos, la policía está implicada en este crimen.
Aumento de las atrocidades contra las mujeres
Las atrocidades cometidas por el Estado contra las mujeres forman parte de las medidas represivas contra el movimiento revolucionario. El Estado también pretende, por esa vía, reducir el papel de la mujer en el seno de dicho movimiento.

En septiembre de 2015, todos los hombres, mujeres, niños y ancianos de la aldea de Chindkhadak, en el distrito de Kondagaon, fueron apaleados sin piedad durante dos horas. Los policías irrumpieron en las casas y desataron el pánico. A las mujeres les arrancaron la ropa y se comportaron de modo indecente.

El 11 de mayo de 2015, Maini Pungati, de la aldea de Udera, en la zona de Etapalli, en Gadchiroli, fue detenida por la policía mientras recolectaba flores de mahua en su parcela de tierra. La policía vejó a esta mujer de mediana edad. Le arrancaron la blusa y luego se la llevaron a la comisaria de Burgi. Los aldeanos se dirigieron hacia allí de inmediato y consiguieron rescatarla.

En la zona de Dhanora, al principio del monzón, tuvo lugar el siguiente incidente: la policía de Gadchiroli efectúa visitas por los pueblos con personas especialmente elegidas en el marco de la campaña “Maharashtra darshan” [“Mirar Maharashtra”, en hindi], cuyo propósito es que los jóvenes no se unan a los naxalitas. En el transcurso de una de esas visitas, secuestraron a varias estudiantes de séptimo año de Goddalivahi. A dos de las adolescentes las retuvieron los policías locales y las violaron, dejándolas ir más tarde. Una de las chicas cayó gravemente enferma y murió a los dos días. La otra sufre graves secuelas psicológicas.

En el mes de octubre de 2015 se produjeron tiroteos indiscriminados contra las poblaciones de Peda Gelluru, Chinna Gelluru, Pegidepalli, Gundam y otras aldeas. 40 mujeres fueron víctimas de las atrocidades policiales. Cuatro mujeres fueron violadas, incluyendo una niña de 14 años y una mujer embarazada. A la mujer embarazada la ahogaron en un estanque y luego la violaron. Las organizaciones de masas y los demócratas protestaron por estos hechos. De no ser así, este incidente se habría desvanecido en las tinieblas de la historia como muchos otros actos violentos cometidos por la policía y las fuerzas paramilitares.

En un incidente acaecido en las aldeas de Kunna y Pedda el 4 de enero de 2015, una mujer que se negó a indicar el camino recibió una terrible paliza. Más tarde entraron en el pueblo y golpearon a otras mujeres, a quienes acosaron y despojaron de sus ropas. Nueve mujeres fueron violadas en grupo.

Entre el 11 y el 15 de enero, la policía atacó las aldeas de Punnur, Nendra y Gottd, desatando el pánico. Siete mujeres fueron violadas en grupo. Numerosas mujeres fueron sometidas a malos tratos.

El 15 de julio de 2016, Rukni fue violada por un grupo de policías en la aldea de Sunchikuna, bajo jurisdicción de la comisaría de policía de Parsegarh, en el distrito de Bijapur. La llevaron a la comisaría inconsciente. Más tarde la policía la hizo desaparecer.
Ataques a aldeas: destrucción, saqueos, detenciones, torturas
En la tercera fase de la Operación Green Hunt se están produciendo operaciones de patrullaje y campaña en el curso de las cuales se llevan a cabo ataques incluso contra pueblos del interior. Ni una sola aldea ha quedado indemne. La policía entra en los pueblos como si se tratara de países enemigos, como un ejército conquistador. Golpean a los niños, los viejos y los jóvenes indiscriminadamente, los torturan y a las mujeres las acosan y violan. Destruyen los aperos y las herramientas, saquean el grano de las cosechas, arrasan los cultivos, roban el oro, el dinero, las cabras, los cerdos, las gallinas, los huevos y la ropa. Detienen al azar. No hay nada que las fuerzas policiales no se permitan. Las aldeas quedan en completo estado de indefensión después de los ataques policiales. Las gentes se ven obligadas a hacer inmediatamente un montón de cosas, entre ellas, tratar a toda prisa de obtener la liberación de sus familiares y amigos. Cualquier demora podría traducirse en su muerte. Hay que curar a los heridos y calmar a los críos. Y todo ello ante la falta de grano, sin aperos y con el hambre en los estómagos vacíos de los niños: la situación de las madres es inimaginable. Son las mujeres quienes tienen que ir a liberar a sus maridos. Cuando la policía ataca una aldea, las familias y las gentes tardan mucho tiempo en recuperarse física y mentalmente. Los constantes ataques los destrozan aún más. Ni que decir tiene que las familias de los fallecidos han de hacer frente a pérdidas irreparables.

