EL COMITÉ DE CAMPESINOS POBRES LUCHA EN MEDIO DE LA TRAMOYA ELECTORAL
El Comité de Campesinos Pobres de Imbabura si apoya firmas en la recuperación de tierras para el campesinado en la comunidad de Paragachi, Pimampiro, Imbabura.
Después de largas jornadas de luchas en las tenido que comparar con todo el aparato del viejo estado terrateniente-burocrático, los campesinos de Paragachi si mantienen firmes en defensa de las tierras recuperadas y sobre las cuales ya hay un posicionamiento efectivo.
Han sido permanentes los embates de las autoridades serviles, quienes no solo se han valido de argucias legales y represivas para tratar de desalojar a los valientes campesinos, sino que también han tenido que recurrir a la movilización de dirigentes comunales que hacen lo imposible por tratar de neutralizar a los compañeros y su justa lucha: LA TIERRA PARA EL QUE LA TRABAJA.
Hoy, cuando los revisionistas y oportunistas concentrados en torno a las candidaturas de Aráuz y Pérez empujan a las masas a transitar el camino burocrático, el camino del constitucionalismo electorero y desmovilizador, las masas campesinas hacen lo que tienen que hacer: ¡LUCHAR POR CONQUISTAR LA TIERRA!
¡VIVA EL COMITÉ DE CAMPESINOS POBRES DE IMBABURA!
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
¡VIVA LA LUCHA POR LA TIERRA!
Febrero del 2021
NO VOTAR; ¡LUCHAR!
El revisionismo vive su fiesta electoral; coadyuva en el salvataje de la vieja democracia y del capitalismo burocrático.
El elemento consciente de la clase y del pueblo hace lo que le corresponde: ¡LUCHA!
Trabajadores de la salud, agrupados en la Federación de Trabajadores de la Salud de Pichincha (FETSAPI) realizó (03 /02/21) una movilización que llegó a la casa presidencial en el centro de Quito, con la finalidad de exigir la destitución del ministro de salud, Juan Carlos Zevallos, por el mal manejo de la pandemia, el desabastecimiento en los hospitales, falta de insumos y equipamiento para médicos y trabajadores de salud y, sobre todo, por peculado, por mal uso de bienes y servicios públicos, como fue el caso de la mala distribución de las vacunas que terminaron por favorecer al círculo familiar y empresarial de Zevallos.
De igual manera, se manifestó ante el incumplimiento del ganapán, Lenin Moreno, a los acuerdos establecidos con los trabajadores sobre estabilidad, pago de salarios y demás.
Mientras el revisionismo es protagónico en el circo electoral, persiste en su política de traficar con la miseria y desesperación de las masas; el proletariado consciente ¡LUCHA!
PUEBLO DEL ECUADOR: ¡NO VOTAR!; ¡PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE LA SALUD!
ECUADOR: ELECCIONES Y DOLARIZACIÓN (FDLP-EC)
Desde el payaso que se dice representar a la izquierda del país, Carlos (Yaku) Pérez, hasta lo más recalcitrante de la burguesía compradora, Guillermo Lasso, claramente establecen en sus planes de gobierno la necesidad de “salvar” la dolarización.
Urge
preguntarse, ¿la dolarización es compatible con el interés del país; de
los campesinos pobres, en definitiva, de las grandes mayorías de
trabajadores explotados?: ¡no!, ¡definitivamente!
¿A
quién beneficia la dolarización? A los grandes importadores, a los
grandes comerciantes; porque resulta más barato importar que producir. Y
cuando hablamos de importar no nos referimos básicamente a maquinaria,
materia prima, vehículos, vestimenta, artículos de primera necesidad,
etc., sino también de alimentos, como es el caso de la importación de
fruta, hortalizas, verduras, como se lo ha venido haciendo durante todos
estos años desde el Perú y Colombia.
¿A
quién perjudica? Al pequeño y mediano productor. A la burguesía
nacional, porque quiebran, no pueden competir con los grandes monopolios
capaces de importar lo que los pequeños industriales no pueden
producir, y si lo hacen, con costos elevados que resultan nada
competitivos en el mercado local.
A
los pequeños campesinos, porque ellos deben comprar semillas, insumos,
alquiler de tierras, etc., lo que encarece la cosecha, mientras que los
importadores, valiéndose (favoreciéndose) del cambio con monedas
nacionales de los países fronterizos, compran a menor precio e inundan
el mercado nacional con estos productos, constriñendo, de esta manera,
la posibilidad que los campesinos tengan un margen de utilidad
razonable. La historia se repite, quiebran, y bajo esa figura abandonan o
venden sus tierras que a la vez son compradas por los acaparadores,
especuladores o grandes terratenientes.
La
dolarización no permite que el país se industrialice, que desarrolle
sus fuerzas productivas, sino que lo empuja a que refuerce su condición
de semicolonia, ya que por la vía de la deuda externa, entrega de
tecnología, comercio exterior; las potencias imperialistas, sobre todo
EEUU, profundizan o asegura el sometimiento del país.
Los
costos de producción nacional encarecidos no solo que manda a la
bancarrota a los pequeños y medianos productores o comerciantes, sino
que se viene el otro efecto, igual de letal para esas economías, reducen
sus negocios, las plantillas de trabajadores, propiciando que de esta
manera haya mayor desocupación.
