En el día de las velitas, los vendedores ambulantes luchan en el centro de Cali contra los desalojos arbitrarios ordenados desde la Alcaldía.
En la mañana de este 7 de diciembre, el centro de Cali fue testigo de la rabia y el coraje de los vendedores ambulantes, quienes optaron por tomarse las calles para defender su derecho al trabajo, así sea informal, y exigir la devolución de sus mercancías ante las reaccionarías medidas de desalojo y expropiación implementadas por el alcalde Alejandro Eder, representante local del Estado de los ricos.
Desde la madrugada, cientos de trabajadores informales, muchos de ellos mujeres cabeza de familia, adultos mayores, desplazados y migrantes, se movilizaron contra el desalojo forzoso que pretende expulsarlos del centro de la ciudad bajo el pretexto de «recuperar el espacio público».
Los videos e imágenes tomados por nuestro reportero y otros transeúntes circulan en redes sociales describiendo cómo los vendedores bloquearon las principales vías del centro de la ciudad, incluyendo las calles 13 y 15, con llantas quemadas y vallas, al grito de: “¡Si nosotros no trabajamos, nadie trabaja!” y “alcalde ladrón devuelva lo que nos robó”.
Fotos y videos en Instagram: https://www.instagram.com/p/DDS5aeOuOf_
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En un diciembre marcado por la carestía de la vida y la creciente desigualdad, estos trabajadores defienden lo que para ellos significa la vida misma: el medio de sustento de sus familias frente a una economía que los excluye.
La Alcaldía con sus procedimientos nocturnos para remover carretas y mercancías, muestra el verdadero carácter del Estado de los explotadores: oprimir a quienes sostienen a sus familias con esfuerzos y sacrificios.
Pero la llama está encendida y no para prender una velita, sino para desatar el fuego revolucionario en el pueblo y dejar un mensaje claro: la clase obrera no se deja pisotear.
Este hecho no puede ser visto de manera aislada. Es parte de una tendencia más amplia, por un lado, de la precarización del trabajo, la violencia y el terrorismo del Estado de los ricos contra los sectores populares y por otro, la del ánimo de lucha que crece en el pueblo.
Quienes se ven obligados a trabajar en el rebusque ocupando el espacio público, no lo hacen por capricho, sino porque el sistema los ha empujado a buscar alternativas ante la falta de empleo estable y en condiciones dignas. Se trata en su mayoría de familias que han sido víctimas del despojo de sus tierras, a manos de militares, paramilitares, y demás responsables de la guerra reaccionaria contra el pueblo, con el favor de todas las demás instituciones del Estado.
Desde Revolución Obrera, hacemos un llamado a la solidaridad con los vendedores ambulantes, quienes hoy enfrentan la avaricia y el desalojo de quienes detentan el poder.
Es urgente que las organizaciones sociales, los sindicatos, organizaciones de la juventud y de mujeres se unan para enfrentar esta situación por la recuperación de las mercancías de los trabajadores informales, una de las formas en que se mantiene a flote la economía de los más oprimidos.
Es hora de encauzar todas las luchas del pueblo en las Asambleas Populares dónde se toman las decisiones sobre las medidas que tomará el pueblo para exigir sus derechos y conquistarlos con las vías de hecho: el bloqueo, la marcha, el paro, la huelga…
¡Gobierne quien gobierne los derechos del pueblo con lucha se defienden!
¡Solo el pueblo, salva al pueblo!
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