En la propaganda del Primero de Mayo de este año, el llamado
Grupo Comunista Revolucionario de Colombia – GCR distribuyó el
comunicado “Se necesita, y es posible, una verdadera REVOLUCIÓN”. Una declaración en apariencia revolucionaria pero en esencia reaccionaria, que exige de los comunistas un enérgico rechazo.
En su comunicado, los jefes del GCR hacen declaraciones formales o retóricas acerca de las condiciones, la necesidad y posibilidad de la revolución; sin embargo, de conjunto su mensaje es desesperanzador y claudicante, como hipócrita y lastimera su alusión al Centenario de la Gran Revolución de Octubre.
Empezando por el significado de la Revolución de Octubre, los jefes del GCR se limitan a decir: “A cuatro décadas del fin de la primera etapa de la revolución, las calumnias, tergiversaciones y burdas mentiras sobre el socialismo y el comunismo no hacen más que arreciar. Y el centenario de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, pone como exigencia arreciar también la lucha por poner las cosas en claro al respecto”.
Sin embargo, no dejan nada en claro, porque la “nueva síntesis” de su nuevo salvador Avakian renegó de la herencia de la Revolución de Octubre: renegó de la idea según la cual la Revolución de Octubre inauguró la era de la Revolución Proletaria Mundial; renegó de la necesidad de un Partido revolucionario del proletariado; renegó de la necesidad de destruir el viejo Estado de las clases explotadoras para instaurar un nuevo Estado de obreros y campesinos armados; renegó de la necesidad de la Dictadura omnímoda del Proletariado, necesaria para llevar a cabo la emancipación de los trabajadores y acabar con las diferencias de clase. En el fondo, al eludir los asuntos esenciales de la gran Revolución de Octubre, el revisionismo de la “nueva síntesis de Avakian” y los jefes del GCR se unen a las “calumnias, tergiversaciones y burdas mentiras sobre el socialismo…” propagadas por la reacción.
Acerca de las posibilidades de la revolución su desesperanza y claudicación se hace evidente cuando declaran:
“Lo de la necesidad y la posibilidad de la revolución tampoco es una afirmación retórica. Sí, a pesar de saludables brotes de resistencia, se ha venido consolidando la tendencia a la CONTRA revolución en todo el mundo y el mismo movimiento revolucionario se encuentra en una encrucijada, entre el camino revolucionario y los callejones sin salida del reformismo demócratico-burgués y del dogmatismo zombi que al no dejar “que los muertos entierren a sus muertos” se van convirtiendo en un residuo del pasado que contribuye a dificultar el que se revierta la tendencia actual.
En efecto, la apariencia del mundo burgués actual es la tendencia a la reaccionarización de la sociedad, algo ya descrito por Lenin a principios del siglo pasado en su obra El imperialismo fase superior de capitalismo; sin embargo, la esencia del fenómeno es el crecimiento vertiginoso de las fuerzas de la revolución ocasionadas precisamente por la más profunda crisis económica del capitalismo imperialista, que da cuenta de su avanzado estado de agonía. Una crisis que agrava la crisis social mundial, exacerba todas las contradicciones del imperialismo y ocasiona por doquier crisis políticas; todas ellas, condiciones magníficas para el avance de la Revolución Proletaria Mundial. Situación que pone de manifiesto la gran verdad ocultada por la “nueva síntesis de Avakian” y los jefes del GCR, y que sirve de orientación al proletariado revolucionario en su lucha por constituirse en Partido político independiente en cada país como parte de una nueva Internacional Comunista: El mundo está maduro para la revolución, El capitalismo imperialista está en crisis, ¡Viva el Socialismo y el Comunismo!
Una situación que en efecto brinda grandes posibilidades que en las propias palabras del GCR “dependen de si se abordan o no los problemas con el enfoque y método de la ciencia de la revolución”. Enfoque y método de los cuales renegó Avakian y carecen los jefes del GCR convertidos en zombis dogmáticos que copian y repiten como loros, al igual que los seguidores de cualquier secta religiosa, las frases de su pastor, calificando de dogmáticos a quienes defienden los fundamentos de la ciencia de la revolución, considerados insuficientes por sus “nuevos enterradores. Una pretensión reaccionaria que, objetivamente, los convierte en vulgares defensores de la esclavitud asalariada y de la dictadura de los explotadores a nombre de un supuesto “comunismo nuevo”, correctamente llamado por el Movimiento Comunista Internacional como revisionismo post-maoísta.
