Recibió un disparo en la cabeza y otro en la espalda mientras
manejaba un tractor
Camilo Catrillanca, ejemplo
de lucha
contra el Estado terrorista
El pueblo se levantó combativo como respuesta al asesinato del joven comunero
y en distintos puntos del país hubo enfrentamiento con la policía,
que respondió con represión inhumana a los manifestantes.
y en distintos puntos del país hubo enfrentamiento con la policía,
que respondió con represión inhumana a los manifestantes.
Por Vasti Abarca / Periodico El Pueblo.
Cuatro de la tarde del día miércoles 14 de noviembre. “Comando Jungla” despliega un operativo
excesivamente militarizado, que incluyó hasta un helicóptero. Justifican su actuar escudándose
en una llamada anónima que recibieron sobre un supuesto robo de tres autos a profesores
de la Escuela Santa Rosa de Ancapi Ñancucheo, en Ercilla. Acusan enfrentamiento
con desconocidos, dicen que hay balas, que los estaban atacando.
En ese momento, el comunero mapuche Camilo Catrillanca, de 24 años,
se desplazaba en un tractor, acompañado por Maikol Castillo de tan solo 15 años. Carabineros dispararon directo al tractor, guiados supuestamente por el piloto del helicóptero que aseguró que Camilo y Maikol andaban vestidos como los supuestos encapuchados que robaron los vehículos. Dispararon a diestra y siniestra, nada importó. Una de las balas atravesó la cabeza de Camilo Catrillanca y otra su espalda, mientras Maikol veía como agonizaba a su lado.
Tomaron detenido a Maikol, mientras que a Camilo lo llevaron al Cesfam de la comuna de Ercilla porque estaba muriendo. Alrededor de las siete de la tarde del miércoles se supo que había muerto. La violenta detención de Maikol, que incluyó golpes y maltratos que fueron constatados, no duró más que un par de horas, porque fue declarada ilegal.
El gobierno no tardó en justificar los hechos. Sebastián Piñera apareció respaldando al comando, diciendo a través de twitter: “Ratificamos deber de Carabineros de perseguir delitos y su derecho a defenderse cuando son atacados”. Al mismo tiempo apareció el ministro del Interior, Andrés Chadwick, justificando los hechos: “Su muerte ha tenido origen en un delito común que nada ha tenido que ver con el conflicto mapuche”.
El gobierno se respaldó en la versión de que los redujeron producto del robo de los autos e incluso entregaron una minuta a la coalición oficialista, Chile Vamos, para que supieran exactamente qué decir. Lo que dijo Chadwick fue exactamente lo que decía el comunicado.
Hubo una coordinación por parte del gobierno desde el primer minuto, sabían exactamente lo que había pasado y tenían más que claro que no hubo ningún robo de autos. Además, el intendente de la Araucanía Luis Mayol, mintió al decir que Camilo tenía antecedentes penales. Según el Registro Civil, el comunero no tenía ningún tipo de antecedentes.
Así mismo lo desmintió el Colegio de Profesores, a través de su presidente Mario Aguilar, quien sostuvo que “no guarda ninguna proporción con la realidad que a raíz de un robo de vehículos se desplegaran helicópteros y efectivos militarizados. Eso es absurdo, es una explicación ridícula”.
Camilo Catrillanca
Estudió en el Liceo Técnico Profesional de Pailahueque, tenía 24 años, una hija de 6 años y su compañera de vida está embarazada. Era nieto del lonko Catrillanca y fue un activo luchador por la causa del pueblo Mapuche.
Según el medio Renaico Informa, en el momento que fue asesinado por Carabineros, “estaba realizando labores de construcción de su vivienda. Cuando venía de vuelta a la comunidad en un tractor, se encontró de frente con el “Comando Jungla”, quienes le dispararon sin mediar provocación alguna”.
