Las imágenes
de niños y niñas enjaulados taladran nuestra mente, las mismas dieron la vuelta
al mundo tras evidenciar en audios y videos las condiciones infrahumanas y
carcelarias en que tiene el gobierno imperialista de Donald Trump a niños y
niñas inmigrantes, separados de sus padres en centros de detención del Servicio
de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), guardia fronteriza y campos de la Agencia
Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA).
Son
imágenes oscuras y llenas de barbarie que nos traen a cuenta los campos de
concentración y exterminio Nazis, las cárceles del fascismo sionista de Israel en
medio de la ocupación militar contra el pueblo palestino, las mazmorras
medievales del fascismo de Erdogan en Turquía.
Imágenes
cada vez más cercanas a la situación de las masas proletarias y populares de
América Latina, convertida en patio trasero del imperialismo yanqui que hoy ha
decidido implementar campos de terror y exterminio contra los inmigrantes llamando
“tolerancia cero” a su cruzada de
odio contra los pueblos de Latinoamérica que día con día intentan cruzar la
frontera Norteamérica para huir de la violencia que impera en sus países o
conseguir empleo para no morir de hambre.
La
tragedia,
lejos de terminar, se intensifica. Sin el menor tiento los niños y sus
familias fueron trasladados a Texas, Arizona, Washington, entre otras
entidades de los
EE.UU. Pese a las resolución de un Juez Federal, las y los niños
inmigrantes aún permanencen lejos de sus padres.
Los datos concretos de la barbarie.
El
fascismo no deja de representar un jugoso negocio para la oligarquía como tabla
de salvación ante la crisis general del imperialismo, quién ahora lucra con las
mismas detenciones de los inmigrantes y exige al ICE redadas masivas de
inmigrantes latinoamericanos, incluidas de mexicanos y sus familias.
GEO Group y Corrections Corporation of
America (CCA), son 2 compañías que operan 120 de las 200 cárceles
privadas que existen en los Estados Unidos, las cuales estiman que han obtenido
ganancias por cuatro mil millones de dólares en estos 2 años.
319
millones de dólares fueron pagados por el ICE, de acuerdo con información
presentada por la organización Freedom
for Inmigrants en su portal web.
Solo en
Texas, las 2 empresas operan 7 cárceles y ya construyen otros espacios de
detención, esto ante la política fascista de Donald Trump, de “tolerancia cero” pues más de 100 mil
indocumentados han sido detenidos en ese estado.
El
gobierno paga 145.35 dólares al día por cada prisionero, más servicios
adicionales que se generen de los mismos. De acuerdo a testimonios de las
familias de los inmigrantes, los carceleros extorsionan a los internos en
llamadas telefónicas, servicios, comida, etc. desde 1983 opera este centro de
detención privado en Houston, Texas.
Otras
empresas lucran también con la necesidad y la pobreza, además de ser carroñeros
inmisericordes de la desgracia humana. En ese rango están las llamadas “casas
de préstamo”, las cuales cobran el 10 por ciento sobre el valor del préstamo,
además de 500 dólares para gastos de investigación y despachos migratorios que “gestionan la libertad bajo fianza” del
detenido, el cual deberá pagar por una tobillera que monitorea su localización,
la cual deberá de pagarse a la empresa BI
Incorporated, filial de GEO Group.
El sueño
americano se empieza a convertir en pesadilla, regresar a sus países es una sentencia
de muerte por la narco tiranía o las pandillas criminales al servicio del poder
burgués-terrateniente de cada país semicolonial. De drama pasa a tragedia cuando
las detenciones en “La Perrera” derivan
en situaciones de motines por el control de las prisiones o las condiciones
insalubres en que se encuentran dichas cárceles.
El
número de detenciones ha aumentado, confirmado por el mismo secretario de
defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, quién anunció ante los medios de
comunicación oficialistas el uso de dos bases militares en Texas “para albergar migrantes”, o más bien:
para detener, clasificar e investigar los orígenes de los migrantes (llámese
niños o adultos) “para no poner en riesgo
la seguridad nacional”. Las bases como Fort Bliss, ubicada en las afueras
de El Paso y de la Fuerza Aérea Goodfellow, en Texas dan cuenta de este
mecanismo de control fascista.
Los inmigrantes,
la construcción del muro fronterizo, la política de “cero tolerancia” y la economía de guerra (interior y exterior)
forman parte de la agenda del fascista-guerrerista Donald Trump, en plena
campaña de relección, la cual podría ganar ante el apoyo de los odios y las
fobias de una minoría anglosajona que sigue sosteniendo con el modelo económico
del capitalismo-imperialista, soportado por la bota militar intervencionista en
distintas regiones del mundo explotadas y sometidas a este.
