El Comité Israelí contra la tortura acaba de revelar un nuevo
escándalo tras el descubrimiento de niños palestinos encerrados en
jaulas a la intemperie en lugares vallados o en jaulas durante el
invierno.
Este comité publicó un informe que probaba que los niños sospechosos de delitos menores contra las autoridades de ocupación han sido mantenidos en el exterior y han sufrido amenazas regulares de actos violentos o sexuales. Una situación que puede durar meses.
Hace falta precisar que se trata exclusivamente de niños palestinos y que ningún niño israelí ha sido nunca sometido a tales prácticas. Además, los niños palestinos son referidos habitualmente a tribunales militares, sean cuales fueren las faltas que ellos hayan supuestamente cometido y sin que esté presente ninguna representación legal.
El Comité menciona una reciente visita particularmente chocante de los abogados a una prisión israelí.
“Durante muestra visita a Ramla, que se produjo en el transcurso de una violenta tempestad, los abogados hallaron a detenidos que dieron testimonio de que en medio de la noche decenas de menores arrestados fueron transferidos a jaulas de acero en el exterior”. “Resultó que esta práctica ha durado varios años y ha sido confirmada por diversos funcionarios”, señala la ONG.
“La tortura es un medio de atacar los modos de funcionamiento psicológico y social de un individuo”, se dice en el Protocolo de Estambul, que añade que “la tortura puede tener un impacto sobre un niño ya sea de forma directa o indirecta, ya sea al torturarle directamente u obligándole a presenciar la tortura y la violencia hacia los padres u otros parientes próximos”.
La mayoría de niños palestinos detenidos son acusados de lanzar piedras y un 74% afirman haber experimentado una violencia física durante el arresto, el traslado o el interrogatorio.
El Comité Israelí contra la Tortura señala que Israel es el único país en juzgar sistemáticamente a niños en tribunales militares y añade que “ningún niño israelí ha entrado nunca en contacto con el sistema judicial militar”.
Este comité publicó un informe que probaba que los niños sospechosos de delitos menores contra las autoridades de ocupación han sido mantenidos en el exterior y han sufrido amenazas regulares de actos violentos o sexuales. Una situación que puede durar meses.
Hace falta precisar que se trata exclusivamente de niños palestinos y que ningún niño israelí ha sido nunca sometido a tales prácticas. Además, los niños palestinos son referidos habitualmente a tribunales militares, sean cuales fueren las faltas que ellos hayan supuestamente cometido y sin que esté presente ninguna representación legal.
El Comité menciona una reciente visita particularmente chocante de los abogados a una prisión israelí.
“Durante muestra visita a Ramla, que se produjo en el transcurso de una violenta tempestad, los abogados hallaron a detenidos que dieron testimonio de que en medio de la noche decenas de menores arrestados fueron transferidos a jaulas de acero en el exterior”. “Resultó que esta práctica ha durado varios años y ha sido confirmada por diversos funcionarios”, señala la ONG.
“La tortura es un medio de atacar los modos de funcionamiento psicológico y social de un individuo”, se dice en el Protocolo de Estambul, que añade que “la tortura puede tener un impacto sobre un niño ya sea de forma directa o indirecta, ya sea al torturarle directamente u obligándole a presenciar la tortura y la violencia hacia los padres u otros parientes próximos”.
La mayoría de niños palestinos detenidos son acusados de lanzar piedras y un 74% afirman haber experimentado una violencia física durante el arresto, el traslado o el interrogatorio.
El Comité Israelí contra la Tortura señala que Israel es el único país en juzgar sistemáticamente a niños en tribunales militares y añade que “ningún niño israelí ha entrado nunca en contacto con el sistema judicial militar”.
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