Camaradas,
La crisis económica y financiera que afecta a los países
imperialistas desde 2008 ha generado el caos en todos los países del
mundo y creado una enorme crisis social, dando lugar a una multiplicidad
de movimientos de trabajadores, así como de nacionalidades y pueblos
oprimidos. Los imperialistas están fomentando un cóctel de fascismo,
religión y patriotería con el fin de liquidar estos movimientos, al
pueblo y las políticas populares. Las fuerzas nacionalistas que están en
el poder central promueven, por un lado, el patrioterismo cultural y
los ataques fascistas, y, por otro, la puesta en práctica del programa
llamado India Vision 2020, cuyo objetivo es dar satisfacción a los intereses de las grandes empresas y destruir el sistema económico del país.
Durante el primer mandato de la Alianza Nacional
Democrática [NDA, en sus siglas en inglés], encabezada por el BJP, ya
lanzaron el eslogan Shining India. Ahora el rutilante lema de la propaganda es Make in India. En el marco del programa India Vision 2020, Modi y compañía han puesto en marcha diversos proyectos, tales como el de ciudades inteligentes, Start-up India, Stand-up India, MUDRA Yojana, India digital, Skill India, RURBAN, etc.
Para desarrollar estos proyectos preferentes, para reestructurar toda
la economía india y ponerla al servicio de los intereses de los
imperialistas, de la gran burguesía compradora y los terratenientes,
Modi ha creado el NITI (Instituto Nacional para la Transformación de la
India), en calidad de comisión de planificación. Con los fondos
presupuestados para estos proyectos han elaborados planes para acabar
con los maoístas. Están empleando estos fondos para tratar de aplastar
el movimiento revolucionario que dirigimos. Modi ha viajado a más de 40
países y ha firmado cientos de memorandos de entendimiento con grandes
multinacionales para saquear la riqueza de nuestro país. Desde que Modi
llegó al poder, la economía de la India se ha hecho cada vez más
dependiente de la estadounidense.
Las fuerzas nacional-hinduistas actúan sin la menor
traba desde que el BJP llegó al poder central. Obligan a los fieles de
otras religiones a aceptar que “las costumbres y tradiciones hindúes son
patrimonio nacional”. La educación nacional-hinduista se ha impuesto
hace ya mucho tiempo en los estados en que gobierna el BJP. En los
colegios de Gujarat, desde los tiempos en que gobernaba allí Modi, se
enseña a los estudiantes de 5º la teoría de Savarkar, según la cual “el
hinduismo védico se encuentra en la raíz de la civilización india”. A
los estudiantes de 10º se les enseña que el Varnashrama Dharma [el
sistema de clases sociales de la literatura brahmánica] es la mayor
bendición recibida de los arios. Vidya Bharati, miembro del Sangh
Parivar, no ceja en su empeño de propagar la ideología
nacional-hinduista. Las fuerzas nacional-hinduistas están modelando la
educación a su antojo, valiéndose para ello del poder del Estado y de
diversas organizaciones y foros. A las mentes impresionables de los
jóvenes se les enseña una historia llena de interpretaciones y
comentarios erróneos. Están atiborrando a la futura generación de
ideología brahmánica. Este peligro aumenta día a día en las zonas
adivasis.
Las fuerzas nacional-hinduistas recurren a la violencia y
el asesinato contra los dalits, los adivasis y las minorías religiosas
para obligarlos a aceptar el brahmanismo. Los crímenes por este motivo
no dejan de aumentar gracias a la protección del Estado. Por medio del
proselitismo pretenden convertir al hinduismo a quienes profesan otra
religión. Muchas organizaciones participan en esta clase de actividades
bajo el patrocinio del Sangh Parivar. Cada día aparecen nuevas
asociaciones y grupos de este tipo que se dedican a propagar el
nacional-hinduismo tras una fachada de armonía social. Desde que Modi,
en el centro, y Devendra Fadnavis, en Maharastra, llegaron al poder, se
aclama constantemente a B.R. Ambedkar y tratan de presentarse como los
mesías de los dalits. Los dalits se han levantado en armas en Gujarat
contra los ataques de las castas superiores y están organizando a nivel
local un movimiento de protesta por la justicia social. Personas de
todos los sectores y de todo el país han condenado estos ataques y
apoyado las manifestaciones. En Gujarat, muchos escritores dalits han
devuelto sus premios.
La hinduización de los adivasis de todo el país hace
mucho que comenzó. Se han adoptado medidas para evacuarlos de la jungla.
