El Movimiento Feminista Proletario Revolucionario, organización generada
del PCm Italia, saluda hoy, desde este encuentro internacional, con profunda
alegría revolucionaria, el 10º aniversario de la formación del Partido
Comunista de la India
(Maoísta), partido que dirige la gran guerra popular en la India contra el cada vez más
reaccionario Estado indio y el imperialismo; saludamos a todos los miembros del
Partido y las masas revolucionarias en la India y, en particular, a las muchas mujeres que
en la marcha hacia la conquista de un nuevo poder, el poder popular,
representan una parte integral decisiva y amplia de él; y también rendimos
homenaje a todos los hombres y mujeres que cayeron mártires en la batalla,
alzando aún más alta la bandera roja de la revolución.
En la
Conferencia Internacional de Hamburgo en noviembre de 2012,
coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia a las Mujeres,
lanzamos la propuesta de construir un puente que sirviera de vínculo de
apoyo solidario con las mujeres indias “tanto para dar a conocer, a las
masas de mujeres populares y proletarias en nuestro país, la guerra
popular en la India
y el protagonismo directo en ella de muchas camaradas mujeres y de miles de
mujeres indias, y, por otro lado, encontrar la fortaleza y ejemplo para hacer
progresar también en nuestro país el proceso revolucionario en que las mujeres
serán protagonistas, especialmente las mujeres proletarias”.
Y, efectivamente, comenzamos a construir ese puente desde el 25 de
noviembre, cuando a nivel internacional dedicamos ese día en particular a las
mujeres maoístas en la India
y avanzando luego en nuestro país hacia nuevas e importantes etapas de lucha en
las esferas de la mujer, especialmente con la histórica primera huelga de
mujeres el 25 de noviembre de 2013 y más recientemente el 8 de Marzo de este
año, dirigiendo cada vez nuestra mirada internacionalista a todas las mujeres
proletarias y trabajadoras que luchan en el mundo, especialmente a todas las
mujeres revolucionarias que están en la vanguardia de las guerras
populares. Queríamos alzar más y más alto nuestras manos y apretarlas con las
de nuestras hermanas de la India,
porque la India
se está convirtiendo en un símbolo de la violencia del sistema capitalista e
imperialista, particularmente en todos los aspectos contra las mujeres, y hoy,
con el nuevo Gobierno fascista y proimperialista de Modi, este proceso está
aumentado rápidamente. En la
India, las viejas tradiciones feudales, el tribalismo
familiar, el fundamentalismo religioso en las extensas zonas fuera de las
grandes ciudades, se combinan en las modernas megalópolis con el salvajismo de
grupo, el nuevo acoso, donde el imperialismo añade nuevas aberración a las
antiguas.
Anuradha
Gandhy, la Camarada Janaki,
fallecida dirigente del PCI (Maoísta), que desarrolló la teoría del movimiento
femenino revolucionario en la
India y organizó a las mujeres en varias zonas, en una
entrevista en marzo de 2001 para “Poru Mahila”, órgano del Krantikari Adivasi
Mahila Sanghatan KAMS [Organización de Mujeres Revolucionarias Adivasis] , hablando
sobre las mujeres en las zonas urbana decía:
“Aunque todas las mujeres en la India se encuentran bajo la
opresión feudal, capitalista, imperialista y patriarcal, ésta aparece en varias
formas en áreas distintas, las áreas urbanas y las rurales. Las mujeres de la
clase obrera y las mujeres de la clase media en las zonas urbanas tienen
algunos problemas específicos. En primer lugar, si contemplamos los problemas
en el seno de la familia, incluso en áreas urbanas, las mujeres están oprimidas
por la cultura feudal. (…) Las muchachas solteras están bajo la presión de
casarse con hombres de la misma casta y misma religión (…) Incluso si una mujer
desea trabajar fuera del hogar, necesitará tener el permiso del padre, hermano
o marido. A algunas personas de castas y religiones (por ejemplo, los
musulmanes y kshatriyas) no les gusta que sus mujeres trabajen. Por lo tanto se
convierte en inevitable para las mujeres luchar incluso por su independencia
económica. (…) Especialmente en los últimos 25-30 años, quizás sea la India el único país donde el
nuevo crimen de quemar novias por la dote se ha convertido en una moda.
