[Nota de ODC: Hay algunos
"periodistas" , "expertos en geopolítica", "analistas", por cierto
sobrados de arrogancia y que se creen más listos que nadie, que parece
que están a sueldo de Rusia y China pues ejercen de hooligan y
propagandistas de Rusia y China de forma descarada y manipuladora. Son
como los "perros de pre(n)sa" occidentales que nos venden las virtudes
del capitalismo y la "democracia" occidentales pero estos nos venden las
virtudes del capitalismo chino y ruso, y encima lo pintan de rojo.
Especial indignación nos causa que traten de presentar a China como
socialista cuando es todo lo contrario. El tiempo los pondrá en su sitio
estamos seguros. Esperamos que muchos incautos no se dejen manipular
por estos otros manipuladores al servicio de otros mafiosos del capital
pero estos situados en el este geográfico del planeta. Quede claro que
excluimos de estas críticas a los compañeros, con los que estamos en
desacuerdo en este tema, que honestamente y a nuestro juicio
equivocadamente tienen otras posiciones a las nuestras en este tema. A
los que van dirigidas estas críticas son a determinados personajes que
ejercen de "expertos en geopolítica" a los que consideramos
manipuladores con descaro y alevosía. En
ODC odiamos a muerte a EEUU y no tenemos ninguna duda que actualmente
son los mayores criminales y los mayores enemigos de los oprimidos del
mundo pero ello no nos nubla la vista ni nos lleva a adorar a falsos
redentores y mucho menos a manipular y crear falsas ilusiones. Estas críticas son fruto de la indignación que sentimos ante lo que consideramos una manipulación obscena y con alevosía. ]
"China es la gran promesa de poder para el capitalismo emergente"
"La despolitización y el consumismo son los factores dominantes en la sociedad china actual"
José Ruiz Andrés, Beijing (China) 20/06/15
Me encuentro en un barrio de extrarradio de la ciudad de Beijing,
alrededor de una mesa junto a un té y unas pastas en una de tantas casas
colmena que rodean la ciudad. Mientras nos sentamos, mi anfitrión,
Hongbing (obviamente un seudónimo), me ofrece además un cigarrillo
mientras se quita una gorra roja de los Chicago Bulls. Nadie diría por
su aspecto que se trata de un activista en varios colectivos y
organizaciones marxistas por los derechos laborales en la República
Popular China y redactor de 红色中国, una de las principales
páginas web de referencia de la “nueva izquierda”. Le pregunto, para
romper el hielo, si es fan del equipo, y riendo me contesta que se la
pone “por el color”. El apartamento es absolutamente modesto y está
decorado con una enorme multitud de estatuillas de porcelana de Mao
Zedong. Una vez cómodos, comenzamos la entrevista.
La primera pregunta es brusca, pero quiero que definas ciertos términos para que los lectores puedan entender con quién y de qué estamos hablando. ¿Es China un país comunista?
Personalmente, no creo que el actual Gobierno chino sea ni comunista ni
socialista. Treinta años atrás, o incluso antes, después de la derrota
de la Revolución Cultural, comenzó el camino de la restauración
capitalista. El movimiento de masas de 1989 y el colapso de la antigua
Unión Soviética en 1991 son puntos críticos, pues desde entonces no hay
ninguna esperanza para revertir o siquiera detener esta restauración,
excepto otro movimiento de masas que surja en la actualidad o el futuro.
En 2001 y 2002 el Gobierno chino se unió a la Organización Mundial del
Comercio y modificó los estatutos del partido para que los capitalistas
pudieran sumarse al partido... Sin duda esta restauración en China ha
llegado prácticamente a su máximo exponente. Actualmente hay un gran
número de millonarios, e ¡incluso multimillonarios!, en el Congreso
Nacional del Pueblo y en el Partido Comunista Chino (PCCh). Da igual
cómo lo mires, desde el punto de vista político, económico o de quién
forma parte de las estructuras del partido, el actual Gobierno del PCCh
no es muy diferente de otros partidos capitalistas.
Y ahora que has definido la República Popular China, ¿cómo te defines políticamente hablando y cómo has llegado hasta ahí?
Yo me describo como socialista, más específicamente como marxista.
