¿REFORMA
O REVOLUCIÓN?
La
decisión del Procurador de destituir al Alcalde Petro, realzó
importantes cuestiones políticas de gran interés para la
conciencia y lucha revolucionaria del proletariado y las masas
trabajadoras, respecto al poder político y el sistema económico
social del país, a la movilización del pueblo y sus objetivos.
En
cuanto a tales cuestiones, ser REVOLUCIONARIO significa entender,
que los grandes y graves problemas del pueblo colombiano, tienen su
causa en el sistema capitalista de explotación del trabajo
asalariado, y no pueden solucionarse con meras reformas a ese
sistema, sin suprimirlo de raíz, sin abolir la apropiación
privada; es decir, sin una revolución que facilite el avance de la
sociedad a otro sistema fundado en la cooperación del trabajo, cuya
premisa ya existe bajo el capitalismo que ha socializado la
producción, pero que jamás podrá socializar la actual apropiación
privada de esa producción.
Ser
REVOLUCIONARIO significa aceptar que tal transformación económico
social, impone una condición previa: derrotar la fuerza política
que sostiene al sistema; esto es, reconocer que el Estado actual es
una dictadura de clase de la burguesía, los terratenientes y el
imperialismo, y debe ser derrocado para sustituirlo por un nuevo
Estado de obreros y campesinos, una nueva dictadura de clase, la del
Proletariado.
Ser
REVOLUCIONARIO significa adoptar el único medio político capaz de
realizar ese tránsito a un nuevo Estado y a un nuevo sistema
económico social: la actividad política directa de las masas
trabajadoras por la vía que ha enseñado la experiencia de la
sociedad, la vía de la violencia revolucionaria, la guerra popular,
la insurrección de los explotados y oprimidos, la lucha armada
revolucionaria del pueblo contra la violencia reaccionaria de los
explotadores.
Ser
REVOLUCIONARIO significa contribuir a que las grandes masas del
pueblo desempeñen su papel protagonista en la revolución,
comprendan que no es un acto voluntarista de unos pocos sino la
necesidad objetiva de la sociedad colombiana, que hace parte de la
Revolución Proletaria Mundial contra el imperialismo, fase final
del sistema capitalista mundial, y que por tanto, debe ser dirigida
por la clase obrera a través de su Partido político independiente;
que en cuanto al objetivo de la toma del poder, la revolución en
Colombia está en un período de defensiva estratégica y de
ofensiva táctica, en el cual las formas de lucha y de organización
del movimiento, deben ser las que más sirvan al derrocamiento
futuro de los capitalistas, las que mejor permitan reorganizar las
filas con independencia, esto es, la lucha directa de las masas por
las vías de hecho, donde la más importante tarea inmediata de los
comunistas es la construcción de la vanguardia política de la
clase obrera y la revolución: el Partido Comunista Revolucionario
de Colombia.
Ser
REVOLUCIONARIO significa, denunciar la política inquisidora del
Procurador, en este caso contra el Alcalde Petro, no como un abuso
más de un funcionario, sino como el ejercicio material de la
dictadura de los capitalistas, la demostración práctica de la
hipócrita democracia burguesa, de la farsa electoral donde el voto
popular nada vale y es mera formalidad jurídica.
Ser
REVOLUCIONARIO significa señalar que los móviles políticos de la
destitución de Petro, tienen su base no en la forma de gobernar
como Alcalde, sino en los gigantescos intereses económicos que
maneja la Alcaldía de la capital del país, disputados hoy por los
monopolios nacionales y extranjeros que forcejean por el negocio de
las basuras, de la contratación, de la construcción, de las
empresas de servicios. La lucha por el poder en la Alcaldía de
Bogotá, es una lucha interburguesa, donde Procurador Ordoñez
representa la caverna reaccionaria, y el Alcalde Petro al reformismo
pequeño burgués. No son posiciones antagónicas de clase, sino
apenas divergentes, pues ambos gobernantes, sus partidos y
partidarios, defienden el mismo Estado, la misma Democracia, la
misma Constitución… y la continuidad del mismo sistema
capitalista de esclavitud asalariada.