(…) Las mujeres en las zonas urbanas tienen muchas oportunidades para
salir de casa y trabajar. Consiguen empleos en fábricas, oficinas, escuelas,
hospitales y tiendas. Pero en muchos trabajos no reciben el mismo salario que
los hombres (…) Además, tienen que enfrentarse al acoso de los patronos y los
hombres bajo quienes trabajan. Esto se produce de muchas maneras. No sólo las
mujeres de la clase obrera sino incluso mujeres de la clase media con educación
se enfrentan a un acoso así. (…) Finalmente, otra cuestión es la influencia de
la cultura imperialista, muy grande entre las mujeres de las ciudades. No sólo
están influidas por el consumismo sino que además son víctimas de él. Esto
aumenta día tras día. En lugar de valores humanos están dando más importancia a
la belleza y los productos de belleza. Como resultado, existe un ambiente de
inseguridad debido a las atrocidades y acoso en las zonas urbanas”.
Pero especialmente en la India, la violencia, los
asesinatos de mujeres –contra los cuales en un periodo reciente tuvieron lugar
grandes manifestaciones de masas en varios Estados, en que la participación de
mujeres y jóvenes fue extensa- son perpetrados directamente por el Estado indio
como un instrumento de represión, especialmente en las zonas rurales donde
avanza la guerra popular, y las violaciones de campesinas, de mujeres dalits
por las fuerzas policiales, militares y paramilitares, se ha convertido en una
rutina como parte de la
Operación Cacería Verde, y las violaciones se combinan
repugnantemente con las torturas contra las mujeres maoístas detenidas. Sin
embargo, muchas mujeres, camaradas, han transformado esta violencia, las duras
condiciones de su vida, la represión estatal, en un poderoso factor de
rebelión, uniéndose a la guerra popular. Cerca del 40% de la fuerza combativa
consiste en mujeres y constituyen una parte fundamental de la guerra popular
revolucionaria dirigida por el PCI (Maoísta).
“La Guerra Popular ha
hecho añicos las vacilaciones de las mujeres”, declaró Anuradha Gandhy hablando sobre las
mujeres adivasis que se han unido masivamente a la guerra popular en
Dandakaranya (DK), pero ha ocurrido en todas las zonas afectadas por la guerra
popular, por lo que el Estado teme la participación numerosa de las mujeres y
trata de oponerse a ellas de muchas maneras.
Así, la cuestión de la mujer es una de las
cuestiones básicas abordadas por el PCI (Maoísta) para desarrollar y fortalecer
la militancia revolucionaria de las mujeres. Muchas de ellas son cuadros del
EGLP, aunque se tienen que dar pasos aún para hacer valer plenamente su
papel dirigente. Anuradha Ghandhy escribió: “… Allí donde el Partido está
trabajando sistemáticamente, podemos ver que la participación de la mujer es
mayor en todas las actividades y movimientos políticos… Igualmente existe una
necesidad de proporcionar una formación especial social y política a las
mujeres miembros de los escuadrones y pelotones … Aunque se están
oponiendo a enemigos y fuerzas tan grandes, la timidez y sentido de
subordinación que están aún presentes, son igualmente grandes enemigos que
están obstaculizando su desarrollo … Tienen que luchar contra el enemigo en su
interior… Para hacer frente a todos estos desafíos nuestras camaradas deben
alcanzar madurez política e ideológica y tener autoconfianza … exponer sus
posiciones sobre la auténtica liberación de la mujer en el movimiento de la
mujer que se está desarrollando a través de diversas corrientes en el país”
La lucha contra la opresión
feudal/patriarcal/sexista en las zonas donde el nuevo poder emergió es una
lucha concreta, diaria. Aunque difícil y compleja, ha avanzado tanto
ideológicamente como en la práctica a través de organizaciones de masas
especiales dirigidas por el Partido. Pero esta lucha continúa dentro del
Partido, entre las filas revolucionarias contra las formas patriarcales que
persisten o se reproducen, a través también de campañas de rectificación
específicas.
El papel dirigente de las mujeres en la Guerra Popular en la India muestra que mientras
que se desarrolla la lucha de clases, pone en marcha la lucha por una
transformación de las ideas, la cultura, la familia, las tradiciones
religiosas, …
Por tanto, la guerra popular en la India es un ejemplo
internacional para la lucha de liberación de la mujer y de hacer la revolución
dentro de la revolución. Un ejemplo que las camaradas del Movimiento Feminista
Proletario Revolucionario siempre han contemplado junto con el nada fácil pero
excitante camino, en un país imperialista como Italia, con el objetivo de
ganarse a la mayoría de las mujeres para la lucha revolucionaria.