Como todo está en venta en la India, el gobierno de Modi también
pretende vender los bosques. Los proyectos constitucionales para
proteger los derechos de los adivasis, así como diversas leyes de
distintos gobiernos, tales como la Ley para la Prevención de las
Atrocidades contra determinadas castas y tribus, la PESA, la Nueva
Política Forestal, la Ley de Arrendamientos de Chota Nagpur, etc. han
terminado en el cubo de la basura. En su lugar, se están aprobando
nuevas leyes, como la Ley de Vivienda de Jharkhand, en virtud de la cual
se otorgan los mismos derechos, en relación al suelo, a los no
indígenas asentados allí en los últimos 30 años que a los miembros de
las tribus, lo que crea las condiciones para el desplazamiento de los
adivasis y el saqueo de la riqueza forestal. Las fuerzas
nacional-hinduistas han intensificado su agresión cultural para absorber
a los adivasis en el hinduismo. Chowdaries, Bhils y Gamiths, que eran
adivasis antes del régimen de Modi, han sido hinduizados, y Ram se ha
añadido como apellido a los nombres adivasis. En los colegios religiosos
que hay en las zonas adivasis, no se permite comer a quien no rece
antes las oraciones hindúes. Se están implantando instituciones vanavasi
[de asistencia social y proselitismo religioso] con el objetivo de
llevar a los adivasis al redil de su comunidad. Fueron adivasis quienes
participaron activamente tanto en el pogromo de 2002 en Gujarat como en
el ataque contra los cristianos adivasis en Kandhamal en 2008.
Incorporados a las filas del Sendra, el Salva Judum o las fuerzas de los
Comandos CoBRA, los adivasis son la carne de cañón empleada para
combatir al movimiento revolucionario. El gobierno de la NDA ha tomado
la decisión de crear batallones especiales integrados por adivasis. Las
masas adivasis de todo el país se oponen a dicha decisión gubernamental.
Los intelectuales adivasis, los demócratas y los grupos auténticamente
laicos están del lado de los adivasis y se solidarizan con ellos.
Las fuerzas nacional-hinduistas se dedican a atacar a
los musulmanes de la India desde la división del país. Dichas fuerzas
son las principales responsables de los muchos disturbios que, en
numerosos puntos del país, estallaron entre comunidades en los últimos
dos años.
Tras la llegada de Modi al poder, antiguos reos
convictos nacional-hinduistas han salido de las cárceles llenos de
arrogancia y altivez. El pueblo ha entendido claramente que el Estado
defiende y protege sin rebozo a las fuerzas nacional-hinduistas, cuando
asesinos y criminales como Sadhvi Pragya Thakur o los implicados en la
matanza de la Gulbarg Society, andan sueltos por las calles.
Muchos gobiernos federales han prohibido la carne de
vacuno. Con este pretexto y sobre la base de denuncias falsas, las
fuerzas nacional-hinduistas atacan violentamente a los musulmanes. A
muchos jóvenes musulmanes se les acusa de ser terroristas, separatistas o
miembros de los servicios secretos pakistaníes [ISI, en sus siglas en
inglés] y se les encarcela bajo acusaciones falsas. El pueblo se está
dando cuenta sin duda de que el “terrorismo azafrán” [esto es,
nacional-hinduista] se está convirtiendo en una amenaza para la
seguridad interna del país.
La barbarie del terrorismo de Estado se ha desatado en
las zonas de implantación del movimiento revolucionario en el este y
centro de la India con el fin de acabar con cualquier vestigio de
democracia. El objetivo de este estado policial que dirige el gobierno
fascista del BJP es eliminar a los opositores políticos, acusándolos de
maoístas o de simpatizar con los maoístas. Es posible establecer una
democracia real, algo que pasa por la destruir la violencia del Estado,
convirtiendo al movimiento revolucionario en una alternativa política.
Queridos camaradas,
Al servicio de los intereses
de los imperialistas, de la gran burguesía compradora y de los grandes
terratenientes, la política básica de las clases dominantes indias en la
represión desatada contra el movimiento revolucionario y el pueblo, las
operaciones de cerco y limpieza, y el terror blanco, es no quedar
limitada a medidas represivas normales. El elemento más importante de
esa política son los ataques políticos e ideológicos. El enemigo no
puede lograr sus objetivos recurriendo tan sólo a la represión, sin
librar, al mismo tiempo, una guerra ideológica y psicológica.
