Note – The following
translation into Spanish of the statement “European Summit and Proletarian
Communists” of Proletari Comunisti – PCm Italy, has been made by Gran Marcha
Hacia el Comunismo (Madrid, Spain), July2012.
Nota
- La siguiente traducción al español de la declaración "European Summit and
Proletarian Communists" de Proletari Comunisti - PCm Italia, ha sido realizada
por Gran Marcha Hacia el Comunismo (Madrid, España). Julio 2012
LA CUMBRE EUROPEA Y LOS
PROLETARIOS COMUNISTAS
La Cumbre Europea celebrada
a fines de junio, ensalzada como una victoria para Italia y España apoyada por
Francia y como una derrota parcial para Merkel, no puede ser aún considerada
como un paso real e importante para los gobiernos europeos para
hacer frente en condiciones de una mayor unidad a la crisis que se ven
afectados. Debe ser contemplada desde distintos ángulos: las
relaciones entre distintos estados europeos, las relaciones dentro de los
estados europeos, el escenario general de la relación entre gobiernos,
proletarios y masas en Europa.
Las relaciones entre
distintos países europeos.
Está claro que la caída de
Sarkozy ha debilitado temporalmente el eje franco-alemán, que hasta ahora había
sido un punto fuerte, particularmente para el Gobierno alemán, que a través de
este eje era capaz de imponer su política. El llamado “Merkozy” no puede
convertirse rápidamente en el “Merkollande”.
En el transcurso de esta
Cumbre, esto ha fomentado la acción de los gobiernos italiano y español en
demandar un apoyo más fuerte y menos costoso como contrapartida a las severas
políticas que están aplicando. De hecho, en este sentido, los gobiernos español
e italiano han conseguido sobre el papel un resultado que se concentra en los
puntos referentes al mecanismo del Fondo “salva-estados” y “salva-estabilidad”,
es decir, una intervención casi automática para el acceso y uso de este Fondo
para hacer frente a la especulación y recapitalizar el apoyo al sistema bancario
cuando se encuentre en serias dificultades. Pero habrá que ver si este se
implementa realmente, porque los términos del acuerdo “de manera flexible y
efectiva” abren la puerta a interpretaciones que dejan el bastón de mando en
manos de Alemania.
La cumbre también produjo
una apertura a los Eurobonos, en la forma de los llamados “bonos de proyecto”
que deberían utilizarse para financiar obras de infraestructura, básicamente un
plan para el crecimiento basado casi exclusivamente en esto. En esto ha pesado
el cambio parcial de política llevado a cabo por el gobierno de Hollande, más
próximo al escenario de los Eurobonos que el gobierno de Sarkozy. En este
sentido, Merkel tuvo que dar un paso atrás en comparación con las rígidas
declaraciones de recientes semanas.
Internamente en Alemania,
esto se ha reflejado en mociones dentro del parlamento. Algunos miembros de la
mayoría mostraron su disconformidad, remplazados por los parlamentarios del SPD
en la oposición que apoyan las políticas aprobadas por Merkel en la cumbre. Es
demasiado pronto para ver si estos cambios en las relaciones entre gobiernos
reflejan cambios políticos reales.
Las relaciones dentro de los
países europeos.
Entre estos países, los
gobiernos de Italia, España y el nuevo de Francia se han marcado un tanto a
favor de la consistencia de sus mayorías parlamentarias e igualmente a sus
relaciones internas del sistema –empresarios, bancos, etc.- mientras que ya
hemos mencionado que el Gobierno alemán hace frente a una fase de consistencia
interna menor.
La Europa en su conjunto
adopta con este paso una ventaja en la disputa internacional en su conjunto,
porque da una muestra de una unidad interna mayor. Nuevamente, es aún muy pronto
para estimar si constituye una muestra hacia una mayor integración y unidad como
bloque.
En escenario general de la
relación entre gobiernos, proletarios y masas de Europa.
Desde esta perspectiva, la
cumbre supuso una victoria de la burguesía y un hecho muy malo para el
proletariado y las masas. Generalmente, es todavía correcto lo que siempre
señalamos: en la crisis, la burguesía descarga sobre los proletarios y masas sus
efectos para salvaguardar el sistema y las ganancias y los
proletarios son victimas a sacrificar en el altar de la salvaguardia y
recuperación de las ganancias. Cada paso en esta dirección debilita a la clase
obrera y fortalece a la burguesía. Los proletarios no tienen interés en el éxito
de la crisis de la burguesía, porque el único éxito de la crisis, es decir en
beneficio de los trabajadores, es aquel que incluya el derrocamiento de la
burguesía y la muerte del capitalismo.
