Thursday, April 24, 2014

Ukraine- Crimea Putin rehabilita a los colaboracionistas con los nazis de Crimea que Stalin castigo


La burguesía odia a Stalin y Putin como buen burgués también lo odia


Introducción de ODC.

Este artículo que publicamos a continuación debería abrir los ojos a los ingenuos que ven en Putin un benefactor frente a los malos yankis. Los rehabilitados por el "benefactor" Putin fueron los que justamente castigo el camarada Stalin por colaborar con los nazis y por traición a la U.R.S.S. También muestra el claro odio que profesa Putin y su gobierno por el camarada Stalin y como le echan basura.
 
Algunos, cuando menos ingenuos, se creen que Rusia y Putin son una especie de héroes frente a los malvados imperialistas yanquis y europeos. Nada más lejos de la realidad.
 
Si bien Rusia y Putin actualmente no son tan criminales e imperialistas como los yanqui-europeos su actuación no esta motivada por fines filantrópicos sino por intereses chovinistas, económicos e imperialistas.
 
Ni a Rusia ni a Putin le importan nada los intereses de los proletarios ni oprimidos. Si se enfrentan a los criminales yanquis y europeos solo es por intereses económicos y estratégicos y por su disputa para reemplazar a los yanquis al frente de la hegemonía imperialista mundial.
 
Con ello no dejamos de comprender estas cuestiones cardinales actualmente:
 
  1. Hoy EE.UU es la superpotencia imperialista hegemónica, el estado más criminal y terrorista del mundo y el enemigo nº1 de los pueblos y oprimidos del mundo.
  2. Es un error poner al mismo nivel a China y Rusia que a EE.UU y la Unión Europea, pues aunque China y Rusia son también capitalistas e imperialistas son los EE.UU y la Unión Europea los que están en ofensiva contra los pueblos del mundo para tratar de salir de la crisis económica que padecen a consta de ganar más mercados y para defender su hegemonía mundial.
  3. EE.UU es un matón herido de muerte y con pies de barro -sufre una muy profunda crisis económica- que ve como otros tratan de desplazarle y acabar con su hegemonía pero no lo va a poner fácil y EE.UU, como todos los matones, morirá matando, por lo que nos esperan épocas de fuerte agudización de las contradicciones inter-imperialistas y los conflictos bélicos en el mundo.
  4. Rusia y China son los países capitalistas e imperialistas llamados  a sustituir a los matones yanquis al frente de la hegemonía imperialista mundial y aunque actualmente no son tan criminales como los yanquis nada indica que cuando tomen el mando del mundo vayan a representar un cambio positivo. Mientras el Capitalismo Imperialista domine el mundo lo de menos será cual estado hace de gendarme.
  5. Nadie se puede rasgar las vestiduras porque pueblos y naciones oprimidas busquen la protección de Rusía y China frente a la ofensiva criminal del Imperialismo yanqui. Es cuestión de supervivencia ante la desproporción de medios. Todo pueblo oprimido tiene derecho a defender su soberanía y liberación nacional aprovechándose de las contradicciones inter-imperialistas y recurrir a la protección del que trata de reemplazar al matón yanqui. Es una cuestión de necesidad y supervivencia completamente entendible. Tanto el pueblo venezolano, libio, sirio, ucraniano tienen derecho a ello.

Putin rehabilita las etnias de Crimea que fueron "víctimas" de represalias de Stalin

21-04-14.-El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha firmado la orden que rehabilita las minorías étnicas de Crimea —tártaros, armenios, alemanes, griegos y demás— que cayeron en su momento víctimas de represalias de Stalin.

"Debemos hacer todo lo posible para que el proceso de reintegración con la Federación de Rusia conlleve la rehabilitación y la restauración de los derechos legales y los intereses de los tártaros de Crimea", comentó el presidente cuando adelantó la semana pasada su intención de proseguir con la medida. Durante la época estalinista, las etnias de Crimea, mayormente los tártaros, fueron desplazadas del territorio. De pretexto sirvió su presunta colaboración con los nazis.

De acuerdo con la estadística soviética, unos 20.000 tártaros de Crimea colaboraron con las tropas fascistas mientras estas ocupaban la región. El hecho de que entre los años 1941 y 1945 más de 35.000 tártaros de Crimea sirvieran en las filas del Ejército Rojo y la mayor parte de la población civil apoyara activamente a los grupos guerrilleros locales no fue hecho público por las autoridades.

En mayo de 1944 empezó la deportación: 228.543 personas tuvieron que abandonar sus hogares, 191.014 de ellas tártaros, prácticamente toda la etnia en ese momento. Les trasladaron para poblar lugares determinados y anunciaron que un intento de huir de esos sitios sería castigado con 20 años de labores forzadas. Los militares también resultaron deportados tras dejar el Ejército Rojo al acabar la guerra. Un mes después, en junio de 1944, deportaron a los armenios, búlgaros y griegos.

Según los testigos, aquellos que intentaban resistirse o estaban demasiado débiles para caminar rápido hacia los trenes eran fusilados. Durante el viaje, que a menudo suponía más de dos semanas en tren, la gente no tenía posibilidad de hervir el agua: había brotes de todo tipo de enfermedades, entre ellas malaria, disentería y fiebre tifoidea. No permitían enterrar a los muertos: simplemente dejaban los cadáveres en las estaciones. De acuerdo con la cifra oficial soviética, hasta el 25% de los deportados murieron en el lugar de su exilio entre 1944 y 1945 por hambre y problemas de salud. Los defensores de los derechos de los tártaros de Crimea calculan que el número de víctimas en realidad asciende a un 46%.

En 1956, cuando Nikita Jruschov quien lideró la Unión Soviética después de la muerte de Iósif Stalin, permitió a todas las minorías étnicas de Crimea volver a casa, con la única excepción de los tártaros. Estos pudieron empezar a volver a Crimea en 1989, después de iniciarse la perestroika, el proceso de reformas lanzado por el primer y último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov. Los problemas básicos de los tártaros que regresaron a su patria fueron el desempleo masivo y la imposibilidad de reclamar las tierras que poseían anteriormente o solicitar una recompensa por ellas. Hoy en día en Crimea residen unos 250.000 tártaros.
 
Fuente: RT

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