Es fácil describir los actos violentos a que ha de hacer frente el pueblo. Pero no es posible hacerlo cuando se trata de relatar sus privaciones, sus heridas y su dolor.
Represión de reuniones y fiestas
El pueblo celebra muchas fiestas revolucionarias como el Bhumkal divas[2], el Día de la creación de los Janathana Sarkars revolucionarios, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, el 28 de julio, Día de los Mártires, el 21 de septiembre, Día de la fundación de nuestro Partido, el 2 de diciembre, Día en que se creó el Ejército Guerrillero de Liberación Popular y del llamamiento del movimiento revolucionario. Hay mítines y manifestaciones en tales ocasiones. En un intento de atemorizar al pueblo, la policía ha intensificado los ataques y los falsos enfrentamientos coincidiendo con dichas celebraciones.

Bajo la dirección del movimiento revolucionario el pueblo está rehaciendo su vida. De resultas de ello, cada año, entre el 10 de enero y el 10 de febrero, el pueblo participa masivamente en el programa de nivelación de tierras. A las clases explotadoras no les gusta que el pueblo progrese y se desarrolle, puesto que su fuerza reside en explotarlo, por ello tratan de hacer fracasar este programa. En la aldea de Jojod, en el distrito de Bijapur, dispararon indiscriminadamente contra los vecinos que tomaban parte en estas tareas. Cinco personas, incluyendo una niña de 14 años, fueron asesinadas, y otra mujer resultó gravemente herida. El mensaje está claro: el precio que el pueblo ha de pagar por la nivelación de sus tierras es su propia sangre.

El 29 de julio de 2015, fue atacada la aldea de Nehadi. Los artistas de Chetana Natya Manch, que participaban en los preparativos del Día de los Mártires también fueron atacados. De hecho, mataron a Hemula Podiyal. Al alterar estas actividades, se insultan y ofenden gravemente los sentimientos del pueblo. Son muchos los hijos e hijas de la tierra de Dandakaranya que se levantaron para liberar al mundo de las cadenas de la explotación, entregando sus vidas en la lucha. Por ello, sus padres, parientes y el pueblo en general desean celebrar la Semana de los Mártires entre el 28 de julio y el 3 de agosto. Quieren escuchar las historias de coraje y sacrificio en las canciones y en los relatos de sus camaradas.

Durante la Semana del Ejército Guerrillero de Liberación Popular, que se celebra cada año del 2 al 8 de diciembre, se repasan los éxitos y los fracasos de la guerra popular durante el último año. Se deciden las tareas inmediatas. El pueblo es parte directa o indirecta de todos y cada uno de los éxitos de la guerra popular. Sus sacrificios también forman parte de ella, de modo que hablar de tales éxitos significa igualmente recordar sus sacrificios y los de sus hijos. Es por ello que el Estado interviene con tan áspera crueldad en estas ocasiones tan emotivas.
Mentiras y propaganda hostil
La guerra psicológica, como parte integrante de la guerra multiforme declarada por el Estado, se basa en las mentiras y en la propaganda hostil. No hay día que el Inspector General de Bastar, Sivaram Prasad Kalluri, no lance una nueva mentira, participando de ese modo en la manipulación propagandística hostil. Justifica las brutales acciones represivas de sus tropas. Trata de vilipendiar al movimiento revolucionario. Describe los incidentes en que son torturadas y asesinadas personas indefensas como enfrentamientos. Cuando algún policía cae herido o muerto en un enfrentamiento con las fuerzas guerrilleras y la guerrilla no sufre bajas, se difunde la especie de que entre los maoístas ha habido muchas víctimas. La mayoría de las rendiciones de que informa la policía también son falsas. Se obliga a “rendirse” a personas cogidas a lazo que asisten a los mercadillos semanales o que esperan el autobús o el tren, haciéndoles pasar por guerrilleros. Se les fuerza a propagar las mentiras que el gobierno y la policía desean hacer creer. Se divulgan supuestas diferencias entre los dirigentes del Partido, divisiones entre los cuadros telugus y koyas, entre los cuadros locales y de fuera, se dice que las operaciones de planificación familiar son forzadas y otras muchas mentiras flagrantes.

El Superintendente de Policía del distrito de Gadchiroli, Sandeep Patil, somete a terribles torturas a los campesinos. Estas torturas recuerdan a las de los razakars de las luchas de otro tiempo en Telangana. De marzo a junio de 2016, cerca de cuatrocientos campesinos fueron cruelmente golpeados y rociadas sus heridas con sal y guindilla en polvo. A los más jóvenes los ataron con cuerdas por los hombros y los arrastraron por el camino. En Thodgatta a un campesino le descoyuntaron las piernas: por falta de movilidad ya no puede valerse de ellas. La policía no tolera que nadie vaya por la jungla con un cayado. Si ven a alguien haciendo sus necesidades, la policía lo toma por maoísta y lo tortura.

A los campesinos de Kandala (Aheri) y Bhatmalani (Tipragarh), en el mismo distrito, les dispararon y aterrorizaron mientras cazaban. En la zona de Kasamsur, mataron a golpes a un campesino porque no había oído a la policía. De hecho, era sordo de nacimiento. Pero la policía no hace distingos con cosas así.

En el ámbito de la manipulación propagandística, se difundió en diciembre de 2015 que los maoístas habían asesinado a un niño de cuatro meses. Se organizaron una manifestación y un mitin de protesta en Jagadalpur. En realidad, el niño murió por asfixia al caer del regazo de su madre, que se encontraba en estado de ebriedad.