Las masas de América Latina y su disyuntiva
histórica.
El
fascismo se ha apoderado de la sociedad norteamericana quien se encierra en sus
mismas fronteras y pretende dar lecciones de moralidad y de guerra a quien ose meterse
con su política interna y externa como policía y carcelero mundial, ahí tenemos
a Guantamo en Cuba, Abu Grahib en Irak, y muchas cárceles legales e ilegales en
territorios “libres” y ocupados de diversas regiones del mundo.
La
bestia yanqui imperialista ofrece cárcel, persecución y muerte para toda
aquella persona que amenace el American
Way On life, sea niño o adulto, mujer u hombre.
La
guerra de rapiña como institución imperialista continúa su “cauce normal” como guerras de ocupación en países de oriente próximo
y medio, guerras de nueva generación con ejércitos mercenarios, subcontratados
y/o privados para magnificar y desbordar conflictos que faciliten la “legal intervención” del imperialismo
para el control y reparto de nuevos territorios, así como las guerras de baja
intensidad y contrainsurgentes como las que se desarrollan en México y varios
países de América Latina. Todas estas son guerras contra el pueblo,
auspiciadas, promovidas, controladas, dirigidas y orquestadas por el
imperialismo norteamericano como súper potencia hegemónica mundial, y
representan el preludio de una nueva conflagración imperialista internacional
como carnicería de los pueblos que solo podrá ser barrida con guerras populares
dirigidas por Partidos Comunistas pertrechados de la ciencia para la revolución
proletaria: el marxismo-leninismo-maoísmo.
Ante
este escenario, la crisis del capitalismo burocrático en los países
semifeudales y semicoloniales de América Latina se desborda, llegando a
situaciones verdaderamente inconmensurables como está ocurriendo con el narco
gobierno de Juan Orlando Hernández en Honduras, y más específicamente con el narco
gobierno en salida de Enrique Peña Nieto en México, ambos países donde las
desapariciones forzadas, las detenciones por motivos políticos y el asesinato
de opositores se cuentan ya por decenas de miles.
La
migración y el desplazamiento forzado de miles de personas en México y Centro América,
generan en las masas depauperadas y azotadas por el viejo estado y sus bandas
criminales la necesidad de buscar una vida aparentemente mejor para sus
familias. Un gran número de familias provenientes de México, Honduras, Salvador,
Nicaragua, Guatemala, entre otros, han solicitado visas por razones
humanitarias o asilo político, por la enorme descomposición de esas naciones.
Estos y
otros países de la región ya han sido militarizados por las burguesías
criollas, asesoradas por el imperialismo yanqui. Paralelamente, las violaciones
a los derechos del pueblo son tales que los propios organismos internacionales
del capital como la ONU y la CIDH se han pronunciado al respecto, temiendo que
la crisis se desborde y pase del temor de las masas a la rebelión contra sus opresores.
La
crisis general del capitalismo burocrático en cada uno de estos países, -cuya característica
semifeudal y semicolonial condicionan la actitud de los distintos gobiernos en
turno como gerencias que administran los negocios comunes de las clases parasitarias
en el poder- hace insoportable la vida de las masas populares en cada uno de
ellos y generan precisamente fenómenos sociales como la migración forzada, pero
también el deseo de rebelión que tiende a crecer de manera desigual pero
inevitable en la geografía latinoamericana, lo cual se observa en estallidos
espontáneos, a veces con poca o nula capacidad de extenderse geográfica y
políticamente y otras con grandes potencialidades de prender en la seca
pradera.
Los
gobiernos lacayunos de las burguesías criollas de América Latina, uncidos al
carruaje imperialista de los Estados Unidos, no parecen inmutarse ante la
barbarie que sus amos imperialistas han desatado en cacería de brujas contra
los trabajadores inmigrantes y sus familias. Los altos funcionarios de estos
gobiernos títeres declaran, como el Secretario de Relaciones Exteriores de
México, Luis Videgaray: “que no es para
tanto”.
En
respuesta, las protestas populares en embajadas norteamericanas no se han hecho
esperar en México y otros países.
Las
masas proletarias y populares salen a las calles, guiadas por su instinto y
odio de clase, indignadas por las imágenes de crueldad hacia los niños y niñas
latinoamericanos que están siendo arrestados, arrancados de sus padres, encarcelados
y segregados en campos de extermino yanqui. Pero los gobiernos serviles de América
Latina responden con represión, con policías antimotines, con bayas metálicas, gases
lacrimógenos y detenciones contra los manifestantes.