Cuando era adolescente, fui testigo del movimiento de 1989 y me impactó
profundamente; de esa manera comenzó mi inmaduro pensamiento sobre la
política y los movimientos de masas. En 1999, la embajada china en la
antigua Yugoslavia fue bombardeada por la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos de América, lo que encendió la ira de las clases populares chinas
y la mía propia, claro. Pero además supuso un enorme cambio de mis
puntos de vista, ya que por aquel entonces era neoliberal en lo
económico y proamericano en cuanto a política internacional. Justo en
aquel momento, diez millones de trabajadores estatales fueron despedidos
y simultáneamente apartados de la obtención de prestaciones sociales...
las clases populares sufrieron ese tipo de políticas promercados. Los
jóvenes empezamos a cuestionarnos estas políticas y su legitimidad,
fuimos los llamados “nuevos izquierdistas” que en China surgieron
durante ese periodo. Yo acababa de graduarme en la universidad, me
radicalicé con estos sucesos y los movimientos de masas que surgieron.
Desde entonces también he tenido la oportunidad de conocer la verdadera
situación de los trabajadores de los países “occidentales” y los
movimientos antiglobalización y contrarios a las políticas neoliberales
en estos países, así que empecé a leer y entender las secuelas de
marxismo clásico y sus aplicaciones en el mundo real. Desde el principio
del siglo XXI, por lo tanto, me clasifico como socialista o como
marxista.
¿Es difícil ser un 'verdadero' comunista hoy en China?
(Risas) ¡Claro!, no es fácil ser un verdadero socialista en China hoy,
pero generalmente en ningún lugar ni en ningún tiempo... ¡Nunca ha sido
fácil ser un genuino socialista! Como en todas partes, la
despolitización y el consumismo son los factores dominantes en la
sociedad china actual. Existe una gran diferencia entre ricos y pobres, todo podrido por la burocracia y la corrupción...
lo que explica la lucha de clases y otros conflictos sociales. Además,
el PCCh, como único grupo gobernante, reprime, verbal y físicamente,
cualquier voz crítica que proponga un cambio... No importa cuáles sean
tus demandas, como ha ocurrido recientemente con las cinco feministas
que fueron arrestadas, lo importante es que estés organizado “a la
contra”. El actual régimen se declara verbalmente como seguidor del
socialismo/comunismo y el marxismo, pero funciona como un régimen
monopartidista capitalista. ¡Ellos no creen realmente ni en una sola
palabra de marxismo, maoísmo o socialismo!
Como dijo el anterior primer ministro, Wen Jiabao, en una conferencia de
prensa durante el año 2012, la élite gobernante está verdaderamente
preocupada por cualquier desorden o situación “anárquica” o cualquier
movimiento genuinamente proletario, como una nueva Revolución Cultural.
De la misma manera ellos también están preocupados por cualquier corriente de pensamiento que pueda menoscabar su hegemonía,
por ello reprimen con la misma dureza las formas de expresión cultural
de maoísmo y el derechismo proamericano. El Gobierno además ha condenado
a duras sentencias (entre cinco y diez años de prisión) a algunos
maoístas que trataron de organizar un partido en 2010. Incluso algunas
organizaciones de estudiantes y asociaciones están siendo
“monitorizadas” por las administraciones universitarias, preocupadas por
algunos estudiantes “demasiado radicales”, que tratan de explicar la
actual sociedad en los términos de las clásicas teorías marxistas más
allá de los muros de la universidad.
Movimiento obrero
El movimiento obrero en China vive su momento de mayor tensión desde la Revolución Cultural. ¿Qué se puede esperar de todo esto?
