Con más de 300 mil asistentes, se llevó a cabo el día viernes 8
de marzo, la marcha de amplia convocatoria por la conmemoración del “Día
de la Mujer Trabajadora”.
Una ola de movilizaciones a nivel nacional e internacional
se desarrolló por levantar las demandas de la mujer popular y la defensa de sus
conquistas en sus espacios y derechos.
Esta gran masividad expresa los deseos de millones de
mujeres del pueblo que ansían la emancipación. Precisamente las mujeres más
golpeadas por la doble opresión son las
más pobres del campo y la ciudad, por lo
tanto, doble o triplemente golpeadas por el machismo, el cual se manifiesta en
sus trabajos, en sus hogares, en las calles y en la organización del Estado.
Hacemos un cálido saludo por todas las mujeres que se
movilizaron aquel día, y también, otro alentador saludo para aquellas que no
pudieron asistir por el agotamiento de su trabajo o porque ya no están con vida
necesidad de
una dirección ideológica proletaria al movimiento femenino
Sin embargo, la gran masividad de la marcha, sin una
dirección proletaria, será presa fácil para el oportunismo del Frente Amplio y
otros sectores electoreros, para el revisionismo del falso PC e incluso para el
fascismo, todos sectores que festinan al ver sectores de mujeres con consignas
pacifistas, atacando a las mujeres que desean combatir. No por nada la
intendenta de Santiago Kala Rubilar, fiel representante de los sectores
fascistas del gobierno, celebró junto a otras autoridades el carácter de la
marcha del 8M.
Es por ello que es necesario dotar de una dirección
proletaria el movimiento femenino, que ponga al centro las demandas de las
mujeres más pobres del campo y la ciudad, pues en ellas es donde más fuerte
golpea la opresión de clase.
Por ello destacamos las consignas con las demandas más
sentidas de las mujeres trabajadoras, como seguridad en la población, igual
trabajo igual salario, derecho a una vida digna y derecho a la salud, sala cuna
en los trabajos para los hijos e hijas, derecho a la salud y contra la
impunidad en los delitos sexuales.
La opresión hacia la mujer es un hecho histórico que
permanece hasta el día de hoy debido a la existencia de la gran propiedad
privada que la subyuga y limita a ciertas tareas y ciertos roles con el fin de
mantener este sistema económico sustentado en la explotación, y claros ejemplos
son en la precarización laboral y los escasos derechos maternales que tiene.
Aún queda camino por recorrer para conquistar la
emancipación de la mujer y la liberación de nuestro pueblo, porque sabemos que
con la lucha y resistencia de los más oprimidos y los más pobres se logrará una
transformación de esta sociedad.
Desde el campo hasta la ciudad las mujeres campesinas
y populares son explotadas por el mismo Estado que sostiene a esta economía en
descomposición, por lo tanto, es importante que su fortaleza se una para
combatir la cadena que las oprime.
PORQUE LA MUJER ES LA MITAD DEL CIELO, ¡A DESATAR LA FURIA REVOLUCIONARIA DE LA MUJER!
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