En Abujmarh, el Inspector Jefe de Policía, Kalluri, anunció a bombo y platillo que 20 miembros de las tribus habían sido asesinados en 15 días. Apenas dos días más tarde, nada menos que sus propios funcionarios de policía desmintieron tales declaraciones. Las mentiras de Kalluri han quedado al desnudo después de lo que dijo sobre el ataque con ácido a Soni Sodi. Llegó a afirmar que sus familiares estaban implicados en este ataque e incluso trató de detenerlos. Más tarde sostuvo que tanto Umar Khalid, un estudiante de la Jawaharlal Nehru University, detenido por sedición, como los maoístas estaban también involucrados. Soni Sodi, sin embargo, afirmó taxativamente que Kalluri estaba implicado en este ataque. Los demócratas y las organizaciones de masas que se oponen a la violencia del Estado son tildados de maoístas y de pertenecer a organizaciones frentistas de los maoístas. Por medio de estas mentiras y manipulaciones tratan de alejar al pueblo del movimiento revolucionario.
Formación de organizaciones antirrevolucionarias y fascistas
A pesar de los cientos de miles de militares, paramilitares y policías de que disponen para la represión, el gobierno central y los gobiernos de los distintos estados fomentan la formación de organizaciones fascistas y ejércitos privados de mercenarios. Fueron ellos los que perpetraron masacres como la de Janajagarana, ejecutada por los mercenarios del grupo Salva Judum [“Marcha por la paz”, en hindi]. Ahora pretenden poner en marcha una reedición del Salva Judum. Con tal propósito, están formando plataformas unitarias como Samajik (de organizaciones afectadas por el naxalismo), Mahila, y otras bandas reaccionarias, integradas por mercenarios del antiguo Salva Judum, elementos antisociales, antipopulares y quienes fueron castigados por el movimiento. Su objetivo son los demócratas que se oponen a la violencia estatal. El programa de estas organizaciones consiste en celebrar manifestaciones y mítines y propagar mentiras sobre el movimiento revolucionario.

So pretexto de oponerse a la violencia naxalita, la Samajik Ektha Manch [“Plataforma Social Unitaria”, en hindi] promovió una “manifestación de protesta” y un mitin que tuvieron lugar el 22 de diciembre de 2015 en Jagadalpur. Bajo amenazas y por la fuerzas se obligó a participar en dichos actos a gente corriente y a escolares.

Desde 2014, intelectuales del gobierno como los catedráticos Arvind Solni y Milind Thudse, o Srikanth Bhovthe, Datta Sirke, Indrajith Rokte, Prasanth Mahalle y otros, auspiciados por el gobierno de Maharashtra, han empezaron a oponerse a las actividades revolucionarias. Se dedican a actividades como organizar a quienes fueron castigados por la guerrilla en los tribunales populares, a participar en huelgas de hambre, a fomentar la participación popular en las elecciones, a organizar marchas “por la paz” en contra de la violencia maoísta en Bastar o a animar a la gente a que contribuya gratuitamente con su trabajo a la construcción de caminos y sistemas de alcantarillado. La policía apoya totalmente estas actividades. Desde el año 2015 una organización llamada Bhoomkal está consagrada a la propaganda antirrevolucionaria. Como la policía es incapaz de encontrar miembros suficientes para estas organizaciones en las zonas de combate, los recluta en Chandrapur, Nagpur, Mumbai y otras ciudades similares.

Mientras el pueblo exige que se cumpla la Ley de Extensión de las Comunidades a las Áreas Programadas [PESA[3], en sus siglas en inglés] en las zonas del quinto programa, la policía hace oídos sordos. Además se dedica a difundir el rumor de que tal exigencia está instigada por los maoístas. La policía ha ordenado organizar Gram Sabhas[4] en las aldeas siguiendo sus propias instrucciones. Por otra parte, Suresh Barsagade, que está desarrollando actividades en la comarca de Etapalli con el apoyo de la policía, a cuenta de Jan Hithvadi Manch, pretende engañar al pueblo diciendo que la PESA se aplicará de acuerdo con las enmiendas del gobernador. Swajan, una organización patrocinada por Suiza, está llevando a cabo programas que fomentan leyes como la PESA en la zona de Bhamragarh, con el objetivo de despertar la conciencia de las gentes.

