“Los actuales sucesos recuerdan a los de septiembre de 2000”.
Son palabras del secretario general de la Organización para la
Liberación de Palestina, Saeb Erekat, al que la situación actual en
Cisjordania y Jerusalén Este le recuerda a la segunda intifada.
Ante la tensión que se vive en las calles, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dado carta blanca a la policía para acabar con la insurgencia palestina. Una decisión que ha comenzado este martes con la demolición de dos casas en Jerusalén Este.
La llamada “jornada de la ira” declarada por varias organizaciones
palestinas ha tenido un momento importante en el campo de refugiados de
Al Aída, donde se ha celebrado el funeral del niño palestino muerto el
lunes a manos del Ejército israelí.
La cólera también aumenta entre los sectores más radicales de la
comunidad judía. Un grupo de extremistas se congregó frente a la
residencia de Netanyahu en Jerusalén para exigir más mano dura contra
los palestinos.
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