La mañana del jueves 8 de julio se inició la ocupación de las oficinas centrales del Instituto Nacional de Derechos Humanos en Santiago, en una acción que busca empujar a que esta institución cumpla el papel que se supone que debiera cumplir en la defensa de los DDHH y reconozca que en Chile actualmente se violan sistemáticamente los DDHH con total impunidad, que existe prisión política y que reconozca las cerca de 500 víctimas de trauma ocular ocasionado por el Estado y los cientos de personas que han sufrido violencia política sexual. En su tercer día de ocupación conversamos con Gabriel, vocero de la ACES, quien nos comentó acerca de los propósitos de esta acción y el estado actual de las demandas.
La toma del INDH fue impulsada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios ACES, la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, la Organización de Familiares y Amigos de lxs Presxs Políticxs OFAPP y la Coordinadora por la Libertad de lxs Presxs Políticxs 18 de Octubre, y ha tenido el apoyo de numerosas organizaciones y personas vinculadas a la lucha popular.
«La toma tiene el objetivo de instalar que existe violación sistemática de los DDHH. No es solo un problema contra Sergio Micco (su cuestionado director), sino que es un problema sistemático. Se hace la toma para hacer presión, porque ningún aparato del Estado ha reconocido esto», nos comenta.
Tras la ocupación del edificio, se levantó un petitorio que, además de exigir el reconocimiento de parte del Estado de la violación sistemática de los derechos humanos, verdad, justicia y reparación a las víctimas y sus familias, se refiere a la demanda de desmilitarización del Wallmapu y garantías de que no existirán represalias para los propios funcionarios del INDH que han apoyado esta ocupación y han denunciado las malas prácticas de Sergio Micco y su directiva.
Gabriel nos comenta que el primer día de la ocupación hubo una reunión con Micco, en la cual estuvo presente Oscar Perez, quien fue aplastado por dos vehículos lanzagases en diciembre de 2019, y también estaban presentes víctimas de trauma ocular. En dicha reunión, Micco sólo se pronunció para referirse a casos particulares, no se refirió al pliego, ni a la violación sistemática de los DDHH, ni a la prisión política. «No hubo respuestas, solo vueltas», nos señaló. Este actuar de la directiva del INDH ha sido denunciado en varias ocasiones y va configurando una práctica que muestra que, más allá de sus objetivos declarados, esta institución realmente no defiende a las víctimas de la violencia estatal y ha sido la movilización y la protesta popular es lo único que ha logrado avanzar en instalar este tema y levantar las consignas de libertad, justicia y reparación.
La toma del INDH se da como parte de estas acciones de protesta popular, con las cuales la Convención Constitucional recién instalada se ha visto forzada a aprobar un posicionamiento sobre la prisión política y la militarización del Wallmapu. Respecto de esto, sin embargo, desde la ACES no siembran esperanzas allí: «sobre los constituyentes, decimos que los convencionales simplemente cumplan su rol, nosotros estamos cumpliendo nuestro rol, no para un año, sino ahora». Gabriel nos señala con toda claridad que «las luchas se deben mancomunar, porque es contra un mismo enemigo».
Nos comenta que la toma se sostendrá mientras no se dé cumplimiento al petitorio que ha sido presentado. Que en esta lucha han recibido la solidaridad de numerosas organizaciones y personas: «Tenemos que destacar el compañerismo dentro de la toma y fuera de la toma. El capitalismo busca sembrar individualismo, pero en cambio aquí se ve lo lindo de la solidaridad. Pero no solo vengan a vernos y apoyarnos a nosotros, que se agradece mucho, sino principalmente se necesita que se levanten en sus territorios, que se demande libertad sin condiciones que no se puede esperar nada de la institución, sino que hay que conquistar las cosas en la calle.»
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