Cabe recordar que también Hitler creó organizaciones parecidas para matar comunistas, judíos, y liquidar a las organizaciones obreras y a la oposición. Está claro que en nuestro país la burocracia fascista se oculta tras el velo de la democracia.
Férrea mordaza contra la libertad de expresión
La extensión de la violencia estatal contra los pueblos tribales y no tribales de Dandakaranya pretende extender la ley del silencio. El Estado no tolera que el pueblo hable e intenta acallar las voces de protesta. De ese modo, ataca a las organizaciones democráticas, a los demócratas, a los periodistas y a los partidos de oposición por medio de la policía y de las organizaciones que subvenciona. Un número indeterminado de mercenarios dirigidos por el gobierno y la policía, por ejemplo, atacó la casa de Soni Sodi. Colgaron carteles en los que se le conminaba a no acercarse a Bijapur. Recientemente le arrojaron ácido a la cara. A personas como Eesa Khandelwal, Paarijatha Bharadwaj y Saalini Gera, abogadas, y a activistas de organizaciones de voluntariado y sociales, como Bela Bhatia, que prestan asistencia legal gratuita a los miembros de las tribus a través del Grupo de Ayuda Legal de Jagadalpur, los han amenazado y atacado. También han asaltado sus casas. A los propietarios de sus viviendas les han amenazado con echarlos de sus casas alquiladas. Mahila Ektha Manch organizó una manifestación contra la catedrática Nandini Sundar, que había presentado una demanda en la Corte Suprema contra Samajik Ektha Manch. La quemaron en efigie. El Colegio de Abogados de Jagadalpur negó su apoyo a los activistas legales de los pueblos tribales. Resulta lamentable que el Colegio de Abogados, que debería ayudar a proteger la justicia, los derechos democráticos y otros valores semejantes, sea tan injusto y antidemocrático.

Los medios de comunicación se enfrentan a la amenaza de cuantiosas sanciones en un intento de evitar, de ese modo, que arrojen luz sobre la represión contra el pueblo. Cabe recordar que el antiguo Superintendente de Policía ordenó en su día por radio, en tiempos del Salva Judum, dar muerte a cualquier reportero que se dirigiera a las zonas del interior para recabar información. Así, resultaron detenidos Somaru Nag, Santosh Yadav, Prabhath Singh, Deepak Jayaswal y otros periodistas a quienes se aplicó la Ley de Prevención de Actividades Ilegales [UAPA, en sus siglas en inglés] y se encarceló posteriormente. Los mercenarios de la Samajik Ektha Manch han atacado y vejado a Malini Subrahmanyam, periodista independiente que ha trabajado en Jagadalpur en estos últimos cinco años, y que se ha visto obligada a marcharse de dicha ciudad.

El conocido corresponsal de la BBC Alok Putul, que se desplazó a Jagadalpur para conocer los hechos que rodeaban el falso enfrentamiento de Adamal, recibió amenazas. Samajik Ektha Manch organizó una manifestación contra él. Alok Putul tuvo que abandonar Jagadalpur y huir a Raipur para salvar la vida.

También han proscrito a los dirigentes y militantes del Partido del Congreso que critican la represión contra el pueblo, lo que pone de relieve la actitud fascista de la represión estatal. El Partido del Congreso convocó una manifestación bajo el lema “Lokthanthr Bachao” [“Proteger la democracia”, en hindi] el 16 de febrero en Bastar. En las condiciones reinantes en Bastar, el Partido del Congreso no ha podido menos de adoptar este tipo de acciones. La policía golpeó a los manifestantes. Muchos de ellos resultaron gravemente heridos. La policía acosa a los dirigentes y militantes del Partido del Congreso que critican la represión policial. A esos dirigentes les han retirado la protección policial.

Mientras tanto, la dirigente del Partido Aam Aadmi [Partido del “Hombre Corriente”, en hindi], Soni Sori, convocó una marcha del 9 al 15 de agosto bajo el lema Kranthi Yathra en Bastar. Durante la gira intentó dar a conocer las atrocidades que comete la policía contra las mujeres y los campesinos de Bastar. La policía la estuvo persiguiendo durante una semana.

La organización Bharath Jan Andolan ha trabajado en el distrito de Gadchiroli los últimos veinte años. Fue el difunto BD Sharma quien animó a su creación. En un principio la organización limitó sus actividades al distrito de Dhanora, si bien posteriormente las extendió a otros distritos. Aunque los estudiantes exigen la aplicación de la PESA y se involucran en diversas organizaciones de voluntariado, la policía ha puesto en su punto de mira especialmente a Bharath Jan Andolan, a quienes persigue y tacha de maoístas. El famoso Dr. Prakash Aamte, que ha servido al pueblo en los ámbitos de la educación y de la medicina durante los últimos cuatro decenios, también se ha convertido en un objetivo de la criminalización policial. Del mismo modo, la policía ha acusado de simpatizar con los maoístas y no ha parado de acosar a Abhay Bang y Rani Bang, trabajadores ambos en el campo de la medicina en la comarca de Dhanora durante los últimos 30 años, además de a otros muchos médicos, profesores, periodistas, enfermeros, cargos comunitarios, etc.
Leyes crueles, penas rigurosas
El Estado dice que cualquier persona debe ser tratada con arreglo a la ley. Pero él mismo nunca se somete a sus propias leyes: falsos enfrentamientos, todo tipo de atrocidades, detenciones simuladas, torturas, ataques a aldeas... la ley jamás se cumple. Por un lado, el Estado viola las leyes y, por el otro, cuando le conviene, emplea dichas leyes para reprimir: ahí están la UAPA, la Ley de Seguridad Especial de Chhattisgarh del año 2005, la Ley de Control del Crimen Organizado de Maharashtra [MACOCA, en sus siglas en inglés] y otras leyes igual de crueles e injustas. Al amparo de estas leyes, el gobierno encarceló a cientos de personas y de revolucionarios en Chhattisgarh y Maharashtra. Los tribunales dictan rigurosas penas de cárcel contra todos aquellos a quienes la policía detiene bajo la acusación de ser maoístas, lo que pone de manifiesto, una vez más, la mentira de la independencia del sistema judicial: en realidad, los departamentos administrativo, judicial y policial son uno y el mismo