En la Propuesta de Formulación de una Línea Para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional, presentado por la Unión Obrera Comunista (mlm) a discusión del movimiento marxista leninista maoísta se caracteriza así, esta nueva variante del oportunismo:
Pero, ¿qué es el dogmatismo?
Lenin decía que “No puede haber dogmatismo, donde el criterio supremo y único de la doctrina es su conformidad con el proceso efectivo del desarrollo económico social”. Endilgar a los marxistas “apego cuasi-religioso” al pasado es, en el fondo, la vieja cantinela oportunista para introducir como marxismo las reaccionarias teorías y raídas banderas burguesas en el intento por impedir, ellos sí “que los muertos entierren a sus muertos”.
Al contrario de los proletarios revolucionarios, que hacen avanzar la ciencia de la revolución aprehendiendo las nuevas realidades y criticando la experiencia de su movimiento sin abandonar los principios de la ciencia del marxismo, los jefes del GCR se postran sumisamente, como zombis, a la autoridad de su dios Avakian, aceptando como los fieles religiosos los dogmas de su nueva fe sin demostración alguna.
Veamos solo dos perlas de la nueva fe en el propio comunicado del GCR:
Es verdad que el fascismo es una forma de gobierno, un régimen más grotesco y abiertamente sanguinario de la dictadura burguesa. Una sencilla verdad que los seguidistas de la “nueva síntesis” convierten en una estupidez al tratar de buscar la “unidad de opuestos” entre la “esencia común” ¿y…? adivínelo quien pueda. Una tontería que hacen aparecer como si estuvieran diciendo una gran cosa.
Ahora bien, no solo el régimen fascista hace coincidir directamente la esencia con la apariencia del Estado bajo el capitalismo; también existen dictaduras militares no fascistas que le quitan el velo democrático a la dictadura de los capitalistas. Incluso gobiernos cavernarios o de extrema derecha como el Trump no significa que sean fascistas. El embrollo de la “nueva síntesis de Avakian” y de los dogmáticos jefes del GCR consiste en que; en primer lugar, admiten o ven en el fascismo un régimen especial, una cualidad diferente a todos los regímenes burgueses; sin embargo, en segundo lugar, su “comunismo nuevo” y seguidismo zombi los llevó a renunciar al análisis marxista de la Internacional Comunista que explicó ese régimen político, no por sí mismo (la política por la política) sino por su relación con los intereses económicos de un sector de la burguesía monopolista, por la agudización extrema de las contradicciones sociales y la necesidad de la burguesía de aplastar al movimiento obrero: “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero”. Esta es la cualidad esencial que diferencia al fascismo de los demás regímenes políticos bajo el capitalismo.
Por otro lado, la Internacional Comunista dejo claro que el fascismo no era una forma de poder que estuviera por encima de las clases sociales como argumentaban los oportunistas, ni era el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero como especulaban algunos socialdemócratas. Dejó claro que cualquiera fuera la careta con que se disfrazara, o la forma en que se presentara, o la forma en que subiera al Poder: “el fascismo es la más feroz ofensiva del capital contra las masas trabajadoras; el fascismo es el chovinismo más desenfrenado y la guerra de rapiña; el fascismo es la reacción feroz y la contrarrevolución; el fascismo es el peor enemigo de la clase obrera y de todos los trabajadores.” ¿Qué agrega la “nueva síntesis de Avakian” y el dogmatismo zombi de los jefes del GCR a esta correcta caracterización? Nada, palabrería insulsa y galimatías confusos sobre esencia y apariencia.
Y, ¿qué propone la nueva religión que se presenta como “nuevo comunismo”?, veamos:
“Para los comunistas revolucionarios allí [en Estados Unidos], ‘el enfoque […] al enfrentarse al fascismo no es volver a lo que ‘había’ durante Obama-Clinton sino avanzar hacia el reemplazo del maldito sistema entero y la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor’. En contraste, el enfoque del ‘frente unido contra el fascismo’, en las décadas de 1930 y 1940 (y que aún campea entre quienes critican sin razón al PCR) erróneamente separaba el fascismo del sistema capitalista-imperialista.”
