Wednesday, June 6, 2018

Chile - Ferp - Resistir la fascista Ley Antiterrorista

Como respuesta al justificado alzamiento del pueblo mediante combativas protestas populares que cada vez convocaban a mayores masas de población y tomaban un carácter más radical contra el régimen de la Junta Militar Fascista, el año 1984, es promulgada la ley 18.314, más conocida como la Ley antiterrorista. Esta ley, eleva las penas de determinados delitos solo por presumirse que tienen el fin de “causar temor” en determinado sector de la sociedad.
Desde entonces, varias han sido las modificaciones que los títeres del viejo Estado han impulsado durante sus mandatos, siendo la más considerable la pactada el pasado 23 de marzo por Sebastián Piñera y parte de su directiva. Esta contempla distintos puntos entre los cuales están las interceptaciones de comunicaciones, el uso de infiltrados, testigos fantasmas, jueces sin rostro, periodos extendidos de prisión preventiva, entre otros.
Claro está el enfoque de esta vil artimaña jurídica, cuyo mayor impacto lo ha recibido y recibirá nuestro pueblo Mapuche en su lucha inquebrantable por el territorio usurpado, pues por años se ha avalado la persecución y represión contra sus intentos de alzar justas acciones reivindicatorias.
Y es que es propio, tanto de la Nueva Mayoría como de la derecha chilena, el cuidar el interés de grandes burgueses y terratenientes, por lo que no es de extrañar el cómo se han blindado de impunidad para seguir volcándose contra las masas proletarias y campesinas, violando nuestros derechos y sembrando temor y odio dentro de nuestra propia clase.
Evidente es el objetivo de la nefasta ley y sus potenciales consecuencias y aún más evidente es develar la álgida lucha de intereses tras esta reformulación, el nefasto rol que cumple el viejo Estado, el cual en los hechos se alza como enemigo del pueblo que dice amparar bajo el falso velo democrático y atentando incisivamente contra sus propias leyes y bases constitucionales del “Estado de Derecho” en Chile, develando la hipocresía en que se desenvuelve.
Casi una parodia de lo que la pútrida Junta Militar Fascista propugnó en sus tiempos para perseguir a su enemigo interno, hoy es levantada por la derecha chilena.
Tan solo basta recordar la fallida Operación Huracán y lo simple que es para las fuerzas represivas el inculpar a nuestro pueblo mediante falsas pruebas y falsos testigos, criminalizándolo y alzándolo como enemigo traidor de su propia clase, en un intento manipulador del Viejo Estado por desviar la atención del verdadero y más potencial enemigo que es el Estado mismo y los intereses de las clases dominantes que lo componen. ¡A denunciar y combatir esta ley fascista y a luchar contra la criminalización de las luchas populares!


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