Hoy la lucha de los trabajadores se está volviendo cada vez más radical,
más determinada y mejor organizada. Hemos sido testigos de varias
huelgas muy relevantes y bien organizadas, que han conseguido victorias
parciales o completas. El problema es que no ha sabido evolucionar en un
movimiento. La mayoría de las luchas suelen estar mal organizadas,
además de tener unos objetivos a corto plazo, y generalmente son a la
defensiva. Me explico: las protestas se realizan en base a la ley y no
en base a la necesidad de los trabajadores. Otro de los problemas ha
sido que los trabajadores no han sido capaces de influenciar a la actual
generación de trabajadores. Desde 1990, existen estos dos grupos
protagonistas de las protestas, las nuevas generaciones de trabajadores y
los viejos trabajadores de las fábricas estatales; sin embargo, estas
luchas nunca se han visto conectadas. Los maoístas y los
panizquierdistas están más enraizados en esta vieja generación de
trabajadores, y sólo han tratado de involucrarse en las luchas de los
nuevos trabajadores estos últimos años. Seguramente la situación es cada
vez más prometedora, aunque en número aún no se trate de una fuerza
relevante, jóvenes estudiantes e izquierdistas se están aproximando a
los trabajadores e incluso van a sus lugares de trabajo y tratan de
ayudar a los trabajadores a organizarse. Nosotros creemos que en un
futuro cercano habrá un gran cambio de la lucha de los trabajadores
izquierdistas en calidad y en cantidad.
¿Es posible crear conciencia ideológica en esta nueva generación de trabajadores, en la “segunda generación de inmigrantes rurales?
Debido a la urbanización, industrialización y globalización del
capitalismo, actualmente las jóvenes generaciones de inmigrantes rurales
ni pueden ni quieren volver a sus aldeas de origen -las de sus padres,
vaya-. Su futuro es ser el futuro proletariado chino y estará en las
áreas urbanas. Estos jóvenes tienen el mismo estilo de vida, estudian en
el mismo lugar, tienen la misma experiencia laboral, incluso su
lenguaje y referentes culturales generacionales: la nueva ideología
común emergerá de ahí. Pero lo que yo me pregunto es: ¿cuál será esta
nueva conciencia ideológica? Creo que podríamos intentar proponer el
socialismo tratando de que fuese su principal composición.
Se habla de un gran número de huelgas y manifestaciones, pero nadie dice nada sobre el porcentaje de fracasos. También se habla sobre el carácter pacífico de esta protesta. ¿De qué porcentajes estamos hablando?
Bueno, es muy difícil manejar cualquier tipo de dato. De hecho, las cifras que ofrece el China Labor Bulletin de
que el 80% de las huelgas o acciones industriales son pacíficas resulta
muy difícil de estimar, ya que tampoco se conoce exactamente el número
exacto de huelgas, y por lo tanto tampoco las huelgas que tienen éxito.
Pero basado en los ejemplos expuestos, creo que alrededor del 50% de las huelgas consiguen lograr parcialmente sus demandas.
Por ejemplo, los trabajadores de una fábrica textil consiguieron
recientemente en Guandong hacer cumplir sus demandas después de diez
meses de lucha. Ganaron una compensación por la reubicación de la
fábrica, recibo de los atrasos salariales y conseguir algunas
prestaciones sociales.
Política internacional
China se está convirtiendo cada vez más en una potencia central en cuestiones de política internacional, incluyendo regiones distantes como América Latina o África. Ello levanta suspicacias en Europa -tanto en el 'establishment' como desde la izquierda-. ¿Es China una potencia imperialista?
Creo que, sin duda, China es la gran promesa de poder para el capitalismo emergente,
si consideramos su peso económico, su influencia geográfica y su
población. China también ha empezado a exportar –de hecho es el
principal país exportador del mundo– no sólo productos y manufacturas,
sino también capital a países tanto desarrollados como subdesarrollados.
Por lo tanto yo clasificaría China como una potencia capitalista
emergente, lo que significa estar a medio camino de serlo. De cualquier
manera, China es aún diferente a otros países de tradición imperialista,
por ejemplo en cuanto a los niveles del “saber-hacer” y del desarrollo
propio de tecnologías, y sigue bastante por detrás de las grandes
economías desarrolladas. Aunque la fuerza militar china esté creciendo
rápidamente, sigue muy alejada de la de Estados Unidos, y además no
tiene fuerza suficiente para operar en países a larga distancia.
La izquierda europea se encuentra actualmente dividida en torno a diferentes conflictos internacionales, por ejemplo: Ucrania, Siria, las revoluciones de colores, la Primavera Árabe... También la "Revolución de los Paraguas" o la "Revolución de los Girasoles" han sido motivo de disputa. ¿Cómo te posicionas con respecto a estos movimientos? ¿Son comparables a otros movimientos como los del Xinjiang o el Tíbet?
