Publicado en la edición impresa n° 67 de Periódico El Pueblo, marzo 2018
El 18 de marzo de 1871 los obreros rechazaron al ejército prusiano (alemán) que había vencido a Francia y luego, al gobierno francés, que vencido, fue a quitarle las armas a los obreros franceses. La defensa de las armas se convirtió en una insurrección: los obreros tomaron el control de París y declararon ¡Viva la Comuna!
Con el Poder en las manos, lo obreros parisinos, entre otras medidas, redujeron la carga laboral, prohibieron el trabajo nocturno, organizaron guarderías para los niños, congelaron el precio de arriendo de la vivienda, abolieron las deudas con los bancos, dieron reconocimiento a los “hijos no legítimos” y los cargos políticos de los dirigentes se declararon derogables en cualquier momento que el pueblo lo estimara.
A pesar que la Comuna de París duró solamente 72 días, fue suficiente para mostrarle al mundo lo que puede lograr la clase obrera una vez que conquista el Poder y a pesar de que las masas fueron cobardemente masacradas por el gobierno francés, su ejemplo se inscribió para siempre en la memoria de los pueblos del mundo. Desde ahí en adelante, los obreros y revolucionarios del mundo alzarán la bandera roja y jamás renunciarán a ella.
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