Sunday, May 26, 2024

Tampoco hay justicia en la Corte Penal Internacional


Tampoco hay justicia en la Corte Penal Internacional 1
Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el líder de Hamás, Yahya Sinwar

La ley y la justicia, como instituciones de la democracia burguesa no están por encima de los intereses de clase ni son ajenas a la lucha y correlación de fuerzas entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores, entre víctimas y victimarios. La Corte Penal Internacional tampoco lo está y en la reciente decisión de esa institución internacional sobre el genocidio llevado a cabo por el Estado sionista de Israel en Palestina, pone en pie de igualdad a los responsables del genocidio Netanyahu y su ministro de guerra Gallant, con tres de los dirigentes del grupo Hamas solicitando órdenes de captura para todos ellos.

Los delitos que señala el fiscal de la Corte Penal Internacional contra los genocidas Netanyahu y Gallant son:

  • Inanición de civiles como método de guerra como crimen de guerra.
  • Causar deliberadamente grandes sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física o la salud, o tratos crueles como crimen de guerra.
  • Homicidio intencional o asesinato como crimen de guerra.
  • Dirigir intencionadamente ataques contra una población civil como crimen de guerra.
  • Exterminio y/o asesinato, incluso en el contexto de muertes causadas por inanición, como crimen de lesa humanidad.
  • Persecución como crimen de lesa humanidad.
  • Otros actos inhumanos como crímenes de lesa humanidad.

Mientras que los que señala contra los dirigentes de Hamas son:

  • Exterminio como crimen de lesa humanidad.
  • Asesinato como crimen de lesa humanidad y como crimen de guerra.
  • La toma de rehenes como crimen de guerra.
  • La violación y otros actos de violencia sexual como crímenes de lesa humanidad y también como crímenes de guerra.
  • La tortura como crimen de lesa humanidad y también como crimen de guerra en el contexto del cautiverio.
  • Otros actos inhumanos como crimen de lesa humanidad en el contexto del cautiverio.
  • Trato cruel como crimen de guerra, en el contexto del cautiverio.
  • Ultrajes a la dignidad personal como crimen de guerra en el contexto del cautiverio.
Tampoco hay justicia en la Corte Penal Internacional 2

La Corte Penal Internacional no es imparcial. Los hechos de los genocidas son de todos conocidos e inocultables a ojos vistas y los imputados a ellos por la Corte no son lo suficientemente contundentes frente a la gravedad de la tragedia del pueblo palestino. De ahí que la decisión de emitir la orden de captura contra los genocidas es blanda y tardía, y obedece sobre todo a la gran presión internacional ejercida por los pueblos de todos los países que no han cesado en denunciarlos y expresar su solidaridad con el pueblo agredido sin piedad. Dicho sea de paso, esa orden no están obligados a cumplirla los imperialistas de Estados Unidos, los principales terroristas del mundo y genocidas de pueblos; como tampoco lo están Rusia y China porque no hacen parte de ese organismo internacional frente al cual actúan como gendarmes.

La Corte Penal Internacional no es imparcial y no imparte justicia. A pesar de que los pueblos del mundo saludan su decisión de ordenar la captura de Netanyahu y cía., los comunistas rechazamos que juzgue con mayor dureza y compare los crímenes de los sionistas con los actos del grupo Hamas, y no porque compartamos su fundamentalismo reaccionario, sino porque no se pueden juzgar como si fueran iguales las acciones defensivas de un destacamento de un pueblo que ha padecido durante 75 años la exclusión, la segregación, la persecución, la tortura y la muerte, enfrentando además durante decenios las bombas, los tanques y los fusiles de sus opresores sionistas con piedras.

Pero es no solamente eso, como denuncian los camaradas del Partido Comunista maoísta de Italia:

No se acusa a Israel de «genocidio»; mientras que la acusación de «exterminio» se coloca en primer lugar para Hamás, para Israel se rebaja después de otras acusaciones; mientras que para Hamás se habla de «asesinato contra la humanidad», para Israel se habla de «haber causado graves sufrimientos y lesiones» o de «haber atacado a la población civil»: casi 40.000 personas, casi la mitad de ellas niños, mujeres, masacradas, asesinadas en todas partes, incluso en los hospitales, incluso cuando iban a buscar comida, agua, se consideran por tanto simplemente «atacadas». A Hamás se le acusa de «torturas a prisioneros», de «otros actos inhumanos contra prisioneros», de «violaciones y violencia sexual», todos hechos no probados, a veces negados por los propios rehenes, o demostrados como falsos; para Israel, en cambio, no aparece ninguna de estas acusaciones, cuando el mundo entero ha visto las torturas infligidas a prisioneros palestinos, mantenidos desnudos, encadenados durante días, el trato inhumano incluso a prisioneros médicos…

La Corte Penal Internacional no es imparcial. Su decisión reciente y su justicia están basadas en el derecho burgués, según el cual todos los ciudadanos son iguales y todos los países son iguales, cuando la realidad pone a diario de presente que no hay igualdad y no puede haber igualdad, mientras exista la explotación del hombre por el hombre, mientras sigan existiendo un puñado de países imperialistas opresores subyugando y expoliando a la inmensa mayoría de países.

La Corte Penal Internacional no es imparcial. Y por eso no imparte justicia, sino que castiga más severamente al pequeño oprimido que se atrevió a desafiar el poderío del gigante opresor

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