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Revolución Obrera
La noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en México, son fechas luctuosas que serán recordadas con rabia y dolor por las masas de todos los pueblos del mundo. En esas horas, el Estado mexicano y las clases dominantes enemigas del proletariado, dieron una sangrienta y dolorosa lección acerca lo que es precisamente el Estado en manos de la burguesía y los terratenientes: una brutal máquina de opresión que tiene en sus fuerzas armadas militares y paramilitares el pilar central de la más tenaz dictadura de clase que ejerce sobre las masas trabajadoras del campo y la ciudad. Los pueblos del mundo no olvidan que hace 10 años fueron desaparecidos los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa.
La arremetida brutal de los agentes estatales -policía, ejército, fiscalía, inteligencia- coludidos con las mafias que controlan la zona acabó con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa que se dirigían desde Iguala, Guerrero, en los buses que los estudiantes «tomaron» prestados para dirigirse hacia Ciudad de México donde iban a participar en las manifestaciones del 2 de octubre en las que se conmemora a los estudiantes víctimas de la represión sufrida en 1968. Esto ya era normal en años anteriores y por eso contaban con el permiso de diferentes autoridades y dueños de las empresas de transporte. Sin embargo, esa noche todo fue diferente, pues la Policía Municipal de Iguala abrió fuego contra los buses en los que se transportaban los jóvenes normalistas y de un bus en el que iba un equipo de fútbol ajeno a la situación. Finalmente, se llevaron secuestrados a 43 estudiantes que nunca más se volvieron a ver con vida hasta el sol de hoy. Además, resultaron 25 personas heridas -de ellas 12 estudiantes- y 6 muertos, entre estudiantes y otros civiles.
De ahí para acá se vino la lucha de los familiares y amigos por exigirle justicia y verdad al Estado mexicano, que como una cachetada estampilló en los mentirosos medios oficiales la difundida y mentirosa «Verdad Histórica» presentada por la Procuraduría General de la República que rechazamos de tajo, pues es el relato de las asesinas clases dominantes en el que niegan que hubo desaparición forzada; en el que eliminan, alteran y ocultan evidencia clave en el caso; que construyeron con declaraciones obtenidas por medio de torturas que reafirman lo escrito en esa mentirosa versión oficial; cuyo objetivo es el de entorpecer aún más las investigaciones para que nunca se sepa la verdad de este crimen de Estado. La mentirosa «Verdad Histórica» es un compilado de muchas inconsistencias técnicas para encubrir a los verdaderos culpables -por acción y omisión- de esta masacre y desaparición colectiva: la Policía, el Ejército, las bandas mafiosas paramilitares, el ex presidente Enrique Peña Nieto, el poder judicial y la burguesía y los terratenientes de México.
Hoy, nos hacemos eco de las denuncias de los familiares y amigos de las víctimas de Ayotzinapa. En México han desaparecido 110000 personas cuyos casos siguen sin resolver, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas desde julio de 1963, pero podrían ser muchas más, teniendo en cuenta que los reportes provienen de las bases de datos de instituciones estatales en las que no se puede confiar. Exigimos que se sepa la verdad de todos estos casos y alentamos la lucha de todas las organizaciones de víctimas que no descansan hasta encontrar a sus desaparecidos o hasta saber realmente qué fue lo que pasó con cada uno de ellos.
¡No perdonamos, no olvidamos! La sangre derramada jamás será olvidada y cada desaparecido conseguirá la justicia popular por medio de la Revolución violenta de los explotados y oprimidos contra sus verdugos: burgueses, terratenientes e imperialistas. Que la voz de las víctimas, de los torturados, de los desaparecidos y asesinados, retumbe en las cabezas de los victimarios. Que no puedan dormir en paz, que la vergüenza los persiga en todo momento y en todo lugar. Que cada mitin, pancarta, cartelera, agitación de los familiares de los 43 de Ayotzinapa, les recuerde a los explotados y oprimidos del mundo que «los de arriba» son sus enemigos de clase con los que no se puede conciliar ni concertar, y que «los de abajo» tienen la necesidad de organizar la rebelión violenta contra todo el podrido orden burgués que sirva para demoler el viejo Estado capitalista y sobre sus ruinas construir el Nuevo Estado Socialista en el que el pueblo no sea asesinado ni desaparecido.
Por los 43 de Ayotzinapa, por todos los desaparecidos, ¡no perdonamos, no olvidamos!
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