"Proletarios
de todos los países, uníos!
RECHAZAMOS
CON PROFUNDO ODIO DE CLASE LA INTERVENCIÓN DIRECTA Y DESCARADA DEL
IMPERIALISMO YANQUI CONTRA EL PUEBLO DE VENEZUELA
Nos
dirigimos a nuestra clase, el proletariado internacional, y a los
pueblos del mundo para condenar, aplastar, marcar a fuego y rechazar
con profundo odio de clase la intervención directa y descarada del
imperialismo yanqui, superpotencia hegemónica única, gran gendarme
contrarrevolucionario mundial y enemigo principal de lo pueblos del
mundo, contra la nación, contra el pueblo de Venezuela.
En
esta nueva agresión directa, el imperialismo yanqui aplica un golpe
de estado para imponer un gobierno títere en Venezuela. Es un plan
del imperialismo yanqui, que es puesto en escena con la
autoproclamación como presidente interino de su marioneta, el
presidente de la suspendida Asamblea Legislativa, Juan Guaidó, que
fue inmediatamente reconocido por el gobierno archirreaccionario y
genocida de Trump-Pence como el “legítimo” presidente del país,
y dando un ultimátum al gobierno en funciones de Nicolás Maduro,
para que entregue el mando al gobierno títere; intimidándolo, que
en caso de no seguir el dictado imperialista, empleará todo el poder
y violencia de la superpotencia, estableciendo como “causas belium”
la capitulación del actual gobierno de Maduro a favor de su títere.
Es decir, o la capitulación de la nación oprimida o la guerra
imperialista de agresión, cualquiera sea la forma que adopte la
intervención militar.
Esta
agresión directa del imperialismo yanqui, encabezado por
Trump-Pence, para cambiar el gobierno de Venezuela por uno de las
marionetas yanquis, implicaría el cambio de la situación
semicolonial de Venezuela por la colonial. Estos imperialistas, en
nombre de la lucha contra "la dictadura" y por "la
democracia y libertad", pretenden someter al pueblo venezolano a
la esclavitud colonial. Constituye la más descarada intimidación,
interferencia, control y agresión de los Estados Unidos contra una
nación oprimida del Tercer Mundo, violando la independencia
nacional, la soberanía y la dignidad nacional del país y el propio
orden jurídico internacional que es expresión de su hegemonía
mundial, su Carta de la ONU, de la OEA, etc.
El
imperialismo se permite actuar así de forma soberbia y descarada
contra un país formalmente independiente, en su condición de
superpotencia hegemónica única y auto-nombrado gendarme mundial;
porque es el imperialismo principal que ejerce su dominio
semicolonial sobre Venezuela como sobre los demás países de América
Latina, base principal de su dominio mundial (patio trasero),
situación que se ha profundizado durante todos los años del actual
régimen de Chávez-Maduro; que como representantes de la gran
burguesía burocrática de su país, pese a su discurso y a
contradicciones secundarias con los sucesivos gobiernos de los EE.UU,
han sometido cada vez más el país al dominio económico del
imperialismo yanqui: a través de su principal y casi único producto
de exportación, el petróleo, asociándose a su inversión
extranjera directa y aumentado su dependencia financiera de Walt
Street. No obstante han abierto más el país a la penetración de
otras potencias imperialistas, no rompió con el imperialismo yanqui,
buscando así cabalgar sobre dos caballos. Incrementando la contienda
imperialista por la explotación del país y deviniendo Venezuela
cada vez más acentuada en arena de contienda interimperialista.
La
revolución de nueva democracia que ponga fin a la dominación del
imperialismo, a la semifeudalidad y al capitalismo burocrático, es
decir a las tres montañas que oprimen al pueblo, clama ahora más
que nunca por su concreción a través de la guerra popular dirigida
por el proletariado a través de su Partido Comunista,
marxista-leninista-maoista, militarizado.
El
actual régimen en Venezuela se estableció el 2 de febrero de 1999,
cabalgando en la lucha de las masas contra la llamada privatización
y los “paquetazos”, que los gobiernos anteriores de la facción
compradora trataron de imponer. La furia de las masas expresada en el
“Caracazo” (1989) barrió por el momento los deseos de la
compradora, ligada principalmente a los EE.UU., de sacar a remate
todo lo que el Estado terrateniente-burocrático había acumulado por
décadas.
Ahora,
con la profundización de la crisis del país, los imperialistas
yanquis y los lacayos a su servicio ven llegado el momento, mediante
la imposición de un gobierno títere, de apropiarse más
completamente de las grandes riquezas del país: apuntando en primer
lugar al petróleo de Venezuela, la reserva más grande del mundo, y
a aprovechar las inmejorables condiciones que ofrece este país para
la explotación por el capital financiero imperialista; todo en
beneficio de la oligarquía financiera yanqui sobre sus competidores
imperialistas.
Estableciendo su esclavitud colonial mediante un gobierno títere,
los imperialistas yanquis ya no compartirían el monopolio económico
con varios otros países imperialistas sobre Venezuela (carácter
semicolonial), sino establecerían su monopolio económico
imperialista en exclusiva sobre el país (carácter colonial).