El fotógrafo Felipe Durán difundió un video que grabó en una manifestación ocurrida el 2012, donde se ve a Camilo de 17 años enfrentando a las fuerzas especiales. “A estos weones no les tengo miedo. Te desafío, saca la pistola y mátame ahora como lo hacen allá (en la Araucanía)”.
Estado terrorista
A las seis de la tarde del día jueves, el pueblo estaba citado a protestar por el desastre de Quintero, donde también fue asesinado el sindicalista Alejandro Castro. La indignación se transformó en resistencia y se sumaron las dos causas. Castro y Catrillanca asesinados por el Estado terrorista.
En Santiago, la concentración fue en Plaza Italia, donde llegaron miles de personas: niños, jóvenes y viejos. Los gritos del pueblo mapuche se escuchaban fuerte y claro, junto a los miles de chilenos que son víctimas del mismo Estado opresor. El descontento se sentía en cada uno de los manifestantes. Carabineros tardó alrededor de una hora en cerrar todo Plaza Italia, cuando estuvieron listos, desde varios puntos comenzaron a lanzar gases lacrimógenos y el guanaco se encargó de apuntar el chorro directo a quienes estaban en el lugar.
Los adultos rodearon a los niños para que el chorro no les cayera directo. Lo que tiraban no era agua, quemaba la piel, la enrojecía y ardía. De un minuto a otro todo se llenó de gas, que además no solo lo lanzaban desde el zorrillo, sino que también desde armas que lanzaban gas lacrimógeno como proyectil y cuando caían al suelo se incendiaban.
Pensaron que con tan inhumana represión lograrían que los manifestantes se dispersaran, pero no. Fueron cuatro horas de resistencia. Se hizo de noche y nadie de los que resistía se dio cuenta. El cielo se oscureció, pero las llamas se hicieron más intensas, mientras se proyectaba en un edificio el rostro de Camilo Catrillanca con una frase del poeta Raúl Zurita: “Que tu rostro cubra el horizonte”, y así fue.
La protesta se extendió desde la Alameda hasta Avenida Matta. El grupo de manifestantes no se dispersó, solo se ubicó en puntos focalizados de resistencia. Hace años que no se veía tal firmeza. Ante un Estado asesino ya no basta el diálogo, solo queda hacer frente.
Según fuentes policiales hubo 40 detenidos y siete carabineros heridos, aunque no dijeron nada sobre manifestantes heridos y asfixiados por los gases, que según testimonios en redes sociales, tuvieron que acudir a urgencias a raíz de la intoxicación.
En ese momento, el comunero mapuche Camilo Catrillanca, de 24 años,
se desplazaba en un tractor, acompañado por Maikol Castillo de tan solo 15 años. Carabineros dispararon directo al tractor, guiados supuestamente por el piloto del helicóptero que aseguró que Camilo y Maikol andaban vestidos como los supuestos encapuchados que robaron los vehículos. Dispararon a diestra y siniestra, nada importó. Una de las balas atravesó la cabeza de Camilo Catrillanca y otra su espalda, mientras Maikol veía como agonizaba a su lado.
Tomaron detenido a Maikol, mientras que a Camilo lo llevaron al Cesfam de la comuna de Ercilla porque estaba muriendo. Alrededor de las siete de la tarde del miércoles se supo que había muerto. La violenta detención de Maikol, que incluyó golpes y maltratos que fueron constatados, no duró más que un par de horas, porque fue declarada ilegal.
El gobierno no tardó en justificar los hechos. Sebastián Piñera apareció respaldando al comando, diciendo a través de twitter: “Ratificamos deber de Carabineros de perseguir delitos y su derecho a defenderse cuando son atacados”. Al mismo tiempo apareció el ministro del Interior, Andrés Chadwick, justificando los hechos: “Su muerte ha tenido origen en un delito común que nada ha tenido que ver con el conflicto mapuche”.
