23/08/15
Análisis y Opinión
El pasado martes 18 el gobierno ordenó una brutal represión contra el bloqueo que realizaba el pueblo indígena Takovo Mora de la región Yateirenda que reclamaban la realización de la consulta previa indispensable según la constitución política del país para realizar cualquier proyecto de exploración o explotación de recursos hidrocarburíferos que afecten a su territorio.
La respuesta del gobierno ha sido la misma que emplea con los sectores populares que luchan por sus derechos; la gasificación brutal afectó a mujeres y niños, la policía detuvo a personas de forma indiscriminada, incluso llegaron a la misma población rompiendo parabrisas de autos y entrando a las casas para detener a diestra y siniestra incluso a menores de edad.
Esta práctica reaccionaria fue aplicada por el ministerio de gobierno a través de su policía en los conflictos de Caranavi, donde dos jóvenes fueron asesinados y en la localidad de Apolo donde la población fue sometida con las mismas prácticas, así como en otros conflictos que involucraron a la población que luchaba por sus derechos.
El gobierno aplica muchos argumentos en su defensa, en particular que la respuesta de su unidad de represión (la policía) hace una respuesta proporcional a la violencia de los manifestantes, sin embargo, las imágenes desmienten esa hipócrita versión. En este caso incluso un fiscal se ha atrevido a denunciar que la policía reprimió brutalmente a la población y que la provocó, si un miembro de ese poder corrupto sometido al gobierno, el ministerio público, reconoce esto es porque la acción del gobierno ha sido elocuente en cuanto a su brutalidad.
Un argumento particular que gusta esbozar el viceministro de gobierno, Jorge Pérez, es que “la población afectada” por el bloqueo pide la intervención de la policía, algo que hizo en el conflicto en el departamento de Potosí, rememorando el estilo de Sánchez Berzaín, declararon que analizaban intervenir el paro para “liberar” a los turistas retenidos.
El gobierno de Morales se encuentra en una coyuntura preocupante, la bonanza de los precios internacionales del petróleo se acabaron y ahora necesita urgentemente profundizar su política extractivista, es decir, la dependencia al mercado imperialista y la profundización de la condición del país de exportador de materias primas. Por esta razón ha lanzado varios decretos para explorar por hidrocarburos en áreas protegidas, por esa razón la consulta pública en proyectos que afectan a los territorios indígenas son un obstáculo, debido a ello es que ofrece premios a las empresas transnacionales (imperialistas) para que vengan a Bolivia a hacer negocios, por estas razones está atacando a las ONGs que disienten de su política, aun cuando las ONGs no son un enemigo estratégico ni tiene contradicciones fundamentales con el Estado ni el gobierno.
Los conflictos ponen al descubierto el alineamiento del gobierno de Morales, que se titula falsamente de revolucionario o progresista, por un lado desoye y se burla de las demandas del pueblo potosino, y por el otro acude urgentemente a proteger las inversiones imperialistas de las grandes mineras cuando el pueblo amenaza con tomarlas, mientras ofrece premios a la inversión imperialista por el gas, reprime brutalmente a los pueblos que no quieren que sus territorios sean avasallados por estas empresas imperialistas.
Esta es la coyuntura en la que se encuentra el gobierno; para garantizar su programa de explotar las materias primas y el agronegocio en favor del capital imperialista debe reprimir cualquier disentimiento y oposición, está presto para reprimir violentamente las luchas de pueblo, precisa centralizar más el poder y controlar las instituciones del Estado como lo está haciendo, acallar las voces disidentes en los medios de comunicación y fortalecer su aparato represivo como constantemente lo hace. Esto es parte de la aplicación del programa fascista corporativo y, más estratégicamente, forma parte de la profundización del capitalismo burocrático que en última instancia nos lleva a la mayor explotación imperialista.
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