ODC:
TRABAJAR POR LA REBELIÓN, LA ORGANIZACIÓN Y EL ODIO DE CLASE DEL PROLETARIADO
CONTRA EL CAPITALISMO E IMPERIALISMO
Hoy el
proletariado y las clases oprimidas estamos pasando por una situación
dramática en que el Capitalismo Imperialista ha desatado un ataque brutal, en
forma de recortes sociales, de derechos y libertades, contra los trabajadores y
las clases populares de todo el mundo.
Es ahora
cuando se hace evidente que los denominados “derechos” o “libertades” no son
tales, sino papel mojado, simples concesiones de la burguesía arrancadas por el
miedo a la extensión de las revoluciones proletarias, especialmente tras el
triunfo en Rusia en Octubre de 1917. No existen auténticas “conquistas de los
trabajadores” dentro del capitalismo. Como estamos comprobando en carne propia,
las únicas conquistas logradas fueron las conseguidas mediante las guerras
populares y la destrucción de los aparatos estatales burgueses.
Llevándonos a la miseria y
condenándonos a la pobreza, el Capital Imperialista apunta a la progresiva
pauperización y esclavización del proletariado y las clases populares.
La burguesía ha declarado la guerra
abierta al proletariado y a los
oprimidos de todo el mundo. Desempleo, recorte y supresión de derechos,
miseria, desahucios y expulsión de sus hogares de miles de familias obreras y
pobres, privatizaciones, leyes mordaza, carestía de productos básicos, emigración
de decenas de miles de jóvenes… Un auténtico bombardeo que la clase dominante
ha desatado contra las clases populares.
En ese
bombardeo también cumplen su papel los ideólogos burgueses “progresistas” o “de
izquierdas” que, bajo la capa de criticar
los aspectos más sangrantes del capital, tienden a preservar su esencia: la
explotación de los asalariados a efectos de arrancarles la plusvalía. Otro
mundo no es posible; otra “explotación” no es posible; un “capitalismo más
justo” es una utopía suicida o criminal.
La único posible y necesario, lo único realista y sensato, es la destrucción del capitalismo y el avance
hacia una sociedad regida por los intereses de la humanidad, y no por la ley
del valor.
La
sociedad capitalista está dividida en clases sociales antagónicas, unas clases
opresoras y otras oprimidas, que luchan y se enfrentan ininterrumpidamente. Es
lo que se conoce como la lucha de clases.
La lucha
de clases es el motor de la historia y los comunistas y revolucionarios tienen
el deber de azuzar dicha lucha, ya que el enfrentamiento entre
las clases sociales es inevitable y necesario para la transformación
revolucionaria de la sociedad. Dicho enfrentamiento ha culminado siempre a lo
largo de toda la historia con la imposición de un nuevo estadio social.
Precisamente
en estos momentos, en que una crisis
capitalista más profunda que ninguna anterior sacude al conjunto del mundo
capitalista, la Revolución Socialista se presenta como la única salida para
las masas explotadas y oprimidas.
La crisis
económica capitalista, que tiende a agravarse, prueba que el sistema
capitalista es un sistema caduco y que jamás va a resolver los problemas de la
clase obrera y los pueblos del mundo, asimismo prueba la vigencia y validez del
marxismo-leninismo. También
prueba que los análisis marxistas sobre el capitalismo y sus crisis cíclicas
son totalmente acertados.
A esta espiral se le suma una
ofensiva imperialista mundial encabezada por los criminales imperialistas
yanquis y sus aliados contra los pueblos oprimidos del mundo que a su vez está
agudizando las contradicciones inter-imperialistas y está creando las
condiciones para que se desate una nueva guerra mundial imperialista por el
reparto del mundo.
Esta crisis
económica mundial intensifica la lucha de clases internacional y potencia las
siguientes contradicciones:
· La contradicción
entre las naciones oprimidas y el imperialismo; como se muestra en las
agresiones imperialistas abiertas o encubiertas contra Libia, Siria, Venezuela,
Ucrania, etc. y las respectivas luchas de resistencia de esos pueblos contra el
imperialismo.
· La contradicción
burguesía-proletariado se intensifica de manera profunda pues una vez más
sobre el proletariado recaen las consecuencias de la crisis económica
capitalista: desocupación, reducción de salarios, mayor explotación,
precariedad, recorte de derechos, etc. La clase obrera forjada en el principio
de la necesidad de la lucha y pese a estar debilitada en su organización
sindical, lucha en todas partes por defender sus derechos.
· Las contradicciones inter-imperialistas
tienden a agudizarse. EEUU, que es la superpotencia imperialista hegemónica, el enemigo número 1 de los pueblos y oprimidos del mundo y el más criminal y sanguinario Estado de
la historia, ha desatado una ofensiva imperialista mundial junto a la Unión
Europea y otros aliados para salir de la crisis económica que padecen y
preservar su hegemonía mundial. Ello ha intensificado las contradicciones con
Rusia y China, también capitalistas e imperialistas, que forman un bloque que
trata de reemplazar al Imperio yanqui y poco a poco va tomando más peso en
el reparto imperialista mundial.
