—En
respuesta al reclamo de los Camaradas del PC ML Panamá—
El
pasado 26 de abril, la Unión
Obrera Comunista (mlm)
con ocasión de los atentados terroristas de ISIS en Bruselas,
publicó un comunicado1
rechazando el terror de las guerras imperialistas y el terror
reaccionario del Estado Islámico, y llamando a oponerles la Guerra
Popular, la guerra revolucionaria de las masas, único camino para
echar a tierra el yugo opresor y explotador del imperialismo y sus
lacayos sobre los trabajadores y pueblos de la tierra.
De
inmediato los Camaradas del Partido
Comunista ML Panamá,
manifestaron su rechazo al comunicado de la Unión
por
considerarlo un apoyo a las potencias imperialistas que mediante
guerras reaccionarias se disputan la supremacía de una zona
estratégica que hoy tiene su epicentro en Siria; así mismo los
Camaradas reafirmaron su respaldo al Estado Islámico y a su guerra
que consideran es una guerra antiimperialista, en la línea
internacional comunicada en Resolución del Comité Central de este
Partido2
el 22 de octubre del año pasado.
Es
necesario recordar y reafirmar que con apego a los principios del
Marxismo Leninismo Maoísmo y no a ninguna simpatía o seguidismo por
algún Partido y a riesgo de perder relaciones con estimados
Camaradas a causa de las discrepancias —como en efecto ha
sucedido—, la Unión
Obrera Comunista (mlm) no
ha dado apoyo a ninguna potencia imperialista por el hecho de
enfrentarse al imperialismo USA, ni a ningún régimen de gobierno
por el hecho de declararse “anti-imperialismo USA”. Por el
contrario, nuestra denuncia ha sido enfática, firme y permanente
contra las voces que desde toldas revolucionarias y comunistas han
invocado el apoyo a los imperialistas rusos y chinos, o a las clases
dominantes reaccionarias encabezadas por regímenes como el de Gadafi
en Libia o el de Al-Assad en Siria3.
En esa misma línea, la Unión
desde hace tiempo ha denunciado el falso “anti-imperialismo” de
los lacayos pro-imperialistas gobernantes afines al llamado
“Socialismo del Siglo XXI” en Venezuela, Nicaragua, Ecuador,
Brasil, Argentina, que además de falsos anti-imperialistas también
han demostrado ser tan corruptos como el resto de la burguesía, y lo
peor —en común con el Estado Islámico— han causado un grave
daño a la revolución: dividir a las masas del pueblo, enfrentarlas
entre sí, condición que sirve directamente a la dominación de las
clases reaccionarias. Tampoco ha habido silencio de la Unión
en
la
denuncia
al carácter reaccionario de la lucha armada de los Talibanes, de las
mesnadas mercenarias de Al-Qaeda, y en los últimos meses
especialmente las del Estado Islámico, y no porque su terror sea
peor que el terror directo de los imperialistas, o porque sus
víctimas sean más que los centenares y miles del día a día a
manos de las tropas imperialistas y sus lacayos (como sigue
ocurriendo en los campamentos de desplazados civiles en Alepo), cuya
denuncia no daría respiro a los comunistas, sino porque las acciones
terroristas del Estado Islámico son avaladas y reivindicadas como
expresión de una guerra anti-imperialista, por Camaradas como los
del PC ML Panamá. Guardando las necesarias diferencias, ni más ni
menos ese fue el mismo motivo de la fuerte lucha del leninismo contra
los kautskistas y socialchovinistas, no porque Lenin minimizara la
carnicería humana perpetrada en la I Guerra Mundial al mando del
Káiser de Alemania, del Emperador Austro-Húngaro, del Sultán
Otomano, de los Reyes de Italia y Gran Bretaña y de los Presidentes
de Francia y Estados Unidos, sino porque los kautskistas y
socialchovinistas por el hecho de defender la guerra imperialista a
nombre del socialismo y de la revolución, eran
más peligrosos
para
engañar a las masas obreras —¡y en efecto las engañaron!— con
más facilidad que la propia burguesía imperialista.
Y
desde luego que frente al terrorismo reaccionario jamás hemos
callado sobre la relación jerárquica de los terroristas: “Los
imperialistas son los más grandes y principales terroristas del
mundo; el terror fundamentalista reaccionario, es apenas su hijo
legítimo en el Medio Oriente. Han sido los imperialistas americanos,
europeos y asiáticos quienes a través de la historia han ejercido,
sembrado y financiado el terror contra los pueblos de la India,
Indonesia, Palestina, Chile, Argentina, Vietnam, Laos, Camboya,
Afganistán, Irak, Somalia, Malí, Siria… por mencionar solo
algunos, y son los mismos imperialistas quienes hoy alzan sus manos
ensangrentadas para señalar a los terroristas de ISIS”4.