La camarada Nirmala fue encarcelada tras la celebración de juicio en la prisión central de Jagadalpur, a mediados de 2007. Ya ha sido absuelta de más de 150 acusaciones. Aun así, recaen sobre ella nuevas denuncias falsas que la mantienen en prisión. Tal vez nadie en la historia haya sido acusado judicialmente tantas veces, sobre todo tratándose de una mujer.

A la camarada Padma, que se encuentra en la misma cárcel, la han puesto en libertad tres veces hasta la fecha. Sin embargo, en cada una de esas ocasiones, la han vuelto a detener frente a la puerta de la cárcel, acusada de nuevos delitos.

Madakam Gopanna corre la misma suerte. Absuelto de todos los cargos tras pasar nueve años en prisión, fue detenido otra vez e imputado bajo nuevas acusaciones.

La camarada Malathi se encuentra en la cárcel central de Raipur desde enero de 2008: ha pasado en prisión diez años acusada con pruebas falsas por el caso CD (¿?). También estaba condenada a siete años por tenencia de armas. La sentencia judicial dice que ambas penas no son acumulativas. No obstante, la segunda se ha sumado a la primera. El gobierno está haciendo todo lo posible para que no salga de la cárcel.

Angela Sontake completó su condena en la prisión de Mumbai en Maharashtra, pero ha sido imputada en nuevas causas.

Los presos malviven hacinados en las cárceles de Chhattisgarh y Maharashtra. En ellas hay carencia de alimentos adecuados, faltan infraestructuras de todo tipo, son frecuentes los problemas de salud y la tensión psicológica producida por las condiciones de la reclusión. Además se maltrata a los presos que, muchos de ellos, mueren antes de cumplir condena. Asimismo, el retraso en la celebración de los juicios provoca que muchos estén años y años en situación de preventivos. Se violan escandalosamente todos los derechos de los prisioneros.

Muchos revolucionarios y campesinos languidecen durante años en las cárceles de Mumbai, Nagpur, Chandrapur y Yavathmal en Maharashtra. Hay más de diez personas condenadas a cadena perpetua por denuncias falsas. Los camaradas Duga, Manas y otros revolucionarios siguen en prisión. Los campesinos de Kamalapur, Challevada, Rajaram y otras aldeas detenidos durante la conferencia de Kamalapur para impedir su celebración, siguen a la espera de juicio.
Los efectos de la represión en la vida del pueblo
No es fácil explicar hasta qué punto afecta la represión a la vida del pueblo. Debido a la acción represiva, la vida económica, política, social y cultural de las gentes se está apagando. Las familias que perdieron a alguno de sus miembros no podrán jamás recuperarse del todo. Se producen heridas incurables en los sometidos a torturas y penas de cárcel. No es sólo la distancia física y el pesar psicológico lo que afecta a las familias de los presos. Se trata también del perjuicio económico. Las familias se ven obligadas a malbaratar su ganado y sus tierras para costear una justicia que es, por otro lado, un espejismo. Se ven obligadas a pedir dinero prestado. Por su parte, el efecto de la pérdida de casas, cultivos y otras propiedades en los ataques es a largo plazo.

La vida cotidiana resulta también gravemente afectada. Las gentes, sean pueblos tribales o no, dependen tanto del bosque como de la agricultura. Sin embargo, debido a las frecuentes rondas y ataques de las fuerzas armadas del gobierno, al aumento de la presencia policial y a la construcción de campamentos militares en las aldeas, medidas todas ellas de control sobre el terreno, no hay aldea, casa, tierra o bosque que sea seguro para el pueblo. La inseguridad los persigue. De ese modo, tanto la agricultura como el aprovechamiento de productos de la jungla se ven afectados. Debido a la atmósfera de inseguridad en los pueblos, la gente, en especial los jóvenes, se ve obligada a emigrar para buscar trabajo. Los dueños de los inmensos recursos de los bosques, los hijos de la jungla, se ven obligados a ir a lugares desconocidos a vivir como esclavos.

Las gentes dependen principalmente del bosque y de la tierra en su vida cotidiana y acuden a los mercados semanales para comprar sal, cebollas y otros productos similares que necesitan. Debido a las patrullas y las medidas de seguridad sobre el terreno, la gente tiene miedo de ir al mercado. Como la policía también ataca los mercados semanales, éstos no siempre se celebran con regularidad. Al mismo tiempo, al no tener la gente mucha capacidad de consumo, una semana sin mercado les crea incomodidades para poder hacer frente a sus necesidades básicas, en especial, el acceso a la sal.

