"Todas las luchas revolucionarias del mundo tienen por objetivo tomar el Poder y consolidarlo".
Mao Tse-tung.
Sintetizando experiencias de 100 años de lucha de la clase obrera y la revolución mundial, en 1948, el Presidente Mao Tsetung escribió:
"Para realizar la revolución, hace falta un partido revolucionario. Sin un partido revolucionario, sin un partido revolucionario creado sobre la teoría revolucionaria marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista- leninista, es imposible conducir a la clase obrera y las amplias masas populares a la victoria en la lucha contra el imperialismo y sus lacayos. En más de 100 años transcurridos desde el nacimiento del marxismo, sólo gracias al ejemplo que dieron los bolcheviques rusos al dirigir la Revolución de Octubre y la construcción socialista a al vencer la agresión del fascismo, se han formado y desarrollado en el mundo partidos revolucionarios de nuevo tipo. Con el nacimiento de los partidos revolucionarios de este tipo, ha cambiado la fisonomía de la revolución mundial. El cambio ha sido tan grande que se han producido, en medio del fuego y el trueno, transformaciones del todo inconcebibles para la gente de la vieja generación... Con el nacimiento del Partido Comunista, la fisonomía de la revolución china tomó un cariz enteramente nuevo. Acaso no es suficientemente claro este hecho?" (lo destacado es de nuestro Partido).
He aquí magistralmente condensada la cuestión del Partido: su necesidad y su construcción como partido de nuevo tipo que concreta y da rumbo preciso a la revolución mundial y de cada país, en función de la clase obrera y su emancipación.
Tener en cuenta tres cuestiones:
1) La necesidad del Partido, que es el problema de la toma del Poder para la clase obrera;
2) La construcción del Partido, que es el problema de su construcción en un país semifeudal y semicolonial en el cual la clase obrera y sólo ella a través de su Partido puede dirigir la revolución democrático-nacional; y,
3) La lucha interna, que es el problema de que el Partido se desenvuelve en medio de la lucha de dos líneas en su seno, lucha sobre la cual se sustenta la unidad y cohesión partidarias.
Y estas tres cuestiones exigen tener en cuenta: en primer lugar el marxismo, esto es la teoría y la práctica, la experiencia del marxismo en el problema de la construcción partidaria, las grandes enseñanzas sistematizadas por Marx y Engels, Lenin y Stalin y el Presidente Mao Tsetung. En segundo lugar la construcción del Partido en nuestro propio país... Y, en tercer lugar la situación actual en que se desenvuelve la construcción del Partido de la clase obrera en nuestro país.
EL MARXISMO Y LA CONSTRUCCION DEL PARTIDO
A mediados del siglo XIX con la aparición del marxismo, la clase obrera insurgió como la nueva clase y la última de la historia; con el "Manifiesto del Partido Comunista" el proletariado enarboló el programa que llevará a la humanidad hacia un Nuevo Mundo, la sociedad comunista, la Sociedad Sin Clases. Este es el programa y el camino que necesariamente todos los hombres seguiremos bajo la dirección del proletariado concretada en su Partido. No hay otro camino para las clases, no hay otro camino para la humanidad; la historia mundial lo comprueba fehacientemente; y, la Revolución de Octubre, la Revolución China y otras, el ascendente movimiento de liberación nacional, la marcha persistente de la clase obrera internacional y sus partidos revolucionarios son parte de ese camino inexorable, camino que en los 50 ó 100 años venideros se desarrollará decisivamente en grandes luchas que estremecerán la Tierra, como enseña el Presidente Mao Tsetung.
MARX Y ENGELS Y LA CONSTRUCCION DEL PARTIDO
Marx y Engels fundaron la concepción de la clase obrera, el marxismo; y hasta ellos se remontan macizas verdades que no podemos abandonar, así el principio de la lucha de clases para comprender el mundo y transformarlo, la violencia como partera de la historia, la dictadura del proletariado y la necesidad de la transformación revolucionaria de la vieja sociedad a través de un largo proceso histórico, entre otras. Pero además, y a veces no se resalta suficientemente, Marx y Engels concretaron sus tesis en la necesidad de la construcción del Partido de la clase obrera como instrumento indispensable para pugnar por sus intereses de clase. Así, en medio de ardua lucha contra viejas concepciones anarquistas de profunda esencia burguesa, lograron sentar en los Estatutos de la Internacional en 1884 y 1872:
"En su lucha contra el poder unido de las clases poseedoras, el proletariado no puede actuar como clase más que constituyéndose él mismo en partido político y opuesto a todos los antiguos partidos políticos creados por las clases poseedoras".
"Esta constitución del proletariado en partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la revolución social y de su fin supremo: la abolición de las clases."
... ...
"Puesto que los señores de la tierra y del capital se sirven siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo, la conquista del Poder político se ha convertido en el gran deber del proletariado."