Como
ha sido siempre, es el pueblo el que tiene que defender el país. El
pueblo venezolano tiene que movilizarse ampliamente para conjurar el
peligro de capitulación, expresada por parte de los representantes
del gobierno de Maduro como la tendencia al compromiso, que ha sido
expresada abierta o solapadamente por parte de los que temen al poder
del imperialismo y proponen como consecuencia la subyugación
inevitable de la nación, porque no confía en el poder del pueblo y
en la solidaridad de los pueblos del mundo.
Para
los revolucionarios, el imperialismo es un coloso con pies de barro,
tigre de papel y las armas no son lo decisivo sino el hombre, la
masa. Otros depositan sus esperanzas para superar la amenaza de la
subyugación colonial del país principalmente en la ayuda
extranjera de la otra superpotencia, Rusia (el perro flaco), o de los
socialimperialistas chinos, mediante la ayuda económica, armas, etc.
o de su mediación diplomática. Ésta última está relacionada con
la duda que tienen estas personas acerca de si el enemigo atacará:
algunos la consideran una probabilidad, otros dicen que de ninguna
manera.
Por
su parte, los imperialistas yanquis por medio de sus representantes,
han declarado que la política de los EE.UU. con respecto a Venezuela
está establecida. Quienes se imaginan que es posible un compromiso
con los EE.UU. que no implique la capitulación del gobierno del
país y la entrega de la independencia y de la soberanía de
Venezuela, sólo viven de ilusiones. El asesor de seguridad nacional
de Trump, Bolton, ha dejado ver un acta donde muestra que se están
movilizando para la agresión militar directa: “desplazar 5,000
tropas a Colombia”. Además, como en las guerras del Medio Oriente,
las potencias imperialistas actúan en colusión y pugna con los
yanquis para empujar a Maduro a la capitulación. El Gobierno alemán
exigió la celebración inmediata de elecciones "libres y
justas" e indicó que está dispuesto a reconocer de forma
provisional a Guaidó como jefe del Estado interino mientras se
convocan esos comicios. De igual forma Inglaterra, Francia, España,
etc.
Al
gobierno de Venezuela le corresponde rechazar la capitulación y
dejar de lado toda política de compromiso, la
situación política ha entrado a la etapa de preparación para la
resistencia nacional contra la agresión imperialista, tiene
que asumir el reto y movilizar y armar ampliamente al pueblo, bien
como a las fuerzas armadas a fin de salvaguardar la independencia
nacional, la soberanía nacional y la integridad territorial para
empeñarlas en una dura guerra de resistencia nacional contra la
agresión extranjera.
El
gobierno de Maduro, mostrando miopía política, se ha demorado en
reconocer que estaba frente a un golpe de estado aplicado por el
imperialismo a través de sus lacayos, tratando de central la
principal responsabilidad en la "oposición" como si fuese
un asunto interno, es decir, en los funcionarios y no en el
emperador; ante la acción del gobierno de Trump de imponer el
gobierno títere vía de reconocimiento a Guairó como "presidente
interino" anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas
con los EE.UU. etc., que según aclaró no significaba un rompimiento
con los EE.UU. sino sólo con su gobierno; no ha dispuesto la
movilización de todas las fuerzas de la nación para hacer frente a
la agresión del imperialismo como tenía que ser la movilización
militar de sus fuerzas y de las masas; ni ha aplicado de inmediato
las medidas punitivas contra los lacayos que han cometido toda clase
de crímenes contra el pueblo venezolano en servicio del imperialismo
yanqui.
Pese
al cambio de la situación interna y externa determinada por la
agresión imperialista directa, pretende seguir maniobrando sin la
energía, decisión y entereza, hablando de "dialogo", de
"paz". En situaciones similares, pese a tener las mismas
limitaciones de clase que Maduro, otros se atrevieron y eligieron el
camino de resistencia.
Al
proletariado y al pueblo le corresponde poner fin a toda la verborrea
que impide un rechazo más contundente al ultimátum imperialista y
la preparación adecuada para la resistencia, para oponer a la
agresión militar la invencible Guerra de Resistencia contra el
Imperialismo Yanqui.
El
proletariado y al pueblo de Venezuela, combativo como siempre, se
está levantando con gran sentimiento patriótico y profundo odio al
imperialismo y todos sus lacayos del país y del extranjero con lo
que está exigiendo al gobierno de Nicolás Maduro rechazar la
capitulación, que cumpla sus obligaciones y abandone cualquier
esperanza de que centrando en diálogo con los lacayos o tratos
diplomáticos con los imperialistas estos van a abandonar su plan en
marcha.
