Monday, March 6, 2017

8th march - LAS MUJERES EN LA COMUNA DE PARÍS Chile -El pueblo




arton34631

Compartimos la publicación del blog Cultura Proletaria en esta semana de lucha para todas las mujeres proletarias y de los pueblos oprimidos del mundo.
Fueron el alma de la Comuna, lucharon, auxiliaron a heridos, fueron detenidas, perseguidas, asesinadas. Entre ellas destaca la líder revolucionaria y escritora Louise Michel.
Ciudadanos de París, descendientes de las mujeres de la Gran Revolución, que, en nombre del pueblo y de la justicia, marcharon sobre Versalles, llevando cautivo a Luis XVI, nosotros, madres, mujeres y hermanas de este mismo pueblo francés, ¿soportaremos por más tiempo la miseria y la ignorancia, que hagan a nuestros hijos enemigos, que el padre contra el hijo, el hermano contra el hermano, vengan a matarse ante nuestros ojos, por el capricho de nuestros opresores, que desean la aniquilación de Paris después de haberla entregado al extranjero?
(…) Y si los fusiles y las bayonetas fueron utilizados por nuestros hermanos, todavía nos quedan piedras para aplastar a los traidores“.
Los términos de la demanda del 12 de abril de 1871, lanzada por “un grupo de ciudadanas”, expresan el espíritu que animó a la participación de las mujeres parisinas, particularmente las de clase obrera, en los episodios de la Comuna de París. La Francia de 1789, 1848 y 1871 es testimonio de que las mujeres no son seres frágiles, sin voluntad propia, que desean regresar a la paz del hogar. Al contrario, en todos estos episodios, las mujeres hicieron notar su presencia por la combatividad, la laboriosidad y la determinación.
Cuando el 18 de marzo, a las 3 de la mañana, Thiers, jefe del Poder Ejecutivo designado por la Asamblea Nacional electa en 1871, decide desarmar a la Guardia Nacional y retirar las armas de París, las mujeres son las primeras en acudir a la defensa de las armas. Manos en la cintura, interpelan a los soldados de Versalles y, acercándose a las armas, hacen una barrera con sus cuerpos, impidiendo a los versalleses inmovilizar París.
Las mujeres participaron activa y organizadamente en la Comuna durante sus 72 días. El 8 de abril fundaron la Unión de Mujeres para la defensa de París y de apoyo a los heridos. Las organizaciones de mujeres no eran una novedad, pero esta asociación nace marcada por un carácter que evidencia el reflejo del pensamiento de la Internacional y, más precisamente, de las ideas marxistas. Entre sus fundadoras, algunas están afiliadas a la Internacional: Nathalie Lemel, Aline Jacquier, Marcelle Tinayre y Otavine Tardif.
La Unión de Mujeres tiene como sus tareas esenciales la lucha contra Versalles y un nuevo orden social. La demanda del 6 de abril de 1881 expone estos objetivos: “(…) Unidas y decididas, engrandecidas y resolutas por el sufrimiento que las crisis sociales siempre traen a su paso, profundamente convencidas de que la Comuna, representante de los principios internacionales y revolucionarios de los pueblos, lleva en sí el germen de revolución social (…)”.
La actuación de la Unión se centró en tres cuestiones principales: el esfuerzo por involucrar a la mujer en el trabajo productivo; la educación de los niños y de las mujeres; y la participación en la defensa de París.
La administración y la organización de los talleres cooperativos, creados para ofrecer trabajo y producir lo que París necesitaba, estaba a cargo de la Unión. Funcionaban con mano de obra femenina. Estos organismos, a pesar de su fuerte influencia Proudhoniana, eran un intento de suprimir la explotación patronal del trabajo.
En cuanto a las cuestiones educativas, la Unión de Mujeres buscaba satisfacer a los niños, cualificar a la mujer trabajadora y suprimir la tutela clerical de la vida familiar. Estas preocupaciones, en realidad, reflejan la comprensión de que la igualdad de la mujer se llevaría a cabo por el trabajo y por la educación. Resultado tanto de las ideas marxistas como del creciente movimiento feminista del siglo XIX, que veía en la educación el medio de promover socialmente a la mujer.
La participación en la lucha por la defensa de París se materializaba en el reclutamiento de ambulancieros, enfermeras, soldados y en la atención a los heridos.
La estructura organizativa de la Unión en comités de distritos, dirigidos por un Comité Central, evidencia su carácter. En la dirección de la asociación estaban, en su mayoría, mujeres trabajadoras. Curiosamente, entre las diversas funciones existentes, había una responsable de asuntos sociales y un responsable de orientación política.
