Continúa la campaña electoral por definir quién será el verdugo que nos gobierne por los próximos 4 años.
Las
contradicciones interburguesas han sido puestas en tensión en esta
campaña. Burguesía compradora y burguesía burocrática se confrontan en
una álgida y hueca disputa que refleja la crisis que vive el viejo
Estado y la democracia burgués-terrateniente.
Todos
los candidatos coinciden en muchas de sus propuestas.
Independientemente de que argumenten ser conservadores, liberales, de
centro o izquierda, sostienen que hay que salvar la dolarización,
combatir la corrupción, cooptar inversión externa, endurecimiento de
penas que impliquen la cadena perpetua o pena de muerte y algunas otras
propuestas que evidencian la intención por bogar en un mismo rumbo: el
salvataje del viejo Estado y del capitalismo burocrático.
Los
debates electorales han sido un verdadero circo. Candidatos
incoherentes, incapaces de exponer su plan de gobierno, de sustentarlo.
¡Una vergüenza!
En
pleno siglo XXI, uno de ellos, nos encomienda a “dios”; otro, aprovecha
el escenario para saludar a su esposa por el cumpleaños y
posteriormente denunciar que ha sido objeto de un atentado con
escopolamina y que por eso se “equivocó en las respuestas”.
Un
banquero desencajado, redundante y que pretende mostrarse como la madre
Teresa de Calcuta cuya panacea son “los emprendimientos” con asonadas
como esta: “aquella mujer abandonada por su esposo o madre soltera, a
cargo de dos tres hijos, que necesita emprender, se dedicará a cocinar
buenos bollos, buenos corviches para ponerlos en un canasto y mandar a su hijo a vender estos productos en
los campamentos de campaña”. Yaku Pérez, al frente de Pachakutik, de
la podrida dirigencia de la Conaie y de Unidad Popular, es decir, del
oportunismo y del revisionismo, no tiene escrúpulo alguno en
identificarse con las propuestas de lo más recalcitrante de la burguesía
compradora y exponer sus coqueteos electoreros con el banquero Lasso.
Arauz, un títere del remedo de fascista (Correa); y un cantante que
aprovecha la ocasión para recitarnos –a capela- uno de sus temas
musicales. Por ahí uno que habla mejor de emborracharse y los restantes,
algo más de lo mismo.
Definitivamente,
gane quien gane, parecería que los trabajadores asalariados, campesinos
pobres y demás masas explotadas y oprimidas del país estamos condenados
a confrontar escenarios económicos y políticos más difíciles y críticos
que aquellos que hemos tenido que vivir hasta ahora.
Hay
que decirlo y establecer el deslinde definitivo. NINGÚN CANDIDATO
REPRESENTA LOS INTERESES DE LAS CLASES EXPLOTAS Y OPRIMIDAS DEL PAÍS;
ningún candidato va a solucionar los problemas estructurales que nos
aquejan y que se expresan en las contradicciones nación- imperialismo,
yanqui fundamentalmente; entre la gran burguesía y los trabajadores
asalariados; entre los grandes terratenientes y los campesinos pobres.
No
será precisamente por la vía electoral que logremos derrumbar las tres
montañas que nos oprimen, el imperialismo, el capitalismo burocrático y
la semifeudalidad, eslabones que solo pueden ser destruidos y barridos
con la revolución de Nueva Democracia, la misma que estará al servicio
de la gran revolución proletaria mundial.
Ningún
candidato representa al pueblo; ninguna propuesta o plan de gobierno
está diseñada para solucionar los grandes problemas que aquejan a las
mayorías, todos apuntan a mantener la dolarización y que no es otra cosa
que seguir sosteniendo un régimen monetario que sirve a banqueros y
grandes exportadores; el fortalecimiento de la inversión extranjera,
cuyo corolario respalda los propósitos por entregar los recursos
naturales al imperialismo y la privatización de las empresas del estado
(hidroeléctricas, comunicaciones, transporte, hidrocarburos, puertos,
etc.), precarizar el trabajo y atar más aún las relaciones de
producción a un régimen semifeudal.
Hoy,
al igual que siempre, nos corresponde, como comunistas, llamar a
nuestro pueblo a NO VOTAR, porque hacerlo avala el régimen democrático
que da sustento al sistema del estado, es decir, de la dictadura de
grandes burgueses y grandes terratenientes. NO VOTAR, porque
históricamente, por esa vía, el proletariado, campesinado pobre y demás
masas explotadas, jamás han podido solucionar sus problemas y demandas
fundamentales.
NO VOTAR, porque está escrito y la historia nos ha demostrado que por esa vía solo se vigoriza la vieja democracia; porque “Solo los bribones o los tontos pueden creer que el proletariado debe primero conquistar la mayoría en las votaciones realizadas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y que solo después debe conquistar el Poder. Esto es el colmo de la estulticia o de la hipocresía, esto es sustituir la lucha de clases y la revolución por votaciones bajo el viejo régimen, bajo el viejo Poder.” De Lenin
NO VOTAR, porque es lo que precisamente demanda el viejo Estado, que votes para legitimar a los verdugos del pueblo.
NO VOTAR, por el contrario, fortalecer la organización con independencia de clase o correcta dirección ideológica; preparar las condiciones subjetivas para la revolución, es el único camino que nos permitirá tener al frente de nuestra sociedad a la única clase capaz de dirigir a las masas a la victoria y plenitud de vida: el proletariado.
NO VOTES: ¡LUCHA!
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
LOS
REPRESENTANTES DE LA GRAN BURGUESÍA Y GRANDES TERRATENIENTES NO NOS
REPRESENTAN, MUCHO MENOS LOS OPORTUNISTAS Y REVISIONISTAS
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