El lazo/apoyo con la lucha revolucionaria de los
camaradas en la India
es, y debe ser, un estímulo, una inspiración y un aliento muto. En particular,
hoy en nuestro país, el principal terreno de nuestra lucha, es la lucha
sobre el terreno de las mujeres en cuanto a sus condiciones de vida y trabajo,
la doble opresión de las proletarias, las trabajadoras precarias, las
desempleadas, las mujeres inmigrantes. Es un terreno en que las mujeres
miembros del MFPR han dirigido varias luchas. Por ejemplo, en noviembre del año
pasado, como ya hemos mencionado, estas luchas convergieron en un
acontecimiento único e histórico, la “huelga de mujeres”, a la que se
unieron y participaron miles de mujeres: obreras de las fábricas, trabajadoras
de la enseñanza, mujeres precarias de diversos sectores, desempleadas,
estudiantes. Fue una huelga en que la lucha contra el sistemático surgimiento
de los feminicidios y la violencia sexual contra las mujeres en nuestro país,
llamado “civilizado”, se relaciona con la condición completa de la doble
opresión y explotación que sufren la mayoría de las mujeres, como resultado de
las cada vez mayores políticas reaccionarias de la moderna Edad Media
implementadas por los gobernantes. Una huelga que los patronos, el Gobierno, el
Estado, los partidos políticos, los sindicatos oficiales, las feministas burguesas
y pequeñoburguesas sintieron como un “peligro”, pero también fue menospreciada
o ignorada por las organizaciones “comunistas” economicistas, porque ha
colocado en el centro la cuestión de la doble lucha revolucionaria de las
mujeres como crucial para derrocar, de arriba abajo, este sistema social, según
el concepto de revolución dentro de la revolución para construir una nueva
sociedad en la vida en su conjunto deba cambiar. De hecho, ha sido una
brillante chispa que, prendiendo muchos fuegos de luchas de mujeres, de norte a
sur en el país, puede, a través del tiempo, “incendiar la pradera”. Durante la
huelga de mujeres conectamos nuestra lucha con la de las mujeres indias y de
todas las mujeres del mundo contra el sistema capitalista e imperialista, como
una poderosa fuerza para la revolución.
A través de las experiencias de lucha como la
huelga de mujeres, las camaradas del Movimiento Feminista Proletario
Revolucionario, organización generada por el Partido, dirigido por el
marxismo-leninismo-maoísmo, que se encuentra a la vanguardia en la organización
y dirección de las mujeres proletarias en particular, dio un paso adelante para
jugar un papel dirigente en todos los campos, en el movimiento sindical, en el
movimiento de la mujer y, especialmente, en la lucha por la transformación
revolucionaria de nuestro país, comenzando por la construcción del Partido para
la revolución. Un Partido Comunista de nuevo tipo, que se plantee como
estrategia la cuestión de la mujer, como una línea de demarcación; un Partido
donde las mujeres son objetivamente la vanguardia más radical, la fuerza motriz
dentro de la lucha política e ideológica contra las ideas e influencia
patriarcales, burguesas/sexistas, contra la mera aceptación “en principio” de
la cuestión de la mujer, que no transforma eso en una fuerza material,
empuñando el concepto de revolución dentro de la revolución que ya existe
dentro del Partido, como una riqueza global en el Partido y para el Partido. En
medio de avances y retrocesos, nuestras camaradas contribuyen al proceso
revolucionario en este país.
Con esto en mente, el principal objetivo es estar
firmemente ligadas a los maoístas de las guerras populares en el mundo, y hoy
especialmente con las mujeres combatientes en la Guerra Popular más
avanzada y efectiva a nivel internacional.
A la luz de todo esto, finalizando nuestra
intervención, en nombre del MFPR creemos necesario asumir el compromiso para
una iniciativa específica respecto de las mujeres indias, el corazón vital de
la guerra popular contra la ferocidad del Estado indio, genocida de su propio
pueblo, una iniciativa que proponemos al CIAGPI, organizador de este Encuentro
y al movimiento de mujeres a nivel internacional, para que el puente que
construimos se fortalezca y extienda.
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