La
discusión sobre si los comunistas deben apoyar movimientos
anti-imperialistas de otras clases, ha acompañado al Movimiento
Comunista Internacional durante todo lo que va de la fase
imperialista. Resolverla exige en cada momento una posición de
principios y análisis concreto de la situación concreta; y
justamente el leninismo no solo desentrañó las leyes del
capitalismo en su fase de agonía —imperialismo— sino que enseñó
a plantear en esta nueva fase el viejo problema nacional ya no como
cuestión interna de unos Estados, sino fundido al nuevo problema
colonial imperialista, al problema internacional de la opresión
mundial imperialista sobre las colonias y las semicolonias, como
parte de la Revolución Proletaria Mundial, no de la revolución
burguesa mundial. Fue precisamente el Segundo Congreso de la III
Internacional celebrado en julio de 1920, el que particularizó en
base al Informe preparado por el mismo Lenin, la línea de principios
sobre el problema nacional, para guiar el análisis concreto. Dada la
extensión de la Resolución, recurrimos aquí al resumen hecho en
Colombia por la Revista
Contradicción,
que en la Tesis Once dice:
“En los
Estados y países más atrasados, donde predominan instituciones
feudales o patriarcales rurales”,
es necesario: a) participar en todos los movimientos revolucionarios
de emancipación. b) combatir la influencia reaccionaria del clero.
c) combatir
el panislamismo,
el panasiatismo... d) dar al movimiento campesino un carácter
revolucionario. e) combatir enérgicamente las tentativas de los
movimientos emancipadores para aparecer como comunistas. “La
Internacional Comunista no debe sostener los movimientos
revolucionarios en las colonias y en los países atrasados, sino con
la condición de que los elementos más puros de los Partidos
Comunistas -y comunistas en los hechos- se agrupen e instruyan acerca
de sus tareas específicas, es decir de su misión de combatir el
movimiento burgués y democrático”.
La Internacional jamás se debe fusionar con los movimientos
nacionales. f) desenmascarar la independencia política con vasallaje
económico, financiero y militar. (s.n.)
O
sea, los comunistas no pueden apoyar cualquier movimiento solo porque
se declare anti-imperialista, sino porque sea revolucionario, no se
oponga a los objetivos de la Revolución Proletaria Mundial, no
impida el desarrollo de la lucha de clases revolucionaria contra y
por el derrocamiento de las clases dominantes lacayas.
Hace
años, en tiempos del MRI [Movimiento Revolucionario
Internacionalista] cuando entre sus fuerzas y entre sus simpatizantes
se libraba una lucha ideológica sobre esta cuestión de la alianza
con los regímenes gobernantes islamistas en países agredidos e
invadidos por los imperialistas, el Comité Central del Partido
Comunista de Irán (marxista leninista maoísta) cuando todavía no
había declinado hacia el revisionismo avakianista, hizo un análisis
concreto de la situación en Irán ante la posibilidad de un ataque
militar del imperialismo USA, concluyendo la necesidad de organizar
un tercer polo anti-imperialista y anti-reaccionario contra los
agresores imperialistas y contra el Estado de la República Islámica
de Irán, posición que fue considerada marxista leninista maoísta,
apoyada y difundida públicamente por la Unión5
porque nuestra línea es clara y firme: “No
hay enemigo para escoger entre los genocidas de las masas, tanto en
países oprimidos como opresores. No hay amigo para escoger entre los
opresores. La clase obrera debe proclamar su independencia de clase
frente a todos sus verdugos. Solo la revolución de los oprimidos
contra los opresores, de los explotados contra los explotadores, es
la solución definitiva al terror imperialista, a sus guerras
reaccionarias, a su régimen de esclavización financiera y de
explotación asalariada”.
Hoy,
los Camaradas de Panamá en su Resolución se han apartado de la
línea de la III Internacional, y en esencia han tomado partido por
el panislamismo,
ideología y política religiosas que sirven a las clases dominantes
reaccionarias para amordazar y liquidar el movimiento revolucionario
de los pueblos musulmanes. En su análisis de la situación de la
guerra en Irak y Siria los Camaradas de Panamá se plantean la
cuestión desde la óptica del viejo problema nacional burgués, no
desde la nueva forma leninista de abordarlo como parte de la nueva
Era, de la Revolución Proletaria Mundial. En la lucha ideológica,
por los documentos publicados, consideramos que son correctas las
denuncias y el rechazo que distintas organizaciones marxistas
leninistas maoístas han hecho del carácter reaccionario del Estado
Islámico y sus actos de terror; en particular los Camaradas Maoístas
de Galicia han hecho una correcta crítica a la Resolución del PC ML
Panamá6.