Los habitantes de Dandakaranya dependen sobre todo de los productos tradicionales y de los médicos locales para su salud. Sólo acuden a los hospitales de las ciudades cercanas cuando se trata de enfermedades graves. En las aldeas donde funcionan los Janathana Sarkars revolucionarios, el pueblo recibe un tratamiento relativamente mejor. Ahora, debido a la represión, los Janathana Sarkars se enfrentan a mayores dificultades y ha crecido el miedo a acudir a los hospitales incluso para las enfermedades graves.

La misma situación se produce en el ámbito de la educación. No hay escuelas en las zonas del interior. Y aun cuando hubiera escuelas, no hay maestros. Así que la alfabetización en las áreas selváticas no existe. Aunque los Janathana Sarkars ponen en funcionamiento escuelas para revertir esta situación, el Estado las destruye, asesina a los maestros y priva a los niños de educación. Algunos muchachos que van a las ciudades cercanas desde las zonas del interior no resisten el acoso policial y dejan los estudios.

Algunas escuelas de aldea han sido transformadas en cuarteles policiales y militares. La Corte Suprema ordenó que la policía desalojara dichos colegios en enero de 2011. El gobierno estatal solicitó cuatro meses para poner en práctica la medida de la Corte Suprema, pero hace ya más de cuatro años de aquella decisión, y la policía sigue sin abandonar los centros escolares. Todo ello afecta gravemente a los estudios de los niños, en especial a las niñas.

El ocio, las bodas, los funerales, las ceremonias, las festividades y todo tipo de actos sociales se ven afectados, perturbando, de esa manera, las tradiciones culturales del pueblo.
Forzados a arrancarse los ojos con sus propias manos

Por un lado, el Estado desata una violencia ilimitada que altera la vida familiar y social del pueblo en la zona del movimiento revolucionario. Por otra parte, el propio Estado crea las condiciones para la violencia y los instrumentos de violencia, convulsionando así la vida social y familiar. Algunas personas se ven obligadas a convertirse en soplones y colaboradores de la policía por medio de amenazas y promesas. La policía o los Grupos de Reserva de Distrito reclutan a muchas de las personas que se rinden. Los jóvenes desempleados y con poca formación sólo encuentran trabajo en las fuerzas armadas. El gobierno anunció la formación de cuatro batallones en Chhattisgarh, en cuyas filas habrá tres mil adivasis. La mayoría de las personas que forman parte ahora de la elite política se enfrentan abiertamente a los miembros de sus familias que consiguen tales trabajos. Todo ello provoca divisiones en las familias, entre parientes y vecinos, y en las aldeas. La incomprensión no deja de crecer. Resulta increíble que haya padres que hayan pedido matar a sus propios hijos que, convertidos en traidores, se dedican a damnificar al pueblo. Así es cómo las clases dominantes explotadoras trastornan las relaciones familiares y sociales en pro de sus intereses.
Las masas revolucionarias protestan contra la represión
Resultado de imagen de NAXALITASLas masas revolucionarias de Dandakaranya han demostrado una vez más la verdad histórica de que la represión lleva a la resistencia. Hacen frente valientemente a la represión y apoyan al Ejército Guerrillero de Liberación Popular que protege el movimiento revolucionario a costa de innumerables sacrificios. Las clases dominantes sueñan con alejar al pueblo del movimiento revolucionario por medio de la amenaza de la represión. Sin embargo, lo que está haciendo la represión es templar al pueblo. Las mujeres tienen un papel más activo en la resistencia. La rutina diaria de la policía consiste en atacar las aldeas, golpear a quienes se cruzan con ellos o detenerlos. A quienes detienen, los asesinan so capa de supuestos enfrentamientos, los encarcelan bajo acusaciones falsas o los convierten en informadores por miedo a las amenazas. Pero en muchas ocasiones, la gente, y en especial las mujeres, persiguen a la policía, los bloquean y consiguen liberar a sus maridos. Si la policía no los deja libres, van a las comisarías y campamentos y luchan. El pueblo recoge los cuerpos de sus muertos a tiros y prepara sus exequias. He aquí algunos casos.

A Kovasi Kosa, de Chinthaguppa, le asesinaron mientras recogía mahua el 31 de marzo de 2015. De nuevo difundieron el cuento archisabido de un supuesto enfrentamiento. La gente que le conocía fue a Sukuma a protestar. La mayoría de los manifestantes eran mujeres. Más tarde, llevaron el cadáver a Chinthaguppa, lo pusieron delante de la comisaría y organizaron un escrache. Las mujeres enfurecidas se abalanzaron sobre la policía con palos y piedras. Dos policías resultaron heridos.

El mismo día, la policía de Dornapal atacó el pueblo de Burakapal, en la zona Jegurugonda, y detuvo a nueve aldeanos que pescaban. 90 mujeres fueron a Dornapal, se enfrentaron a la policía y llevaron a sus maridos de vuelta a casa.

El 12 de julio de 2015, la policía de Pamed, en Bastar del Sur, rodeó la aldea de Dharmaram y golpeó indiscriminadamente a 18 vecinos. Más tarde, los detuvieron, entraron en sus casas y se dedicaron a saquear sus propiedades. Decenas de mujeres, hartas de los excesos de la policía, se unieron y les hicieron frente con lo que tenían a mano, como palos y piedras.