La organización de las mujeres no tuvo un programa propio, no existió un documento que detallase las reivindicaciones de la mujer hechas a la Comuna. Pero ciertas medidas, tomadas por solicitación de los parisinos, demostraron los avances llevados a cabo por el poder revolucionario en lo que respecta a los derechos de la mujer y de la familia. El decreto del 8 de abril, por ejemplo, que establecía protección a las viudas y a los niños de los ciudadanos muertos en la defensa de París, reconocía beneficios para los hijos, legítimos o no, y para las mujeres, esposas o parejas de hecho. Hay que considerar que el Código Napoleónico, válido en el Segundo Imperio, fue uno de los documentos más reaccionarios en relación con el tema de la mujer. La privaba de todo derecho, sometiéndola enteramente al padre o al esposo, no reconocía las parejas de hecho y sólo reconocía a los hijos del matrimonio oficial. Es importante destacar, también, que en el período de la Comuna, por primera vez, una mujer asume la inspectoría, es decir, la dirección de la escuela pública. Su nombre era Marcelle Tinayre.
La Unión cumplió un inestimable papel en la desmoralización de las actitudes conciliatorias y manipuladoras del gobierno de Versalles. Intentando utilizar el concepto tradicional de “madre amorosa y pacífica”, la reacción orleanista lanzó, el 3 de abril, manifiestos a favor de las mujeres, solicitando el armisticio entre París y Versalles. El 6 de abril, la respuesta inevitable es lanzada por el Comité Central de las ciudadanas: “(…) Hoy en día, una reconciliación sería una traición (…) París no reculará, porque lleva la bandera del futuro. (…)
Fue, especialmente en la lucha real, armada, en las barricadas, donde las mujeres destacaron. Usando un “echarpe”, un sujetador o simplemente una pieza de ropa roja, las parisinas, especialmente las trabajadoras, lucharon con las armas en la mano, junto a los hombres. Reeditaron la frase de Olympe de Gouges, revolucionaria de 1789, que, adaptada a los tiempos de la Comuna, sería:
La Tercera República, nacida de la sangre de decenas de miles de proletarios y proletarias parisinas, debería haberles reconocido su derecho a la igualdad, ya que les dio el derecho de ser arrestadas, fusiladas y deportadas por su participación en la Insurrección de París“.
Entre los 30.000 trabajadores muertos, había miles de mujeres. De los 270 condenados a muerte, 8 eran mujeres, las famosas “incendiarias”, cuyos crímenes fueron batirse en las barricadas y cuidar a los heridos. Entre ellas, Josephine Marchais y Leontine Suetens.
En los heroicos y trágicos hechos de la Comuna, se eleva Louise Michel. Fundadora de la Unión de Mujeres para la defensa de París, dirige un batallón de mujeres y se enfrenta a la reacción en las barricadas de París.
louise michel.jpg
Escapa a la muerte, es detenida y presentado ante el Consejo de Guerra el 16 de diciembre de 1871. Su juicio es ejemplo de firmeza y convicción revolucionaria. Rechaza a los abogados designados y presenta personalmente su defensa, que es en realidad, la defensa de la causa de los Comuneros.
No quiero defenderme. Pertenezco enteramenta a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad por mis acciones (…). Lo que exijo de vosotros (…) es el campo de Satory, donde ya cayeron mis hermanos. Es necesario separarme de la sociedad, os dijeron que los hagáis, ¡pues bien! El Comisionado de la República tiene razón. Ya que, por lo que parece, todo corazón que late por libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, ¡exijo mi parte! Si me dejáis vivir, no dejaré de clamar venganza y denunciaré, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de las Comisión de las Gracias”.
Reivindica morir en el campo de Satory. El palco del más odioso tratamiento recibido por los combatientes de París. Allí, en la noche del 27 al 28 de mayo, miles fueron masacrados por las tropas de Versalles.
Louise no fue condenada a muerte, fue deportada a Nueva Caledonia. La amnistía votada el 7 de noviembre de 1880 la beneficia. Regresó a Francia, donde asumió, imediatamente, su puesto de combate en defensa de los oprimidos. Participó y dirigió varias manifestaciones de trabajadores y desempleados. Detenida en varias ocasiones, fue condenada en 1883 a seis años de prisión. Liberada, muere en 1905. Recibió innumerables expresiones de reconocimiento por parte de los trabajadores de París y de toda Francia. Fue enterrada con el estandarte de la Comuna.
Louise Michel, a pesar de entender la cuestión de la mujer de forma unilateralmente, viéndola sólo como consecuencia directa y mecánica del fin de la opresión de clase, sin ver su dimensión específica, es un símbolo de la participación de las mujeres en las luchas sociales en defensa del progreso y del socialismo. No fue sólo una luchadora de acciones prácticas. Profesora formada, escribió varias obras donde reveló su pensamiento revolucionario, incluyendo “Memorias” y “La Comuna“, en 1898.
La Comuna de París reafirma la fuerza revolucionaria de las mujeres, ya diseñada en la revolución de 1789. Las mujeres de París contribuyeron con gran parte de la fuerza que pone en marcha la maquinaria de la revolución proletaria, indicando que ya no abandonarían la escena de la lucha de los pueblos por el progreso social, por la libertad.
Traducido por “Cultura Proletaria” de la revista “Principios”, Nº 21, Mayo, Junio y Julio de 1991.
mujerescomuna

No comments:

Post a Comment