Por los hechos en la zona de guerra, diversas organizaciones
comunistas y revolucionarias kurdas y turcas han afirmado el camino
de la Guerra Popular para resolver el problema de la revolución en
el Kurdistán, antigua lucha contra la opresión nacional y por el
derecho a formar un Estado propio, lucha en la cual el Estado
Islámico se involucró del lado de la contra-revolución, del lado
de la supremacía nacional de los reaccionarios opresores, del lado
de la opresión machista sobre las mujeres, por lo cual se ganó el
odio acérrimo de las masas y muy especialmente de las mujeres
kurdas, quienes han demostrado ser parte fundamental de las fuerzas
de la revolución merecedoras de todo el reconocimiento y apoyo de
los comunistas en total contraposición al respaldo al Estado
Islámico cuyo programa es convertirlas en esclavas sexuales de su
soldadesca7.
No
basta Camaradas de Panamá reconocer la existencia objetiva del
Estado Islámico, es obligación de los marxistas reconocer también
su carácter de clase, su esencia dictatorial de clase, los intereses
de clase que defiende, que precisamente no son los del pueblo.
Incluso su programa político de establecer un Califato mundial,
además de reaccionario es como lo han denominado otros Camaradas, un
romanticismo anticapitalista
que lejos de servir a la Revolución Proletaria Mundial pretende la
ilusión de retornar la rueda de la historia hacia el feudalismo.
No
basta Camaradas de Panamá con la observación pragmática del Estado
Islámico como blanco de ataque de todas las potencias imperialistas.
Es ante todo necesaria una visión dialéctica de la hipocresía
imperialista en sus maquinaciones, en las fuerzas que hoy crea y
mañana enfrenta porque se le convierten en especies de
incontrolables Frankenstein
como también lo fue el Sha de Irán Reza Pahlevi, Sadam Hussein en
Irak, Al Qaeda… ¿Por qué cerrar los ojos frente a los hilos del
capital internacional por mano de las petro-monarquías del Golfo que
amamantan y manejan al Estado Islámico dentro del rol de las
contradicciones inter-imperialistas? ¿O alguien duda de la
dependencia de tales poderes locales con respecto a los
imperialistas? Ya lo decíamos en nuestra denuncia ¡Todos
los imperialistas son enemigos a muerte de los pueblos del mundo!:
“Habla por sí sola la historia reciente de las sanguinarias
agresiones imperialistas contra los pueblos de Palestina, Afganistán,
Irak, Libia, Mali, Yemen, Ucrania…. y de Siria hoy, donde detrás
del enfrentamiento del ejército de Bashar Al-Assad gobernante al
servicio del imperialismo ruso, contra los mercenarios del “Ejército
de Liberación de Siria” y del “Estado Islámico” al servicio
de los imperialistas yanquis y europeos de la OTAN, está la
confrontación de los regímenes gobernantes en Siria e Irán lacayos
del imperialismo ruso, contra los regímenes gobernantes en Arabia
Saudí, Qatar y Emiratos Árabes, lacayos de la OTAN; y detrás de
éstos, está la lucha inter-imperialista entre Rusia y Estados
Unidos por el dominio hegemónico de ese territorio rico en petróleo
y un enclave para el control estratégico de toda esa zona del
planeta llamada [por los imperialistas] ‘Gran Medio Oriente’”8.
Desde
el punto de vista de la guerra, la del Estado Islámico es la
negación de la guerra popular, es una guerra reaccionaria no solo
por su programa y su dirección, sino porque allí las masas son
soldados inconscientes, carne de cañón de una lucha ajena a sus
intereses, cuando no, sus víctimas indefensas. Por el contrario, la
guerra popular más allá del concepto vulgar del enfrentamiento
entre ejércitos regulares es la guerra consciente de las masas del
pueblo, no puede ser dirigida por las clases reaccionarias y es
incompatible con los intereses de las clases reaccionarias. Bien lo
afirman los Camaradas Maoístas de Galicia en su crítica: “La
contradicción que enfrenta a los pueblos del mundo con las diversas
fuerzas imperialistas es una contradicción antagónica y que por
tanto solo puede ser resuelta por medio de la guerra popular
revolucionaria en los diversos países”. Reconocer
y hacer valer en la práctica que las
masas son las verdaderas protagonistas de la historia y la fuerza
decisiva del desarrollo social, es una cuestión de principios de la
Línea de Masas de los comunistas revolucionarios. Si una guerra como
la del Estado Islámico no libera a las masas con su propia acción
armada consciente, y en cambio las despoja y mantiene esclavizadas a
la explotación, al reemplazo de un verdugo opresor por otro, al
oscurantismo religioso… esa guerra no es revolucionaria ni
genuinamente anti-imperialista.
