revolucion obrera
El pasado 21 de octubre en Bogotá, un grupo de distribuidores de Revolución Obrera, participamos en una nueva manifestación en apoyo a la lucha del pueblo palestino y en denuncia al genocidio que, entre el Estado sionista de Israel y el bloque imperialista comandado por Estados Unidos, están perpetrando contra Palestina, principalmente en la Franja de Gaza. La cita fue a las dos de la tarde, nuevamente en la Embajada Palestina con el fin de movilizarnos hasta la Plaza de Bolívar.
A esa hora, ya estábamos cerca de 30 personas en el sitio, entre las que se destacaban varias mujeres con su vestimenta típica del Medio Oriente y unos compañeros que, también de lejos, se notaba que son de la región en conflicto. Rápidamente fueron llegando los marchantes, con pancartas, megáfonos, volantes, mensajes en cartulinas, …en fin, se fue creando el ambiente propicio para, una vez más, levantar nuestras voces desde Bogotá en contra de la ocupación sionista sobre Palestina.
Antes de iniciar el recorrido, desplegamos una pancarta vistosa y combativa, firmada por la Unión Obrera Comunista (mlm) que edita el Periódico Revolución Obrera y su Portal Digital. La pancarta tiene, además de una imagen y colores representativos de la causa palestina, una frase correcta que dice: ¡Parar ya la agresión criminal del Estado sionista de Israel! ¡Viva Palestina Libre!” como se puede apreciar en las fotos que acompañan esta corresponsalía.
Los compañeros presentes, solicitaron que fuéramos adelante con la pancarta, para ir deteniendo el paso de los carros que transitaban por la Avenida Caracas y para encabezar la manifestación que partió con cerca de dos mil personas aproximadamente. Durante el recorrido se podían escuchar todo tipo de consignas que rechazaban el genocidio y que le manifiestan todo el apoyo al pueblo palestino, la mayoría de ellas, entonadas o cantadas, forma que le gusta a un amplio sector de las masas. Nosotros, como Distribuidores, también llevamos un sonido austero y unas consignas que se prepararon para la ocasión y que se ensayaron en caliente, en la práctica, en las calles, como preparación de la movilización a la que citamos conjuntamente con otras organizaciones de masas para el próximo martes 24 de octubre a las 10 de la mañana, que tendrá inicio frente a la Embajada de Estados Unidos y como punto de llegada la Embajada de Israel. Al respecto, se imprimieron especialmente cerca de 80 invitaciones a color que fueron repartidas rápidamente entre los asistentes; asimismo, se distribuyó nuevamente el volante editado para esta nueva agresión imperialista.
Definitivamente, en general existe un buen ambiente entre las distintas fuerzas progresistas y entre las masas en general. La pancarta fue cargada por diferentes compañeros por varios tramos de la manifestación. Las consignas fueron agitadas mutuamente, tanto las nuestras, como las de otros grupos y organizaciones que llevaban las propias. El gran ausente fue el periódico impreso Revolución Obrera, pero estamos seguros que para la próxima concentración estará circulando entre las masas que asistan, e igualmente, que será distribuido por más compañeros conscientes de la necesidad de que las ideas comunistas revolucionarias estén circulando en la sociedad, especialmente, entre la clase obrera con el objetivo de organizar más y más obreros e intelectuales para que se sumen a la necesaria causa de organizar el Partido de la clase obrera en Colombia como parte de la Nueva Internacional Comunista basada en el marxismo leninismo maoísmo.
Durante el recorrido, se recibieron las muestras de apoyo de algunos carros y motos que pitaban al paso de la marcha; desde algunas ventanas de edificios y viviendas se recibieron saludos y puños en alto; también hubo personas que, al paso de la marcha, se unieron a la misma. De destacar, el saludo mutuo que hubo entre la marcha de apoyo a Palestina y los indígenas Emberas que se encuentran desplazados y sin atención estatal en el Parque Nacional: mujeres y niños principalmente, pero igualmente hombres de esa comunidad indígena recibieron la solidaridad moral al grito de ¡autodeterminación!