Ser
REVOLUCIONARIO significa reconocer que la movilización y el repudio
masivo a la decisión del Procurador, es expresión del odio
acumulado en el pueblo contra el oprobio de los gobernantes, causado
por las agudas contradicciones entre las clases sociales, y que los
de arriba temen y tratan de limar, concertando el miserable salario
mínimo con las camarillas traidoras de las centrales, hablando y
proclamando la paz entre explotados y explotadores, entre oprimidos
y opresores, dos farsas para las cuales, tanto los jefes políticos
oportunistas, los jefes de las centrales y los jefes guerrilleros,
TODOS prestan sus servicios a los capitalistas, porque TODOS ellos,
también son partidarios de maquillar este sistema de explotación,
y de adornar con oropeles democráticos este Estado dictatorial de
la burguesía, los terratenientes y el imperialismo. A TODOS, les
importa un comino las verdaderas causas de los grandes problemas del
pueblo.
Es
una gran mentira reaccionaria prometer solución a los problemas del
pueblo colombiano, sin suprimir su causa profunda, ya sea dejando
intacto el sistema y el actual Estado de dictadura de los
explotadores, ya sea dedicándose a reformarlos, a remodelar el
Estado reaccionario con remiendos a la Constitución, a
“perfeccionar” su democracia “limitando” los abusos y
ocultando su carácter de clase: democracia para los ricos,
dictadura para el pueblo; a engañar a los trabajadores con la
ilusión en las elecciones para conquistar el poder, cuando en
realidad las elecciones bajo el capitalismo, son una farsa para
ocultar la dictadura de los explotadores, para mantener el poder de
los capitalistas ayudándoles a gobernar el país, los departamentos
y las ciudades como Bogotá; son un medio para legalizar el
enriquecimiento a costillas de los impuestos que paga el pueblo, con
la corrupción y demás privilegios que da poder en todas las
instituciones del Estado, sean de elección popular o no.
Esta
es la gran línea divisoria entre el reformismo y la revolución, la
única guía para juzgar qué y quienes son reaccionarios o
revolucionarios en la controversia desatada por la orden del
Procurador de destituir al Alcalde Petro.
Los
partidos de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo (de
la U, Liberal, Conservador, Cambio Radical, PIN…), de los cuales
ninguno se confiesa de derecha, sino de “centro” donde incluso
finge estar el uribismo ultraderechista, TODOS (con algunas voces
disidentes), en representación de sus clases, ansiosos de todo el
poder político y económico que brinda la Alcaldía de Bogotá, dan
respaldo al Procurador y su decisión de destituir a Petro. Los
partidos pequeñoburgueses (Progresistas, Verdes, Marcha Patriótica,
Polo, Moir, PCC, Unión Patriótica, PST…) por su parte, rechazan
la decisión del Procurador y dan respaldo al Alcalde (¡Que
Petro se quede, que el Procurador se vaya!,
en palabras del PST) manifestando solo diferencias en la evaluación
de su forma de gobernar; a pesar de las declaraciones
“revolucionarias” de algunos1,
TODOS en la práctica concentran su accionar político no contra el
sistema capitalista y el Estado de dictadura de los explotadores,
sino contra el modelo “neoliberal” del capitalismo, y “abusivo”
del Estado; TODOS proponen reformarlo (cambiar de modelo); TODOS
están de acuerdo en cogobernar2
con los explotadores como lo han hecho y lo siguen haciendo a través
de los Garzones, Salazar, Mockus, Moreno, Petro…. TODOS abanderan
un programa pequeñoburgués de reformas que refrenen e impidan la
revolución. Un programa, en esencia REACCIONARIO que no sirve a los
verdaderos intereses inmediatos y futuros de los trabajadores, así
muchos por inconciencia, militen en las filas de esos partidos.
El
sustento programático de TODOS los partidos burgueses reaccionarios
y pequeñoburgueses reformistas, cuando tercian por el Procurador o
por el Alcalde, estriba en la misma prédica del respeto y sujeción
al Estado (del que unos afirman y otros les creen, es una
“institución imparcial” por encima de las clases y “al
servicio de los intereses de todos los ciudadanos”), en el mismo
compromiso de preservar el sistema económico social capitalista
(del que unos afirman y otros les creen, permite el desarrollo y
progreso de “todos” los colombianos), y en la misma aceptación
de la lucha del pueblo siempre y cuando no atente contra el orden
institucional y económico, y por tanto, no sea por la vías de
hecho, sino pacífica, civilista y respetuosa.
