Autobuses llevandose refugiados desde Idomeni
Por Alba Aragón Álvarez - eldiario.es
La
policía griega ha exigido a los voluntarios y periodistas desplazados
hasta el lugar que abandonaran la zona antes del desalojo
La policía griega ha comenzado esta madrugada a desalojar el campamento
de Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde se encuentran más de
8.400 refugiados. Más de un millar de policías, muchos de ellos
agentes antidisturbios desplazados desde otros puntos del país, han
bloqueado el acceso al campo y durante la noche han exigido a los medios
y a los voluntarios de las organizaciones internacionales que
trabajaban en Idomeni que abandonaran el lugar.
Según varios medios internacionales presentes en la zona, los primeros
dos autobuses han abandonado ya el campamento rumbo a alguno de los
nuevos centros oficiales abiertos en el norte de Grecia.
El desalojo del campo nacido de forma improvisada tras el cierre de las
fronteras de Macedonia en febrero, se había convertido en las últimas
horas en una amenaza palpable. Además de la llegada de refuerzos
policiales, el gobierno heleno de SYRIZA había cortado
el flujo de suministros al campo, algo que había llevado a algunos
refugiados a resignarse a ser traslados a los centros de detención
gubernamentales.
"Como han ido estrangulando la parte de alimentación, agua, leche,
la gente se ha ido yendo. Al principio nadie quería irse en los
autobuses a centros de detención oficiales y según han ido viendo que la
cosa se pone fea hay más gente que accede y voluntariamente se va en
los autobuses", explicaba este lunes a eldiario.es Elena Sobrino,
médica-pediatra que junto con la ONG Bomberos en Acción atiende a los
refugiados del campo. Desde el domingo, la asociación había tenido cada
vez más problemas para efectuar junto con otras ONG como ACNUR o Médicos
Sin Fronteras el reparto diario de comidas. Incluso, en los días de
controles policiales más rígidos había personas que no habían tomado
nada hasta la cena, señalaba Sobrino.
El portavoz del Gobierno para asuntos de refugiados, Yorgos Kyritsis, ha
explicado en los últimos días que la operación de desalojo será similar
a la ocurrida hace unas semanas en el puerto de Pireo, en cuyo
campamento improvisado llegó a haber más de 5.000 personas, la mayoría
de las cuales fueron trasladadas a centros organizados, con vista a
desalojar los muelles del puerto durante la temporada turística, según
ha podido saber Efe.
Desde Idomeni se ha trasladado ya en los últimos 15 días a unas 2.000
personas a otros centros recién estrenados en el norte de Grecia,
explicó Kyritsis en una entrevista a la cadena de televisión privada
Skai. Pero no todos los refugiados están por la labor.
A pesar de la larga lista de virtudes enumeradas por el Ejecutivo heleno
acerca de los centros de detención; muchos de los habitantes de Idomeni
se niegan a abandonar el campo. "La gente no está contenta en los
campamentos sirios, pues ofrecen solo las cosas básicas: tres comidas al
día, sin escuelas para todo el mundo... No es vida, allí no tenemos
nada que hacer", denunciaba este lunes Lopalin, una refugiada siria que
trabaja desde hace algún tiempo como traductora para Bomberos en Acción.
Su objetivo era volver a intentar esta noche la frontera con un grupo
de otros 300 refugiados que se encontraban en Idomeni.
Reabrir el tráfico ferroviario
Hace meses que miles de personas viven hacinadas en el campo de
refugiados de Idomeni, en el que malviven cerca de 8.500 personas desde
que en febrero quedara sellada la ruta de los Balcanes. En su momento
álgido llegó a acoger a más de 11.000 refugiados y migrantes, muchas de
ellos niños y mujeres embarazadas. Pero ni el frío (del que los
refugiados apenas se podían resguardar por la precariedad de sus
tiendas), ni las malas condiciones higiénicas motivadas por los
lodazales de barro que se formaban durante la temporada de lluvias o los
problemas respiratorios -que afectaron a centenares de menores por la
combustión de plásticos- incentivaron entonces la acción gubernamental.
Ahora, el Ejecutivo heleno ha transmitido su intención de reabrir el
tránsito férreo en la región. La ocupación de los vías del tren por los
refugiados ha llevado al Gobierno a reconducir los trenes por camino
alternativos, lo que genera costes extras. En estas mismas vías se
produjo el último enfrentamiento con la policía de Macedonia que intentó dispersar a una multitud de migrantes con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.
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