Las
condiciones específicas de vida para las masas que se desarrollan en los
diversos países de América Latina, hacen que la región entera huela a pólvora,
y será en su eslabón más débil donde se concreten las condiciones de una
situación revolucionaria para el estallido violento contra el viejo estado y el
imperialismo.
Ahí
donde los explotadores no puedan seguir gobernando como lo han hecho hasta
ahora, ahí donde las masas no puedan ni quieran seguir soportando como lo han
venido haciendo, y principalmente ahí, donde el elemento consciente del
proletariado asuma su rol de vanguardia organizada (partido comunista) al
frente de la clase obrera (fuerza dirigente) y del campesinado pobre (fuerza
principal), junto a las capas más profundas de la población, habrá de
sobrevenir una nueva ola de revolución democrática agraria y antiimperialista,
para pasar a la revolución proletaria socialista.
¡Será rebelión
o muerte! ¡Socialismo o barbarie! La disyuntiva ante el proletariado y las
masas profundas de América Latina.
Conclusiones.
Curiosamente
en los países semicoloniales de América Latina los paladines de la democracia y
del llamado “mundo libre” guardan
silencio ante esta situación, mirando indignados hacia Venezuela o Cuba, cuando
en el siglo pasado se desgarraban las vestiduras, urdían conflictos y complots económicos
contra la antigua República Democrática de Alemania, donde veían en el muro de Berlín
una amenaza a la paz mundial.
En la
historia reciente también existen otros muros donde estos campeones de la
libertad guardan silencio, como el colocado por Israel en asentamientos
palestinos, el de Marruecos con la Republica Sarahui, la valla de Melilla que separa
España con Marruecos.
La gran
puesta en escena del muro incólume, aséptico y antinmigrantes en la frontera de
Estados Unidos con México, lo ha generado la bestia yanqui imperialista y
responde a su ambición desmedida de controlar el flujo migratorio y presionar a
los países dependientes para poder saquear sus recursos naturales como el petróleo,
oro, agua, entre otros, contando con el apoyo de gobiernos títeres y cómplices
de Genocidio.
Nosotros
pensamos que todos quienes olvidan o fingen olvidar los campos de concentración
en Auschwitz, en Polonia, Buchenwald, Dachau, entre otros en los años 40 del
siglo pasado, son los mismos que olvidan la universalidad de la contradicción
como ley fundamental de la dialéctica.
Es
totalmente claro, el imperialismo –con el beneplácito de sus lacayos- puede
erigir muros, militarizar fronteras, tecnificar sus aparatos de represión e inteligencia,
modernizar la guerra y diversificarla, construir cárceles y campos de
concentración, llenas las fértiles tierras ocupadas de cadáveres… Pero deben
tener en cuenta que las rebeliones se incuban precisamente ahí donde hay
opresión.
Nuestros
hermanos y hermanas inmigrantes forman parte de las capas más profundas del
pueblo trabajador en los EE.UU. su situación “ilegal” y su rol dentro de la producción social les coloca en una
situación potencialmente revolucionaria. El imperialismo yanqui lo sabe, y por
ello los criminaliza, persigue, reprime, detiene y deporta… esta masa de
trabajadores inmigrantes puede llenar de sorpresas y malestares el vientre de
la bestia yanqui imperialista.
Nuestra
organización se suma al repudio internacional contra el muro y los campos de
exterminio fascista que el gobierno imperialista de los EE.UU. ha impuesto contra
los trabajadores inmigrantes que han debido cruzar la frontera, no para
delinquir, sino para trabajar.
Llamamos
a la solidaridad y la unidad en la acción de las organizaciones democráticas
nacionales, binacionales e internacionales de los trabajadores para ejercitar
acciones en común y simultáneas en contra de estas medidas fascistas que están
afectando de manera irreversible la integridad física y emocional de los hijos
de la clase trabajadora, recluidos y segregados en estos campos de exterminio.
¡Abajo el muro
imperialista!
¡Libertad a los
trabajadores inmigrantes y sus familias!
¡Abajo el
gobierno fascista-imperialista de Donald Trump!
¡Muerte a la
bestia yanqui imperialista!
¡El imperialismo
y todos los reaccionarios son tigres de papel!
¡Proletarios de
todos los países, uníos!
¡Con el Sol Rojo,
el pueblo vencerá!
¡Que los
trabajadores gobiernen la patria!
CORRIENTE DEL
PUEBLO SOL ROJO
COMITÉ CENTRAL
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