Entrevista a Catalina Rojas, dirigenta sindical y candidata a la dirección de la Central Clasista de Trabajadores
¿Cómo te ha transformado la lucha?
Me he visto obligada a desarrollar aspectos de mi personalidad o habilidades que no tenía y que producto de la lucha te ves obligada a desarrollar. Por ejemplo, la capacidad de tener una personalidad para enfrentarse a un otro que se ve gigante al lado de uno y pese a que uno se ve pequeño, indefenso. Es necesario desarrollar la confianza de confrontar a ese otro, pese a que te sientes más débil. Por ejemplo yo antes era mucho más tímida y he tenido que desarrollar esa capacidad de hablar, negociar, de hablar en público, de tratar de transmitir un mensaje claro, que sea coherente, esas son cosas que antes jamás habría hecho.
Lo otro es atreverse a argumentar lo que uno piensa, mas allá de si te van o no a aceptar. Inicialmente uno no se atreve a argumentar porque piensa que no es correcto, lo que uno piensa no es tan completo como lo de otros, que quizás habla más bonito. Atreverse a argumentar lo que uno piensa ante todo.
Además me ha transformado la necesidad del trabajo colectivo para avanzar. Uno puede tener muchas ideas o un plan pero si no trabajas con un equipo mayor o colectivamente, difícilmente vas a avanzar en esas propuestas y esas propuestas se van a desarrollar de manera colectiva. De lo que me he ido dando cuenta es que si uno no confía en la clase o con quien uno está trabajando también cuesta más avanzar, en la medida que uno confía en que las cosas por la que uno está luchando son justas y que la clase lucha por las cosas justas, entonces todo es menos complicado.

Pese a que a veces uno está solo, nunca perder la confianza en que la clase trabajadora desarrolla conciencia y lucha por lo que considera justo.
¿Cuándo uno decide tomar una tarea así cada día hay nuevos problemas? ¿Cómo los enfrentas?
Una de las cosas que he tenido que desarrollar es el manejo en situaciones de crisis. Al principio una crisis pequeña te desequilibra, te llena la cabeza, te estresas, y bueno siempre te estresas pero uno tiene que aprender a manejar los conflictos y eso significa aprender a tener la cabeza fría, y que pese al problema se debe tener lucidez en esos momentos para tratar de tomar las decisiones más correctas. Eso también ha sido un desafío muy importante, en los momentos de crisis no perder la perspectiva, no perder los objetivos. Tratar que las crisis no afecten a un nivel tal, que por ejemplo, la organización se vea afectada o se disuelva. Al final en las crisis lo que debe primar es la organización sobre la individualidad, sobre los egos personales, por sobre los problemas personales, porque somos todos personas, con pensamientos, subjetividades, las relaciones tampoco son ideales, entonces ante todo poner por delante la organización y que prevalezca por sobre otras cosas.
Y esto se liga con aprender a defender las ideas que uno considera correctas y justas, pese a que el contexto sea sumamente adverso. Pese a que si eres un puñado pequeño diciendo algo, el que seas un puñado pequeño no hace tu idea incorrecta.
También aprender a ser autocrítico, en la lucha en general y en el sindicalismo, de lo que me ha tocado a mí vivir, hay harto ensayo y error. Como siempre hay conflicto, siempre pasan cosas, a veces uno toma decisiones que no siempre son las más correctas. En ese sentido hay que tener una capacidad de autocrítica importante para aprender de los errores y eso implica una cuota de humildad, cuando está muy expuesto hay que aprender yo creo a mantenerse siempre humilde, recordando que está al servicio de los demás, al servicio de la clase y no al servicio de sus intereses personales. Y ahí entra la importancia de la autocrítica.
Hoy, existe un alto porcentaje de trabajadores que no está sindicalizado, en muchos sectores hay temor. En hechos concretos existe amedrentamiento
¿Qué se puede ganar sindicalizándose?
Desarrollar la conciencia, desarrollar la capacidad de organizarse con otro y eso ya te va haciendo más fuerte y yo creo que al final el organizarse y luchar es la única vía que te permite alcanzar derechos, alcanzar mejoras en tu vida. No solo a nivel de conciencia o de relaciones con tus compañeros o hermanos de clase en tu misma organización. También conseguir mejoras materiales concretas. En esta sociedad nada está hecho para el bienestar de los trabajadores, al contrario. Por lo tanto, la única vía para alcanzar mejoras que sean reales, qué se traduzcan en un bienestar, para cada uno, para la clase en general, es luchar y eso yo lo he vivido. Yo soy honorario en un lugar que no existía el sindicato. Tenemos derechos que eran impensados, en un comienzo ganamos vacaciones ¡ni siquiera teníamos eso! y hoy día tenemos hasta protección de la maternidad. Las cosas que hemos ido alcanzando han sido solo gracias a la lucha, si no fuera así no tendríamos nada, y esto se traduce en la vida personal. Por eso pese al miedo el llamado es a organizarse, porque en la medida que uno se organiza va perdiendo el miedo, esta es la única forma y uno se va fortaleciendo como persona, con sus ideas, va desarrollando más conciencia y el miedo va pasando.
Uno de los mejores convenios a honorarios a nivel nacional
En el sindicato tenemos uno de los mejores convenios de honorarios a nivel nacional. Una de la diferencia con otros es la protección a la maternidad, eso muy pocos convenios lo tienen. Lo otro es la situación del sindicato, que es bien particular. Somos 5 dirigentas, nunca hemos tenido riesgo de ser despedida, tenemos nuestras horas sindicales sin cuestionamiento alguno, todos los años negociamos nuestros convenios. En los sindicatos a honorarios en general, son super inestables, despiden a los dirigentes, no les respetan sus horas sindicales a nosotros se nos liberan horas mensuales para asambleas, nos liberan un día al año para hacer un paseo con todos los socios. Entonces además del convenio en términos de derecho, el sindicato en sí mismo es particular con respecto a otros sindicatos a honorarios y eso lo ha dado la convicción que solo organizándose se logran cosas.