El objetivo de todas las medidas represivas y de la
presión ideológica que los imperialistas y sus lacayos de las clases
dominantes indias imponen a los revolucionarios y al pueblo es muy
claro: aferrarse al poder y reprimir la lucha popular que desafía su
hegemonía hasta acabar con ella y hacer que el pueblo acepte su sistema
semicolonial y semifeudal, es decir, que se someta a su sistema. Ésta es
la esencia de la política de conflicto de baja intensidad, que se
materializa en la práctica con medidas diversas. Sin entrar en si
realmente podrán llevar a cabo dichas políticas de manera eficaz o si
producirán los resultados deseados, podemos decir con certeza que ese
conjunto de medidas no será un factor decisivo en el desenlace. Por
contra, la fuerza ideológica y política, así como las políticas de los
propios revolucionarios con que quieren acabar, desempeñarán un papel
decisivo. Sus planteamientos y el modo en que los llevan a la práctica
así lo demuestran. Por lo tanto, las políticas de los revolucionarios y
no las del enemigo son el factor decisivo.
Los enemigos de clase no son
en realidad muy fuertes porque estamos en una guerra de clases. Sí,
esto es una guerra de clases entre opresores y oprimidos; entre
explotadores y explotados; entre ricos y pobres; entre hambrientos y
acaparadores; entre los imperialistas, los terratenientes y la gran
burguesía compradora, por un lado, y los obreros y los campesinos, por
otro. Esto es una guerra entre la justicia y la injusticia. Esta guerra
ha comenzado debido a la propiedad privada, a la explotación y a un tipo
de sociedad dividida en clases. Esta situación sólo llegará a su fin
con la abolición de la propiedad privada, la explotación y las clases.
La lucha de clases es una realidad objetiva independiente de los deseos
de las clases. Las clases no pueden poner fin a estas guerras. Sólo
aquellos que comprenden este hecho pueden luchar por la sociedad
comunista sin clases, que pondrá fin a todas las guerras. Sólo ellos
pueden moldear su ideología y su práctica política con arreglo a ese
criterio. A esto es precisamente a lo que se llama conciencia de clase.
Las clases dominantes y explotadoras, los represores del pueblo y sus
fuerzas mercenarias podrán gritar a los cuatro vientos que van a borrar
las montañas y los bosques o que van a acabar con los naxalitas en la
India y que los maoístas jamás triunfarán. Por el contrario, la derrota o
la victoria depende de los objetivos y de la firmeza del pueblo que
lucha en los bosques, llanuras, aldeas y ciudades. La ideología del
marxismo-leninismo-maoísmo afirma que ésta es la etapa de las
revoluciones. Hasta las clases dominantes dicen que el siglo XXI es el
siglo de las revoluciones y se preparan para tomar medidas preventivas
con que reprimirlas. Y esto es así porque no han dejado al pueblo más
que hambre, pobreza e injusticia. Su sistema económico explotador está
en el origen de todo. Las clases dominantes saben a la perfección que el
pueblo se rebelará contra esta situación. En la sociedad moderna
actual, sus gobiernos “democráticos” sólo pueden distraer la atención
del pueblo de las cuestiones verdaderamente importantes, pero no pueden
resolver los problemas a que se enfrentan. Su objetivo es mantener el status quo
del sistema explotador y reprimir el descontento popular y la violencia
revolucionaria que el propio pueblo organiza. Por ello, tratan
constantemente de estudiar las debilidades del movimiento revolucionario
para golpearle. Las clases dominantes también conocen sus debilidades y
también tratan de corregirlas. Sin embargo, nunca coronarán con el
éxito ese empeño porque todos sus intereses se basan en la explotación.
Nosotros conocemos nuestras fortalezas y nuestras debilidades y también
contra quién luchamos. Podemos sin duda superar nuestras debilidades. Es
ésta la razón por la que proclamamos que no pueden vencernos ni a
nosotros ni a las amplias masas, que no pueden derrotar la guerra
popular y que, sin duda, lograremos la victoria. Sólo mediante la guerra
popular se puede hacer frente a la múltiple agresión ideológica,
política, militar, social y cultural que los imperialistas y sus
lacayos, esto es, la gran burguesía burocrático-compradora y los grandes
terratenientes, han desencadenado contra los oprimidos, esto es, los
obreros, los campesinos y las clases medias. Los enemigos de clase
pueden imponer una guerra muy cruenta, pero la guerra popular no
descansará hasta que se produzca su completa liquidación y la victoria
de los oprimidos.
Citando a Lenin, Mao hizo un llamamiento a “¡Atreverse a
luchar y a conquistar la victoria!”. Al formular así estos
llamamientos, se pone de manifiesto que no es suficiente con atreverse a
luchar sino que hay que atreverse a ganar también. Para ganar debemos
tener firmeza y valentía. Para ello es necesario un deseo especial.
