Camaradas trabajadores cuya existencia depende de vender su fuerza de trabajo por un miserable salario, reciban un cálido y fraternal saludo en este, su día internacional por excelencia, pues la clase obrera mundial no tiene patria, como lo enseñaron los Mártires de Chicago, dirigentes de las huelgas con las cuales, obreros de muy diversas nacionalidades, conquistaron la jornada de 8 horas en 1886.
Los proletarios son la misma clase en todos los países, que sin distingo de raza, nacionalidad, sexo, creencias y preferencias políticas, enfrenta los mismos enemigos: imperialistas, burgueses y terratenientes.
La clase de los proletarios por sí misma tiene intereses socialistas por no poseer propiedad sobre los medios de producción. De ahí que su lucha tenga el común objetivo de romper las cadenas de la explotación mundial asalariada para emanciparse liberando a toda la sociedad del yugo impuesto por la propiedad privada: el yugo de la explotación del trabajo ajeno.
El viejo sistema de explotación capitalista, es hoy el reino imperialista de los monopolios y del capital financiero, donde un puñado de grupos empresariales se ha adueñado de la riqueza mundial producida por el trabajo y extraída de la naturaleza.
El capitalismo no es eterno y su fase final es el imperialismo, un sistema parásito cuya existencia artificial depende de empobrecer a la sociedad, de explotar y oprimir a la inmensa mayoría de países en beneficio de unos cuantos países imperialistas como Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Alemania, Francia, Australia…
En el sistema capitalista rige la ley del desarrollo desigual, por efecto de la cual se enfrentan entre sí los países imperialistas y sus monopolios, en disputa por nuevos repartos de los países oprimidos, de fuentes de materias primas, de fuerza de trabajo disponible, de la anexión de nuevos territorios… La forma inevitable de ese reparto imperialista es la guerra, tal como en los últimos años la han sufrido amargamente los pueblos de Palestina, Afganistán, Irak, Siria, Yemen y ahora Ucrania donde las principales víctimas son los trabajadores, nuestros hermanos de clase. Siempre los imperialistas disfrazan sus guerras de rapiña con el ropaje de campañas “contra el terrorismo”, “por la paz”, “por la libertad”, “por la democracia”.
La guerra mundial es un peligro siempre latente en esta época imperialista, y hoy resuenan con intensidad sus tambores armamentistas, so pretexto de salvar a Ucrania, cuando en realidad pretenden salvar su podrido sistema denunciado por sus propias crisis económica, social, sanitaria, ecológica, que a nivel mundial muestran descarnadamente las incurables lacras sociales del sistema: hambre, desempleo, enfermedades, despojo, ruina, corrupción, delincuencia, trata de personas, prostitución…
Colombia es un país capitalista oprimido víctima del sistema mundial imperialista de opresión y explotación. Su Estado es una dictadura solapada de la burguesía y los terratenientes en asocio con el imperialismo, principalmente de Estados Unidos. Desde principios de siglo, por su poder económico, las riendas del gobierno quedaron en manos de la mafia uribista, cuyo régimen ejerce el poder con el método del terror y la violencia extrema, propios de la mafia y los paramilitares. Este régimen ha convertido la vida de los trabajadores en un infierno de superexplotación y represión, por lo cual el pueblo se rebela y en la lucha callejera reciente ha sido protagonista de grandes huelgas políticas de masas, llamadas coloquialmente estallidos sociales. Ese despertar del pueblo colombiano pretende ser aplacado en estos meses con las ilusiones en la lucha electoral, que además de todas las trampas y triquiñuelas usuales en la falsa democracia burguesa, tiene una limitación de fondo: no puede cambiar el sistema, porque deja intacto el Estado que es el aparato de la fuerza organizada de los explotadores para preservarlo. Cualquier cambio de gobierno sin tocar el Estado, irremediablemente dará continuidad a la esclavitud asalariada de los trabajadores.
Pero no todo está perdido. Existen las fuerzas sociales para liberar al mundo y a la sociedad colombiana del dominio rapaz imperialista y de su brutal sistema de explotación. Esas fuerzas son ustedes camaradas proletarios en alianza con los hermanos trabajadores del campo. Esa es la principal alianza de clase para llevar al triunfo la revolución en Colombia. Alianza en la cual la clase obrera debe ser la dirigente por ser la única clase consecuentemente revolucionaria hasta el fin, dado su carácter de trabajadores proletarios, no propietarios, esto es, sin nada que perder en una revolución más que sus cadenas.
Papel dirigente que solo puede cumplir la clase obrera si se organiza como partido político propio e independiente de las demás clases. Tal es la principal tarea política inmediata en Colombia: construir un verdadero Partido Comunista Revolucionario que dirija la lucha de clases por la conquista del Programa Inmediato y del Programa estratégico que hemos propuesto los comunistas.
Los trabajadores de la ciudad y del campo, si se unen y organizan independientemente, son la más poderosa fuerza de la sociedad, capaz de derrumbar imperios y derrocar regímenes por más dictatoriales que sean. Y lo pueden hacer porque, contrario a los ricos que no trabajan y estorban en la sociedad, los trabajadores tienen en sus manos un poder del cual deben hacerse conscientes: son quienes producen, quienes mueven el mundo, quienes con su trabajo sostienen la sociedad. Sólo les falta el poder político para, mediante la violencia revolucionaria de su dictadura de clase, echar a los parásitos al basurero de la historia, y transformarse en los amos de la sociedad, en los propietarios socialistas de toda la riqueza que ha sido creada con su trabajo.
Por todo eso, en este Primero de Mayo, nuestra consigna principal debe ser ¡UNIDAD Y LUCHA DEL PROLETARIADO Y LOS PUEBLOS DEL MUNDO CONTRA EL IMPERIALISMO!
¡Viva el Primero de Mayo Internacionalista y Revolucionario!
¡Abajo la agresión imperialista a los pueblos del mundo!
¡Abajo la criminal organización imperialista OTAN!
¡Fuera Colombia de la OTAN!
¡Todos los imperialistas son enemigos a muerte de los pueblos del mundo!
¡Contra la guerra imperialista! ¡Proletarios y pueblos del mundo, uníos!
¡Abajo el imperialismo, sistema mundial de opresión y explotación!
¡Viva la Revolución Proletaria Mundial!
¡Muerte al imperialismo! ¡El futuro debe ser del socialismo y el comunismo!
¡Abajo la guerra imperialista de Rusia y la OTAN aliada al régimen neo-fascista de Zelenski contra el pueblo de Ucrania!
Unión Obrera Comunista (mlm) – Primero de Mayo 2022
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