Marx y Engels partieron de que los obreros deben luchar ellos mismos por su emancipación como clase y que la emancipación económica del proletariado es "el gran fin al que todo movimiento político debe ser subordinado como medio", plantearon la necesidad que tiene la clase obrera de organizarse como Partido Político para luchar por sus propios intereses de clase, para tomar el Poder y así, en consecuencia, servir a su meta, al cumplimiento de su meta histórica: la abolición de clases y la construcción de una nueva sociedad sin explotadores ni opresores.
Asimismo sentaron que la clase obrera se organizaba "en partido político distinto y opuesto a todos los antiguos partidos políticos..." Esto porque la clase obrera al organizarse como partido político lo hace tomando como sustento su concepción de clase, el marxismo: porque tiene su propio programa, el que Marx y Engels sentaron en el Manifiesto, que lleva a los comunistas a hacer "valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad" y a que "en las diferentes fases del desarrollo porque pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto", sujetándose constantemente a su concepción de clase que se puede resumir "en la fórmula única: abolición de la propiedad privada". De esta forma planteaban la construcción de un partido "distinto y opuesto" que sirviera a la unión de la clase que la revolución demandaba: o en sus propias palabras:
"Para asegurar el éxito de la revolución es necesaria la unidad del pensamiento y de la acción. Los miembros de la Internacional tratan de crear esta unidad por medio de la propaganda, la discusión y la organización..."
Además el desarrollo y la lucha del Partido del proletariado los concebían ligados a la etapa de la revolución y en modo alguno desligados de este problema fundamental. Marx planteaba que en Alemania la revolución de la clase obrera dependería de respaldarla "con una segunda edición de la guerra campesina", mientras Engels sustentaba: "En un país agrario, es una bajeza alzarse exclusivamente contra la burguesía en nombre del proletariado industrial, sin mencionar para nada la patriarcal `explotación del palo' a que los obreros rurales se ven sometidos por la nobleza feudal." Por tanto, como Lenin resaltara:
"Mientras en Alemania no estuvo terminada la revolución democrática (burguesa), Marx concentró toda la atención, en lo que se refiere a la táctica del proletariado socialista en impulsar la energía democrática de los campesinos."
Finalmente Marx Y Engels, libraron intensa y gran lucha por la construcción del Partido del proletariado; largos años invirtieron en combatir contra el anarquismo hasta convertir el marxismo en concepción reconocida de la clase obrera y en sustento de su organización política. Marx y Engels tuvieron que enfrentarse a las maquinaciones de Bakunin y su grupo que "encubriéndose con el anarquismo más extremista, no dirige sus golpes contra los gobiernos existentes, sino contra los revolucionarios que no aceptan su ortodoxia y su dirección"; que "se infiltran en las filas de la organización...e intenta al principio apoderarse de su dirección; pero cuando fracasa su plan, trata de desorganizarla"; que "organiza...sus pequeñas sectas secretas"; que "ataca públicamente en sus periódicos a todos los elementos que se niegan a someterse a su voluntad"; que "no retrocede ante ningún medio, ante ninguna deslealtad; la mentira, la calumnia, la intimidación y las asechanzas le convienen por igual." En síntesis, contra el anarquismo que tras todas sus mascaradas de izquierdismo radicaloide y altisonante esconde su esencia derechista y su economicismo que niega la política de clase del proletariado.
Lucha que también libraron posteriormente, contra desviaciones derechistas y el oportunismo en el seno de los partidos socialdemócratas, especialmente el Alemán por sus negaciones de los principios de la clase y por las deformaciones burguesas del programa político. Esta como la anterior lucha la libraron en defensa de la unidad, demandando que "se debe tener el valor de renunciar a los éxitos inmediatos en aras de cosas más importantes", enseñando la autocrítica y el enjuiciamiento serio de los errores y, lo que debe resaltarse mucho, señalando la raíz de la lucha y de la escisión:
"Por lo demás, ya el viejo Hegel decía que un partido demuestra su triunfo aceptando y resistiendo la escisión. El movimiento proletario pasa necesariamente por diversas fases de desarrollo, y en cada una de ellas se atasca parte de la gente, que ya no sigue adelante. Esta es la única razón de que en la práctica la solidaridad del proletariado se lleve a cabo en todas partes por diferentes grupos de partido que luchan entre sí a vida o muerte, como las sectas cristianas del imperio romano en la época de las peores persecuciones."
Estas son cuestiones fundamentales que Marx y Engels nos enseñaron con relación a la necesidad del Partido, su construcción y desarrollo en lucha. Esta es una parte muy importante del socialismo científico, de la propia teoría de los clásicos fundadores que muchas veces no se recuerda y hasta se omite. Si Marx y Engels no hubieran planteado estos problemas su gigantesca tarea no hubiera tenido sentido ni concreción. Pero, como es muy necesario reiterar, desde su aparición la concepción científica de la clase obrera, el marxismo, planteó y resolvió el problema del Partido; lo que sucede es que, como en otros campos del marxismo, esta teoría y práctica revolucionaria sobre la necesidad del Partido, su construcción y la lucha de dos líneas en su seno, ha sido desarrollada sintetizando las grandes experiencias posteriores de la clase obrera internacional, labor que han cumplido a nivel mundial Lenin y el Presidente Mao Tsetung.
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