En la imagen la autopista de Basora donde los helicópteros yanquis Apache destruyeron miles de vehículos de todo tipo
"No
se puede “rebatir” indefinidamente la verdad acerca del criminal baño
de sangre de Iraq, como tampoco se puede rebatir la verdad acerca de
nuestro apoyo a los regímenes medievales de Arabia Saudi, a los
depredadores armados con armas nucleares de Israel, a los nuevos
militares fascistas de Egipto y los yihadistas “liberadores” de Siria".
El encubrimiento de los medios de comunicación ha sido un arma en los
crímenes de los Estados occidentales desde la Primera Guerra Mundial.
Pero se acerca el momento en que habrán que pedir cuentas a todos a los
que han estado a sueldo para que la situación siga igual.
El programa de la BBC [TV estatal inglesa] 'Today' disfruta de gran
audiencia y, como siempre, 'The Mail' y 'The Telegraph' atacan a la
'BBC' por ser de izquierda. El mes pasado la artista PJ Havey dirigió
una única emisión de este programa de Radio 4. Lo que ocurrió resulta
esclarecedor.
Los invitados que eligió Harvey provocaron pánico desde el momento en
que la artista propuso a personas del estilo de Mark Curtis (un
historiador al que se oye muy poco en la 'BBC' y que registra los
crímenes del Estado británico), el abogado Phil Shiner y el periodista
de 'The Guardian' Ian Cobian (que sacó a la luz los secuestros y
torturas británicos), el fundador de WikiLeaks, Julian Assange y yo
mismo.
Hubo semanas de negociaciones absurdas en la 'BBC' sobre cómo
“contrarrestar” nuestra presencia y sobre si nos podía permitir o no
hablar sin interrupción en el programa 'Today'. Lo que mostraba esta
pequeña insurrección era el temor a tener que rendir cuentas. Los
crímenes de los Estados occidentales como Gran Bretaña han convertido
en cómplices a aquellos medios de comunicación que omiten o minimizan la
matanza.
Todavía resuenan por todo Oriente Próximo y Asia, desde Siria hasta
Japón, los pactos con el diablo que maquinaron una guerra mundial hace
un siglo. Entonces como ahora el arma principal era el encubrimiento.
David Lloyd George, primer ministro británico, declaró en 1917: “Si la
gente supiera la verdad, la guerra acabaría mañana. Pero, por supuesto,
no la sabe y no la puede saber”.
En el programa de Harvey me referí a una encuesta llevada a cabo por [la
empresa de encuestas británica] ComRes el año pasado y que preguntaba a
ciudadanos británicos cuántos iraquíes habían muerto a consecuencia de
la invasión de 2003. La inmensa mayoría respondió que menos de 10.000
personas: una cifra tan sorprendentemente baja que era una blasfemia.
Lo comparé con los cálculos científicos de “más de un millón de hombres, mujeres y niños [que] han muerto en el infierno desencadenado por Gran Bretaña y Estados Unidos”.
De hecho, los cálculos académicos oscilan entre menos de medio millón y
más de un millón. John Tirman, el principal científico investigador del
MIT Centre for International Studies, ha examinado todos los cálculos
creíbles y me dijo que una cifra media “sugiere aproximadamente 700.000
personas”. Tirman señaló que esta cifra excluía a los muertos entre los
millones de desplazados iraquíes, más del 20% de la población.
Al día siguiente del programa de Harvey, 'Today' “refutó” con Toby Dodge
del London School of Economics, ex asesor del general Petraeus, uno de
los artífices de los desastres de Iraq y Afganistán, y Mowaffak
al-Rbaie, ex “asesor de seguridad nacional” iraquí en el régimen de la
ocupación y el hombre que llevó a Saddam Hussein a su linchamiento.
Estos “expertos” acreditados de la 'BBC' menospreciaron sin prueba
alguna los estudios antes citados y redujeron el número de muertes en
cientos de miles. El entrevistador, Mishal Husain, no contrastó en
absoluto su propaganda. A continuación “debatieron” quién era
responsable. Prevaleció la máxima de Lloyd George; se eludió la
culpabilidad.
Pero, ¿durante cuánto tiempo? Es indudable que el crimen épico cometido
en Iraq ha horadado la conciencia pública. Muchas personas recuerdan que
la Operación “Conmoción y Pavor” fue una extensión del bloqueo criminal
impuesto durante 13 años por Gran Bretaña y Estados Unidos, y que fue
ignorado en la mayoría de los medios dominantes, incluida la 'BBC'.
Medio millón de niños iraquíes murieron a consecuencia de las sanciones,
según Unicef. Yo fui testigo de la muerte de niños a los que se negaron
analgésicos básicos.
Diez años después conocí en Nueva York a un alto cargo británico
responsable de estas “sanciones”, Carne Ross, conocido entonces en la
ONU como “Mr. Iraq”. Ahora es una persona que cuenta la verdad. Le leí
una declaración que había hecho ante un selecto comité parlamentario en
2007: “El peso de las pruebas demuestra claramente que las
sanciones provocaron un sufrimiento humano generalizado a los iraquíes
ordinarios, en especial a los y las niñas. Nosotros, los gobiernos de
Estados Unidos y Gran Bretaña, fuimos los principales artífices y
culpables de las sanciones, y en aquel momento conocíamos perfectamente
las pruebas, pero las ignoramos por completo y culpamos al gobierno de
Saddam […], negamos realmente a toda la población el modo de ganarse la
vida”.
Le dije: “Es un reconocimiento sorprendente”.
“Estoy de acuerdo”, replicó, “Me sentía avergonzado...” Describió cómo
el Foreign Office había manipulado a unos medios de comunicación
serviciales. “Podíamos controlar el acceso a la secretaría de
Exteriores como una manera de recompensar a los periodistas. Si eran
críticos, no les dábamos las golosinas de viajes alrededor del mundo.
Los alimentábamos con patrañas de inteligencia aséptica o los dejábamos
fuera”.
Según sendos estudios de Cardiff University y Media Tenor, cuando se
estaba preparando la invasión de 2003, la 'BBC' siguió al gobierno Blair
a pies juntillas y limitó el tiempo de emisión dedicado a quienes se
oponían a la invasión. Cuando Andrew Gilligan presentó maravillosamente
un informe disidente en 'Today', tanto él como el director general
fueron machacados.
No se puede “rebatir” indefinidamente la verdad acerca del
criminal baño de sangre de Iraq, como tampoco se puede rebatir la verdad
acerca de nuestro apoyo a los regímenes medievales de Arabia Saudi, a
los depredadores armados con armas nucleares de Israel, a los nuevos
militares fascistas de Egipto y los yihadistas “liberadores” de Siria, cuya propaganda es ahora las noticias de la 'BBC'.
Habrá que pedir cuentas no solo a los Blairs, Straws y Campbells, sino a
todos los que han estado a sueldo para que la situación siga igual.
The Guardian
No comments:
Post a Comment