Este domingo
siguieron las protestas en las calles de Sarajevo, la capital, en
rechazo a los alarmantes índices de desempleo y pobreza generados por
las políticas capitalistas impuestas durante los últimos 20 años.
Los manifestantes obstaculizaron el tránsito en varias calles de la
ciudad, cercanas a la sede del gobierno para gritar consignas como
“ladrones fuera”, “queremos leyes” o “renuncia”, de acuerdo con
informaciones de medios locales.
Las protestas del sábado ocasionaron la renuncia del primer ministro del
cantón de Sarajevo, Rea Tuhoran. En ese sentido, los manifestantes
dieron plazo hasta el 1 de marzo para la conformación de un nuevo
gobierno.
Dentro de las exigencias de los manifestantes se incluyen la
renuncia del gobierno de la Federación Bosnia; así como la lucha contra
el nepotismo y la corrupción. Por su parte, en la ciudad de
Bihac, al oeste del país unas 500 personas se congregaron para exigir la
renuncia del ministro cantonal, Županija Vrhbosanska, quien estaría
fugado del país, según medios locales.
Desde el inicio de las protestas, el pasado miércoles, han renunciado
tres de los 10 ministros de cantones. Estos hechos provocaron la
dimisión del director del cuerpo de coordinación de la policía bosnia,
Himzo Selimovic, quien aseguró que no posee suficientes poderes para
controlar la situación.
Estas protestas de la última semana han llamado la atención de la
comunidad internacional. Al respecto, el viceprimer ministro serbio,
Aleksandar Vucic, indicó que estos hechos atentan contra la estabilidad
de la región. El funcionario se reunió con el presidente del ala serbia
en Bosnia, Milorad Dodik, quien le aseguró que las protestas tienen
fines políticos y buscan expandirse por todo el territorio.
Por su parte, el primer ministro de Croacia, Zoran Milanovic, visitó la
ciudad de Mostar, al suroeste del país; para examinar la situación y
abogar por la paz en Bosnia.
La situación llevó al alto representante de Bosnia ante la
comunidad internacional, Valentin Insko, a anunciar este domingo que la
Unión Europea estudia enviar tropas a la nación balcánica para reprimir
la revuelta popular.
El paro galopante (un 44%, aunque el Banco Central dice que es del 27,5%
al no contar a los que trabajan en negro) y el declive industrial desde
la guerra de los Balcanes convierten a Bosnia en uno de los más pobres
de Europa. El salario medio mensual es de 420 euros y uno de cada cinco
de sus 3.800.000 de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza.
El detonante de las protestas fue el cierre de fábricas industriales luego de que fueran privatizadas en Tuzla,
el que fue el corazón industrial de la antigua república socialista
yugoslava, pero las políticas neoliberales de los últimos años han
llevado a la privatización y cierre de industrias y la consiguiente
pérdida masiva de empleos.
Muchos de los manifestantes son ex-trabajadores de antiguas
empresas estatales privatizadas y cerradas por los empresarios de turno.
LibreRed
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