En esta perla del “genial nuevo” “enfoque y método” los jefes del GCR repiten como zombis otro dogma de fe de su nuevo salvador, con el agravante de calumniar y falsificar la historia, poniendo en evidencia no solo su mala fe sino la insensatez de su “enfoque”.
Ya vimos, y cualquiera que conozca un poco de historia sabrá que la Internacional Comunista no se propuso jamás “volver a lo que estaba antes” del ascenso del fascismo y mucho menos separó el régimen fascista del sistema imperialista como afirman el PCR y los jefes del GCR. Esta es una vil calumnia y una falsificación histórica que pone en evidencia el viejo método oportunista de endilgarle al contradictor afirmaciones falsas para refutarlas.
En relación al frente único, la Internacional Comunista planteó la necesidad de que el proletariado se uniera como un solo puño para, en alianza con la pequeña burguesía principalmente, enfrentar el fascismo. ¿Qué tiene esta orientación de incorrecta? Veamos cómo se planteó el problema en el VII Congreso de la Internacional Comunista por Jorge Dimitrov, uno de sus principales dirigentes:
Habiendo calumniado al proletariado revolucionario y tergiversado la historia, y habiendo renegado del método materialista dialéctico, del punto de vista del socialismo científico y de la posición de clase del proletariado, aun así, la “nueva síntesis de Avakian” y los seguidistas zombis jefes del GCR se atreven a declarar pomposamente: “avanzar hacia el reemplazo del maldito sistema entero y la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor”.
Incluso admitiendo que el de Trump sea un régimen fascista, ¿Cómo realizarán el milagro de cambiar el sistema entero y avanzar a “la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor”?, ¿Cuál es el plan, la estrategia y la táctica que supera la orientación de la Internacional Comunista para que el proletariado revolucionario enfrente el fascismo?
¡Nada! Solo palabrería huera: “Hay una ‘ventana de oportunidad’ para que los revolucionarios en las entrañas de la bestia imperialista logren avanzar en sus esfuerzos de dirigir a miles y luego a millones, en un movimiento para la revolución, con el fin de parar al régimen de Trump/Pence, antes de que se consolide. Es criminal llamar a ‘esperar a ver’. El pueblo de Estados Unidos y de todas partes requiere del apoyo en todo el mundo para hacer reales las posibilidades de triunfar. No existe ninguna garantía de triunfo. Pero lo que si (sic) está garantizado es que sin lucha las perspectivas no pueden ser peores.” (Destacado en el original).
Palabrería que ni siquiera tiene el “humanista” llamado del partido revisionista de Avakián: “¡El Régimen de Trump Y Pence Tiene Que Marcharse! En nombre de la humanidad, ¡nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!”. Palabrería que termina, a pesar de la supuesta radicalidad de lucha contra el sistema, sirviendo para arrastrar al pueblo como furgón de cola a los sectores de la burguesía que se oponen a Trump.
Con semejante seguidismo zombi los jefes del Grupo Comunista Revolucionario jamás podrán convencer a los obreros de vanguardia y a los revolucionarios de las bondades de su nueva fe así la disfracen de nuevo comunismo; simplemente, porque sus teorías revisionistas son las viejas y raídas banderas de la burguesía, que a estas alturas se hizo una clase anacrónica y reaccionaria, convertida en el principal estorbo para el desarrollo de la sociedad. Son Avakian y sus seguidistas dogmáticos quienes tratan de impedir “que los muertos entierren a sus muertos”.
En su comunicado, los jefes del GCR hacen declaraciones formales o retóricas acerca de las condiciones, la necesidad y posibilidad de la revolución; sin embargo, de conjunto su mensaje es desesperanzador y claudicante, como hipócrita y lastimera su alusión al Centenario de la Gran Revolución de Octubre.
Empezando por el significado de la Revolución de Octubre, los jefes del GCR se limitan a decir: “A cuatro décadas del fin de la primera etapa de la revolución, las calumnias, tergiversaciones y burdas mentiras sobre el socialismo y el comunismo no hacen más que arreciar. Y el centenario de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, pone como exigencia arreciar también la lucha por poner las cosas en claro al respecto”.
