Siete de la mañana en Cali, el día amanece brillante en una ciudad que arde. Los sindicatos afiliados a federaciones independientes llegaron al Monumento de la Solidaridad como lo habían pactado. Se organizaban para conmemorar un Primero de Mayo Internacionalista y Revolucionario.
Los obreros rebeldes, sobre todo el proletariado industrial fabril, hicieron oídos sordos al alevoso llamado de la CUT, CGT, CTC, CPC, CDP y Fecode de que el Primero de Mayo se conmemorara de forma virtual o se marchara desde Comfandi El Prado. Estaban allí, en las calles, con su disciplina, sus pancartas, sus consignas, su ánimo de lucha y su independencia.
Pese a que la juventud que apoya los bloqueos estaba en contra de la marcha, los obreros decidieron hacerla porque comprenden que hay diferentes formas de lucha directa y cada una de ellas obedece a un objetivo diferente: el bloqueo de las fábricas garantiza parar la producción, no generar plusvalía y causarle grandes pérdidas al capital; el bloqueo de la vía impide la circulación de mercancías y que el proletariado de las diferentes ramas de la producción asista a sus empleos. Y el objetivo de realizar la marcha del Primero de Mayo era netamente propagandístico, explicarles a los barrios donde no hay barricadas porqué la ciudad está como está, cómo la reforma tributaria y a la salud afectarán los salarios y perjudicará a sus familias. Por eso, en medio de la música social de artistas como Quilapayún, Gabino Palomares, Chico Buarque, Joan Manuel Serrat, las arengas invitaban a nutrir los bloqueos, a colaborar con víveres, con botiquines. El bloqueo de las fábricas es absolutamente necesario porque es una rama de la producción que no puede teletrabajar, pero a muchos trabajadores, como concretamente es el caso de los docentes y el proletariado de los servicios, los patrones los tienen trabajando de manera virtual, pese a los bloqueos.
Junto a las voces de Alí Primera, Joaquín Sabina, Jorge Fandermole, Mano Negra… los obreros vitoreaban la justa lucha del proletariado mundial y del proletariado industrial de Yumbo, en particular. Allí, con la disciplina que caracteriza al obrero industrial, estaban Sintraime, Sinaltrainal, Sintrapub, Sintraimagra, Sintraincapla, Sintraquim, Sintraandina Valle, Sinaltralipal, Sintrabrinks Cali, Sintraemcali Bloque Clasista; activistas y luchadores de organizaciones como Carretilleros Sin Placa y la Escuela Sindical María Cano. Con voz de trueno denunciaban la reforma tributaria, la reforma a la salud y la masacre contra el pueblo caleño que desde el 28A está combatiendo en las calles; llamaban a parar la arremetida del Estado burgués, no con las simples marchas de un día que acostumbra la CUT, sino con la lucha en las calles y con el paro indefinido de la producción
.«Esclavo, ¿quién te liberará? Los que están en la sima más honda te verán; compañero, tus gritos oirán. Los esclavos te liberarán» cantaban Los Dos de Mayo, mientras la voz de los docentes revolucionarios exaltaba la importancia histórica del primero de mayo y del proletariado industrial presente en la marcha, quienes desde las dos de la mañana del 28A han bloqueado las entradas de las fábricas en Yumbo y junto a la barriada han taponado con barricadas la vía Acopi Yumbo, con lo que se ha garantizado el paro de la producción de un importante sector industrial.
En medio de «No me digan que los médicos se fueron (oh-oh-oh), no me digan que no tienen anestesia (oh-oh-oh), no me digan que el alcohol se lo bebieron (oh-oh-oh), y que el hilo de coser fue bordado en un mantel», el merengue de Juan Luis Guerra que con humor trata la falta de abastecimiento de los hospitales públicos y la deshumanización de la medicina, una compañera habló sobre la actual reforma a la salud que el Estado colombiano quiere hacer pasar de manera soterrada.
Una reforma que deteriora el ya maltrecho sistema de salud colombiano y que busca concentrar el sistema en empresas imperialistas monopolistas de la salud, exigiendo que los hospitales dejen de ser parte del sistema de seguridad social del Estado y pasen a regirse solo por rentabilidad financiera; por añadidura, establecería la prestación de servicios limitados para la enfermedad, y no solo aumentaría el costo de las cuotas moderadoras, sino que también exigiría el pago de un seguro médico privado que complemente a su EPS; además, la reforma a la salud significa mayor sobreexplotación laboral del personal de salud por desmejora de sus condiciones laborales y es completamente lesiva para la formación de especialistas y la autonomía universitaria.
Las arengas contra la explotación mundial capitalista, el terrorismo de Estado y el asesinato de líderes sindicales y populares se mezclaban con las estrofas de las canciones de Subverso, Molotov, Aztra, Isabel Parra, Mercedes Sosa, Amparo Ochoa… Con espíritu fraterno se compartía el micrófono y se repartía el agua, las paletas, los abrazos por el reencuentro de los luchadores.
Desde las ventanas, las esquinas, apostados en la calle, los trabajadores que habitan los barrios Porvenir, La Garantía, Santander, Municipal, Santa Lucía, Belalcázar, Obrero apoyaban la jornada, aplaudían, levantaban su puño en alto, recibían los comunicados y volantes y acometían la lectura.
En medio de la salsa social de La Flamboyan, Rubén Blades, Cheo Feliciano, Roberto Roena, los compañeros de la escuela Sindical María Cano llamaban a conformar un Comité de Paro General Indefinido, dirigido por un proletariado industrial que tome la dirección del movimiento que se ha desatado en la ciudad y logre encauzar la rebeldía popular de forma organizada hacia el objetivo común de los trabajadores y las principales reivindicaciones del pueblo.
Ya en el Parque Obrero, que fue el punto de concentración, se escuchó la Internacional y se abrió espacio para intervenciones en la tarima. Mientras se almorzaba y se descansaba, el presidente nacional de Sintrapub manifestaba que «Es el momento de promover el paro de la producción en las fábricas. Nosotros, como obreros y como organización sindical, tenemos claro que para lograr lo que verdaderamente se necesita en este país hay que parar la producción, porque es donde al capital le duele. Las marchas son importantes, pero en esta coyuntura las marchas no son la fuerza que se necesita para hacer la presión; necesitamos parar la producción».
Terminados los discursos, los llamados a la unidad para la lucha y el paro general indefinido, grupos de obreros se dispusieron a acompañar los diferentes puntos de bloqueo que se desarrollan en la ciudad, y todos quedamos en la tarea de construir el comité que dirija y coordine el Paro General Indefinido en Cali.
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