La Cumbre confirma
plenamente este punto de vista. Los gobiernos italiano y español se han apoyado
en la fuerza surgida de haber sido capaces de acometer internamente las llamadas
“reformas” que han atacado profundamente al proletariado y las
masas.
En España, la única
tendencia en contra que ha surgido actualmente es la gran lucha de los mineros
de Asturias, cuya enérgica resistencia desafía al Estado, a los patronos y al
Gobierno en una situación de conflicto social en la cual los “indignados” y las
fuerzas de oposición de la llamada izquierda han desaparecido –no
debemos incluir entre estas al Partido Socialista del antiguo presidente
Zapatero, que se ha rendido con facilidad al nuevo Gobierno porque comparte la
política e intereses básicos.
En Italia la situación es
aún peor que en España. Monti resultó el vencedor moral y práctico de esta
cumbre y esto es debido a haber sido capaz de implementar medidas económicas
contra los trabajadores y el pueblo, la estratégica reforma de las pensiones y
la aún mayor estratégica reforma laboral. Monti se convierte en un gigante en
Europa gracias al bloque social que le apoya, los patronos, los partidos
parlamentarios y los sindicatos oficiales y debido a la falta de resistencia y
revuelta social por parte de los trabajadores y las amplias masas. La victoria
de Monti e Italia en la cumbre certifica la derrota de los proletarios de
Italia, que pagan con lágrimas y sangre el coste de la crisis, oponiendo una
resistencia demasiado débil.
El cambio de gobierno de
Berlusconi a Monti fue saludable para la burguesía y concedió al actual gobierno
burgués un asiento en la mesa de los amos de Europa, con un papel activo,
mientras que ha resultado justamente lo contrario para los proletarios y las
masas. La decadencia humana, política y moral de Berlusconi y su Gobierno que
había expresado el punto de máxima debilidad de la burguesía en su conjunto, ha
sido remplazado por un gobierno fuerte con las manos libres, que ha traducido en
la práctica el fascismo moderno como dictadura de los técnicos e impuesto, sin
lucha, políticas que golpean en el corazón de la condición de los trabajadores y
proletarios, sus conquistas en las décadas pasadas, de las cuales el Artículo18
de la Ley Laboral es justamente un símbolo.
Cualquier fortalecimiento
del Gobierno en la crisis corre paralelo con el debilitamiento del proletariado,
careciendo de una resistencia política y social.
La Cumbre de Bruselas
alienta a las burguesías europeas a ir adelante en su camino, sea cual sea el
nombre de sus gobiernos, sea cual sea la mayoría que les apoye. Todos son
básicamente gobiernos de unidad nacional, es decir “comités de negocios” y
aparatos de estado represivos.
Alentado por la Cumbre, el
Gobierno de Monti prepara nuevas medidas devastadoras que tras
palabras como “revisión del gasto” oculta feroces recortes como en Grecia,
incluso aunque no estemos en las condiciones de Grecia.
Los nuevos ataques sobre la
sanidad y el empleo en el sector público no son ataques parciales sino un
eslabón más de la transformación reaccionaria del Estado y la relación entre el
Estado, el gasto social y las condiciones de vida de los proletarios y las
masas. Incluso si una parte del movimiento sindical y de la oposición de
izquierda desarrolla aspectos de rechazo, el marco general de la situación es
negado, oscurecido, diluido y, por tanto, tras las palabras, no luchan realmente
contra él.
La reforma de las pensiones
no debía ocurrir, la reforma laboral y el ataque al artículo 18 no deberían
ocurrir, la anunciada “revisión del gasto” no debe ocurrir, al igual que en las
fábricas, el plan de Marchionne y el fascismo de los patronos no deberían
ocurrir, ni debería ocurrir el uso sistemático de la policía del Estado, los
juicios, detenciones, multas, persecuciones que diariamente golpean a aquellos
que se oponen al movimiento No al TAV, al igual que los desempleados en Taranto,
los trabajadores inmigrantes en Basiano, los movimientos locales hasta los
estudiantes y antifascistas.
