El Estado indio declaró la guerra al pueblo y puso en marcha 150 mil
tropas en los Estados de las regiones central y este del país para
amenazar, detener y asesinar a los habitantes y expulsar a los pueblos
tribales y campesinos de sus milenarias tierras. La operación se llama
“Cacería Verde” está desarrollándose actualmente y tiene por objeto
combatir a los Naxalitas, nombre asignado a los combatientes del
Ejército Guerrillero Popular de Liberación (EGPL) conducido por el
Partido Comunista de la India (Maoísta).
El verdadero contexto
El Estado indio umbilicalmente asociado al imperialismo ha estado
atacando, a lo largo de los años, a los pueblos tribales (llamados
Adivasis) con el objeto de expulsarlos de sus milenarias tierras. Se
trata de tierras riquísimas en recursos minerales y naturales en las que
están directamente interesadas las grandes corporaciones (como Tata,
Essar, Jindal y Mittal).
Según los datos del censo 2001, los Adivais (o pueblos tribales)
incluyen a más de 84 millones de personas en todo el país que mantienen
una cultura milenaria y formas de producción y de propiedad colectiva
así como también su propia estructura de gobierno. Dichos pueblos han
realizado una importante contribución a la filosofía, la lengua, las
costumbres del país y también a las luchas de resistencia desde la
colonización británica hasta el siglo XVII.
De acuerdo con la legislación india las tierras de los pueblos tribales
se hallan protegidas bajo el nombre de Areas Catalogadas (Scheduled
Areas) en las que el control administrativo debe ser ejercido por los
propios pueblos tribales. Los órganos que ejercen la soberanía popular
son llamados Gram Sabha y su competencia alcanza a los problemas
locales.
Los Naxalitas han prestado apoyo concreto a los pueblos tribales,
orientándolos en el camino de la resistencia armada. El Estado indio con
el pretexto de luchar contra los Naxalitas, combate al pueblo y realiza
traslados masivos ocupando sus tierras.
En una entrevista transmitida por una radio australiana el 12 de febrero de 2010, Linga una habitante local denunciaba:
“Los habitantes de mi barrio se sienten inseguros. Estamos siendo
embaucados y nuestra tierra robada. Y no es el gobierno el que nos ayuda
sino los maoístas. No se respeta ninguna ley. Tampoco se aplican
aquellas logradas después de la independencia hace 60 años. Todavía
tenemos que luchar por nuestros derechos. (1)
Las fuerzas de la represión
En junio de 2005 se creó una fuerza paramilitar llamada Salwa Judum que
en lengua Adivasi quiere decir “Cacería de la Purificación”. La campaña
Salwa Judum consiste en realizar grandes intervenciones en los pueblos
Adivais desalojando a sus habitantes y llevándolos a “campos de
protección” verdaderos campos de concentración que no cuentan con
condiciones para la vida cultural ni para la producción agrícola y en
los que las personas allí alojadas no tienen ninguna perspectiva de
futuro. Las invasiones Salwa Judum separan a las familias y dejan
desamparados a los chicos. Quienes no aceptan ir a esos campos se
esconden en los espesos matorrales y siguen viviendo allí. Se amenaza a
las personas para que no regresen a sus aldeas y una vez que estas son
abandonadas son saqueadas e incendiadas.
En diciembre de 2007 un equipo de abogados de varios países incluido
Brasil, organizados por la Asociación Internacional de Abogados del
Pueblo (IAPL) visitó varios campos de concentración y de aldeas
abandonadas, habiendo constatado la situación “in situ”.(2)
El estado indio no toma partido por las campañas Salwa Judum pero las justifica como combate a los Naxalitas.
