Una empresa que es, en realidad, la cobertura que utilizan tropas
militares tercerizadas bajo el mando de los EE.UU., entrena a la Policía
Militar y a agentes federales de Brasil, informó el diario Folha de S.
Paulo. La excusa, el terrorismo. La realidad, descontento y posibles
protestas sociales.
Según una investigación de la periodista de San Pablo Patricia Campos Mello, el entrenamiento a las fuerzas de seguridad brasileñas es brindado por la antigua compañía Blackwater, responsabilizada por la matanza de 17 civiles iraquíes en 2007, en lo que se conoció como Masacre de Plaza Nisour.
La semana pasada 22 policías militares y agentes federales brasileños
regresaron de un entrenamiento de tres semanas en la Academia Militar de
Moyock, en Carolina del Norte. El curso fue financiado por los Estados
Unidos, y hace parte de una serie de “intercambios” entre fuerzas
policiales de ambos países, según documentó el periódico paulista.
La compañía Blackwater, hoy conocida como Academi, cambió su nombre
después de haber sido mundialmente señalada como la responsable de
desembarcar con “ejércitos tercerizados” o mercenarios bajo la dirección
de los EEUU, en las guerras de Irak y Afganistán.
“El objetivo del programa es transmitir las experiencias prácticas
vividas por las tropas americanas en el combate contra el terrorismo.
Por eso fuimos enviados, porque somos una tropa especializada que podrá
ser utilizada durante una amenaza de ataque terrorista en San Pablo”,
aceptó el teniente Ricardo Bussotti Nogueira, ante el periódico que
llevó a cabo la investigación. Nogueira es comandante del Pelotón “COE”,
Comando de Operaciones Especiales en Sao Paulo. “El centro [de
entrenamiento] es increíble, tiene de todo, hasta escenografías de
ciudades; fue donde los “seals” fueron entrenados para entrar en la casa
de Bin Laden”, se explayó el militar.
En EEUU también reconocen el hecho. “El gobierno de los Estados Unidos
gastó cerca de 2,2 millones de dólares en los últimos dos años en
cooperación con las policías de Brasil”, acepta un funcionario
norteamericano al diario Folha, y agrega que éste es “apenas uno entre
diversos” operativos de entrenamiento de tropas de otros países.
Hipótesis de conflicto
Las hipótesis de conflicto, según el teniente Nogueira, pasan por “explosivos improvisados, ataques químicos y biológicos”.
Como se ve, la “amenaza terrorista” debe volverse omnipresente en el
ideario militar, para aceptar -con admiración acrítica- la capacitación a
manos de los Estados Unidos, directamente o por medio de sus
mercenarios, como en este caso.
Lo cierto es que en Brasil, a lo largo de todo este año previo al
mundial, no hubo indicios de ataques químicos, biológicos o cualquier
otra variable terrorista. En cambio, lo que sí abundaron fueron
protestas sociales y resistencia de habitantes humildes a ser
desplazados de sus hogares en las favelas, que, para los gobernantes,
parecen “afear” el contexto mundialista.
“Antiterrorismo” para contrarrestar a los excluidos y rebeldes, es la
doctrina con la que los EEUU han justificado invasiones en Medio
Oriente, con saldos trágicos ya conocidos. Ahora, la misma fórmula
parece avanzar en América Latina, en el territorio más extenso y
poderoso del continente, no sólo como “propaganda” para sembrar miedo,
sino penetrando en sus fuerzas armadas y de seguridad.
Fuente: Resumen Latinoamericano
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