Pero hasta la fecha todo
esto ha ocurrido. El Gobierno, los patronos y el Estado no han pagado ningún
precio político serio. Por tanto, la situación, en lugar de mejorar,
empeora.
Los niveles de conciencia de
los trabajadores y las masas no han crecido.
Algunas luchas, gritos,
furia, abstención electoral, atestiguan que el potencial de lucha y rebelión
realmente existe al igual que la voluntad del proletariado y las
masas para responder con la lucha, e incluso algo
más que la lucha, al ataque frontal del que son objeto, pero pesa la falta de
las herramientas más básicas para una respuesta general. La falta de éstas
herramientas no depende principalmente de las condiciones objetivas, sino de las
condiciones subjetivas y formas organizativas que aún existen en las filas del
proletariado y las masas: los sindicatos se colocan firmemente del lado de los
patronos, la CISL y la UIL, y los sindicatos se colocan firmemente en defensa
del Estado y el interés general de los patronos, incluso cuando tienen
contradicciones con el Gobierno, o en decisiones puntuales de los
patronos.
El papel jugado por la CGIL
en la devastadora escalada de descargar la crisis sobre la clase trabajadora es
aún más dañino que el de los sindicatos que están abiertamente del lado de los
patronos, porque tiene como propósito una consulta desde fuera que es una cola
de pegar decisiva para que se produzcan los planes de los patronos y el
Gobierno.
El ambiguo papel de la FIOM,
con un pie dentro y otro fuera, se mantiene como un eslabón débil de la
resistencia obrera y el necesario resurgimiento de la lucha
general.
Entre las fuerzas y
movimientos de oposición sindical más radical, la falta de comprensión de la
naturaleza y formas con que llevar a cabo esta lucha no ayuda a construir, pese
a los esfuerzos, la fortaleza para la contraofensiva. No comprenden o quieren
comprender que a fin de desafiar al Gobierno, a los patronos y al Estado,
debemos de vencer en la lucha de dos líneas y la “guerra civil” dentro de la
clase trabajadora y los movimientos de masas contra las posiciones y
agrupaciones oportunistas y reformistas, de las cuales los distintos
anteriormente parlamentarios de izquierda transformistas son
parte, Casarini, Bernocchi, etc.
La bandera de la actual
lucha no es y no debe ser la unidad, sino más bien la lucha por la unidad basada
en la claridad sobre cual es la batalla a acometer y lo mucho que nos jugamos.
Necesitamos la unidad de los comunistas por un verdadero Partido revolucionario,
en la teoría y la práctica, necesitamos la unidad por un sindicato de clase y de
masas, que supere los actuales sindicatos de base y la anómala FIOM, necesitamos
la unidad por un Frente del pueblo y el proletariado que coloque la lucha y el
combate en el centro de su actividad.
Si tuviéramos que ver el
resultado de la cumbre de la UE, objetivamente deberíamos ser muy optimistas,
las soluciones económicas de esta Cumbre no tienen futuro. Como alguien observó
correctamente, estas soluciones ya han sido aplicadas en los EE.UU., bajo
condiciones en que pueden funcionar mejor, y allí no están frenando la crisis,
sino preparando un nuevo estallido, en algunas maneras trágicas para la economía
mundial.
Europa sigue la senda de
EE.UU. en condiciones mucho peores y por tanto las medidas “históricas”
aprobadas en la última Cumbre pronto demostrarán ser palabras altisonantes. De
manera clara, este optimismo sólo puede hacernos que manifestemos que existen
ahora, y pueden desarrollarse en el futuro, las condiciones para una respuesta
adecuada del proletariado y las masas. Cada señal en esta dirección, sea cual
sea el país del que provenga, debe contemplarse como un estímulo y una
indicación –véase la persistente gran huelga de los mineros asturianos, pero
también la huelga de los estudiantes de Quebec, al igual que los cientos de
estallidos en todos los países, incluido el nuestro.
Marchando en su camino, el
Gobierno Monti siembra vientos y puede cosechar tempestades, y cada paso de su
marcha puede ser la chispa que incendie la pradera.
Proletari Comunisti –
Partido Comunista maoísta, Italia
3 de julio
2012
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