El
país ha sido testigo del gran empuje que en los últimos tiempos
han tomado las Huelgas Políticas de Masas como fueron los paros
campesinos del año pasado, donde la baladronada del Presidente
Santos sobre “Cuál Paro”, fue respondida de inmediato, de la
noche a la mañana y a nivel nacional, con la movilización
callejera del pueblo, la misma que aunque más concentrada en la
capital, desató la fanfarronería del Procurador. Una casualidad de
la lucha de clases que ha beneficiado al Alcalde Petro, su partido y
sus partidarios, quienes sabiendo que “en río revuelto ganancia
de pescadores”, no han desperdiciado el momento para hacer de la
protesta un botín político electoral, intentando colocarle
banderas ajenas, en defensa de la democracia, la paz y las
instituciones; en el fondo, intentando desviar la protesta popular
hacia la ilusión en la politiquería electoral que solo sirve a la
preservación del dominio de los explotadores. Ha sido tema
recurrente de los discursos del Alcalde los “beneficios” para
los recicladores, los desplazados y trabajadores de la salud…
cuando en realidad sólo una minoría de los recicladores de Bogotá
fue vinculado al programa Basura Cero; los desplazados además de
desplantes y dilaciones, mucho garrote han recibido del ESMAD en la
capital, como también ha ocurrido con los estudiantes al frente de
la Alcaldía; los trabajadores del San Juan de Dios, a pesar de la
propaganda política pagada por la Alcaldía siguen burlados y hoy
viven confinados como en un “campo de concentración” con
presencia y amenaza permanente de la policía metropolitana anexa a
la Alcaldía de Bogotá; a los campesinos que llegaron el 3 de
diciembre, la Alcaldía no les permitió llegar a la Plaza de
Bolívar… Una democracia “humana” del Alcalde Progresista,
igual a la democracia “inhumana” de sus contradictores y
enemigos políticos que hoy le corren la butaca en la Alcaldía.
La
movilización directa de las masas del pueblo, encuentra en el
repudio a la dictadura de los capitalistas encarnada por el
Procurador, un motivo más para proseguir su camino en lucha por las
reivindicaciones inmediatas de los pobres de la ciudad y del campo,
exigiéndolas directamente al Estado y al Gobierno, con
independencia, contra la conciliación de clases, contra el desgaste
de los trámites intermediarios de los politiqueros y de las
interminables e impotentes mesas de trabajo.
¡NI
EL ESTADO, NI LOS POLITIQUEROS, SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!
¡ABAJO
EL PODRIDO ESTADO BURGUÉS! ¡VIVA EL FUTURO ESTADO DE OBREROS Y
CAMPESINOS!
Comité Ejecutivo - Unión Obrera
Comunista (MLM)
Colombia, Enero 16, 2014
1
“El
MOIR es un partido político de la clase obrera. Su misión
fundamental consiste en dirigir la lucha de clases del proletariado
colombiano por su emancipación definitiva, instaurar el socialismo
en Colombia y realizar el comunismo. Defiende los intereses del
pueblo y de la nación colombiana y su objetivo inmediato es la
revolución de nueva democracia.” Frase
de portada de la página web de esta organización reformista.
“El
programa revolucionario para resolver las necesidades de las masas
obreras y populares del país pasa por la destrucción del sistema
capitalista y por establecer una sociedad socialista.” (Volante
del 9 de enero del trotskista PST)
2
“Los
trabajadores y las masas populares al
llegar al gobierno
no se deben dedicar a tratar de cambiar el modelo capitalista
neoliberal por un modelo capitalista “incluyente” o “social”,
ni a administrar eficazmente los negocios de los capitalistas, que
es lo que hacen los reformistas, incluido el progresismo.”
(Volante
del 9 de enero del trotskista PST) (s.n.)
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