La actual crisis socioeconómica está profundamente arraigada en el
sistema capitalista. Los jóvenes, las minorías étnicas o las opciones
sexuales minoritarias se han visto fuertemente impactadas y oprimidas
por el sistema. De todas formas, las ideologías burguesas y sus
doctrinas neoliberales siguen dominando el pensamiento de la mayoría de
la gente después del colapso del movimiento comunista el siglo pasado.
La Revolución de los Paraguas en Hong Kong y la Revolución de los
Girasoles de Taiwán reflejan en estas dos áreas la rabia contra la injusticia del sistema,
pero ellos no emplean los métodos correctos para confrontarse a estos
problemas. No reconocen que la clase obrera es la principal fuerza de
cambio en el sistema actual, y estos movimientos sólo viven gracias a
ciertos estudiantes y a las mentiras de la pequeña burguesía... Por
cierto, también hay elementos de discriminación en estos movimientos,
por ejemplo, el discurso sobre los chinos continentales.
Pero pienso que la Revolución de los Paraguas y la Revolución de los
Girasoles son muy diferentes de otros movimientos como los del Xinjiang y
el Tíbet... Los primeros son movimientos sociales relativamente
autónomos y los últimos son movimientos nacionales mucho más
influenciados por Estados Unidos y el imperialismo occidental. Creo que
un socialista tiene que apoyar a todos los oprimidos (los jóvenes, las
minorías étnicas, las orientaciones sexuales minoritarias) y sus
derechos básicos, por lo que debemos mostrar nuestra solidaridad y
ofrecer nuestra guía a todas las luchas para conseguir un futuro
socialista, pero lo que no podemos es apoyar un separatismo
prooccidental subvencionado por el imperialismo estadounidense y cuyas
demandas están naturalmente enfrentadas a la justicia social y el
socialismo.
Hablemos de afinidades con movimientos vecinos. ¿Qué opinión tienes acerca de otras experiencias socialistas próximas al eje Asia-Pacífico (Nepal, República Democrática de Corea, Vietnam...)?
Vietnam es muy similar a China, y allí también se ha producido la
restauración del capitalismo, que originalmente ocurrió en China. Hay
pequeñas y grandes diferencias entre los dos países, pero naturalmente
no hay diferencia entre ellos. Actualmente la política económica de
Vietnam está muy relacionada con la de China, no es una cuestión de
objetividad o de subjetividad. Sobre Corea [del Norte]... yo no creo que
la República Popular Democrática de Corea sea un país socialista
después de 1970. Seguramente fue un país comunista, muy parecido a China
o a la antigua Unión Soviética. En cualquier caso hoy se parece más a
un país gobernado por una “familia real”. Se dice que los residentes en
la capital disfrutan de ciertos privilegios, pero la mayoría del pueblo
sufre, parcialmente por el embargo de los Estados Unidos, pero sin duda
también por el Gobierno de los Kim. Y en cuanto al movimiento maoísta de
Nepal fue una buena tentativa para la liberación de las clases
populares en un país subdesarrollado a través de la lucha armada. En
cualquier caso, hoy el maoísmo nepalí ha entregado las armas y se ha
sumergido voluntariamente en el sistema capitalista. Esto es una lección
muy importante para otros socialistas y revolucionarios, especialmente
para los maoístas en la India.
Entonces, ¿son los naxalitas la única esperanza para una revolución en la India?
(Risas) Yo no sé mucho sobre los maoístas (naxalitas) en la India, pero
admiro profundamente a todas las hermanas y hermanos combatientes, que
están luchando por los campesinos. Creo que su método de revolución
rural es ampliamente aplicable a cualquier área rural de la India, que
nunca han tenido una reforma agraria y ni siquiera, en muchos aspectos,
un fin del régimen feudal. Pero, por lo que yo se, los maoístas en la
India no tienen fuertes lazos con la clase trabajadora de áreas urbanas.
Tal vez algunos intelectuales les apoyan, pero no trabajadores
organizados. En la actual industrialización y globalización, en este
mundo-mercado, cómo de lejos puede llegar un método revolucionario del
siglo pasado es una importante cuestión para todos los revolucionarios
del mundo.
