El 2 de diciembre se inicia una nueva farsa de negociación del salario mínimo, donde los capitalistas, representados por sus gremios y el Estado, junto con los jefes de las centrales sindicales, realizarán nuevamente la comedia para rebajar aún más el salario de los proletarios en Colombia. Según los propios analistas burgueses, el aumento no superará el 4 por ciento; es decir, que no alcanzará siquiera para compensar el alza del costo de vida durante el año.
Se comprende por qué es una rebaja real del salario y no un aumento. Por eso desde ya se escuchan los mentirosos e interesados argumentos de siempre, y los cuales no tienen que ver con el salario (IPC, PIB, productividad…); lo nuevo de la farsa de este año es, por un lado, la propuesta de los jefes de la CGT de adicionarle a la trillada fórmula, 5 o 6 puntos de los llamados parafiscales, de los que fueron exonerados los empresarios con la reforma tributaria; por otro, la perversa propuesta de Santiago Montenegro de Asofondos de establecer dos tipos de salarios mínimo, adicionándoles a los miserables 589.500 pesos mensuales actuales, solo la inflación para los trabajadores nuevos y algo más por productividad, para los antiguos.
Frente a esa desvergonzada canallada, los jefes de las centrales seguramente se retirarán de la mesa para disimular su complicidad, como lo han hecho los últimos cinco años; pero si fueran verdaderos representantes de los trabajadores, no se prestarían para el engaño de la mesa de concertación, por el contario, llamarían a la lucha directa y a la huelga.
Y también como parte de la farsa, no pueden faltar los Angelino Garzón que, con frases demagógicas, se muestran defensores de los obreros: “la oferta de 3.5% para el aumento del salario mínimo [propuesta por la SAC] es una oferta realmente miserable”; cuando en realidad son instrumentos de los explotadores para contener el polvorín social que está a punto de estallar.
En efecto, Colombia está hecho un polvorín, por cuanto, mientras en el polo de los parásitos que no trabajan se acumula la riqueza, en el polo de los trabajadores se acumula la pobreza; donde los congresistas (y otros altos funcionarios de la burocracia estatal), que solo “trabajan” 8 de los 12 meses del año y solo 2 días de los 7 de la semana, perciben 24 millones de pesos; mientras que miles de obreros son lanzados a la calle, condenados al hambre y la miseria, y los millones que trabajan son devorados en el infierno de la producción todos los días de la semana y su salario, 40 veces menor que el de los congresistas, no alcanza para cubrir los gastos básicos de la familia: son $24.000.000 para los holgazanes y solo $589.500 para quienes trabajan.
Un polvorín social que tiene su base en la brecha existente entre los trabajadores explotados y los ociosos explotadores, donde según el diario burgués Portafolio, un presidente o gerente de una gran compañía percibe por encima de 40 millones de pesos mensuales, 75 veces más que un obrero con salario mínimo.
Un polvorín originado por la ley absoluta de la acumulación capitalista donde, a pesar de las cifras mentirosas del gobierno sobre pobreza, el 50 por ciento del producto interno bruto (la mitad del total de los ingresos del país) va a parar a las arcas del 10 por ciento más opulento; siendo la concentración del capital de tal magnitud que ese 10 por ciento de haraganes, reciben más que el 80 por ciento de quienes sí trabajan y además deben sostener a los desempleados.
En un extremo está la pobreza, donde incluso hay hogares que sobreviven con menos de 200 mil pesos mensuales, mientras en el otro, en el de la riqueza, no solo se acumula capital a manos llenas, sino que los miembros de las clases parásitas, burgueses y terratenientes, se gastan en promedio más de 25 millones de pesos al mes, según los más modestos cálculos de los propios analistas burgueses.
Por eso no es extraño que mientras los jefes de las centrales sindicales, a nombre y supuestamente en representación de los trabajadores, se prestan para el engaño de la supuesta negociación del salario mínimo en las mesas de traición de los explotadores, varias organizaciones obreras y populares, entre ellos, el Bloque Sindical Obrero y Popular del Valle del Cauca, Fenasintrap y los Comités de Lucha en varias ciudades del país, convocan a los obreros: ¡A la Calle y al Paro Contra los Despidos y Por Alza General de Salarios!
Son dos caminos opuestos que sirven cada uno a los polos opuestos de la sociedad: el de los jefes de las centrales, al polo de los explotadores opulentos para continuar agrandando la brecha entre ricos y pobres, engañar a los trabajadores y tratar de apagar el polvorín social, y el de los verdaderos representantes de los trabajadores para atizarlo y frenar con la lucha directa de los desposeídos la voracidad de los expropiadores.
Un camino, el de los jefes de las centrales sindicales, sirve para tratar de perpetuar la esclavitud asalariada y prolongar la agonía del capitalismo agonizante; el otro, el de los verdaderos representantes de los proletarios, para preparar a las masas en la lucha y acercar con ello el día del triunfo de los explotados sobre los explotadores y el fin de la esclavitud asalariada.
Comité Ejecutivo
Unión Obrera Comunista (MLM)
Tuesday, December 17, 2013
Colombia - ¡A la Calle y al Paro Contra los Despidos y Por Alza General de Salarios!
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