Sin embargo, no dejan nada en claro, porque la “nueva síntesis” de su nuevo salvador Avakian renegó de la herencia de la Revolución de Octubre: renegó de la idea según la cual la Revolución de Octubre inauguró la era de la Revolución Proletaria Mundial; renegó de la necesidad de un Partido revolucionario del proletariado; renegó de la necesidad de destruir el viejo Estado de las clases explotadoras para instaurar un nuevo Estado de obreros y campesinos armados; renegó de la necesidad de la Dictadura omnímoda del Proletariado, necesaria para llevar a cabo la emancipación de los trabajadores y acabar con las diferencias de clase. En el fondo, al eludir los asuntos esenciales de la gran Revolución de Octubre, el revisionismo de la “nueva síntesis de Avakian” y los jefes del GCR se unen a las “calumnias, tergiversaciones y burdas mentiras sobre el socialismo…” propagadas por la reacción.
Acerca de las posibilidades de la revolución su desesperanza y claudicación se hace evidente cuando declaran:
“Lo de la necesidad y la posibilidad de la revolución tampoco es una afirmación retórica. Sí, a pesar de saludables brotes de resistencia, se ha venido consolidando la tendencia a la CONTRA revolución en todo el mundo y el mismo movimiento revolucionario se encuentra en una encrucijada, entre el camino revolucionario y los callejones sin salida del reformismo demócratico-burgués y del dogmatismo zombi que al no dejar “que los muertos entierren a sus muertos” se van convirtiendo en un residuo del pasado que contribuye a dificultar el que se revierta la tendencia actual.
En efecto, la apariencia del mundo burgués actual es la tendencia a la reaccionarización de la sociedad, algo ya descrito por Lenin a principios del siglo pasado en su obra El imperialismo fase superior de capitalismo; sin embargo, la esencia del fenómeno es el crecimiento vertiginoso de las fuerzas de la revolución ocasionadas precisamente por la más profunda crisis económica del capitalismo imperialista, que da cuenta de su avanzado estado de agonía. Una crisis que agrava la crisis social mundial, exacerba todas las contradicciones del imperialismo y ocasiona por doquier crisis políticas; todas ellas, condiciones magníficas para el avance de la Revolución Proletaria Mundial. Situación que pone de manifiesto la gran verdad ocultada por la “nueva síntesis de Avakian” y los jefes del GCR, y que sirve de orientación al proletariado revolucionario en su lucha por constituirse en Partido político independiente en cada país como parte de una nueva Internacional Comunista: El mundo está maduro para la revolución, El capitalismo imperialista está en crisis, ¡Viva el Socialismo y el Comunismo!
Una situación que en efecto brinda grandes posibilidades que en las propias palabras del GCR “dependen de si se abordan o no los problemas con el enfoque y método de la ciencia de la revolución”. Enfoque y método de los cuales renegó Avakian y carecen los jefes del GCR convertidos en zombis dogmáticos que copian y repiten como loros, al igual que los seguidores de cualquier secta religiosa, las frases de su pastor, calificando de dogmáticos a quienes defienden los fundamentos de la ciencia de la revolución, considerados insuficientes por sus “nuevos enterradores. Una pretensión reaccionaria que, objetivamente, los convierte en vulgares defensores de la esclavitud asalariada y de la dictadura de los explotadores a nombre de un supuesto “comunismo nuevo”, correctamente llamado por el Movimiento Comunista Internacional como revisionismo post-maoísta.
En la Propuesta de Formulación de una Línea Para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional, presentado por la Unión Obrera Comunista (mlm) a discusión del movimiento marxista leninista maoísta se caracteriza así, esta nueva variante del oportunismo:
“El revisionismo de la llamada ‘Nueva Síntesis’, al renunciar a la concepción marxista de la dirección del movimiento 1. regida por la ley dialéctica de la Negación de la Negación, termina renunciando al reconocimiento marxista del determinismo en el movimiento de la materia y haciendo una valoración derrotista y anti-obrera de la experiencia histórica en el siglo XX: de la Dictadura del Proletariado, la construcción del socialismo, el papel de Stalin y de la Internacional Comunista, sacando conclusiones esencialmente idénticas a las del trotskismo y del jrushchovismo. La teoría avakianista contra la ‘reificación del proletariado’ significa en realidad repudiar su papel de vanguardia en la revolución y renegar de su Dictadura omnímoda en el socialismo, calificándola de ‘totalitarismo’ y contra la cual proclama la defensa del derecho burgués al disentimiento bajo el nuevo Estado 2, idéntico a los reclamos Trotsky & Cía. en la URSS, de Liu Shao-chi y Ten Siao-pin en China.” (Las citas son del original).Esa es una caracterización exacta que delimita los campos entre marxistas y revisionistas; por consiguiente, detrás de la anatema dogmatismo zombi con que los jefes del GCR pretenden asustar a los defensores de la ciencia revolucionaria, se esconde su vergonzosa y vulgar renuncia a la revolución proletaria.