Además de con las Fuerzas Armadas regulares, el Estado actúa con una
Fuerza Policial de la Reserva Central (CRPF, en inglés y SPO en
portugués) formada por “agentes especiales de policía” reclutados por el
gobierno entre los habitantes más jóvenes y personas con condiciones de
liderazgo con la promesa de remuneraciones, para vigilar e intimidar a
los pobladores de las aldeas y de los campos de concentración,
ostentando armas pesadas o infiltrandose para recoger informaciones. Los
principales cuadros de la Salwa Judum están formados por los policías
anteriormente mencionados, pagados y armados por el Estado.
Los gobernadores de Chattisgarh declaran abiertamente que la sangrienta
guerra entablada por el ejército de Sri Lanka contra el pueblo Tamil se
ha inspirado en la Operación “Cacería Verde”(3). Durante 2008 y 2009 fueron asesinados centenares de ciudadanos de la etnia Tamil.
Un frente de organizaciones estudiantiles y campesinas del Estado Tamil
Nadu (al sur de la India) afirmaba en una conferencia de prensa el 30
de enero último:
“Es una mentira absurda decir que la guerra ha sido declarada porque
los maoístas han emprendido una lucha armada. Las personas están
hirviendo de bronca por los numerosos asaltos de la recolonización. El
Estado conoce esa realidad y también sabe que los naxalistsa tienen
capacidad y coraje como para encender una centella entre las masas. E
intenta así apagar esa chispa. Ese es el objetivo de la cacería a los
Naxalitas, de la Operación “Cacería Verde” (4)
Apoyo internacional
Además de las innumerables organizaciones populares, de centenares de
escritores, cineastas, académicos, abogados, médicos y otros
intelectuales se han solidarizado masivas manifestaciones, mitines y
foros de la India. Las principales consignas son: cesación inmediata de
todos los operativos armados contra el pueblo; suspensión inmediata de
la compra de tierras y de las expulsiones; detener las muertes
extrajudiciales; liberar a los presos políticos.
Entre los más conspicuos apoyos está el de la escritora y activista
anti-imperialista Arundhati Roy mundialmente conocida por su novela “El
Dios de las Pequeñas Cosas” El último 2 de junio en una conferencia
pronunciada en Mumbai, Arundhati denunció que la persecución del Estado
se está produciendo también en las ciudades y que los monopolios de la
comunicación están instigando a que se la persiga y se la ponga presa.
Ahora que el Operativo “Cacería Verde” ha comenzado a golpear en las
propias puertas de personas como yo, imaginen lo que está ocurriendo con
los trabajadores y los activistas políticos no tan conocidos.
Centenares de ellos están siendo encarcelados, torturados y eliminados (5).
En febrero fue comunicado el lanzamiento de la Campaña Internacional en
oposición a la Guerra contra el Pueblo de la India (ICAWPI – www.icawpi.org) Varias organizaciones de todo el mundo han apoyado y difundido la resistencia del pueblo al Operativo “Cacería Verde”.
El 19 de abril pasado, decenas de campesinos organizados por la Liga de
los Campesinos Pobres – ICP promovieron junto a otras organizaciones
populares, una protesta frente a la embajada de la India en Brasilia,
exigiendo el cese inmediato del Operativo “Cacería Verde”. Izaron
banderas rojas y banderolas en inglés y portugués exaltando la heróica
resistencia de los pueblos Adivasi y de todos los campesinos indios. Una
delegación de Cebrasco (Centro Brasileño de Solidaridad con los
Pueblos) y de Abrapo (Asociación Brasileña de Abogados de Pueblo entregó
un documento al embajador de la India en Brasil. B.S. Prakash quién
intentó intimidar al abogado de Abrapo diciéndole que no podía hablar de
matanzas de campesinos en la India.
En varias regiones del mundo las organizaciones populares se inspiran
en la inquebrantable y creciente resistencia del pueblo indio
*Profesor de Derecho Internacional y Vicepresidente de la asociación Internacional de abogados del Pueblo
Notas:
1) Diario A Nova Democracia, nº 63, marzo de 2010
2) Informe final y video de la Misión en: www.iapl.net
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