Posición de los comunistas sobre la guerra en Siria.
Miguel Alonso.
Cuando hace cuatro años, una revuelta popular en Túnez derribó la tiranía cuasi-vitalicia del Presidente Ben Ali, el siervo corrupto de los imperialistas franceses, comenzaron los mass medía imperialistas a hablar de "la primavera árabe" y expertos de todo tipo y particularmente los trostkistas(1) desde la izquierda, empezaron a vocear que se trataba de "una revolución árabe". Cuando un mes después, la lucha de las masas y el ejercito egipcio, derrocaban al "Rais" Mubarak, se producían nuevas revueltas en Yemen, Bahrein y en Siria comenzaron los primeros enfrentamientos.
En octubre es linchado por "rebeldes libios" (que luego fueron identificados como agentes franceses), el dirigente de la Yamahiria Libia, el Coronel Gaddafi y tropas de los imperialistas yankees ocupan las zonas petroleras del país, que por entonces tenia uno de los estándares de desarrollo y bienestar mas altos de toda África,(2) ahora convertido en pasto de bandas de asesinos y mercenarios a sueldo de las potencias.
No fueron pocos los izquierdistas que aplaudían estas "revoluciones" sin entender el transfondo de las mismas o el plan maestro que las diseñaba.
En realidad, no aplican en absoluto, un análisis marxista a los acontecimientos y se dejan llevar por la imagen de los mass media del bloque imperialista de la OTAN daba a los acontecimientos.
Y es que los autores del plan maestro, no fueron otros que los propios que sostenian a dictadores como Ben Ali, Hosni Mubarak o Ali Abdullah Saleh, a los que los muchos años de permanencia en el poder, les había convertidos en inoperantes corruptos, incapaces de gestionar eficazmente los intereses de las metrópolis imperialistas. Otro aspecto, mas oculto, de la operación era la destrucción del Estado Libio o de la República Árabe Siria vinculados a los intereses de los imperialistas rusos en la zona y particularmente en Siria con la una única base militar rusa en el mediterraneo.
Comprender las contradicciónes inter-imperialistas, es ver estos países, como el escenario de un combate inter-puesto entre las mismas, siendo las principales las de las superpotencias EE.UU./Rusia, pero sin olvidar a las potencias regionales Israel, Turquía, Árabia Saudita, Siria, Irán, que en medio de ello tratan de ampliar su poder.
No se puede ocultar hoy, que el inicio de las operaciones encubiertas contra la República Árabe Siria tuvo el pleno respaldo de potencias como Francia cuya diplomacia y asesores apoyaron el plan desestabilizador e iniciaron el armamento, procedente de los arsenales libios,de la llamada oposición.
El régimen sirio, del hegemónico partido Baath, respondio con dureza dando comienzo una cruenta guerra civil con la intervención de mercenarios extranjeros, muchos de ellos iraquies, en las filas del llamado Estado Islamico o el Frente al Nusra.
El claro respaldo, desde el apoyo político al militar, de paises como Turquía, Arabia Saudita o Qatar configuro un bloque interesado en la destrucción del Estado sirio, claramente respaldado por Israel y la OTAN.
La respuesta de la superpotencia rusa fue inicialmente discreta, pero de constante apoyo, al gobierno del Presidente El Assad. De igual manera se posicionó Irán y la China revisionista.
La intervención directa rusa se produjo el pasado día 30 de septiembre con un amplio operativo aereo-naval. Iniciando una amplia campaña de bombardeo sobre las bandas yihadistas, que continua.
Estas son, a mi entender, las principales contradicciones inter-imperialistas en el escenario sirio.
Un análisis de clase indica que ninguna de las fuerzas en liza, si exceptuamos a los kurdos de los cantones fronterizos con Turquía, representan una fuerza revolucionaria, controlando la escena, los regímenes bien de la burguesía burocrática o las odiosas dinastías semi-feudales (como Arabia Saudita o Qtar).
Ahora bien, ¿eso significa que como comunistas no debemos de tomar posición? ¡Claro que no!
Desde luego que seria ridículo, como hacen algunos, aplaudir la intervención rusa como si fuera una renacida "URSS", o el apoyo a Siria de los revisionistas chinos u olvidar el carácter del régimen teocrático criminal, anti-comunista, de Irán.
Pero es necesario ver que la derrota de las fuerzas fascistas, que hoy representan los islamistas de la rama que sean, por su oscurantismo y criminal opresión sobre las masas populares, ha devenido en objetivo principal de los pueblos en Siria, Irak y Turquía, es una obligación de los comunistas, una obligación del internacionalismo proletario apoyar a la victoria de los pueblos que abrira un nuevo escenario político en la zona.
La destrucción del Estado sirio tienen que hacerlo las masas revolucionarias de Siria y Kurdistan suroccidental, no las potencias de la OTAN, al servicio del enemigo sionista, con sus aliados de las monarquías feudales.
Debemos en primer lugar, respaldar, como comunistas de forma decidida la revolución y a sus fuerzas en el Kurdistán Suroccidental (cantones de Kobanê, y otros) y en segundo lugar a las fuerzas sirias que luchan contra las bandas mercenarias a sueldo de los sionistas y el bloque militarista de la OTAN.
Y a la vez, tenemos que denunciar los objetivos del imperialismo ruso o del régimen teocrático criminal iraní en esta guerra.
No hacerlo, engañar a las masas, es ocultar la verdad de la guerra inter-puesta de las potencias imperialistas por el reparto del mundo y sus riquezas y en la que todos los pueblos pierden.
(1) Lugar destacado en el Estado Español para el farsante trostkista, Santiago Alba Rico, director de Rebelión
(2)Según datos estadisticos de la ONU.
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