Más arriba hemos dado detalles de cómo la policía había matado a un artista, a Hemula Podiyal, al disparar indiscriminadamente contra los miembros del grupo Chethana Natya Manch, en el curso del asalto a la aldea de Nehadi el 29 de julio de 2015. La policía se llevó su cuerpo y detuvo a los otros 19 artistas. En ese momento los muchachos del pueblo, pequeños y mayores, se unieron y trataron de parar a la policía. La policía, que no podía tolerarlo, cargó contra el pueblo. En los disturbios, 45 mujeres resultaron gravemente heridas. No obstante la resistencia popular, la policía se llevó a los artistas. Aun así, los vecinos no se arredraron a pesar de los golpes. Alrededor de 300 personas siguieron a la policía hasta Dantewada y, finalmente, consiguieron que los pusieran en libertad.

En agosto de 2015, la policía de los cuarteles de Basaguda-Sarkenguda salió de patrulla, rodeó la aldea de Gundam, detuvo a 17 campesinos y se los llevó al campamento de Basaguda. Casi 200 mujeres y 14 hombres rodearon el campamento y lograron llevarse a sus familiares y amigos con ellos.

La policía atacó el mercado semanal de Chinthalnar el 5 de agosto de 2015 y comenzó a hostigar a muchos aldeanos de Surpanguda, Morpalli, Silinger y Peda Bodkal. A la vista de lo que estaba sucediendo, las mujeres que estaban en el mercado se organizaron y se enfrentaron a la policía. Rodearon la comisaría y comenzaron a protestar. Menos a cinco personas, la policía tuvo que liberar a todos los detenidos.

Del mismo modo, en la segunda semana de agosto de 2015, la policía atacó la aldea de Mapad y detuvo a 18 personas. El pueblo organizó un escrache en la comisaría durante 48 horas y consiguió liberarlos.

El 21 de septiembre de 2015, cerca de diez mil personas de un centenar de aldeas se reunieron en el centro de la comarca para condenar la muerte a tiros de Birusu Aathram, del pueblo de Gattepalli, en la comarca de Etapalli, distrito de Gadchiroli. Ya antes se había celebrado otra manifestación en la misma ciudad el 19 de mayo. Más de diez mil hombres y mujeres participaron en una manifestación de protesta por la sevicia con que los Comandos trataron el 11 de mayo a Maini Pungati, de la aldea de Udera. Presentaron un memorándum al Jefe de Policía Nalvade en que condenaban las atrocidades policiales contra las mujeres y exigían acciones contra los culpables. El 10 de febrero de 2016, quince mil personas participaron en la gran manifestación que se celebró en la ciudad de Etapalli para condenar las atrocidades policiales y en contra de los desplazamientos forzosos. A excepción de los miembros comunales del Baratiya Janata Party [BJP, “Partido Popular Indio”, en hindi] y de la coalición [hinduista] Sangh Parivar, todos los sectores de la población y diversos partidos políticos tomaron parte en la manifestación.

El 30 de septiembre de 2015, la policía de Telangana-Chhattisgarh atacó las aldeas de Tettemadugu, Dormangum y Pusuguda, en la zona de Kishtaram de la región de Bastar del Sur. Detuvo a 21 personas y las encerró en los calabozos de la comisaría de policía de Edurallapalli. 82 mujeres persiguieron a la policía, rodearon la comisaría y consiguieron liberar a los arrestados.

La policía cargó contra la multitud en el mercado semanal de Palnar, en la región de Darbha. Cerca de mil personas, entre ellas el alcalde, profesores y comerciantes, se manifestaron frente a la comisaría. Dos agentes fueron suspendidos de empleo y sueldo en un intento de lavar la cara a la policía.

En la misma región, cinco aldeanos de Gudra Khankipara fueron detenidos y llevados a Kuvakunda. Miles de personas de 27 consejos locales diferentes rodearon la comisaría en protesta por las detenciones, blandiendo sus armas tradicionales y exigiendo la liberación o el procesamiento formal de los aldeanos.

Sodi Ramesh, de Surpanguda, en la zona de Jegurogonda, fue detenido mientras se dirigía a visitar a sus parientes el 14 de octubre de 2015 y llevado a la comisaría de Narsapuram. Lo torturaron. Tan pronto como tuvieron conocimiento de estos hechos, 120 mujeres y 70 hombres rodearon el cuartel y consiguieron liberar a Ramesh.

El 7 de noviembre de 2015 fuerzas de la CRPF, los Comandos COBRA y los DRG de los campamentos de Dornapal, Misma, Kerlapal, Pulbagadi, Ramavaram y Gadiras atacaron simultáneamente las aldeas de cuatro consejos en la zona de Kerlapal. Golpearon a muchas personas, redujeron a escombros los monumentos a los mártires y destruyeron todo lo que encontraron a su paso. Los pelotones de la milicia de las aldeas hicieron frente al ataque con sus armas tradicionales y la policía terminó huyendo.