Si
nos guiáramos por un punto de vista puramente militar, nunca
hubiésemos denunciado el carácter reaccionario y contra el pueblo
de la guerra de las Farc en Colombia, a pesar de ser declarada por
sus jefes como una guerra revolucionaria, contra el imperialismo, a
pesar de no tener los atavismos religiosos que caracterizan la yihad
islámica, y a pesar de ser apoyada abiertamente por algunos
marxistas leninistas maoístas… La justeza de nuestra denuncia a
esta guerra contra el pueblo en Colombia, que en ocasiones encontró
la condena de otros Camaradas, hoy es corroborada por el compromiso
desembozado de sus jefes con la burguesía y el imperialismo. Y
finalmente, como parte del problema de la guerra, y así como no
rechazamos todas las guerras sino las que son injustas y
reaccionarias, tampoco condenamos todo terror, solamente el terror
reaccionario incluido el que a veces ejecuta la desesperación
pequeñoburguesa a nombre de la revolución o en este caso el Estado
Islámico a nombre del anti-imperialismo, que no sirve a la táctica
revolucionaria sino que causa rechazo y desorganización en el
movimiento de masas y división en las filas de los comunistas, que
no hace parte ni sirve a la guerra popular estratégica de las masas
sino que se ensaña contra las propias masas del pueblo.
El
llamado a Oponer
la Guerra Popular a la guerra imperialista y a los ataques
terroristas, no
es una receta doctrinaria divorciada de la realidad, que aunque es
hoy cruel y tenebrosa para las masas, reconocemos que “el
estado de indefensión de las masas populares en Siria y en muchos
países, no es culpa de los trabajadores sino de la crisis del
movimiento comunista internacional, el único que puede transformar
la crisis social creada por el imperialismo, en crisis
revolucionaria, en guerra de los explotados y oprimidos contra los
explotadores y opresores, en Revolución Proletaria Mundial que borre
de la faz de la tierra al imperialismo, antes que éste acabe con la
sociedad humana”, y
también sabemos que esta situación del movimiento comunista
internacional y del movimiento comunista en los países árabes en
particular, ¡no será eterna!. Las contradicciones mundiales del
imperialismo no pueden ser resueltas por el mismo sistema
imperialista; objetivamente conducen y hacen necesaria
irremediablemente la Revolución Proletaria Mundial, la revolución
de Nueva Democracia y Socialista en los países árabes, y no existe
otro camino para realizarla que la Guerra Popular, la guerra de las
masas del pueblo. No hay salvadores supremos para los pueblos árabes,
ellos mismos surtirán, fortalecerán y reconstruirán sus
destacamentos comunistas de vanguardia; ellos mismos constituyen la
fuerza poderosa para barrer de sus países a las bestias
imperialistas, a las clases lacayas y sus regímenes reaccionarios, a
todos los mercenarios abiertamente pro-imperialistas o falsamente
anti-imperialistas. La perspectiva revolucionaria le pertenece a la
lucha internacionalista del proletariado y los pueblos árabes, no al
caduco y reaccionario nacionalismo burgués.
.........
Colombia,
Mayo 09 de 2016
3
Ver entre las muchas denuncias por ejemplo el comunicado ¡Abajo
la agresión imperialista! ¡Viva la rebelión del pueblo sirio!
de septiembre 9 de 2013
https://docs.google.com/file/d/0BxPPaJjCrTlRZHJpS1EycEx2WG8/edit
5
Ver Revolución Obrera No. 200:
https://docs.google.com/file/d/0BxPPaJjCrTlRZUE4Sm9SMERkaTQ/edit?pref=2&pli=1
7
Hasta el propio Stefan Engel, jefe de la coordinadora ICOR —de la
cual hace parte el PC ML Panamá—, en entrevista de septiembre
2015 manifestó: “Está claro, que
los diferentes Estados reaccionarios y organizaciones terroristas
islamistas-fascistas no se queden tranquilos con este desarrollo.
Combatieron desde un comienzo la construcción de Rójava. El acoso
más fuerte que sufrió Rójava fue el ataque contra Kobanê por
parte del "Estado Islámico" ("EI"), que fue
repelido a comienzos del 2015 por la población kurda en una heroica
y exitosa lucha de 130 días”.
.....
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