23 de octubre de 2016
La
producción de opio en Afganistán volvió a incrementarse durante 2016 al
alcanzar las 4.800 toneladas, lo que supone un 43% más de lo registrado
en el año anterior.
Los datos fueron publicados en un informe difundido por la Oficina de
las Naciones Unidas para el Control de la Droga y la Prevención del
crimen (UNODC).
La fuente precisó que también las áreas dedicadas al cultivo de la flor
de amapola aumentaron a 201.000 hectáreas, un incremento del 10%
respecto de las 183.000 precedentes.
El estudio confirmó además que el 84% de la producción de opio proviene
de las provincias occidentales y del sur del país, y que el liderazgo
provincial lo tiene Helmand, donde se encuentra el 40% de las tierras
dedicadas a este cultivo.
En un comunicado firmado por el director ejecutivo de la UNODC, Yury
Fedotov, se destaca que el informe muestra un fracaso preocupante de los
esfuerzos por combatir el problema persistente de las drogas ilícitas y
su impacto en el desarrollo, salud y seguridad.
Los datos hablan por sí solos: desde que el país asiático fue
invadido en 2001 por los Estados Unidos y las fuerzas de la Organización
del Tratado Atlántico Norte (OTAN), la situación de seguridad y el
cultivo y tráfico de drogas han empeorado notablemente.
Actualmente el país es el número uno mundial de productor de opio y el principal exportador de esta droga hacia Europa.
La producción de drogas en Afganistán ha experimentado un aumento de 40
veces desde la invasión del país por parte de Estados Unidos.
Mientras que Afganistán produjo 185 toneladas de opio al año bajo el
régimen talibán, según las estadísticas de las Naciones Unidas, desde la
invasión estadounidense la producción de drogas ha ido en aumento hasta
el punto de alcanzar la cifra de 4.800 toneladas anuales.
Analistas internacionales culpan a Washington y a la OTAN por esta
situación, afirmando que las tropas invasoras han acrecentado aún más el
problema de las drogas desde la invasión del país.
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