El 19 de noviembre de 2015, Thathi Sohan, estudiante de octavo en Cherpal, en el distrito de Bijapur, fue golpeado salvajemente mientras iba camino de su pueblo natal, Saavnaar. El muchacho comenzó a sangrar por los oídos y la boca y cayó inconsciente. Se produjo una gran protesta por este incidente. Los 550 estudiantes de su escuela boicotearon las clases. El 2 de diciembre de 2015, los estudiantes participaron en una gran manifestación de repulsa.

La policía atacó la aldea de Kadiyametta, en el distrito de Kondagaon, en Bastar Oriental, el 1 de noviembre de 2015 y trató de llevarse a 22 aldeanos. Las mujeres desbarataron valientemente los planes de la policía. Los rodearon y se enfrentaron con las fuerzas de los DRG durante una hora, tras lo cual la policía tuvo que soltar a los detenidos.

La policía detuvo a nueve aldeanos el 17 de noviembre de 2015 en la aldea Raynar, en la región de Maad y los condujo a la comisaría de Orcha. Las mujeres se organizaron rápidamente y persiguieron a la policía hasta el cuartel. Allí realizaron una manifestación y lograron que sus hombres fueran liberados.

El 8 de marzo de 2016 hubo una gran manifestación, en la que participaron unas 40 mil personas, para protestar contra las atrocidades policiales cometidas contra las mujeres en las zonas de combate de los distritos de Sukma, Dantewada y Bijapur. Varias organizaciones sociales y de la mujer, así como el Partido del Congreso, organizaron conjuntamente la manifestación. Entre los lemas que se pudieron escuchar durante la marcha cabe destacar los siguientes: “Castigo para los policías que cometen atrocidades”, “Hay que echar al Inspector General de Policía Kalluri, asesino de adivasis” y “No más represión policial en Bastar”.

Estudiantes de Bijapur y sus padres informaron a la prensa del asalto policial a la residencia de chicas y de la insolencia y atrevimiento de la policía con ellas.

La organización Sarv Samaj organizó una huelga en Bastar el 16 de julio de 2016 contra las atrocidades y matanzas de mujeres en Dandakaranya, junto con Madakam Idime. En esta ocasión los manifestantes presentaron doce puntos, entre los que figuraba la suspensión de Kalluri, Inspector General de Policía. Varias organizaciones de masas, partidos y sindicatos expresaron igualmente su solidaridad con esta huelga.

La resistencia popular no se produce sólo para salvar la propia existencia y los recursos de estas gentes. También es para proteger el futuro del país y del mundo entero. Así que el deber del pueblo, del país y del mundo es apoyar a estas personas.
Unámonos todos en contra de la guerra contra el pueblo
¡Queridos camaradas! ¡Querido Pueblo!
Las muy minoritarias clases dominantes y explotadoras han desencadenado una guerra injusta: la operación Green Hunt y la Misión-2016 contra el pueblo de Dandakaranya en su conjunto. Es una tarea histórica extender la agitación por todo el país para hacer frente a dicha guerra. Todo el mundo conoce el terror que provocó la campaña militar fascista del Salva Judum entre 2005 y 2009. El movimiento revolucionario se enfrentó a ello con las tácticas políticas, organizativas y militares adecuadas. Además de la resistencia del Ejército Guerrillero de Liberación Popular, la agitación popular y la firmeza y determinación de intelectuales democráticos, artistas, periodistas, historiadores, estudiantes y patriotas del país y del mundo entero permitió derrotar al Salva Judum. Con la experiencia de la derrota del Salva Judum, el pueblo de Dandakaranya está realizando innumerables sacrificios y enfrentándose a la campaña Green Hunt con gran valentía. El pueblo necesita más solidaridad.

Los Janathana Sarkars revolucionarios están poniendo en práctica un auténtico modelo de desarrollo para la mayoría del pueblo, un modelo de desarrollo que protege el futuro de las generaciones futuras y sus recursos naturales y minerales, además del medioambiente del país. Por ello es necesario proteger a los Janatana Sarkars revolucionarios y, por lo tanto, organizar protestas contra la masacre que se está produciendo en Dandakaranya. Es necesario oponerse a la propuesta de ataques aéreos y ataques con bombas.

¡Adelante, pues, marchemos todos unidos!
- ¡Protestemos contra la cruel represión militar, la operación Green Hunt organizada contra el pueblo y el movimiento revolucionario!
- ¡Alcemos la voz contra la Misión-2016 que se desarrolla en Dandakaranya, especialmente en Bastar!
- ¡Exijamos la retirada de la decisión de realizar ataques aéreos en las zonas de combate!
- ¡Construyamos un amplio movimiento militante, secular y de masas contra el fascismo nacionalista e hinduista!
***



[1] Canciones del folclore telugu. [Nota de los traductores]
[2] En recuerdo del levantamiento de 1910 de los pueblos tribales contra la dominación británica. [N. de los t.] 
[3] Dicha ley, de 1996, pretende fomentar el autogobierno de las comunidades o Gram Sabhas en una serie de áreas programadas de la India. [N. de los t.]
[4] Las Gram Sabhas, fundamento del sistema de Panchayati Raj, se componen de todos los adultos de la localidad. [N. de los t.]

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