Las
extensas luchas del proletariado y los pueblos del mundo contra la crisis
capitalista, las guerras de resistencia contra la agresión imperialista, las
luchas de las naciones oprimidas contra el imperialismo y las guerras populares
y luchas armadas revolucionarias en la India, Filipinas, Turquía, Colombia,
etc. demuestran la existencia de situación revolucionaria en el mundo, y
prueban la necesidad de la revolución para transformar la sociedad.
Esta situación revolucionaria
emplaza a los comunistas y revolucionarios a convertirla en crisis
revolucionaria y plasmarla en revolución proletaria mundial, comenzando por la revolución en cada país o nación.
Pero por
desgracia esta situación revolucionaria se produce en un contexto de debilidad
y dispersión del Movimiento Comunista Internacional. Falta una dirección
comunista, proletaria y revolucionaria que dé rumbo correcto a las diferentes
luchas existentes actualmente.
Hoy se constatan dos cuestiones con
suma crudeza:
- Por una parte la debilidad y fragmentación del Movimiento Comunista Internacional y la ausencia organizativa de referentes revolucionarios fuertes y consecuentes con capacidad para dar respuesta a esta situación.
- Por otra parte que ni el reformismo-revisionismo ni sus sindicatos y organizaciones han sido capaces de organizar una mínima respuesta a la guerra de la burguesía contra las clases populares. Al contrario han cumplido un papel de servicio al sistema capitalista como colchón de contención del malestar popular, y de desvío de la rabia hacia objetivos inofensivos.
Hoy es más necesario que nunca que
la clase obrera y los trabajadores tomen conciencia de su grave situación, de
la guerra que la burguesía los ha declarado, de que estamos retrocediendo
a los tiempos del más vil capitalismo y la esclavitud y que debemos
prepararnos para la lucha a muerte por derribar este sistema.
La solución para el proletariado y
los oprimidos del mundo solo puede venir desde la organización y rebelión para
tumbar el sistema capitalista e imperialista, de la necesidad de que la
clase obrera se prepare para tomar el cielo por asalto. Hoy más que nunca es necesaria la Revolución, la destrucción del
Estado Capitalista y sus sustitución por un Estado Proletario y esto solo se
puede conseguir por medio de la violencia revolucionaria de los oprimidos que
se organicen para tumbar este sistema criminal.
El Movimiento Comunista
Internacional (MCI) necesita depurarse de todo el colosal montón de basura
revisionista y oportunista que tiene en su seno, tanto derechista como
izquierdista y que solo hace acrecentar la confusión y la dispersión actual, y
por otra parte los sectores honestos que realmente pretendan trabajar por la
Revolución Proletaria y el Comunismo deben hacer un balance de los aciertos y
los errores cometidos, abandonar los sectarismos estériles e intentar unir a
los susceptibles de ser unidos sobre la base de los principios comunistas y la
acción revolucionaria común.
Para la clase obrera y el pueblo la única alternativa a tanta
injusticia y opresión del sistema capitalista es la Revolución. Revolución que implica
necesariamente la violencia revolucionaria del proletariado y las clases
populares para tomar el poder en sus manos, destruir el Estado burgués,
destruir sus instituciones y aparatos, y construir un estado proletario dirigido
por la clase obrera y al servicio de las clases populares que ponga las
bases para el socialismo y se
encamine hacia la sociedad sin clases, o sea el comunismo.
Frente a
la Revolución el reformismo sólo es un parche, que no soluciona y que como
mucho mitiga, pero que no acaba con las causas ni va a la raíz de la opresión, y que, como se puede comprobar históricamente
en los momentos cruciales, se ha opuesto encarnizadamente a los triunfos
proletarios.
Pero para
la revolución son imprescindibles unos instrumentos: un Partido Comunista, como
vanguardia de la clase obrera, que dirija la lucha hacia la toma del poder por
el proletariado; y una ideología científica: el marxismo-leninismo. La necesidad de la revolución para transformar la sociedad
requiere de dirección proletaria que dé rumbo correcto.
Hoy en el
Estado Español ODC consideramos que no hay un Partido Comunista, con un
programa y una estrategia revolucionaria clara, que sea capaz de aglutinar a
los elementos más conscientes de la clase obrera y encaminar la lucha de las
necesidades concretas del proletariado y el pueblo hacia la toma del poder y la
construcción de un estado proletario.
Por ello
es muy necesario para los comunistas y revolucionarios de este estado seguir
trabajando por la construcción de ese Partido Comunista Combatiente que sea
capaz de encarar las tareas de la revolución socialista y la toma del poder por
el proletariado en el Estado Español.
Desde ODC
hacemos un llamado a las distintas organizaciones comunistas, revolucionarias y
antirrevisionistas existentes en este estado, a que, sobre la base de los
principios y la unidad de acción revolucionaria común, se abra un debate
sincero y se tiendan puentes de cara a crear ese Partido Comunista Combatiente
que esté en condiciones de encarar las tareas revolucionarias que el
proletariado y el pueblo demandan.
¡Viva el 1º de mayo rojo y combativo!
¡Viva la lucha de la clase obrera
combativa y revolucionaria!
¡Muerte al Capitalismo Imperialista!
¡Viva la Revolución Proletaria
Mundial!
¡Vivan las guerras populares, luchas
armadas revolucionarias y luchas de resistencia en el mundo!
¡Contra el Reformismo y Revisionismo: Viva el Comunismo
Revolucionario!
Colectivo Odio de Clase
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