¿Cómo ves la actual crisis política de la Unión Europea?
Para empezar creo que la crisis europea es tan política como económica.
Se debe principalmente al fallo del sistema capitalista y de las
políticas neoliberales. La Unión Europea es una de las cabezas
hegemónicas internacionales liderada por Estados imperialistas
(Alemania, Francia, etc.) para satisfacer la demanda de los capitalistas
globales. Sin embargo, desde el principio existen contradicciones
dentro de la UE: hay países ricos y países pobres, los intereses de la
clase capitalista y del pueblo trabajador, además de la corrupción, de
los nacionalismos internos, el racismo, las cuestiones ambientales y las
diferencias culturales. La Unión Europea es también la herramienta de los capitalistas europeos para explotar a otros continentes,
sus recursos y a sus gentes, y luchan con Estados Unidos y otras
potencias regionales y mundiales. Cuando la crisis financiera se produjo
en 2008, los problemas y las cuestiones quedan al descubierto, pero la
clase dominante quiere rescatarse a sí misma poniendo la carga económica
y social en los hombros de sus clases populares y de los llamados PIIGS
[Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España]. Las clases populares
europeas luchan por su vida y sus derechos.
Sin embargo, debido a la izquierda “domesticada” y a la despolitización o
la baja conciencia ideológica/social hasta hoy no se ha ganado la
batalla, aunque ya tienen ciertos intentos exitosos de organización en
un país o en todo el continente. Por ejemplo, hemos sido testigos y
vitoreado las manifestaciones y las huelgas en Grecia, España, Italia y
otros países. A principios de este año, en Grecia la alianza de la
izquierda radical, Syriza, aunque ganó las elecciones y consiguió formar
gobierno, no puede llevar el socialismo a Grecia, e incluso comenzaron a
comprometerse con el establishement actual y la troika (la UE, el FMI y el BCE), pero al menos representan la rabia y las demandas de los trabajadores en Europa. Europa
es el origen del socialismo y del movimiento comunista. Espero que la
crisis capitalista pueda convertirse en la oportunidad para el
socialismo y para la recuperación de la conciencia ideológica y de clase
de los trabajadores europeos.
Asuntos internos
El caso Bo Xilai fue tremendamente popular en Europa, y probablemente en el resto del mundo. ¿Cuál es tu visión sobre este caso? ¿Representa de alguna manera de figura de la izquierda en China?
Tres consideraciones al respecto. En primer lugar, Bo Xilai no es ni
socialista ni marxista, pero es un reformista o alguien que intenta
mejorar la situación con respecto al actual establishment. En
segundo lugar, su caso (el escándalo relacionado con la corrupción y la
lujosa vida de su hijo no resultan demasiado impresionantes si los
comparamos con los de otros burócratas chinos) ha ganado ciertas
simpatías de las clases populares en China. Lo que el hizo en Chongqing
(anticorrupción, luchar contra la mafia organizada, tratar de garantizar
un estado del bienestar básico garantizando vivienda, educación y
sanidad) ha hecho que gane apoyos de los residentes de Chongqing e
incluso de gente de fuera. En tercer lugar está la actual crisis del
régimen, que no puede gobernar fácilmente con sus métodos pasados, es
otro de los elementos del liderazgo para buscar otra vía para resolver
lo problemas de división de los líderes del partido.
Recientemente algunas activistas feministas fueron arrestadas tras realizar una serie de acciones. Por otro lado, fuera del país se está hablando de un documental enarbolado por Cui Jian donde se critica al Gobierno. ¿Cuál es tu opinión sobre estas formas de oposición?
