1)
El gobierno del PT no es un gobierno de izquierda sino un gobierno que
se dice progresista y de izquierda pero sirve al capital financiero
brasileño y al internacional.
2) Brasil es una potencia económica muy importante a nivel mundial y sobretodo regional, cuya gran burguesía explota a nuestros países, a través del capital financiero y de sus monopolios. Esto se da en la industria frigorífica, donde se han quedado con gran parte de ella en Uruguay y en varios países del continente, tienen gran peso en la banca, la molienda de arroz, la industria cervecera, etc. Son el 2º comprador, destino de las exportaciones del país (“el que compra manda” decía Martí y recordaba el CHE). Brasil impulsó un Mercosur donde concentró la mayor parte de la industria de la región. La industria manufacturera uruguaya perdió por esa “integración”, en pocos años 140.000 puestos de trabajo a principio de los 90.
3) Tiene un grado de dependencia con los yanquis y los principales países imperialistas, sí, pero también contradicciones de intereses y por su fuerza económica, política y militar, no es un país dependiente, por más que existan en él millones de pobres y una gran desigualdad.
4) Llamarle “golpe de estado” a una crisis política en que el PT, asediado por los escándalos de corrupción y en medio de una crisis económica muy profunda, con recesión y un abultado déficit fiscal, pierde sus aliados y en la cámara de diputados se vota ir al juicio político de Dilma Rousseff, es un burda maniobra del oportunismo (de aquí y de allá) que intenta poner la movilización de la clase obrera y el pueblo brasilero a la cola del PT y el sector de las clases dominantes y el imperialismo que representa. Pero tarde o temprano la movilización independiente de los explotados se producirá y será de gran importancia para el futuro de la lucha de los pueblos en la región.
2) Brasil es una potencia económica muy importante a nivel mundial y sobretodo regional, cuya gran burguesía explota a nuestros países, a través del capital financiero y de sus monopolios. Esto se da en la industria frigorífica, donde se han quedado con gran parte de ella en Uruguay y en varios países del continente, tienen gran peso en la banca, la molienda de arroz, la industria cervecera, etc. Son el 2º comprador, destino de las exportaciones del país (“el que compra manda” decía Martí y recordaba el CHE). Brasil impulsó un Mercosur donde concentró la mayor parte de la industria de la región. La industria manufacturera uruguaya perdió por esa “integración”, en pocos años 140.000 puestos de trabajo a principio de los 90.
3) Tiene un grado de dependencia con los yanquis y los principales países imperialistas, sí, pero también contradicciones de intereses y por su fuerza económica, política y militar, no es un país dependiente, por más que existan en él millones de pobres y una gran desigualdad.
4) Llamarle “golpe de estado” a una crisis política en que el PT, asediado por los escándalos de corrupción y en medio de una crisis económica muy profunda, con recesión y un abultado déficit fiscal, pierde sus aliados y en la cámara de diputados se vota ir al juicio político de Dilma Rousseff, es un burda maniobra del oportunismo (de aquí y de allá) que intenta poner la movilización de la clase obrera y el pueblo brasilero a la cola del PT y el sector de las clases dominantes y el imperialismo que representa. Pero tarde o temprano la movilización independiente de los explotados se producirá y será de gran importancia para el futuro de la lucha de los pueblos en la región.
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