Marcha por la Resistencia de los Pueblos Indígenas, 14 de octubre de 2018 |
El 12 de Octubre de 1492 Colón llega a América y con ello se abre una larga guerra por someter y colonizar a los pueblos nativos del nuevo continente. De libres a esclavos, de esclavos a peones y a campesinos pobres los fue intentando someter el invasor.
Ahora, cada 12 de Octubre conmemoramos el Día de la Resistencia de los
Pueblos Indígenas, resistencia que aún persiste y crece después de 500
años, en la llama viva de los más de 800 pueblos repartidos a lo largo
de América Latina.
La pobreza, el saqueo y la represión se han mantenido intactos al pasar
tanto de gobiernos de “izquierda” como de derecha, civiles y militares.
Por ello, con justa razón es que los pueblos indígenas se han convertido
en uno de los sectores con mayor combatividad y arrojo al momento de
hacerle frente al imperialismo y sus proyectos extractivos. La lucha
contra la instalación de termo e hidroeléctricas, super-carreteras,
basurales y tantas otras industrias propias del capitalismo burocrático
son pan de cada día para nuestros pueblos.
Tierra y autodeterminación
Mariátegui en sus Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana
nos dice que “el problema del indio” está estrechamente ligado al
problema de la tierra y por ello, son las bases semifeudales
de las economías latinoamericanas las causas de tanta opresión, y la
base material de la resistencia centenaria contra el sometimiento, tanto
a los imperios coloniales, como a los Estados terratenientes y
burocráticos de la actualidad.
Según la Oxfam, América Latina es el continente donde la tierra está
peor distribuida, y donde la concentración de ella alcanza los niveles
más altos. En Chile la situación es tan aberrante que menos del 1% de
las explotaciones más grandes ocupan casi el 74% del total de las
tierras de éste.
Sin barrer con esta base, no podemos ni hablar de autodeterminación, ya
que ni la propia tierra pueden cultivar los pueblos de nuestro
continente. Es más, la usurpación ha llegado actualmente a que en 1 de
cada 3 hectáreas destinadas por los gobiernos para explotación minera,
agrícola o forestal son tierras de comunidades indígenas.
Ejemplos de lucha.
Ante esta opresión, varias veces centenaria, se erigen cientos de
experiencias de rebeliones victoriosas y frustradas. Leftraru, Pelantaru
y Kilapán son algunos de los nombres que en nuestro
país nos ejemplifican el indomable espíritu del pueblo Mapuche.
Actualmente, las comunidades Mapuche en resistencia son un ejemplo de
lucha para el pueblo chileno. La toma de tierras productiva por la vía
de los hechos, la perspectiva de expulsar a las forestales y la amplia
movilización de masas en campo y ciudad son parte de las tareas que
aplican también para el campesinado y el pueblo pobre chileno.
La unidad necesaria.
Cuando vemos que el Estado defiende con balas y represión (como el
Comando Jungla) la propiedad privada en campo y ciudad, a las empresas
monopólicas en manos de familias millonarias como los Matte y Angelini
que explotan tanto al chileno como al Mapuche y la semi-feudalidad que
se niega a morir, viéndose en la gran concentración de tierras, en
aspectos de servidumbre (como el trabajo gratuito) que aun existen en
Chile y el clientelismo, podemos concluir que como pueblo chileno y
pueblo Mapuche tenemos enemigos comunes.
Para potenciar la unidad entre pueblos y combatir al viejo Estado y las
empresas que defiende llamamos a asistir a la Marcha por la Resistencia
de los Pueblos este 14 de Octubre a lo largo y ancho del país.
"Quema del mono" en la marcha del 14 de octubre, representando un policía del "Comando Jungla" |
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