El gobierno se respaldó en la versión de que los redujeron producto del robo de los autos e incluso entregaron una minuta a la coalición oficialista, Chile Vamos, para que supieran exactamente qué decir. Lo que dijo Chadwick fue exactamente lo que decía el comunicado.
Hubo una coordinación por parte del gobierno desde el primer minuto, sabían exactamente lo que había pasado y tenían más que claro que no hubo ningún robo de autos. Además, el intendente de la Araucanía Luis Mayol, mintió al decir que Camilo tenía antecedentes penales. Según el Registro Civil, el comunero no tenía ningún tipo de antecedentes.
Así mismo lo desmintió el Colegio de Profesores, a través de su presidente Mario Aguilar, quien sostuvo que “no guarda ninguna proporción con la realidad que a raíz de un robo de vehículos se desplegaran helicópteros y efectivos militarizados. Eso es absurdo, es una explicación ridícula”.
Camilo Catrillanca
Estudió en el Liceo Técnico Profesional de Pailahueque, tenía 24 años, una hija de 6 años y su compañera de vida está embarazada. Era nieto del lonko Catrillanca y fue un activo luchador por la causa del pueblo Mapuche.
Según el medio Renaico Informa, en el momento que fue asesinado por Carabineros, “estaba realizando labores de construcción de su vivienda. Cuando venía de vuelta a la comunidad en un tractor, se encontró de frente con el “Comando Jungla”, quienes le dispararon sin mediar provocación alguna”.
El fotógrafo Felipe Durán difundió un video que grabó en una manifestación ocurrida el 2012, donde se ve a Camilo de 17 años enfrentando a las fuerzas especiales. “A estos weones no les tengo miedo. Te desafío, saca la pistola y mátame ahora como lo hacen allá (en la Araucanía)”.
Estado terrorista
A las seis de la tarde del día jueves, el pueblo estaba citado a protestar por el desastre de Quintero, donde también fue asesinado el sindicalista Alejandro Castro. La indignación se transformó en resistencia y se sumaron las dos causas. Castro y Catrillanca asesinados por el Estado terrorista.
En Santiago, la concentración fue en Plaza Italia, donde llegaron miles de personas: niños, jóvenes y viejos. Los gritos del pueblo mapuche se escuchaban fuerte y claro, junto a los miles de chilenos que son víctimas del mismo Estado opresor. El descontento se sentía en cada uno de los manifestantes. Carabineros tardó alrededor de una hora en cerrar todo Plaza Italia, cuando estuvieron listos, desde varios puntos comenzaron a lanzar gases lacrimógenos y el guanaco se encargó de apuntar el chorro directo a quienes estaban en el lugar.
Los adultos rodearon a los niños para que el chorro no les cayera directo. Lo que tiraban no era agua, quemaba la piel, la enrojecía y ardía. De un minuto a otro todo se llenó de gas, que además no solo lo lanzaban desde el zorrillo, sino que también desde armas que lanzaban gas lacrimógeno como proyectil y cuando caían al suelo se incendiaban.
Pensaron que con tan inhumana represión lograrían que los manifestantes se dispersaran, pero no. Fueron cuatro horas de resistencia. Se hizo de noche y nadie de los que resistía se dio cuenta. El cielo se oscureció, pero las llamas se hicieron más intensas, mientras se proyectaba en un edificio el rostro de Camilo Catrillanca con una frase del poeta Raúl Zurita: “Que tu rostro cubra el horizonte”, y así fue.
La protesta se extendió desde la Alameda hasta Avenida Matta. El grupo de manifestantes no se dispersó, solo se ubicó en puntos focalizados de resistencia. Hace años que no se veía tal firmeza. Ante un Estado asesino ya no basta el diálogo, solo queda hacer frente.
Según fuentes policiales hubo 40 detenidos y siete carabineros heridos, aunque no dijeron nada sobre manifestantes heridos y asfixiados por los gases, que según testimonios en redes sociales, tuvieron que acudir a urgencias a raíz de la intoxicación.
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