¡LIBERTAD A LA MACHI FRANCISCA LINCONAO!
Encarcelada y en huelga de hambre desde el 23 de diciembre, la machi Francisca Linconao se mantiene firme en la lucha, a pesar de la brutal represión y persecución. Hoy es apoyada inmensamente por las masas.
Es acusada sin ninguna prueba del asesinato de los grandes
terratenientes Luchsinger-Mackay, ocurrido en enero del 2013. Esta
acción refleja la rabia e indignación del pueblo, que toma el justo
camino de la violencia revolucionaria, única forma posible de conquistar
su tierra y hacerle frente a la violencia reaccionaria.
La situación de la Machi, es parte de una verdadera cacería que
se ha desatado en contra de quienes luchan por la tierra, demandan
autodeterminación y desbrozan el camino para barrer con la
semifeudalidad.
El caso de la machi Linconao ha cobrado especial relevancia al tratarse
de una mujer machi, autoridad importante en su cosmovisión, e incansable
luchadora.
El viejo Estado mandatado por el imperialismo yankee, en su
desesperación por frenar la rebelión popular, busca desde corporativizar
el movimiento hasta reprimir de forma cada vez más desatada y violenta, muestra sus profundas llagas y deja en evidencia su carácter de clase terrateniente-burocrático, y su descomposición.
No cabe duda que en la contradicción principal en nuestro país hoy, entre las masas y la semifeudalidad, son
las masas las que, elevando su lucha por el barrimiento de las tres
montañas de opresión; el imperialismo, el capitalismo burocrático y la
semifeudalidad, están a la cabeza de la transformación de nuestro país. Para su triunfo se requiere la unión de los pobres del campo y la ciudad, Mapuche y chilenos.
Es importante destacar la doble opresión que pesa sobre las mujeres trabajadoras y populares, como la machi,
la opresión de clase y de sexo. Como expresión de la lucha de clases,
la opresión sobre la mujer solo se podrá acabar con la revolución y su
avance ininterrumpido a la sociedad sin clases, el comunismo.
Saludamos calurosamente a todas las mujeres que luchan, barriendo con la cuarta montaña de opresión femenina,
codo a codo con los hombres del pueblo, y en especial a la machi
Linconao, que nos da el ejemplo y la fuerza para tomar en las propias
manos las tareas de la revolución.
Condenamos enérgicamente el actuar del viejo Estado en su contra y en general en contra de las comunidades en resistencia; el pueblo exige su liberación y el fin a la militarización del Wallmapu.
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