Pero, ¿qué es el dogmatismo?
Lenin decía que “No puede haber dogmatismo, donde el criterio supremo y único de la doctrina es su conformidad con el proceso efectivo del desarrollo económico social”. Endilgar a los marxistas “apego cuasi-religioso” al pasado es, en el fondo, la vieja cantinela oportunista para introducir como marxismo las reaccionarias teorías y raídas banderas burguesas en el intento por impedir, ellos sí “que los muertos entierren a sus muertos”.
Al contrario de los proletarios revolucionarios, que hacen avanzar la ciencia de la revolución aprehendiendo las nuevas realidades y criticando la experiencia de su movimiento sin abandonar los principios de la ciencia del marxismo, los jefes del GCR se postran sumisamente, como zombis, a la autoridad de su dios Avakian, aceptando como los fieles religiosos los dogmas de su nueva fe sin demostración alguna.
Veamos solo dos perlas de la nueva fe en el propio comunicado del GCR:
“Como bien señala el Partido Comunista Revolucionario, EU: El fascismo es una forma aún más grotesca y abiertamente sanguinaria del mismo sistema, que representa horrores para la humanidad y el planeta, más allá de lo que el actual sistema ya inflige a toda hora. Esta relación de ser cualitativamente diferentes (¡sic!), a la vez que comparten una esencia común, constituye ‘una unidad de opuestos’. Lo que se ha dado en Estados Unidos no es el simple traspaso del poder de un burgués a otro. Como forma de gobernar, el fascismo resuelve la contradicción entre la esencia y la apariencia de la democracia burguesa al ejercer de forma abierta la dictadura de clase burguesa. Es un cambio cualitativo.”En un juego de palabras en apariencia dialéctico los jefes del GCR retoman de sus padres y maestros del revisionista partido norteamericano un verdadero galimatías que solo ellos entienden.
Es verdad que el fascismo es una forma de gobierno, un régimen más grotesco y abiertamente sanguinario de la dictadura burguesa. Una sencilla verdad que los seguidistas de la “nueva síntesis” convierten en una estupidez al tratar de buscar la “unidad de opuestos” entre la “esencia común” ¿y…? adivínelo quien pueda. Una tontería que hacen aparecer como si estuvieran diciendo una gran cosa.
Ahora bien, no solo el régimen fascista hace coincidir directamente la esencia con la apariencia del Estado bajo el capitalismo; también existen dictaduras militares no fascistas que le quitan el velo democrático a la dictadura de los capitalistas. Incluso gobiernos cavernarios o de extrema derecha como el Trump no significa que sean fascistas. El embrollo de la “nueva síntesis de Avakian” y de los dogmáticos jefes del GCR consiste en que; en primer lugar, admiten o ven en el fascismo un régimen especial, una cualidad diferente a todos los regímenes burgueses; sin embargo, en segundo lugar, su “comunismo nuevo” y seguidismo zombi los llevó a renunciar al análisis marxista de la Internacional Comunista que explicó ese régimen político, no por sí mismo (la política por la política) sino por su relación con los intereses económicos de un sector de la burguesía monopolista, por la agudización extrema de las contradicciones sociales y la necesidad de la burguesía de aplastar al movimiento obrero: “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero”. Esta es la cualidad esencial que diferencia al fascismo de los demás regímenes políticos bajo el capitalismo.
Por otro lado, la Internacional Comunista dejo claro que el fascismo no era una forma de poder que estuviera por encima de las clases sociales como argumentaban los oportunistas, ni era el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero como especulaban algunos socialdemócratas. Dejó claro que cualquiera fuera la careta con que se disfrazara, o la forma en que se presentara, o la forma en que subiera al Poder: “el fascismo es la más feroz ofensiva del capital contra las masas trabajadoras; el fascismo es el chovinismo más desenfrenado y la guerra de rapiña; el fascismo es la reacción feroz y la contrarrevolución; el fascismo es el peor enemigo de la clase obrera y de todos los trabajadores.” ¿Qué agrega la “nueva síntesis de Avakian” y el dogmatismo zombi de los jefes del GCR a esta correcta caracterización? Nada, palabrería insulsa y galimatías confusos sobre esencia y apariencia.
