Se registran incidentes y represión policial con gases lacrimógenos en Sao Paulo, Belo Horizonte y Río de Janeiro
Carreteras y vías de las principales ciudades brasileñas amanecieron bloqueadas este viernes con neumáticos y marchas de sindicalistas en la primera huelga general convocada contra el Gobierno de Jair Bolsonaro y su propuesta de reforma del sistema de pensiones, que aumenta de 35 a 40 años el tiempo de las contribuciones.
La huelga, que también protesta contra recortes en el presupuesto de la educación, coincidió con el estreno de la Copa América de fútbol, que comienza el viernes en Brasil.
El transporte público se paralizó en 19 capitales y parcialmente en buena parte del país. Hubo incidentes de violencia y de represión policial con gases lacrimógenos en Sao Paulo, Belo Horizonte y en Río de Janeiro, donde se registró uno de los incidentes más graves.
Un hombre que conducía un pequeño volkswagen rojo, aceleró en una calle bloqueada por centenares de profesores y estudiantes de universidades públicas de Río. Tres estudiantes fueron atropellados por el conductor que se fugó.
Las protestas ocurren cuando el Gobierno presiona al Congreso para la aprobación de la reforma que busca elevar las edades de jubilación a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, que podrán recibir la pensión integral sólo después de 40 años de cotizaciones, lo que ocurre cada vez menos, en función de la informalidad. La propuesta, presentada por el ministro de economía, Paulo Guedes, sigue el modelo de capitalización individual, similar al que fue implantado en Chile.
«La capitalización propuesta pretende recoger la contribución del trabajador para un ahorro individual», difundió en una nota la Asociación Jueces para la Democracia, que critica la ausencia del estado en el futuro sistema, destacando que 37 millones de brasileños ya trabajan en la informalidad, sin posibilidad de jubilarse. «La reforma de Guedes y Bolsonaro pretende poner fin al sistema solidario de la seguridad social, perjudicando a la población económicamente más vulnerable», informa el comunicado.
Durante la mañana, Bolsonaro despidió al presidente de la empresa de correos, el general Juarez Cunha, que recomendó que la entidad siga siendo estatal. «Se comportó como un sindicalista», dijo el presidente a la prensa local en Brasilia, antes de su viaje a São Paulo donde inaugurará la Copa América, en el estadio Morumbi.
El transporte público se paralizó en 19 capitales y parcialmente en buena parte del país. Hubo incidentes de violencia y de represión policial con gases lacrimógenos en Sao Paulo, Belo Horizonte y en Río de Janeiro, donde se registró uno de los incidentes más graves.
Un hombre que conducía un pequeño volkswagen rojo, aceleró en una calle bloqueada por centenares de profesores y estudiantes de universidades públicas de Río. Tres estudiantes fueron atropellados por el conductor que se fugó.
Las protestas ocurren cuando el Gobierno presiona al Congreso para la aprobación de la reforma que busca elevar las edades de jubilación a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, que podrán recibir la pensión integral sólo después de 40 años de cotizaciones, lo que ocurre cada vez menos, en función de la informalidad. La propuesta, presentada por el ministro de economía, Paulo Guedes, sigue el modelo de capitalización individual, similar al que fue implantado en Chile.
«La capitalización propuesta pretende recoger la contribución del trabajador para un ahorro individual», difundió en una nota la Asociación Jueces para la Democracia, que critica la ausencia del estado en el futuro sistema, destacando que 37 millones de brasileños ya trabajan en la informalidad, sin posibilidad de jubilarse. «La reforma de Guedes y Bolsonaro pretende poner fin al sistema solidario de la seguridad social, perjudicando a la población económicamente más vulnerable», informa el comunicado.
Medida para salir de la recesión
Guedes y Bolsonaro vienen presionando a los parlamentarios y a la opinión pública con el mensaje de que el país sólo saldrá de la recesión si se aprueba el sistema, que se ha convertido en la principal medida económica, y que lo contrario, puede quebrar al gigante sudamericano.Durante la mañana, Bolsonaro despidió al presidente de la empresa de correos, el general Juarez Cunha, que recomendó que la entidad siga siendo estatal. «Se comportó como un sindicalista», dijo el presidente a la prensa local en Brasilia, antes de su viaje a São Paulo donde inaugurará la Copa América, en el estadio Morumbi.
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