Hasta que la revolución triunfe, tenemos que analizar minuciosamente
todo aquello que en un principio no entendemos y avanzar hasta que la
nueva sociedad democrática surja de las cenizas de este sistema
explotador. Y avanzar aún más hacia las sociedades socialista y
comunista. La firmeza y la audacia han de ser tales que permitan
vislumbrar todo el recorrido hasta la Revolución victoriosa y acabar con
el sistema semicolonial y semifeudal en países como la India y el
sistema imperialista, que no sólo está destruyendo las vidas de miles de
millones de personas, sino que se ha convertido en una grave amenaza
para la propia supervivencia de la humanidad.
Emprendamos las siguientes
tareas durante el año que tenemos por delante con el fin de superar la
difícil situación a que nos enfrentamos y aprovechar mejor la excelente
situación revolucionaria, cada vez más favorable para la Revolución en
la India y en todo el mundo.
Tareas:
- ¡Derrotemos la tercera fase de la Operación Green Hunt, así como los planes Misión-2016 de Bastar y el Plan de Acción Saranda,
que forman parte de dicha operación! Debemos avanzar para lograr más
victorias en la guerra popular con el fin de cumplir la tarea central. Debemos
analizar las experiencias de la guerra popular durante el pasado año
para enfrentarnos a la tercera fase de la Operación Green Hunt, así como a los planes Misión-2016 de Bastar y el Plan de Acción Saranda,
que son parte de dicha operación. Debemos extraer las lecciones
positivas y negativas de dichas experiencias tras analizarlas y
sintetizarlas. Debemos formular planes, tareas y tácticas adecuados para
lograr más victorias. Debemos idear igualmente métodos adecuados de la
línea de masas para unificar la voluntad y las capacidades de nuestra
guerra popular.
- Consolidemos los comités del Partido a todos los niveles por medio de la campaña de bolchevización.
- Celebremos el 50º aniversario de la Gran
Revolución Cultural Proletaria y del levantamiento de Naxalbari, el
centenario de la Revolución Socialista Soviética, que conmovió al mundo,
y el bicentenario del nacimiento del maestro del proletario
internacional, Karl Marx, con todo el entusiasmo revolucionario!
- Concentrémonos en la reforma agraria revolucionaria, que es la base de la Revolución de Nueva Democracia.
La reforma agraria revolucionaria constituye la base esencial de la Revolución
de Nueva Democracia. La reforma liberará a las masas campesinas, que
representan la mayoría de la población, económica, política y
culturalmente. Es ésta la manera de ganarse el apoyo inquebrantable de
las masas campesinas y de conseguir el éxito de la Revolución
de Nueva Democracia por medio de la guerra popular prolongada. La
pantomima de las reformas agrarias de las clases dominantes
reaccionarias ya no funciona y, por ello, hacen como si procuraran con
sus políticas económicas liberales algo de alivio a los campesinos sin
tierras, que no pueden permitirse el lujo de comprarlas. En este
contexto, nuestra reforma agraria revolucionaria creará condiciones
favorables para la Revolución.
- ¡Movilicemos al pueblo a gran escala, como en los
movimientos de Lalgarh y Narayanapatna, contra las políticas
neoliberales imperialistas, los desplazamientos y otras cuestiones
políticas, económicas y sociales! ¡Que las organizaciones, fuerzas e
individuos revolucionarios y democráticos construyan un poderoso
movimiento popular de amplia base, movilizando a las grandes masas!
- Construyamos un poderoso movimiento militante
unificando a las fuerzas revolucionarias, a las fuerzas y organizaciones
democráticas y progresistas, a las minorías y a las fuerzas laicas, en
contra del fascismo hinduista-brahmánico.
- ¡Construyamos un amplio movimiento popular
uniendo al pueblo en diversos frentes entorno a cuestiones como los
adivasis, los dalits, las mujeres y las minorías religiosas!
- ¡Salvemos la democracia! ¡Luchemos contra las fuerzas
enemigas de uniforme y las bandas contrarrevolucionarias y reaccionarias
que pisotean los derechos humanos!
Nuestro Partido defiende y fomenta la democracia y los
derechos humanos. Respeta todo tipo de derechos y libertades, tales como
la libertad de expresión, de asociación, de organización, etc.
- ¡Solidaricémonos con las luchas de los
cachemires, nagas, manipures, asomes, bodos y otras nacionalidades que
combaten por el derecho a la autodeterminación y el derecho a la
secesión!
- ¡Apoyemos el movimiento antiimperialista mundial! ¡Movilicémonos en solidaridad con él en la India!
Con saludos revolucionarios,
Comité Central,
PCI (Maoísta)
28 de julio de 2016
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