Y, ¿qué propone la nueva religión que se presenta como “nuevo comunismo”?, veamos:
“Para los comunistas revolucionarios allí [en Estados Unidos], ‘el enfoque […] al enfrentarse al fascismo no es volver a lo que ‘había’ durante Obama-Clinton sino avanzar hacia el reemplazo del maldito sistema entero y la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor’. En contraste, el enfoque del ‘frente unido contra el fascismo’, en las décadas de 1930 y 1940 (y que aún campea entre quienes critican sin razón al PCR) erróneamente separaba el fascismo del sistema capitalista-imperialista.”
En esta perla del “genial nuevo” “enfoque y método” los jefes del GCR repiten como zombis otro dogma de fe de su nuevo salvador, con el agravante de calumniar y falsificar la historia, poniendo en evidencia no solo su mala fe sino la insensatez de su “enfoque”.
Ya vimos, y cualquiera que conozca un poco de historia sabrá que la Internacional Comunista no se propuso jamás “volver a lo que estaba antes” del ascenso del fascismo y mucho menos separó el régimen fascista del sistema imperialista como afirman el PCR y los jefes del GCR. Esta es una vil calumnia y una falsificación histórica que pone en evidencia el viejo método oportunista de endilgarle al contradictor afirmaciones falsas para refutarlas.
En relación al frente único, la Internacional Comunista planteó la necesidad de que el proletariado se uniera como un solo puño para, en alianza con la pequeña burguesía principalmente, enfrentar el fascismo. ¿Qué tiene esta orientación de incorrecta? Veamos cómo se planteó el problema en el VII Congreso de la Internacional Comunista por Jorge Dimitrov, uno de sus principales dirigentes:
“La clase obrera tiene que saber aprovechar las contradicciones y conflictos existentes en el campo de la burguesía, pero no debe hacerse ilusiones de que el fascismo puede asfixiarse por sí solo. El fascismo no se derrumbará automáticamente. Sólo la actividad revolucionaria de la clase obrera hará que los conflictos, que surgen inevitablemente en el campo de la burguesía, se aprovechen para minar la dictadura fascista y derribarla.Y respecto el Frente Popular Antifascista Dimitrov expresó lo siguiente:
“Esto significa, en primer lugar, la lucha conjunta por descargar de un modo efectivo las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de las clases dominantes, sobre las espaldas de los capitalistas, de los terratenientes, en una palabra, sobre las espaldas de los ricos.
“Significa, en segundo lugar, la lucha conjunta contra todas las formas de la ofensiva fascista, por la defensa de las conquistas y derechos de los trabajadores, contra la liquidación de las libertades democrático-burguesas.
“Significa, en tercer lugar, la lucha conjunta contra el peligro cada vez más inminente de la guerra imperialista, lucha que dificultaría la preparación de esta guerra.”
“En la movilización de las masas trabajadoras para la lucha contra el fascismo, tenemos como tarea especialmente importante la creación de un extenso frente popular antifascista sobre la base del frente único proletario. El éxito de toda la lucha del proletariado va íntimamente unido a la creación de la alianza de lucha del proletariado con el campesinado trabajador y con las masas más importantes de la pequeña burguesía urbana, que forman la mayoría de la población incluso en los países industrialmente desarrollados.” (Destacado en el original).Solo los revisionistas y trotskistas, gentes sin principios, falsificadores y calumniadores como Avakian y los jefes del GCR se atreven a difamar la Internacional adjudicándole cosas que no dijo ni hizo para desprestigiarla y minar su legado. La valoración sobre la actuación de la Internacional Comunista respecto al Frente Único, hecha por la Unión Obrera Comunista (mlm) en su Propuesta de Formulación de una Línea para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional es la siguiente:
“La Internacional Comunista trazó correctamente la táctica de Frente Único Antifascista, la cual condujo a la victoria —encabezada por el Ejército Rojo y el heroico pueblo de la URSS— sobre la reacción nazi fascista; también en China, donde fue aplicada consecuentemente, llevó al triunfo de la Revolución de Nueva Democracia. Sin embargo, la táctica de Frente Único Antifascista fue tergiversada por una nueva forma de oportunismo: el browderismo, surgida en el Partido Comunista de Estados Unidos, ante el cambio de la situación representada en el hecho objetivo de un bloque de países imperialistas enfrentado al fascismo y al nazismo; un cambio interpretado como escisión progresista del imperialismo, como cese de la contradicción antagónica entre el proletariado y la burguesía antifascista, que hacía innecesaria la revolución proletaria en países imperialistas como Estados Unidos. El oportunismo browderista, que deformó la correcta línea de Frente Único de la Internacional en una línea oportunista de conciliación con el imperialismo estadounidense, fue acogido por algunos Partidos Comunistas y combatido por otros, como preámbulo de la gran e inevitable lucha entre el Marxismo Leninismo y el revisionismo jrushchovista.”Una valoración revolucionaria que se apoya en los hechos históricos y no en las calumnias de los enemigos de la clase obrera; una valoración que reconoce los aciertos y critica los errores deslindado con los oportunistas del tipo “nueva síntesis” y del seguidismo zombi de los jefes del GCR.