Sí, el caso de las feministas y la película de Cui Jian han sido
bastante famosos. En la República Popular China existe un fuerte
movimiento pandemocrático/proliberal que está apoyado por la emergente
clase capitalista y pequeño-burguesa, especialmente en las áreas
urbanas. Ellos consideran que el principal problema de China es sólo la
ausencia de democracia (hablamos de democracia en términos occidentales y
más concretamente estadounidense). Hay algunos activistas famosos: Liu
Xiaobo, Ai Weiwei, Xu Zhiyong y un largo etcétera, pero creo que esta
visión es muy limitada, el mundo real tiene muchos problemas mucho más
complicados, problemas económicos o los problemas sociales, los
problemas de la gente corriente, de la mayoría social, y personalmente
creo que por eso no obtendrán un gran apoyo popular. Creo que como
socialistas deberíamos apoyar el trabajo democrático sobre todo tema
social para los derechos de los trabajadores, las masas democráticas y
la justicia social, pero combatir claramente a aquellos que
ideológicamente ponen sus ilusiones en el mercado capitalista o los
modelos occidentales democráticos. Aunque, claro, siempre apoyaremos los
valores básicos de libertad de pensamiento y de asociación porque
creemos que estos derechos son algo muy importante para la izquierda y
para la organización en sí misma. Bajo esta condición, podríamos
trabajar con algunos de estos “disidentes” en aspectos específicos.
Después de las reformas capitalistas en los ochenta y noventa tomadas por el PCCh, ¿hay alguna esperanza de que este partido siga una línea de izquierda?
No voy a clasificar todos los miembros del PCCh (unos 90 millones) como
procapitalistas, pero sin duda la máxima dirección del partido está
llevando a cabo políticas neoliberales y promercado desde hace décadas.
Puede haber alguna diferencia en los niveles y contenidos de las
políticas, pero están totalmente en contra de los trabajadores (la
llamada clase dirigente según la actual Constitución) y de la sociedad
en general. Por lo tanto, creo que las izquierdas en China no deberían
poner una gran esperanza en la llamada “línea de izquierda” dentro del
partido... Nosotros haremos todo lo posible por organizar y desarrollar
por nuestra cuenta y sobre todo buscar un profundo arraigo con los
trabajadores y los campesinos. Desgraciadamente, hasta ahora un gran
número de izquierdistas (maoístas) en China han puesto la esperanza en
la dirección del Partido para hacer una reforma hacia la izquierda.
Tienen una ilusión realista, es decir, en que algunos de los dirigentes
del Partido pueden girar bruscamente a la izquierda y China sería
reconstruida como un país socialista, por lo que se afanaban en
persuadir a las altas esferas del Partido. Pero la dirección del Partido
no puede hacer eso, sobre todo cuando ellos y sus familias disfrutan
personalmente del sistema actual.
Hoy, el Gobierno chino está hablando todo el tiempo sobre el concepto de "sueño chino". ¿Qué es este sueño?
El término de "sueño chino" se refiere al "sueño americano" y no hay
ninguna explicación específica, en realidad sólo una propaganda verbal.
Aunque el Gobierno habla de que todo el mundo en China podría alcanzar
su "sueño chino" si siguen a la orden del establishment y creen
en la lucha personal, de hecho no es más que un caramelo o, si lo
prefieres, opio para engañar a la gente. No creo que el sueño de la
gente normal pueda lograrse dentro del sistema ni que las políticas
actuales puedan realizar todos sus sueños individuales.
Entonces, ¿hay alguna esperanza para la revolución en China?
Creo que siempre hay esperanza de la revolución en todas partes. Las
revoluciones no se conspiran ni son golpes tomados por unas pocas élites
o aventureros ambiciosos. Las revoluciones son ecos de las demandas de la gente, son la locomotora real para el desarrollo de la historia.
China está llena de contradicciones de clase, de conflictos sociales,
de desastres ambientales y brechas entre diferentes clases y capas
sociales. China ha seguido un rápido ritmo de desarrollo económico
durante más de 30 años, pero incluso el actual régimen ha admitido que
no podía sostenerse por más tiempo. Cuando la crisis capitalista visite
China, como en cada país capitalista, existirá una nueva situación
objetiva para la preparación de la revolución. Y si la izquierda de hoy
en China puede prepararse bien y honestamente, estudiar las tradiciones
históricas y las lecciones de la vieja revolución comunista, una
revolución socialista y proletaria es muy posible que se produzca.
Estamos empezando nuestra larga marcha desde un pasado de colapso del
movimiento socialista/comunista tradicional hacia un futuro brillante y
prometedor para la clase obrera china e internacional.
Fuente:
https://www.diagonalperiodico.net/global/26971-china-no-es-muy-diferente-otros-gobiernos-capitalistas.html Fuente:
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