Al
proletariado de Venezuela, a lo más avanzado dentro de él, a los
maoístas, les corresponde enarbolar la consigna de forjar un amplio
frente único nacional antimperialista; fundirse con los obreros,
campesinos, pequeños-burgueses, burguesía nacional y miembros de
todas las otras clases que estén dispuestos a hacer frente al
agresor imperialista y sus lacayos con excepción de un puñado de
traidores, corresponde impulsar activamente el armamento general del
pueblo en el campo y la ciudad para prepararse para una amplia guerra
de resistencia, como lucha armada, pugnando por dirigirla y en el
curso de la misa bregar por reconstituir su Partido Comunista, como
Partido Comunista marxista-leninista-maoista militarizado, para
transformar la lucha armada de resistencia en guerra popular de
liberación nacional. Corresponde a los maoístas preparar la
aplicación de una amplia guerra de guerrillas que tome el campo como
principal y las ciudades como complemento necesario.
Corresponde
unir a todos aquellos que no quieren ser los esclavos de los Estados
Unidos, a todos aquellos que estén por conquistar la verdadera
independencia, la soberanía y la dignidad nacional del país, a
todos aquellos que rehúsan someterse a las intimidaciones,
interferencia, control y agresión de los imperialistas yanquis. Con
todos ellos corresponde unirse y movilizarlos oponiéndose a los
llamados a la conciliación, a la paz o a privilegiar las
negociaciones antes de actuar resueltamente para aplastar la agresión
del imperialismo yanqui que ha entrado a desarrollarse por el momento
bajo la forma de golpe de estado.
A
los maoístas, como representantes del proletariado y de su
vanguardia en ciernes, les corresponde partiendo del principio de la
independencia y auto-decisión, aplicar la unidad y lucha con las
otras fuerzas que pasan a conformar el pueblo en la actual situación
política, donde la contradicción nación-imperialismo está pasando
a ser principal. Es necesario exigir proceder concienzudamente a
reformar el sistema que rige en el ejército y el sistema político
ampliando la democracia, desarrollar el movimiento de masas
independiente, poner en vigor la educación para la defensa nacional,
reprimir a los lacayos y a otros colaboracionistas , desarrollar la
industria de guerra y mejorar las condiciones de vida del pueblo.
Presentase
como de suma importancia levantar el programa de la resistencia, que
en las condiciones presentes es de naturaleza prolongada. La guerra
de resistencia del pueblo debe apuntar a construir un verdadero Poder
Revolucionario (el Nuevo Poder) y no los simulacros de socialismo del
siglo XXI que tanto ha frustrado al pueblo, más si el Poder de Nueva
Democracia en cada rincón de la resistencia, hasta expulsar al
enemigo invasor y aplastar a todos sus gusanos y lacayos, para su
establecimiento en todo el país.
Los
pueblos de América Latina a fin de salvaguardar la independencia
nacional y la soberanía nacional, tienen el imperativo de llevar a
cabo una lucha “golpe por golpe” contra el agresivo y genocida
imperialismo yanqui, enemigo principal de los pueblos del mundo.
La
intervención directa del imperialismo yanqui que ha empezado como un
golpe de estado acompañada de todo un despliegue y cerco de fuerzas
para llevar a capitular al gobierno de Maduro y sojuzgar a la nación,
no se detendrá allí si no logra sus objetivos, ésta se irá
escalando en todos los terrenos hasta tratar de alcanzar sus
objetivos y por eso despierta y despertará una nueva ola en contra
del imperialismo yanqui entre los pueblos de América Latina y del
mundo.
A
los partidos y organizaciones firmantes nos corresponde asumir el rol
de darle expresión organizativa a esa nueva ola anti-imperialista,
combatiendo al imperialismo y a sus sirvientes y lacayos en cada
país. Tenemos que desarrollar una amplia y enérgica campaña
mundial en apoyo al pueblo venezolano contra la agresión
imperialista yanqui.
Tú,
heroico pueblo venezolano, sin lugar a dudas no estás sólo en tu
lucha. El proletariado y pueblos oprimidos del mundo están unidos al
pueblo de Venezuela. Gozas del apoyo del proletariado de Estados
Unidos y Canadá, del proletariado de los países imperialistas de
Europa y Asia, y de todos los pueblos de América Latina, Asia,
África, del apoyo de los pueblos del mundo entero.
Ante
la agresión directa del imperialismo yanqui a Venezuela y a los
pueblos de América Latina, toca a nuestros pueblos levantarse en
revolución y enfrentar la guerra de agresión imperialista con más
Guerra Popular.
¡Venezuela
y toda América Latina serán la tumba de las hordas imperialistas
yanquis!
¡El
imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel!
¡La
lucha de los pueblos del mundo contra el imperialismo yanqui vencerá
Firman:
Partido
Comunista de Ecuador - Sol Rojo
Movimiento
Popular Perú (Comité de Reorganización)
Partido
Comunista del Brasil (Fracción Roja)
Fracción
Roja del Partido Comunista de Chile
Organización
Maoísta para la Reconstitución del Partido Comunista de Colombia
Adherientes:
Comité de Construción do Partido Comunista maoísta da Galiza
Comité de Construción do Partido Comunista maoísta da Galiza
Comitè Bandera Roja (Alemania)
Partido Comunista maoista - Italia
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