Por Mumia Abu-Jamal
Los eventos de la semana pasada siguen resonando en la conciencia nacional.
Los asesinatos no provocados cometidos por policías en las calles del
Medio Oeste de Estados Unidos y los subsecuentes asesinatos de algunos
policías en Texas nos indican que se ha alcanzado una nueva etapa en la
guerra interna más larga del país, y que nadie sabe cómo acabará.
Obviamente el problema de la violencia policiaca no es nada nuevo.
Cuando el reverendo Dr. Martin Luther King, hijo, encabezó protestas
contra la segregación racial en Selma, Alabama en los años 60, los
policías no auxiliaron a los manifestantes. Al contrario, golpearon a
los hombres y mujeres indiscriminadamente para proteger los privilegios
de los blancos. El puente Edmund-Pettus bridge se volvió resbaloso con
la sangre de los negros derramada ahí.
Hoy en día asesinan con impunidad total a hombres, mujeres, niñas y
niños negros ––como Mike Brown, Rekiah Boyd, Tamir Rice, Eric Garner–– y
nada les pasa. Los grandes jurados que operan en secreto, y los jueces
que emiten fallas no tan secretas, coinciden en dictaminar “homicidio
justificable” y los policías asesinos reciben ascensos de trabajo.
“Qué buen trabajo” ––y nada.
Ahora los medios, los políticos y los policías dicen que Micah Xavier
Johnson es “un hombre loco”, o según un político prominente,
“trastornado”.
Pero si es un hombre loco, ¿qué es lo que provocó su locura?
¿Estaba loco cuando fue a asesinar a personas afganas en representación
del Imperio? Tal vez su capacitación era demasiada buena.
La opresión enloquece a la gente. La vuelve loca. Convierte los cerebros
calmados en mentes dementes, consumidos por la ira, la rabia y los
resentimientos.
Los medios, los pastores y los políticos lo insultan, pero ya está fuera del alcance de sus maldiciones.
Su vida ya era una maldición naciendo nigger en Estados Unidos. Es una maldición suficientemente mala.
En1951, el gran poeta, Langston Hughes (1902:1967), escribió las siguientes líneas en su poema, “Harlem”:
¿Qué pasa con un sueño diferido?¿Se marchitacomo una pasa en el sol?¿O se encona como una llaga –y luego corre?¿Apesta como carne podrida?¿O forma una costra de azúcar –como un dulce con jarabe?Tal vez solo se hundacomo una carga pesada.¿O explota?
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
–©’16maj
10 de julio de 2016
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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