Finalmente, después de transitar una Carrera Séptima llena de familias obreras que escuchaban la consigna principal que se impuso “¡No es una guerra, es un genocidio!”, la manifestación ingresó a la Plaza de Bolívar, sobre las 4 y 20 de la tarde. Allí se hicieron discursos por parte de los funcionarios de la Embajada Palestina en Bogotá principalmente, mientras no se dejaban de arengar consignas y cantos, a la vez que se ondeaban, constantemente, banderas palestinas. Este fue un nuevo paso en la unidad general del pueblo contra la agresión imperialista y de solidaridad con el pueblo de Palestina. Estamos atentos a nuevas convocatorias, iniciando por ponernos al frente de la más inmediata que es la de hoy martes frente a la Embajada estadounidense.
Intervención en la acción de apoyo al pueblo palestino
Cuando el 1 de mayo de 1886 exigimos la jornada de 8 horas y salimos a las calles, los mismos miembros de la policía lanzaron una bomba, y nos acusaron de delincuentes, cobraron con 8 dirigentes obreros, quienes fueron condenados a la horca.
Cuando el 5 y 6 de diciembre de 1928, exigimos contratación directa, respeto de las leyes laborales colombianas y que el salario no fuera en vales, nos llamaron “cuadrilla de malhechores”.
Cuando solo estábamos en nuestra tierra cultivando y nos negamos a entregarlas por un precio irrisorio, nos llamaron guerrilleros, nos dijeron que no estábamos cogiendo café, y llegaron con las motosierras, masacrando, desapareciendo y encubriendo muchos de estos crímenes, como bajas en combate o mal llamados “falsos positivos”.
Y cuando después de una pandemia, la situación de hambre se agravó y decidimos realizar un paro nacional contra una reforma que encarecía aún más los alimentos, nos llamaron “vándalos”.
Y hoy cuando llevamos más de 70 años resistiendo y enfrentando la agresión sionista de Israel con los bombardeos, operaciones combinadas con tanques y fusiles, confinamiento, hambre y desplazamiento, solo por vivir en una tierra por siglos, nos llaman terroristas, y con ese pretexto bombardean nuestras escuelas, hospitales y viviendas.
Para vergüenza de las mujeres, la ministra de los Derechos de la Mujer May Golan se atrevió a decir y cito textualmente: «Algunas almas frágiles y santurronas están explicando que la mayoría de los residentes de Gaza son población civil no implicada, por lo que no debemos hacerles daño. Nada de eso. Tenemos que destruirlos hasta la médula».
Así es compañeros, lo que actualmente se vive en Gaza es un genocidio, justificado como respuesta al ataque del grupo fundamentalista Hamas. La realidad es que por años el pueblo palestino ha luchado de distintas formas, impidiendo su exterminio, enfrentando con piedras o caucheras al poderoso Ejército de Israel, armado hasta los dientes gracias al apoyo incondicional que le ha dado el mayor terrorista del mundo, Estados Unidos. No es una guerra entre dos ejércitos sino una matanza de civiles y no es la primera vez que el Estado sionista bombardea un hospital, hechos que están prohibidos por el derecho internacional, sin embargo, no han sido sancionados contundentemente por la ONU.
El pueblo colombiano, que ha vivido la violencia sistemática perpetrada por décadas, por el Estado y sus fuerzas paramilitares, no puede vacilar en respaldar la lucha que libra el hermano pueblo palestino. Aquí no se trata de cuestiones religiosas, aquí se trata de intereses económicos de los imperialistas que han financiado a perros de presa como el Estado Sionista de Israel, para invadir pueblos y generar guerras, con el propósito de posicionarse geoestratégicamente, expoliar recursos y explotar fuerza de trabajo.
No puede haber dudas en apoyar la causa palestina, el mismo pueblo de Israel y el pueblo judío se han manifestado en contra de los crímenes ejecutados por los sionistas. El pueblo palestino hoy necesita toda la solidaridad de los trabajadores y pueblos del mundo, de la movilización, como las que se han hecho en días pasados y hoy hacemos frente a la Embajada de Estados Unidos e Israel. El pueblo palestino necesita escuchar nuestras gargantas diciendo ¡Gaza aguanta, el mundo se levanta!
Una camarada
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