Por
otro lado, los trabajadores del campo y de la ciudad tienen que
confrontar ese enorme contingente de inmigrantes de Venezuela, Colombia,
Perú y otros países que vienen al país a vender su fuerza de trabajo
(para cooptar divisas que al cambio en sus países les resulta más
rentable) por debajo de lo estipulado por la ley, ampliando más la
brecha entre desempleados, subempleados y el empleo seguro/estable. Hoy,
2 de cada 10 ecuatorianos está empleado, trabaja con salario y
beneficios de ley; el resto, subempleado, trabaja en la informalidad o
sencillamente está parado.
El
déficit estatal se incrementa. El Estado tiene dificultades para
cooptar pago de impuestos, aranceles. Depende del ingreso de divisas
desde el extranjero. Pierde el “señoreaje” de la moneda, es decir, los
beneficios que tiene el Estado por emitir su propia moneda.
El
país importa más con relación a lo que exporta. Es decir, la balanza
comercial y de pagos es negativa, entra en apuros en el manejo de su
presupuesto; esa es la razón por la que no tiene recursos para pagar
salarios de trabajadores de la salud, profesores y otros. Es como una
trampa que siempre empuja a que terminemos sometidos por el FMI, su
régimen crediticio y todas las políticas que demanda del Estado; por
ejemplo, privatización de empresas del Estado, reducción de salarios,
“achicamiento” del tamaño del Estado, reducción de inversión en áreas de
salud, educación, infraestructura; incremento en comunicación, energía
eléctrica; eliminación de subsidios a los combustibles, etc., aparte de
que nos obligan a pagar una deuda externa contraída por quienes nos
gobiernan y se benefician de ella, mientras que nosotros, los comunes,
quienes en verdad la pagamos, cargamos a cuestas la crisis con todos los
bemoles de la miseria, desempleo, incapacidad material de confrontar la
pandemia, etc..
Con
la crisis del petróleo (precio internacional del barril) los ingresos
que tiene el país se reducen notablemente, propiciando falta de recursos
y liquidez, empujándonos a nuevas crisis, cada vez más inmanejables.
Con
la dolarización, los ricos, los dueños de los grandes medios de
producción se han vuelto más ricos, concentran el 50% de la renta
nacional, mientras que los trabajadores, obreros, campesinos pobres,
pequeños comerciantes formales e informales, se han vuelto más pobres,
no llegan a participar ni del 4% de la renta nacional. Es decir, 200
familias concentran los ingresos y riquezas del país, en desmedro de
millones de ecuatorianos que viven en la miseria, desocupación e
indefensión.
Se
supone que con la dolarización debían bajar las tasas de intereses en
los bancos. ¡Mentira!, se mantuvieron, hoy se pagan tasas activas que
superan el 20% anual, beneficiando al sector bancario que es uno de los
más grandes beneficiados con la dolarización.
Proletariado
y pueblo del Ecuador, la dolarización no te beneficia; quienes
sostienen que si salimos de ella viviremos una crisis irreparable están
mintiendo. ¿Puede haber mayor crisis que la vivimos en la actualidad? Si
la dolarización es beneficiosa, ¿por qué el resto de países del mundo,
sobre todo, del tercer mundo, no han entrado en este magro proceso? La
respuesta la encontrarás en el hecho de que es precisamente aquí, en el
país, donde los grandes terratenientes y grandes burgueses se muestran
más serviles al imperialismo; porque aquí, en el país, el revisionismo,
aquellos que se dicen luchar por los intereses de las grandes mayorías
son en verdad aliados estratégicos del imperialismo y las clases
dominantes, les ayudan a detentar el Poder desde el engranaje electoral,
la desmovilización ideológica de los sindicatos, organizaciones
campesinas y populares; de ahí que en el discurso de campaña estos
miserables también repitan la perorata de “salvar” la dolarización.
Proletariado
y pueblo del Ecuador, venga quién venga en calidad de nuevo gobernante,
NO TE REPRESENTA, Por el contrario, está destinado a ser tu verdugo por
los próximos cuatro años.
¿Qué
debemos hacer?, luchar por salir de la dolarización; luchar por no
permitir que se privaticen y se entregue a la burguesía depredadora y a
las transnacionales del imperialismo los sectores estratégicos de la
economía: electricidad, hidrocarburos, minería, comunicaciones, etc.;
luchar por la no precarización del trabajo, por un salario que
corresponda a la necesaria reproducción de la fuerza de trabajo; a no
ser perseguidos políticamente por hacer uso legítimo de nuestro derecho a
la rebelión, a la protesta; a no ser explotados y oprimidos. Luchar
porque cada brega desplegada por nuestras reivindicaciones de clase, de
pueblo, de nación, aporten al fortalecimiento de la revolución que
inevitable viene tremolando rojas banderas de la Nueva Democracia, el
socialismo y comunismo.
PUEBLO DEL ECUADOR: ¡NO VOTAR!
LA DOLARIZACIÓN HA SUMIDO EN LA MISERIA A LAS GRANDES MAYORÍAS
AL PUEBLO NO LO REPRESENTA NINGUNO DE LOS PAYASOS ELECTOREROS QUE HOY TRAFICAN CON LA VOLUNTAD DE LAS MASAS EN LAS URNAS
¡REVOLUCIÓN O MUERTE!
¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
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