“El Comité Ejecutivo no clarificó a fondo en el movimiento, el carácter de los compromisos de la URSS con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, explicando que ‘Tales compromisos no requieren que los pueblos de los países del mundo capitalista hagan iguales compromisos en sus respectivos países’ 3.” (Cita del original).
Habiendo calumniado al proletariado revolucionario y tergiversado la historia, y habiendo renegado del método materialista dialéctico, del punto de vista del socialismo científico y de la posición de clase del proletariado, aun así, la “nueva síntesis de Avakian” y los seguidistas zombis jefes del GCR se atreven a declarar pomposamente: “avanzar hacia el reemplazo del maldito sistema entero y la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor”.
Incluso admitiendo que el de Trump sea un régimen fascista, ¿Cómo realizarán el milagro de cambiar el sistema entero y avanzar a “la creación de una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor”?, ¿Cuál es el plan, la estrategia y la táctica que supera la orientación de la Internacional Comunista para que el proletariado revolucionario enfrente el fascismo?
¡Nada! Solo palabrería huera: “Hay una ‘ventana de oportunidad’ para que los revolucionarios en las entrañas de la bestia imperialista logren avanzar en sus esfuerzos de dirigir a miles y luego a millones, en un movimiento para la revolución, con el fin de parar al régimen de Trump/Pence, antes de que se consolide. Es criminal llamar a ‘esperar a ver’. El pueblo de Estados Unidos y de todas partes requiere del apoyo en todo el mundo para hacer reales las posibilidades de triunfar. No existe ninguna garantía de triunfo. Pero lo que si (sic) está garantizado es que sin lucha las perspectivas no pueden ser peores.” (Destacado en el original).
Palabrería que ni siquiera tiene el “humanista” llamado del partido revisionista de Avakián: “¡El Régimen de Trump Y Pence Tiene Que Marcharse! En nombre de la humanidad, ¡nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!”. Palabrería que termina, a pesar de la supuesta radicalidad de lucha contra el sistema, sirviendo para arrastrar al pueblo como furgón de cola a los sectores de la burguesía que se oponen a Trump.
Con semejante seguidismo zombi los jefes del Grupo Comunista Revolucionario jamás podrán convencer a los obreros de vanguardia y a los revolucionarios de las bondades de su nueva fe así la disfracen de nuevo comunismo; simplemente, porque sus teorías revisionistas son las viejas y raídas banderas de la burguesía, que a estas alturas se hizo una clase anacrónica y reaccionaria, convertida en el principal estorbo para el desarrollo de la sociedad. Son Avakian y sus seguidistas dogmáticos quienes tratan de impedir “que los muertos entierren a sus muertos”.
-
Renuncia compartida pública y generalizada, de los partidos maoístas
de derecha, de centro y de “izquierda”, en una prueba al canto de hasta
donde ha llegado el grado de confusión en el MCI. ↩
-
Así el avakianismo transporta a las filas comunistas y en letras de
molde “marxista”, las ya muy trabajadas teorías antiobreras de la
literatura burguesa socialdemócrata, de Tony Negri, de la
intelectualidad pequeñoburguesa “postmarxista”…, todas, todas en el
propósito expreso de combatir la Dictadura del Proletariado y el
socialismo bajo su gobierno. ↩
-
Palabras del Presidente Mao en 1946, citadas en la Declaración del MRI – 1984. ↩
No comments:
Post a Comment