Cuatro audiencias tardó en presentarse este carabinero, quién además
tenía cargos de violencia intrafamiliar y de agresión a un compañero en
Los Ángeles, denotando así un claro carácter de cómo es su
comportamiento, donde obviamente no se justifican sus actos, pero sí se
evidencia a una persona despiadada que pertenece a una institución que,
se supone, brinda seguridad social.
Ada denuncia que estos casos irracionales son comunes en la región, donde el Ministerio Público no toma las medidas correspondientes ante estos atropellos, pues “cuando se vincula a un mapuche en una quema camiones o de una iglesia, es detenido de inmediato y sin pruebas, pero cuando es un paco quién hace el daño y que es evidente, se tardan y dilatan la situación”. Ella reafirma su postura, agregando que “somos testigos de lo que pasa en las comunidades: son allanadas todos los días, ni siquiera presentan un documento (los pacos), solo entran y atacan las casas, persiguiendo incluso a niños y jóvenes. No hay paz en la Araucanía”. Su testimonio demuestra una realidad diaria que hace vivir bajo la nube de la opresión a miles de mapuche, sin importar edad, pues el ataque es igual de sanguinario.
Acciones en defensa
El viernes 2 de febrero fue a presentar junto a Brandon -ya recuperado tras varias cirugías- una segunda solicitud para dar de baja a Cristián Rivera, dado que las medidas aplicadas solo determinaron un arresto domiciliario total, un dictamen que a todas luces es una burla para su familia ante el delito que él cometió. ¿Y por qué fue dos veces a entregar esa solicitante carta? La secretaría de Carabineros anunció que extrañamente se extravió ese escrito y que, por lo tanto, su demanda nunca fue considerada. Es decir, la secretaría pasó por alto sin siquiera calibrar el nivel del suceso.
“Uno espera que ellos actúen humanamente, pero ellos esquivan lo que pasa, no dan respuestas, ni siquiera disculpas, nada. Si no se visibilizan estos casos es imposible que se resuelvan. Tenemos que organizarnos nosotros no esperar que quede en manos de esos asesinos la solución de nuestras demandas, de las cuales ellos mismo se burlan y se cubren entre ellos”, concluyó Ada, referente a lo que les ocurrió y que ve unificada su lucha ante tantas otras del pueblo mapuche, que ante la represión del Estado se mantiene firme de pie resistiendo desde su potente trinchera.
Su mensaje es transparente y directo, pues nace desde su vivencia hasta su máxima compresión: “hay que movilizarse y despertar antes de que lo peor suceda, ni llegar a instancias extremas, como el caso del machi Celestino Córdova que está en huelga de hambre. Cómo es posible que él tenga que llegar a eso, pudimos haberlo evitado”.
Ada denuncia que estos casos irracionales son comunes en la región, donde el Ministerio Público no toma las medidas correspondientes ante estos atropellos, pues “cuando se vincula a un mapuche en una quema camiones o de una iglesia, es detenido de inmediato y sin pruebas, pero cuando es un paco quién hace el daño y que es evidente, se tardan y dilatan la situación”. Ella reafirma su postura, agregando que “somos testigos de lo que pasa en las comunidades: son allanadas todos los días, ni siquiera presentan un documento (los pacos), solo entran y atacan las casas, persiguiendo incluso a niños y jóvenes. No hay paz en la Araucanía”. Su testimonio demuestra una realidad diaria que hace vivir bajo la nube de la opresión a miles de mapuche, sin importar edad, pues el ataque es igual de sanguinario.
Acciones en defensa
El viernes 2 de febrero fue a presentar junto a Brandon -ya recuperado tras varias cirugías- una segunda solicitud para dar de baja a Cristián Rivera, dado que las medidas aplicadas solo determinaron un arresto domiciliario total, un dictamen que a todas luces es una burla para su familia ante el delito que él cometió. ¿Y por qué fue dos veces a entregar esa solicitante carta? La secretaría de Carabineros anunció que extrañamente se extravió ese escrito y que, por lo tanto, su demanda nunca fue considerada. Es decir, la secretaría pasó por alto sin siquiera calibrar el nivel del suceso.
“Uno espera que ellos actúen humanamente, pero ellos esquivan lo que pasa, no dan respuestas, ni siquiera disculpas, nada. Si no se visibilizan estos casos es imposible que se resuelvan. Tenemos que organizarnos nosotros no esperar que quede en manos de esos asesinos la solución de nuestras demandas, de las cuales ellos mismo se burlan y se cubren entre ellos”, concluyó Ada, referente a lo que les ocurrió y que ve unificada su lucha ante tantas otras del pueblo mapuche, que ante la represión del Estado se mantiene firme de pie resistiendo desde su potente trinchera.
Su mensaje es transparente y directo, pues nace desde su vivencia hasta su máxima compresión: “hay que movilizarse y despertar antes de que lo peor suceda, ni llegar a instancias extremas, como el caso del machi Celestino Córdova que está en huelga de hambre. Cómo es posible que él tenga que llegar a eso, pudimos haberlo evitado”.
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